L. Romero.- La apostasía es la negación, la renuncia o la abjuración de la fe, en una religión. Ahora también la negación del juramento a la bandera. Esta es la intención del presidente del Círculo de Empresarios de Tabarnia, Gerard Bellalta, que reclama la posibilidad de que los españoles que lo deseen puedan desligarse de lo que considera una “estafa”. En la práctica, la jura de bandera se trata de un compromiso por defender la seguridad y la defensa de España. Considera Bellalta que los graves sucesos ocurridos en Cataluña ayer lunes 1 de octubre y el indiferentismo de las Fuerzas Armadas le desliga de ese compromiso que hasta hace poco consideró sagrado.

Peor que la indefinición del Gobierno ante la “gravísima” situación que padece Cataluña, Bellalta consideró más “intolerable” la actitud de la Corona y de los militares. “Curioso me resultan todos esos aduladores de la Corona al defender lo indefendible. Cómplices que llenáis vuestros hocicos de Patria, de amor sublime a una Corona traidora que asiste impasible a la destrucción nacional. Vergüenza es lo que deberían sentir con solo alzar la mirada a nuestra bandera”.

En ese sentido, Bellalta acusó a los mandos castrenses de carecer de “conciencia y honor” y dijo sentirse traicionado por el incumplimiento por parte del Ejercito del juramento o promesa de defender la unidad e integridad territorial de España, así como el mantenimiento del orden legal.

El empresario barcelonés opinó que los incidentes del lunes han sido un aldabonazo contra la autoridad del Estado en Cataluña. “Los catalanes estamos siendo gobernados por un presidente, elegido a dedo por un fugitivo de la justicia de nuestro país, rabiosamente antiespañol y supremacista, que va contra la mitad de Cataluña, que se salta las leyes del Estado y anima a los terroristas callejeros a cortar carreteras y vías de tren. Es insoportable. Ningún gobierno europeo habría permitido algo así”.

Lamentó Bellalta que frente a ese escenario de abierta insurrección, el Ejército español participe en misiones internacionales y desoiga el clamor de muchos sectores de la sociedad española a favor de restituir el orden y la legalidad en Cataluña. “Qué clase de formación patriótica tienen estos militares a quienes les preocupa más la integridad territorial de Letonia que la nuestra; que vigilan las incuesiones rusas en el Báltico mientras en el Mediterráneo colabora con los traficantes que están llenando España de ilegales”, dijo.

Consideró por último que “la deslealtad y la traición” de los mandatarios del Estado convierten su juramento a la bandera en un “ejemplo de postureo tan falso como el patriotismo de los jefes militares”, por lo que insiste en apostatar del compromiso adquirido entonces. “Daría generoso la vida por mi patria, pero no reconozco esa patria entre la colla de traidores, vividores y funcionarios uniformados que nos indujeron a cometer perjurio. Que Dios les maldiga”, remachó.