El Gobierno de La Rioja ha reforzado con cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado parte de un barrio de la localidad de Haro para controlar que se cumpla el aislamiento domiciliario de los afectados y frenar la expansión del coronavirus, tras dispararse los contagios en esta localidad en las últimas horas.
La Delegación del Gobierno ha advertido de que el incumplimiento de las medidas adoptadas puede conllevar sanciones de 3.000 a 600.000 euros.
Según ha confirmado en rueda de prensa la consejera de Sanidad, Sara Alba, Haro concentra la gran mayoría de los 47 contagios confirmados en La Rioja por coronavirus, una situación que el director de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha calificado de «preocupante».
Las calles de Haro se han vaciado en pleno día, según han confirmado los medios de comunicación que se han acercado a la zona.
Alba ha asegurado que se están «tomando decisiones en tiempo real» y que la situación se mantendrá «hasta que se acuerde que la fase de contención está finalizada».
«Obedecer es una obligación»
En la misma comparecencia, la delegada del Gobierno en La Rioja, María Marródán, ha desmentido que haya un barrio entero asilado en Haro -como había sugerido en su intervención previa Fernando Simón- y ha recordado que la presencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en este municipio es «asegurar que las medidas se van cumpliendo».
En ese sentido, Marrodán ha advertido que «la población entera tiene que cumplir las normas» y no se descartan «medidas excepcionales o sanciones si no se realizan».
Además, ha indicado que, «bajo un criterio de proporcionalidad y con todas las garantías jurídicas y legales», la fuerzas de seguridad apoyarán «de forma contundente si fuera necesario» el cumplimiento de las indicaciones de las autoridades sanitarias.
«Obedecer es una obligación de los ciudadanos», ha añadido la delegada del Gobierno en La Rioja, quien ha querido «dejar claro a la población de que el incumplimiento de este deber puede llevar sanciones administrativas de importante cuantía desde los 3.000 a los 600.000 euros».
El origen de este brote es un entierro celebrado hace unos días en Vitoria , según ha confirmado en su comparecencia el director de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, quien ha justificado que el alto número de contagios obligue a «tomar medidas muy drásticas» para garantizar el control.
Según publica este sábado El País, en el funeral se contagiaron 38 personas de las localidades riojanas de Haro y Casalarreina y al menos otras 25 que viven en la provincia de Álava.
«En un entierro, donde hay mucho contacto personal, la transmisión es mucho más fácil», ha asegurado Simón, quien ha remarcado que el contagio está centrado en un solo punto y en algunos casos identificados de profesionales sanitarios.
El viernes, la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de La Rioja ya decretó la suspensión en Haro de todas las actividades en espacios no deportivos cerrados, como cines o teatros y la celebración a puerta cerrada de las actividades en espacios deportivos cerrados o abiertos.
Además, impuso el acceso controlado de pacientes al Centro de Salud de esta localidad, canalizándolo a través de un teléfono (941 29 62 63) para evitar la presencia física en la instalación.
Este sábado ha confirmado estas medidas y ha añadido otras como la restricción del número de acompañantes y visitas en el Hospital San Pedro de Logroño, la suspensión de congresos y jornadas entre los profesionales sanitarios y de las prácticas de grados sanitarios en los centros del Sistema Público de Salud.
Sanidad ha elevado este sábado a 430 los casos confirmados por coronavirus, 93 más que el viernes, mientras que el número de fallecidos asciente a diez y hay 30 personas recuperadas.