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¡SIGAN! ¡SIGAN VOTÁNDOLES! Casi el 60% de los ingresos del PSOE proceden de las arcas públicas

Redacción

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Los socialistas solo reciben un 13,3% de sus beneficios de las cuotas de los afiliados. Vox es el partido más financiado por sus simpatizantes, casi un 30%.

Las cuentas publicadas por los partidos políticos este mes de agosto reflejan que la mayor parte de sus ingresos no provienen de las cuotas de sus afiliados, sino de las subvenciones públicas. Así, el PSOE y el PP solo reciben un 13,3 y un 9,7% de sus recursos de sus respectivos afiliados. El partido que mayor porcentaje ingresó por cuotas es Vox, con casi un 30%, mientras que Podemos es el que menos financiación tiene de sus seguidores, solo el 9,3%.

Según estos datos, recogidos por Europa Press, el Partido Socialista es el que cuenta con un presupuesto mayor. En 2021 tuvo un total de 79,3 millones de ingresos de la gestión ordinaria. Casi un millón más que el año anterior. De esa cantidad, 46,24 millones corresponden a ingresos de origen público, esto es, un 558,31%, por subvenciones anuales de gastos de funcionamiento, aportaciones de grupos institucionales y subvenciones para gastos de seguridad.

La financiación de origen privado ascendió a 33 millones y es ahí donde están contabilizados los ingresos por cuotas de afiliados, que ascendieron el ejercicio pasado a 10,62 millones de euros. Esto supone un 13,38% de los ingresos totales. La citada cifra representa un incremento de 650.000 euros sobre los ingresos de 2020 por cuotas de afiliados.

Caída de 11.000 afiliados del PSOE en dos años

Sin embargo, en las cuentas presentadas por el PSOE, se habría producido una reducción de afiliados de 171.036 al inicio de 2020 a 159.943 al cierre del pasado ejercicio. Es decir, una caída de 11.093 afiliados en dos años.

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En el capítulo de financiación privada, los socialistas recogen también las aportaciones de afiliados y cargos públicos, que donan al partido un porcentaje de los salarios que obtienen por los cargos que ocupan.

Esta partida asciende a 11,46 millones de euros. El PSOE, además, cuenta con otros ingresos de naturaleza privada, que en 2021 ascendieron a 10,74 millones. Entre ellos están los ingresos por la venta de lotería (2,4 millones de euros), por «convenios con grupos municipales», que suponen 7,7 millones o por arrendamientos de inmuebles, 346.852 euros. Además, las cuentas del partido suman otros 197.829 euros por «donaciones y legados».

En ingresos para la gestión ordinaria, el segundo partido que más tiene es el PP, con 33,9 millones de euros. En este caso, el grueso también tiene origen público ya que 27,7 millones proceden de subvenciones anuales para gastos de funcionamiento y aportaciones de grupos institucionales.

El capítulo de ingresos de origen privado de los ‘populares’ es mucho menor que el del PSOE, ya que ascienden a 6,15 millones de euros. De los que solo 3,3 millones son por cuotas de afiliados, lo que supone el 9,7 por ciento del total y refleja un aumento de recaudación por este concepto de 523.247 euros.

El PP declara 777.971 afiliados

Ello, a pesar de que declaran haber reducido el número de afiliados, que el PP sitúa a 31 de diciembre en 777.971, frente a los 778.046 que tenían el 1 de enero de ese mismo año.

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Los ingresos del partido de Feijóo por aportaciones de afiliados y cargos públicos ascienden a 2,41 millones de euros. Pero en donaciones y legados solo registran 5.660 euros. En cuanto a «otros ingresos de la actividad ordinaria» registran 415.116 euros.

El partido que porcentualmente se financia más con las cuotas de sus afiliados es Vox, que recibe casi el 30% de los ingresos de sus seguidores. Así, de los 17,46 millones de ingresos ordinarios que declara en sus cuentas, 5,11 millones lo son de cuotas de afiliados, lo que supone 464.520 euros más que en 2020.

Vox crece en afiliados

Además, este partido sí ha registrado incremento de afiliados a lo largo de 2020 y de 2021. Ha pasado de 52.406 hace dos años a 63.468 a cierre del ejercicio pasado.

Entre la financiación privada declara también 189.929 euros en «donaciones y legados», solo 30.454 euros de aportaciones de cargos públicos; 362.573 euros en actividades propias del partido y otros 196.487 euros de «ingresos de naturaleza privada».

En cuanto al resto del presupuesto proviene de subvenciones públicas e ingresos electorales: 8,3 millones para gastos de funcionamiento, 1,8 millones de subvenciones electorales; 975.929 euros de los grupos parlamentarios y 414.610 euros para gastos de seguridad.

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En el extremo contrario se encuentra Podemos, que solo ingresa por cuotas de afiliados el 9,3% de su presupuesto de ingresos, es decir, 1,33 millones de euros de los 14,28 millones que ingresó Podemos para gestión ordinaria en 2021. Lo que supone un aumento con relación a los 945.061 euros que registraron en 2020.

Las aportaciones de los cargos públicos ascienden a 1,85 millones y tuvieron 2.190 euros de «donaciones y legados». La financiación de origen privado suma un total de 3,18 millones frente a los ingresos de origen público que supusieron 11,1 millones, de los que 10,59 millones fueron de subvenciones anuales para gastos de funcionamiento; 296.570 euros de aportaciones de grupos institucionales y 214.236 euros para gastos de seguridad.

Cs acusa la debacle en sus cuentas

El partido de Inés Arrimadas ya refleja en sus cuentas la debacle que lleva sufriendo desde las últimas elecciones generales. Se refleja, entre otros datos, en los ingresos por cuotas de afiliados, que han pasado de 2,1 millones de euros a 1,47 millones, el 14,64% de los ingresos totales, que en 2021 ascendieron a 10,09 millones de euros. Esto son 3,15 millones de euros menos que los ingresos de un año anterior.

Ciudadanos registra un total de 2,23 millones de euros de origen privado, donde se incluyen, además de las cuotas de los afiliados, los 726.960 euros de aportaciones de sus cargos públicos, 26.157 euros de donaciones y legados y 6.176 de la actividad ordinaria.

El grueso de sus ingresos es de origen público, suman 7,86 millones que se reparten en 3,29 millones de subvenciones para gastos de funcionamiento; 4,4 millones de aportaciones de grupos institucionales y 152.397 euros de gastos de seguridad. También en los ingresos públicos se refleja una caída ya que éstos fueron de 10,16 millones en 2020.

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Lidia Ramírez

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Europa se queja de los aranceles que Trump está imponiendo progresivamente a productos procedentes de otros países, incluida la Unión Europea. Son lágrimas de cocodrilo derramadas por políticos incompetentes, que al menos deberían tener la cortesía de permanecer en silencio, dada su conducta caracterizada por la duplicidad y la superficialidad. Apelan a un principio abstracto, pero olvidan que el libre comercio siempre ha sido la voz de los más fuertes: de aquellos que, ya por delante en los mercados internacionales, quieren evitar la competencia de aquellos países que amenazan su primacía.
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En resumen: haz lo que digo, no lo que hago. Cuando Europa no puede justificar su propio comportamiento, acusa a otros de prácticas comerciales desleales e impone impuestos para impedir la invasión de productos extranjeros. Éstas son las excusas habituales, útiles para hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros.
Así, todos esos principios liberales, de libre mercado y orientados al mercado de los que nos encanta hablar desaparecen. Se dice: “Por donde pasan mercancías no pasan ejércitos” (Bastiat). Sí, pero sólo si esos bienes son nuestros. Está bien si se trata de dejar a otros atrás, pero si son ellos los que nos superan, entonces hay reprimendas y represalias.
Cada nación tiene derecho a proteger su propia industria, especialmente en sectores avanzados que requieren desarrollo autónomo. Por supuesto, no damos crédito a ciertas campañas de propaganda ridículas, como la de Salvini, que quería gravar el arroz camboyano para “defender” la producción nacional. Pero no hay nada malo en querer proteger sectores estratégicos, capaces de fortalecerse primero en los mercados internos y luego competir en los mercados internacionales con mayor valor agregado. Sin protecciones gubernamentales, terminaríamos sucumbiendo a la competencia global. Esto es exactamente lo que le ha sucedido a Italia desde los años 90, víctima de un servilismo insensato hacia una UE y una potencia estadounidense que tienen todo el interés en relegarnos a sectores en los que no podemos competir con ellos. Los Hermanos de Italia probablemente ni siquiera saben de qué estamos hablando, ya que para ellos la patria es una consigna que satisface un postfascismo que incluso han negado.
La lección sigue siendo la de mediados del siglo XIX, contenida en la obra Das nationale System der politischen Ökonomie. Y List no era ciertamente un protofascista, ni un autarquista ni un corporativista, sino un exponente de la escuela liberal, dotado no obstante de una inteligencia nacional concreta.
Es hora de entender que no existen principios económicos que sean válidos para siempre: cada época impone la prevalencia de los suyos propios, en un contexto histórico y político también propio. La actitud hipócrita de Europa es un espejo de la inutilidad política de su actual clase dirigente.
La triste ciencia, cada vez, quiere hacer creer a sus prosélitos que ha llegado a su fase final, aquella en la que existen reglas generales y universales válidas para la eternidad. Puntualmente, sin embargo, la alternancia de dogmas y preceptos cambia las creencias, hasta tal punto que es posible imaginar que en un futuro próximo volverán a prevalecer las nacionalizaciones, el intervencionismo público en la economía y las políticas monetarias gestionadas por los centros de decisión política. La economía es un péndulo oscilante, no una flecha que siempre apunta hacia adelante. Pronto, incluso cavar agujeros con el único objetivo de rellenarlos ya no será sinónimo de desperdicio e interferencia.
Todos los mantras anteriores se desvanecerán y los equilibrios financieros, tanto públicos como privados, serán olvidados. Esto se debe a que la gente no quiere comprender, o prefiere ocultar, un concepto que a la larga es mucho más resistente: es la política, y en particular la política del poder y de los poderes, la que establece lo que hay que hacer para sobresalir.
Preparémonos para los próximos giros académicos y ministeriales.

http://www.conflittiestrategie.it/dazi-amari

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Traducción: Carlos X. Blanco

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