Connect with us

España

Feministas radicales próximas al movimiento #MeToo pretenden que el «gatillazo» sea considerado violencia de género

Avatar

Published

on

¡Comparte esta publicación!

Una propuesta inverosímil que sin embargo no debería sorprendernos. Activistas feministas radicales próximas al movimiento #MeToo pretenden que el «gatillazo», término con el que se define la impotencia súbita y transitoria que afecta al hombre durante la cópula, sea considerada «violencia de género». Pretenden así que el «gatillazo» se sume a la amplia lista de acusaciones que recomiendan formular contra los hombres: desde la violación hasta los mensajes sexuales no deseados, pasando por el abuso de su posición de superioridad en la empresa para lograr un acercamiento sexual.

La influencia de los lobbis feministas radicales ha alcanzado incluso a Filipinas. Su presidente, Rodrigo Duterte, ha firmado una ley que prohíbe piropear o silbar a una mujer por la calle.

Bajo esta aparente demanda de igualdad, lo que late es un irracional odio al hombre, el cual, a su vez, no es sino una manera de camuflar su rechazo a la propia feminidad. Es lo que Freud —enclavado en la marxista “Escuela de Frankfurt”— llamó “envidia del pene”, que explicaba afirmando que las niñas padecen el “complejo de castración”, al sentirse lesionadas en comparación con el niño por carecer de su órgano anatómico, y desean poseer uno. Según el psicólogo austríaco, esta envidia puede originar diversas patologías.

Y una de ellas es el feminismo misándrico, consistente en atribuir a la mujer una “superioridad moral” sobre el hombre, y en adjudicarse obsesivamente el papel de “víctima”, oprimida y reprimida por la opresión del patriarcado, al cual quieren destruir, al igual que al capitalismo que lo sustenta. Desde esta óptica pervertida, para el feminismo patológico el sexo es una mera diferenciación morfológica, ya que lo que realmente cuenta a la hora de definir los roles masculino y femenino es la palabra “género”. Según Robert Webb, “el feminismo no se basa en odiar al hombre, es luchar contra la absurda distinción entre géneros”. Y Simone de Beauvoir dijo algo tan tremendo como que “la mujer no nace: se hace”. Homérico.

Advertisement

Las figuras más señeras del feminismo de género llegan incluso a afirmar que la relación heterosexual es una violación, y que el lesbianismo es la condición natural de la mujer —una tal Naomí Wolf llegó a decir que la belleza de la mujer es una imposición del patriarcado para desviarla de su desarrollo personal (sic)

Y en esta selección gloriosa de perlas cultivadas no podía faltar Gloria Steinem — periodista que perteneció en los años 60 al ala más radical de la CIA en su lucha contra el comunismo (The CIA Old Boys)—, una de las activistas que más ha difundido la ideología en los más importantes medios de comunicación de todo el mundo, la mayoría estrechamente vinculados a USA. Esta feminista radical llegó a decir que “una mujer sin hombre es como un pez sin bicicleta”. Brutal.

Si a esta artificial guerra de sexos se añade el aborto y la promoción de la ideología de género LGTBI —dos puntales del feminismo misándrico—, se consiguen también dos objetivos fundamentales del globalismo: la reducción de la población mundial, y la destrucción de la familia, claves para la construcción del Gobierno Mundial.

De este hontanar putrefacto surgen patologías a go-go, dignas de un psiquiatra de guardia, que ve micromachismos por todas partes, patriarcados a espuertas, agresiones por doquier; que pretende feminizar los semáforos, hacer baños unisex, y destrozar nuestra maravillosa lengua para crear un grotesco esperanto inclusivo trufado de los/las, ciudadanos/ciudadanas… y las esperpénticas arrobitas, que caen sobre nuestro idioma como una lluvia de azufre, como langostas hambrientas: l@s ciudadan@s. Que les den.

Advertisement
Advertisement
Click para comentar

Escriba una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

España

Así nos ven desde fuera: el sucio traidor de Feijóo y sus adláteres son reconocidos por lo que son

Avatar

Published

on

¡Comparte esta publicación!

Escándalo en España: El PP se unió al socialismo y votó a favor de darle la ciudadanía a 500.000 inmigrantes ilegales de África

El PP, el PSOE y todos los partidos de izquierda se unieron para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes que ingresaron de manera ilegal en la última década.

El Partido Popular (PP), una suerte de Juntos por el Cambio en España, ha vuelto a traicionar a su base de votantes y decidió unirse con la extrema izquierda para regularizar y otorgarle la ciudadanía a más de 500.000 inmigrantes ilegales que arribaron al país desde África o Medio Oriente.

Si bien la ley todavía no ha sido aprobada, más bien solo se ha aprobado el tratamiento del mismo en el Parlamento, el PP sienta un peligroso precedente y ha anticipada que busca volver a votar de la misma manera en el recinto una vez que se modifiquen algunos aspectos del proyecto de ley.

De hecho, todos los partidos en el Parlamento han votado a favor del tratamiento y aprobarán pronto la ley, con la única excepción de los legisladores de VOX, que se opuso de cuajo contra la ley que le agregaría más de 500.000 votos en todo el país a la izquierda.

Advertisement

Según la diputada del PP, Sofía Acedo, fue Cáritas, la organización benéfica de la Iglesia Católica, que hizo lobby para que dicha legislación sea aprobada, a pesar de que dentro de ese medio millón de personas hay prácticamente una totalidad de árabes musulmanes.

Por su parte, la socialista Elisa Garrido ha trasladado que el PSOE votará a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el “respeto” que merece darle participación directa en la política a quienes viven en España, y que creen que es necesario “seguir avanzando en mecanismos que garanticen procesos seguros de inmigración”.

Por su parte, la diputada de VOX Rocío De Meer ha indicado de nuevo que la formación liderada por Santiago Abascal rechaza la medidaQueremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común“.

En España se han llevado a cabo seis regularizaciones extraordinarias de inmigrantes en toda su historia. Entre 1991 y 1992 se puso en marcha, con el Gobierno socialista, una regularización extraordinaria que benefició a 108.321.

En 1996, con el PP mediante otro proceso de regularización extraordinaria, obtuvieron papeles 21.294 inmigrantes de los 25.128 que lo solicitaron. En el año 2000 solicitaron la regularización 244.327 extranjeros y consiguieron la documentación 163.352. En el año 2001 fue denominado “regularización por arraigo” y se otorgó papeles a 239.174 inmigrantes más.

Advertisement

Como si esto no fuera poco, en el 2005, durante el gobierno del comunista José Luis Rodríguez Zapatero, hace casi 20 años, se le otorgó ciudadanía a medio millón de inmigrantes, la misma cantidad que pretende dar ahora Pedro Sánchez, peleando codo a codo por el récord histórico de pérdida de identidad.

Fuente: Derecha Diario.

Continuar leyendo