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Sociedad

El empoderamiento de los necios del ecologismo político y los hipócritas del macrobotellón

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45 toneladas de residuos tras la Fiesta de la Primavera en Granada
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Por José L. Román (R).- Mientras esperaba con la compra en la fila de cajas de un supermercado, un joven con cierto aire de empoderamiento ecológico, increpa a una señora que solicita bolsas de plástico a la cajera para transportar su compra:

-“Señora, hace ya mucho tiempo que los jóvenes de este país, a través del “movimiento por el cambio”, venimos intentado concienciar a la gente de que cada uno de nosotros debería traer su propia bolsa reutilizable para transportar la compra, ya que las bolsas de plástico contribuyen a la destrucción del medio ambiente.

La señora pide disculpas para poder explicarse:

-Perdona hijo, cuando yo tenía tu edad no estaba de moda esto de la ecología. Pero ahora resulta, que la propaganda verde y ecológica que se utiliza contra la contaminación, no nos da un respiro.

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El joven le replica:

-Ese, es ahora nuestro problema, señora; su generación no puso suficiente cuidado en conservar el medio ambiente, y por eso ahora tenemos que ser los jóvenes los que apoyemos políticas de reciclaje para salvar el Planeta.

La señora, sin alterarse lo más mínimo pero lejos de amilanarse, contestó lo siguiente:

-Tiene usted razón, nuestra generación no puso de moda la ecología verde, pues resulta que no había bolsas de plástico; las botellas de leche, gaseosa o cerveza, eran solo de cristal. Cuando comprabas el producto te cobraban también el envase, y después, una vez consumido el contenido, los envases se devolvían al establecimiento de compra y éste te devolvía el importe de los mismos. La tienda, a través del repartidor devolvía las botellas de nuevo a la fábrica para ser lavadas y esterilizadas antes de llenarlas de nuevo, de manera que se podían usar las mismas una y otra vez. Así era el reciclaje de mi juventud.

Por aquel entonces, lavábamos los pañales de los bebés porque no los había desechables. Secábamos la ropa, no en secadoras que funcionan con fluido eléctrico, sino con energía solar y eólica en tendederos.
Así quedó la UCM de Madrid tras el macrobotellón de san cemento.

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Entonces, teníamos un aparato de televisión o radio en casa, no un televisor en cada habitación. En la cocina, molíamos y batíamos a mano, porque no había máquinas eléctricas que lo hiciesen por nosotros.

Cuando empaquetábamos algo frágil para enviarlo por correo, usábamos periódicos arrugados para protegerlo, no cartones preformados o láminas de plástico con burbujas de aire.

Pero estás en lo cierto, en mis tiempos, no existía este ecologismo de los hipócritas y necios del macrobotellón, que además de ponerte verde en cualquier supermercado, te esquilman el bolsillo hasta por el aire que respiras. Nosotros bebíamos del grifo cuando teníamos sed en lugar de usar vasitos o botellas de plástico cada vez que teníamos que tomar agua. Recargábamos los bolígrafos y las plumas en lugar de comprar nuevos, y cambiábamos las cuchillas de afeitar en vez de tirar a la basura toda la maquinilla sólo porque la hoja perdió su filo.

Insisto, no teníamos este ecologismo tan verde que a la vez que te agobia te indigna, cuando ves como los amorrados a la ubre del Tesoro se enriquecen con subvenciones o con el producto del reciclaje, que nosotros los contribuyentes pagamos, recogemos, almacenamos y depositamos, donde el “nuevo rico” te indica que lo hagas, para no tener ellos que arriesgar apenas inversión. Y encima, además de pagar la tasa de basuras correspondiente, se inventan un nuevo impuesto bautizado democráticamente con el nombre de: “Tasa de recogida de residuos sólidos urbanos”, para sostener ese falso ecologismo político que indigna.

Tienes toda la razón, en mi juventud no había ecologismo verde, la gente tomaba el tranvía o ferrocarril, y los escolares íbamos al colegio andando en lugar de usar a nuestra mamá como taxista las 24 horas del día, entre otras cosas, porque no había asesinos en serie ni traficantes de droga ni violadores delinquiendo con total impunidad. Teníamos un solo enchufe eléctrico en cada habitación, no una regleta de enchufes para alimentar una docena de artefactos.

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Así que, ¿no te parece lamentable que generaciones “democráticas” como la tuya, y los parásitos que os han adoctrinado y os siguen adoctrinando, nos intententeis hacer comulgar con ruedas de molino a la hora de responsabilizarnos del mal que sufre nuestro Planeta, por carecer entonces, del empoderamiento para un falso ecologismo político o escuela de enchufismo, del que hoy hacéis gala sobre todo desde la Universidad y los partidos políticos, con asociaciones, fundaciones, plataformas, y más de 200.000 empresas públicas amorradas a la ubre del Tesoro?”

La buena señora, terminó de soltar todo su razonable alegato porque no la callaba ni una bala de cañón.

Tuvo su momento de gloria para poner en su sitio a un necio, que salió disparado del “super” con su empoderamiento entre las piernas. Y es que la necedad es muchas veces más dañina que la maldad. Ya está bien de recibir lecciones de ecología de cualquier cantamañanas “producto” de las universidades marxistas, sin otro propósito que confundir a la opinión más ignorante adicta a las televisiones, mientras ellos inundan con toneladas de residuos cualquier lugar donde se les antoja celebrar un macrobotellón.
Toneladas de residuos tras el macrobotellón de Valencia.

Hoy, a los aficionados a salir al campo a coger setas o espárragos, se les persigue para denunciarlos si previamente no han abonado la tasa correspondiente, lo que pone de manifiesto el afán recaudatorio que ejercen las autoridades a través del nuevo empoderamiento de un ecologismo político. Se denuncia y multa a los excursionistas por coger piñas, poleo o manzanilla, y sin embargo, estos del empoderamiento ecológico, miran para otro lado ante los macrobotellones o fiestas de la droga y el desmadre universitario, que dejan el paisaje urbano inundado con toneladas de mierda, vómitos, condones, papeles, plásticos y vidrios rotos; o contra las ilegales fiestas “rave” en espacios forestales para que los jóvenes se pongan ciegos de alcohol y drogas, como la celebrada en el término municipal de Benageber en Valencia entre el 31 de diciembre de 2014 y el 5 de enero de 2015, donde cuatro mil almas, el 80% extranjeros, tomaron La Serranía valenciana durante una semana, sin ningún tipo de permiso gubernamental, con el resultado de un muerto y daños valorados en miles de euros.

En España, gracias al empoderamiento de los necios del ecologismo político, y a los hipócritas del macrobotellón, miles y miles de euros vía subvenciones van a parar a “estudios” sobre qué se debe hacer, cuando un animal en peligro de extinción se come una planta en peligro de extinción; a perseguir la caza y la pesca y declararlas “violencia machista”; o a intentar impedir que las vacas suelten ventosidades para reducir el agujero de la capa de ozono, cargando contra el sector primario español.

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España

Así nos ven desde fuera: el sucio traidor de Feijóo y sus adláteres son reconocidos por lo que son

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Escándalo en España: El PP se unió al socialismo y votó a favor de darle la ciudadanía a 500.000 inmigrantes ilegales de África

El PP, el PSOE y todos los partidos de izquierda se unieron para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes que ingresaron de manera ilegal en la última década.

El Partido Popular (PP), una suerte de Juntos por el Cambio en España, ha vuelto a traicionar a su base de votantes y decidió unirse con la extrema izquierda para regularizar y otorgarle la ciudadanía a más de 500.000 inmigrantes ilegales que arribaron al país desde África o Medio Oriente.

Si bien la ley todavía no ha sido aprobada, más bien solo se ha aprobado el tratamiento del mismo en el Parlamento, el PP sienta un peligroso precedente y ha anticipada que busca volver a votar de la misma manera en el recinto una vez que se modifiquen algunos aspectos del proyecto de ley.

De hecho, todos los partidos en el Parlamento han votado a favor del tratamiento y aprobarán pronto la ley, con la única excepción de los legisladores de VOX, que se opuso de cuajo contra la ley que le agregaría más de 500.000 votos en todo el país a la izquierda.

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Según la diputada del PP, Sofía Acedo, fue Cáritas, la organización benéfica de la Iglesia Católica, que hizo lobby para que dicha legislación sea aprobada, a pesar de que dentro de ese medio millón de personas hay prácticamente una totalidad de árabes musulmanes.

Por su parte, la socialista Elisa Garrido ha trasladado que el PSOE votará a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el “respeto” que merece darle participación directa en la política a quienes viven en España, y que creen que es necesario “seguir avanzando en mecanismos que garanticen procesos seguros de inmigración”.

Por su parte, la diputada de VOX Rocío De Meer ha indicado de nuevo que la formación liderada por Santiago Abascal rechaza la medidaQueremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común“.

En España se han llevado a cabo seis regularizaciones extraordinarias de inmigrantes en toda su historia. Entre 1991 y 1992 se puso en marcha, con el Gobierno socialista, una regularización extraordinaria que benefició a 108.321.

En 1996, con el PP mediante otro proceso de regularización extraordinaria, obtuvieron papeles 21.294 inmigrantes de los 25.128 que lo solicitaron. En el año 2000 solicitaron la regularización 244.327 extranjeros y consiguieron la documentación 163.352. En el año 2001 fue denominado “regularización por arraigo” y se otorgó papeles a 239.174 inmigrantes más.

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Como si esto no fuera poco, en el 2005, durante el gobierno del comunista José Luis Rodríguez Zapatero, hace casi 20 años, se le otorgó ciudadanía a medio millón de inmigrantes, la misma cantidad que pretende dar ahora Pedro Sánchez, peleando codo a codo por el récord histórico de pérdida de identidad.

Fuente: Derecha Diario.

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