En las últimas horas, cientos de productos de marcas de referencia como son Doritos, Lay’s, Pepsi o 7Up han dejado de estar disponibles en la tienda online o supermercados de Carrefour europeos. No se trata de un error informático o un problema de logística en los almacenes, sino de un veto de la cadena contra la compañía PepsiCo por una subida “inaceptable” de los precios. Ha llegado el día en el que los supermercados se han puesto del lado de los consumidores (y de sus bolsillos).
¿Qué ha pasado? Carrefour ha comenzado a colocar carteles explicativos en algunos de sus establecimientos franceses indicando que no hay ni habrá por el momento productos de la multinacional estadounidense PepsiCo como pueden ser los famosos refrescos Pepsi, las patatas Lay’s o los aperitivos Doritos. Esta medida afecta a más de 9.000 tiendas, dos tercios de las 14.348 tiendas que el minorista tiene en todo el mundo. De momento, la compañía no ha aclarado si los productos que ahora mantiene a la venta se retirarán o no se repondrán una vez se agoten.
¿Por qué? La maniobra de Carrefour llega después de que la compañía estadounidense comunicara en octubre un aumento de precios “modesto” este año, ya que la demanda se mantuvo el pasado ejercicio a pesar de acometer entonces otras tres subidas de precios. La distribuidora acusa al gigante estadounidense de la alimentación de estar aplicando un incremento desorbitado y continuado de los precios y de aplicar la “reduflación” a sus productos. Es decir, que los artículos son cada vez más caros y de menor tamaño.
Las negociaciones entre el fabricante y el distribuidor llevaban agitándose en los últimos meses y esa tensión ha llevado a Carrefour a dar portazo al grupo PepsiCo, diciendo que está llevando las subidas más allá de lo justificable. Uno de los portavoces de Carrefour, Michel-Edouard Leclerc, explicaba en la emisora France Info que los industriales les reclaman incrementos de precios de entre el 6 % y el 10 %, y en algunos casos de hasta el 20 % cuando su compañía está buscando “la deflación”.
En España. Hasta el momento, en España el veto sólo afecta a la tienda online de la distribuidora, donde solo hay disponible ahora mismo un pack de 9 latas de la versión zero sin cafeína de Pepsi o el litro de gazpacho de Alvalle, la empresa murciana adquirida por la multinacional en 1999. En los supermercados, sin embargo, aún no se han colocado los carteles informativos, pero según avisó la empresa, la retirada de estos productos afectará pronto a todos los países en los que está presente: Francia, España, Italia y Bélgica.
Los precios. Lo cierto es que los precios de estos productos llevan años subiendo. Los famosos Doritos ya cuestan 3,40 euros, cuando hace poco la bolsa grande rondaba los 1,80 euros. Mientras tanto, las Ruffles siguen un camino similar: una bolsa de 265 gramos ya vale 2,65 euros, cuando hace no tanto su precio era de 1,20 euros. Es algo que llevan denunciando los tenderos de algunos puntos de España. Y, sobre todo, los consumidores: “Compré un paquete de aire de la marca Ruffles con algunas patatas de regalo. Convénceme de que teniendo en cuenta su precio no se trata de una estafa”, relataba un usuario en X (antes Twitter).
No es la primera vez que pasa. La compañía francesa lleva años cuestionando los precios de las grandes empresas de productos de consumo y alimentación. Y aplicando medidas al respecto. El año pasado lanzó una cesta antiinflación con un coste de 30 euros. Y después llevó a cabo una campaña contra la reduflación, incluyendo advertencias en productos de Lindt o Lipton para informar a los compradores de que los fabricantes han reducido los tamaños de los productos mientras elevan sus importes al público.
Reduflación. Razón no les falta. Desde hace algunos años, los consumidores de diferentes países han observado que algunos de sus productos favoritos tienen tamaños más reducidos en peso o volumen, pero conservando los precios de antes o incluso aumentándolos. Para medir este fenómeno, varios periodistas de la BBC analizaron durante los últimos cuatro años 19 productos de distintos fabricantes y descubrieron que 18 de ellos habían sufrido reducciones en su tamaño.
La Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido revela que en los últimos cinco años más de 2.529 productos han menguado de tamaño sin variar los precios. El fenómeno es evidente en helados, snacks, cereales, aceites, atún, aceitunas, suavizantes, detergentes y refrescos, entre otros. Básicamente, las bolsas ahora traen más aire que producto. Y si a eso sumamos un incremento de los precios, tenemos un gran problema.