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Zapatero pactó con la banda terrorista ETA su declaración oficial tras el anuncio de la “tregua”

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José Luis Rodríguez Zapatero / Imagen: Captura de Youtube
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Los enviados del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en las negociaciones políticas con la banda terrorista ETA aceptaron la propuesta de la organización criminal de ocultar en “anexos” secretos la consideración de ‘vascos’ que daban a los ciudadanos de Navarra en los acuerdos alcanzados antes de anunciar la declaración de alto el fuego permanente, según las actas de ETA a las que ha tenido acceso Europa Press. Estos anexos, junto con el preámbulo y las actas de las negociaciones están depositados en un banco y custodiados por el facilitador de los encuentros, la Fundación suiza Henry Dunant con sede en Ginebra.

El planteamiento surgió durante la fase inicial, en la sexta reunión de la tanda de negociaciones previas a la declaración de tregua por parte de ETA, las celebradas en julio de 2001. Fueron los enviados de la organización terrorista quienes los propusieron cuando estaban discutiendo con los representantes del Gobierno qué se consideraba sociedad vasca o ciudadanos vascos.

Los enviados de la banda terrorista plantearon que se incluyera en la declaración que tenía que realizar el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que este término de sociedad vasca incluía a los ciudadanos de Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra. Pero ante las reticencias del Gobierno, que no quería ser tan preciso en la declaración pública del Jefe del Ejecutivo, los enviados de la banda propusieron que determinadas cuestiones se recogieran en “anexos” que serían secretos.

Según informa Europa Press, inicialmente, la representación gubernamental se mostró ‘totalmente en contra, según consta en las actas intervenidas a ETA. Pero los enviados de la organización terrorista insistieron y preguntaron al facilitador de las reuniones si, atendiendo a su experiencia, era usual realizar anexos en los acuerdos, aunque éstos no se hicieran públicos. El facilitador respondió que sí, “que se hacen a menudo y que son habituales en el ámbito de la diplomacia” y se mostró dispuesto a realizarlos él mismo desde su labor de notaría”. Pero la propuesta se quedó para la siguiente reunión y en la séptima, el Gobierno aceptó incluir los anexos.

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La condición era que los hiciera el facilitador desde el ámbito de su trabajo, es decir, “desde su labor de recoger en acta el contenido de las negociaciones. Los puntos que se debían incluir inicialmente en esos anexos, que no formarían parte de la declaración final que haría el jefe del Ejecutivo pero que se referían al primer párrafo de ésta, eran relativos a los “ciudadanos vascos’ y la expresión ‘respetando las normas y procedimientos legales”.

También se estableció que habría anexos para otra parte de la declaración de Zapatero, en lo relacionado con los “mecanismos de negociación”, con los “partidos políticos vascos así como los agentes sociales, económicos y sindicales’ y sobre las labores de las mesas de negociación.

Finalmente, en los anexos aceptados por las dos partes se reflejaron seis puntos que eran aclaratorios de la declaración que pactaron para que realizara Zapatero cuando ETA anunciara la tregua.

El primero de ellos se redactó así: ‘Entendemos como ‘acuerdos’ los concernientes al futuro de los ciudadanos de Araba, Gipúzkoa, Bizkaia y Nafarroa, constatando la existencia de dos comunidades autónomas’.

Tras alcanzar el acuerdo sobre la declaración del entonces presidente del Gobierno, los enviados de Zapatero expusieron que se abría un periodo hasta la declaración de éste en el que tendría que lograr una especie de pacto de Estado, al tiempo que ratificaban las “garantías” que serían tratadas también de ‘manera secreta”. Estas garantías eran las siguientes, según la información de Europa Press: no hacer detenciones, ni en España ni en Francia, no realizar ataques contra la autodenominada Izquierda Abertzale, legalización de facto de asociaciones, partidos y organismos abertzales y control de las fuerzas armadas.

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Sobre este último punto, en una de las reuniones, el mediador que hablaba directamente con Zapatero explicó que el Ejecutivo estaba estudiando la posibilidad de hablar con los franceses para bajar la presión debido al temor del presidente a que llegara a la Policía la noticia de las conversaciones con la banda terrorista.

Finalmente y para evitar filtraciones, acordaron que las actas -que incluían el preámbulo y los anexos o aclaraciones- se guardarían en secreto, que habría una sola copia y que se guardarían en un banco. Estas actas, aclararon, serían la interpretación que hacía el facilitador de las negociaciones sobre todo lo hablado en ellas.

Según Europa Press, en las actas de ETA, el nombre del facilitador no aparece en ningún momento, se le identifica con las siglas LAU, pero el 22 de marzo de 2011, uno de los enviados del Gobierno a esa negociación prestó declaración como testigo protegido en el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. Allí dijo desconocer a qué respondían esas siglas pero desveló que los mediadores que estaban en esas reuniones eran del Centro Henri Dunant, con sede en Suiza.

Según cuenta La Tribuna del País Vasco, en aquellos momentos el Centro Henri Dunant nombró al socialista Javier Solana, ex secretario general de la OTAN y ex responsable de asuntos exteriores de la Unión Europea, como su presidente de honor. Paralelamente, también en aquellos años, tanto el Ayuntamiento de San Sebastián, entonces en manos del también socialista Odón Elorza, como el Gobierno Vasco, liderado en aquellos momentos por el también socialista Patxi López, subvencionaron diversas actividades del Centro Henri Dunant.

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España

Así nos ven desde fuera: el sucio traidor de Feijóo y sus adláteres son reconocidos por lo que son

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Escándalo en España: El PP se unió al socialismo y votó a favor de darle la ciudadanía a 500.000 inmigrantes ilegales de África

El PP, el PSOE y todos los partidos de izquierda se unieron para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes que ingresaron de manera ilegal en la última década.

El Partido Popular (PP), una suerte de Juntos por el Cambio en España, ha vuelto a traicionar a su base de votantes y decidió unirse con la extrema izquierda para regularizar y otorgarle la ciudadanía a más de 500.000 inmigrantes ilegales que arribaron al país desde África o Medio Oriente.

Si bien la ley todavía no ha sido aprobada, más bien solo se ha aprobado el tratamiento del mismo en el Parlamento, el PP sienta un peligroso precedente y ha anticipada que busca volver a votar de la misma manera en el recinto una vez que se modifiquen algunos aspectos del proyecto de ley.

De hecho, todos los partidos en el Parlamento han votado a favor del tratamiento y aprobarán pronto la ley, con la única excepción de los legisladores de VOX, que se opuso de cuajo contra la ley que le agregaría más de 500.000 votos en todo el país a la izquierda.

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Según la diputada del PP, Sofía Acedo, fue Cáritas, la organización benéfica de la Iglesia Católica, que hizo lobby para que dicha legislación sea aprobada, a pesar de que dentro de ese medio millón de personas hay prácticamente una totalidad de árabes musulmanes.

Por su parte, la socialista Elisa Garrido ha trasladado que el PSOE votará a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el “respeto” que merece darle participación directa en la política a quienes viven en España, y que creen que es necesario “seguir avanzando en mecanismos que garanticen procesos seguros de inmigración”.

Por su parte, la diputada de VOX Rocío De Meer ha indicado de nuevo que la formación liderada por Santiago Abascal rechaza la medidaQueremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común“.

En España se han llevado a cabo seis regularizaciones extraordinarias de inmigrantes en toda su historia. Entre 1991 y 1992 se puso en marcha, con el Gobierno socialista, una regularización extraordinaria que benefició a 108.321.

En 1996, con el PP mediante otro proceso de regularización extraordinaria, obtuvieron papeles 21.294 inmigrantes de los 25.128 que lo solicitaron. En el año 2000 solicitaron la regularización 244.327 extranjeros y consiguieron la documentación 163.352. En el año 2001 fue denominado “regularización por arraigo” y se otorgó papeles a 239.174 inmigrantes más.

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Como si esto no fuera poco, en el 2005, durante el gobierno del comunista José Luis Rodríguez Zapatero, hace casi 20 años, se le otorgó ciudadanía a medio millón de inmigrantes, la misma cantidad que pretende dar ahora Pedro Sánchez, peleando codo a codo por el récord histórico de pérdida de identidad.

Fuente: Derecha Diario.

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