Pero quizá lo más notable sea que Trump es un outsider de la política, un empresario, mientras que Biden ha echado los dientes en los corredores del poder y se le tenía por un experto en relaciones internacionales. Aún recuerdo los comentarios de nuestros políticos españoles tras la victoria de Biden, asegurando, aliviados, que «hoy el mundo es un lugar más seguro». Pues menos mal.
Y Tucker quiso tirarle de la lengua con una cuestión bastante peliaguda: la voladura del gasoducto Nord Stream 2, la vena que alimentaba la industria alemana y, por extensión, la europea, cuya autoría aún se pretende un misterio. Nadie quiere saber nada del asunto, porque responder a la pregunta supondría con toda probabilidad reconocer públicamente que Estados Unidos protagonizó un acto de terrorismo contra una potencia aliada, Alemania, en plena guerra de Ucrania.
Trump fue sorprendentemente prudente en su respuesta, aunque no hace falta ser Sherlock Holmes para leer entre líneas: «No quiero meter a nuestro país en problemas, así que no responderé», dijo después de que le preguntaran quién estaba detrás de la explosión del gasoducto. «Pero puedo decirte quién no fue: no fue Rusia», añadió inmediatamente.
«No responderé la pregunta porque no quiero que nuestro país se hunda más de lo que ya está«, continuó Trump. «Me niego a decirlo porque quiero que nuestro país quede limpio».
«Creo que es mucho más que infraestructura de lo que estás hablando. Podríamos terminar en la Tercera Guerra Mundial por culpa de esto, olvídate de los gasductos», siguió Trump. «Creo que es el período más peligroso de la historia porque tenemos gente incompetente allí arriba. Una vez más, no hay problema con China o Rusia si sabes lidiar con ellos; Rusia no iba a entrar en Ucrania conmigo, China no invadiría Taiwán», pero «tenemos una persona incompetente en el poder».
Carlos Esteban.