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Se confirman las sospechas: Pablo Casado es, además de traidor, un infiltrado del PSOE: Su principal objetivo es reducir a VOX al 8%

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La dirección del PP asume que la legislatura será larga y se ha fijado un objetivo a medio plazo. “Tenemos que neutralizar a Vox antes de que el PSOE neutralice a Podemos”, señalan.

Escenificada la ruptura con Vox, a Pablo Casado le queda aún lo más difícil: que los españoles dejen de votar al partido de Santiago Abascal. O, al menos, que lo voten en unos márgenes inofensivos para el PP.

En ésas está el líder de los populares. Sin prisa pero sin pausa, en el ala oeste de Génova 13 se han fijado un objetivo a medio plazo, conscientes de que esta legislatura de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias será longeva: “Tenemos que mandar a Vox al 8% de voto”, señalan desde allí a ESdiario.

Es decir, convertirlo en el siguiente Ciudadanos, puesto que todo partido que cae por debajo del 10% de voto está condenado a quedarse fuera de la inmensa mayoría de las circunscripciones: es una cuestión de restos. Cs obtuvo el 6,86% en noviembre de 2019 y cayó a diez diputados.

La empresa no es fácil, sino más bien titánica. Porque actualmente la formación de Abascal es la tercera del arco parlamentario, obtuvo un 15,2% en las elecciones generales de hace un año y, aunque en los primeros meses de la pandemia se resintió en las encuestas, ahora ha recuperado fuelle y sigue bien sujeto a ese 15% -aproximado-.

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Pero el PP se da tres años para enviar a Vox a las galeras de ese 8% de voto. Y para ello en la dirección del partido son conscientes de que no solo se enfrentan a la beligerancia de los de Abascal, sino también a la factoría Moncloa: al tándem formado por Pedro Sánchez e Iván Redondo, “expertos” -dicen en el PP– en alimentar a Vox.

De hecho, y a pesar de la segunda ola de la pandemia, el Gobierno ha fijado en su agenda legislativa para los próximos meses proyectos de ley con un alto voltaje ideológico que, a priori, favorecen que la polarización siga creciendo. Y con ella Vox, frente al “centro reformista” que el martes reivindicó Casado ante los miembros de su Comité Ejecutivo Nacional (con las consiguientes chanzas de la formación a su derecha).

Leyes como la de memoria democrática, la de eutanasia, la popularmente conocida como ley del solo sí es sí y la de la igualdad para las personas LGTBI. Además de una reforma de la ley del aborto anunciada en el Congreso por Irene Montero para que las menores de 16 años no necesiten el consentimiento paterno para interrumpir su embarazo (condición que revirtió el Gobierno de Mariano Rajoy).

Un grupo de simpatizantes de Vox este viernes ante el Tribunal Supremo.

 

“Tenemos que neutralizar a Vox antes de que el PSOE neutralice a Podemos“, resumen desde la cúpula popular. “No es lo mismo ir dos contra dos en las elecciones que dos contra uno”, añaden, en alusión a la división de la izquierda y la del centro derecha. Una lo es cada vez menos; otra está muy enquistada.

El rumbo lo marcó el presidente del PP en la moción de censura de Vox, aunque en realidad la distancia entre uno y otro partido se había ido agrandando durante la pandemia. En este tiempo Abascal ha organizado protestas en coche y ha judicializado la gestión de un Ejecutivo por “criminal”. Este mismo viernes el partido presentó dos recursos ante el Tribunal Constitucional, uno de inconstitucionalidad  y otro de amparo, contra el estado de alarma de seis meses del Ejecutivo.

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Casado, por contra, ha renunciado a las pancartas y a los tribunales para hacer oposición desde el Congreso y desde las cinco comunidades autónomas donde gobiernan los suyos. En tres de ellas, la Comunidad de Madrid, Andalucía y Murcia, lo hacen con el apoyo de Vox. En las tres el partido de Abascal ha amagado con no apoyar los Presupuestos regionales y/o encarecer su apoyo, pero los populares creen que van de farol: el PP tiene un espectro más amplio de posibles pactos -dicen en alusión al PSOE-, pero Vox solo es Vox con el PP, añaden.

De momento, las próximas encuestas que se publiquen mostrarán los efectos secundarios más inmediatos para el centro derecha de la moción de censura de hace dos semanas. Aunque al PP el corto plazo no le preocupa tanto, ante la ausencia de elecciones en el calendario (salvo en Cataluña). De hecho esta vez ni siquiera ha encargado un sondeo propio para medir las consecuencias, aseguran fuentes del partido a este periódico.

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España

Así nos ven desde fuera: el sucio traidor de Feijóo y sus adláteres son reconocidos por lo que son

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Escándalo en España: El PP se unió al socialismo y votó a favor de darle la ciudadanía a 500.000 inmigrantes ilegales de África

El PP, el PSOE y todos los partidos de izquierda se unieron para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes que ingresaron de manera ilegal en la última década.

El Partido Popular (PP), una suerte de Juntos por el Cambio en España, ha vuelto a traicionar a su base de votantes y decidió unirse con la extrema izquierda para regularizar y otorgarle la ciudadanía a más de 500.000 inmigrantes ilegales que arribaron al país desde África o Medio Oriente.

Si bien la ley todavía no ha sido aprobada, más bien solo se ha aprobado el tratamiento del mismo en el Parlamento, el PP sienta un peligroso precedente y ha anticipada que busca volver a votar de la misma manera en el recinto una vez que se modifiquen algunos aspectos del proyecto de ley.

De hecho, todos los partidos en el Parlamento han votado a favor del tratamiento y aprobarán pronto la ley, con la única excepción de los legisladores de VOX, que se opuso de cuajo contra la ley que le agregaría más de 500.000 votos en todo el país a la izquierda.

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Según la diputada del PP, Sofía Acedo, fue Cáritas, la organización benéfica de la Iglesia Católica, que hizo lobby para que dicha legislación sea aprobada, a pesar de que dentro de ese medio millón de personas hay prácticamente una totalidad de árabes musulmanes.

Por su parte, la socialista Elisa Garrido ha trasladado que el PSOE votará a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el “respeto” que merece darle participación directa en la política a quienes viven en España, y que creen que es necesario “seguir avanzando en mecanismos que garanticen procesos seguros de inmigración”.

Por su parte, la diputada de VOX Rocío De Meer ha indicado de nuevo que la formación liderada por Santiago Abascal rechaza la medidaQueremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común“.

En España se han llevado a cabo seis regularizaciones extraordinarias de inmigrantes en toda su historia. Entre 1991 y 1992 se puso en marcha, con el Gobierno socialista, una regularización extraordinaria que benefició a 108.321.

En 1996, con el PP mediante otro proceso de regularización extraordinaria, obtuvieron papeles 21.294 inmigrantes de los 25.128 que lo solicitaron. En el año 2000 solicitaron la regularización 244.327 extranjeros y consiguieron la documentación 163.352. En el año 2001 fue denominado “regularización por arraigo” y se otorgó papeles a 239.174 inmigrantes más.

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Como si esto no fuera poco, en el 2005, durante el gobierno del comunista José Luis Rodríguez Zapatero, hace casi 20 años, se le otorgó ciudadanía a medio millón de inmigrantes, la misma cantidad que pretende dar ahora Pedro Sánchez, peleando codo a codo por el récord histórico de pérdida de identidad.

Fuente: Derecha Diario.

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