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Recep Tayyip Erdogan y sus colegas matones

Redacción

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El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, durante su discurso inaugural del pasado 9 de julio en Ankara.
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Por Burak Bekdil.- Como sus amigos Maduro y Al Bashir, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, sigue acosando a sus vecinos.

Nueve de julio. La caravana de Recep Tayyip Erdogan llegó al palacio presidencial de Ankara, de 1.100 habitaciones, en un día inusualmente lluvioso. Los mercedes blindados estaban alfombrados de rosas rojas, que la multitud había arrojado horas antes de la extravagante ceremonia inaugural. Ciento una salvas y una banda militar otomana saludaron a Erdogan, en una ceremonia a la que fueron invitadas 10.000 personas (este autor estaba en la lista, pero prefirió no acudir en señal de protesta).

Si los fastos de palacio mostraron la cara reluciente de Turquía, los acontecimientos registrados la víspera fueron penosos y dieron cuenta de la otra Turquía. Un tren de pasajeros descarriló en Tracia, al oeste de Estambul, a resultas de lo cual murieron 24 personas y más de 300 resultaron heridas. Además, estudiantes de la Universidad Técnica del Medio Oriente en Ankara fueron detenidos por esgrimir durante su ceremonia de graduación pancartas en las que se «insultaba al presidente».

También el 8 de julio, más de 18.000 empleados públicos fueron despedidos por ser «sospechosos de tener vínculos con grupos que actúan contra la seguridad nacional». Con ello, el número de purgados desde el intento de golpe de Estado de julio de 2016 ascendió a 125.806 .

De vuelta a lo sucedido el día 9 en palacio, todo el mundo sonreía y saludaba a Erdogan. Así, el autocrático Nicolás Maduro dijo que era «un amigo de Venezuela y un líder del nuevo mundo multipolar». Maduro parece haber olvidado que él es el no deseado líder de un país no democrático sumido en el caos y la violencia, en el que la inflación supera el 82,000%.

Según la Organización de Estados Americanos (OEA), que agrupa a 35 países, en la Venezuela de Maduro se cometen crímenes contra la Humanidad de manera sistemática; crímenes entre los que se cuentan la violación y tortura [de disidentes] y más de 8.000 ejecuciones extrajudiciales.

La lista de los dignatarios extranjeros invitados a la ceremonia presidencial de Erdogan revela el perfil político de éste, así como sus inclinaciones ideológicas, sus amistades y enemistades: ahí estaban los jefes de Estado de Catar, Bulgaria, Georgia, Macedonia, Moldavia, Bosnia, Serbia, Kosovo, Pakistán, la (escindida) República Turca del Norte de Chipre (sólo reconocida por Turquía), Kirguistán, Guinea, Zambia, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial, Somalia, Mauritania, Gabón, el Chad y Yibuti. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, envió a su primer ministro, Dmitry Medvédev.

Otro invitado presidencial, uno de los mejores amigos islamistas de Erdogan, fue el sudanés Omar al Bashir, el primer presidente en ejercicio en ser encausado en la Corte Penal Internacional por genocidio y crímenes contra la Humanidad, por la muerte de «entre 200.000 y 300.000 personas» en Darfur desde 2004. Erdogan ha defendido en el pasado a Al Bashir diciendo: «No es posible que alguien que profesa el islam cometa un genocidio».

Un par de semanas después de que posara ante las cámaras con sus amigotes, «Erdogan dijo que la ley israelí que declara que sólo los judíos tienen derecho a la autodeterminación [en Israel] legitima la opresión y muestra que Israel es un país fascista y racista en el que ha vuelto a emerger el espíritu de Hitler», según reportó la agencia Reuters.

Como sus amigos Maduro y Al Bashir, Erdogan sigue acosando a sus vecinos. El 30 de julio, Turquía advirtió a Israel y a Egipto de que no «excedieran sus límites» después de que los embajadores de ambos países en Chipre al parecer «sugirieran que la acción militar contra fuerzas navales turcas en el Mediterráneo Oriental es una opción» para proteger las prospecciones energéticas chipriotas [en la zona] ante las «provocaciones turcas».

Erdogan tiene un compromiso ideológico con un «nuevo mundo multipolar», como destacó Maduro. Su fiesta de palacio fue como un cumpleaños al que estuvieran invitados todos los matones escolares del vecindario. Los profesores y los padres, temerosos, andan a la espera de la próxima correría de la banda. Los niños siempre serán niños. Pero las bandas de matones no siempre se contentan con vandalizar los coches de los enemigos o apedrear las ventanas de sus casas.

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¿A quién le importa el futuro de las mujeres en Afganistán?

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 Cuál es el futuro de las mujeres en Afganistán

 

Es un tema muy manido últimamente el del futuro de las mujeres en Afganistán, o lo era, hasta que empezaron a coordinarse todos los volcanes del mundo para entrar en erupción a la vez. Pero tal vez lo que habría que preguntarse qué ha cambiado y va a cambiar con el retorno al poder de los talibanes. Pero, ¿acaso se fueron del país alguna vez? ¿Acaso depende tanto del Gobierno de Kabul lo que sucede en 99% restante del territorio, donde habita la mayor parte de la población rural afgana?

 

Por amigos míos que han servido en ese país durante estos 20 años tirados a la basura con la retirada, que se ha producido de la forma más escandalosa y absurda, he podido conocer de primera mano las condiciones de vida reales de esa población. Y recuerdo de forma especial un relato de un amigo mío, piloto de helicópteros, que se dedicaba a extraer heridos y muertos del frente.

 

La señora afgana a la que su propia gente dejó atrás por inútil

 

En uno de estos viajes recogimos a una señora mayor que se había roto una pierna y que había sido abandonada, por tanto, como carga inútil por su clan. Pero lo más sorprendente de todo fue que mientras la estábamos llevando a la base, para curarla, un auxiliar afgano que viajaba con nosotros se sorprendió de que perdiéramos el tiempo con una persona que había sido ya desechada por los suyos. Sin duda una anécdota brutal que nos lleva a tiempos pasados como es de los cántabros, sociedad pastoril en la que los ancianos se quitaban de medio ellos mismos para no causar un estorbo en una economía de subsistencia como aquélla.

 

Como la que es hoy en Afganistán y ha seguido siendo con la ocupación de las fuerzas occidentales, que ahora vemos que poco han conseguido o nada, porque su chapucera retirada ha devuelto a esta gente a la misma situación anterior a la guerra. Y sin esperanza de que vaya a mejorar nada.

 

Los planes de la élite: el totum revolutum total

 

Esperemos que los talibanes cumplan su promesa de no volver a las andadas

 

Por de pronto, los talibanes han querido mostrar una cara amable asegurando siempre que no van a tomar represalias contra los que más miedo les tienen: personal que colaboró con las fuerzas de ocupación, homosexuales y otras minorías y por supuesto que una gran mayoría de mujeres que teme la reimplantación de la Sharía en todo el país. La brutal ley patriarcal, más que islámica, que lleva rigiendo el país desde tiempo remotos y que se ha seguido practicando en casi todo el país durante la ocupación militar de Occidente. Por esto no entiendo tanto por qué se dramatiza ahora con el tema cuando poco ha cambiado la realidad de la mujer y la niña afgana en todo este tiempo.

 

Parece que sólo cuando está el foco puesto encima a la gente le preocupa lo que pase en un sitio concreto y una situación, pero luego los temas dejan de estar de moda y aquí no ha pasado nada. Y lo dice uno que ha seguido la historia del país desde el principio y desde antes de que empezara esta última guerra. Creo sinceramente que el pueblo afgano es rehén de las políticas de las grandes superpotencias y lo sigue siendo.

 

Las mujeres y niñas afganas: rehenes de la geoestrateg ia mundial

 

Si de verdad le hubiera importado a alguien en el poder lo que ha sucedido y lo que sigue sucediendo, con las mujeres y con todo el mundo en Afganistán, creo que nunca hubiera habido guerra para empezar. Pero era y es el negocio que de verdad está por detrás de todo lo que está pasando. De lo contrario, como la historia nos ha enseñado, se hubiera aplicado esa máxima de que la seda de las caravanas penetra mejor las fronteras que el hierro de las legiones. También creo que se puede actuar desde aquí para que las condiciones de vida de los afganos y en especial de las mujeres y niñas sean mejores.

 

Lo del avión militar de Kabul y la gente aferrándose a sus alas: otro timo

 

Es mucho más difícil plantearlo así que sacar a todo el mundo de un país y empezar a repartirlo por el mundo cuando su verdadero país es Afganistán y no tiene nada de malo. Pero es una humilde opinión de alguien que de verdad intenta llegar al fondo de las cosas y pensar soluciones de verdad. Porque creo que estamos jugando con el tablero y las piezas te los que han provocado la guerra y ahora esta crisis. Y no son gente que juega limpio.

 

Nadie ha buscado soluciones para promocionar a la población civil afgana

 

Yo pienso que las cosas se podían haber hecho de otra manera. Todo ese dinero y esfuerzo invertido en una guerra que nunca fue bien, desde el principio, y que nunca tenía que haber empezado, se pudo haber empleado en algo que realmente fuera productivo en términos de promocionar a la población civil afgana y en concreto de las mujeres y niñas. Lamentablemente creo que ese punto nunca estuvo en la agenda de los poderosos que decidieron invadir aquello hace casi 20 años y mucho me temo que su retirada también tendrá alguna consecuencia secreta, que no nos han contado todavía, pues esta gente nunca da puntada sin hilo.

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