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España

Vox pide medidas para combatir el auge de la droga ‘zombie’ en Barcelona

Redacción

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Marcos Ondarroa. 

 

El fentanilo, la conocida como «droga zombie» por los efectos que causa en los que la consumen, está provocando una de las mayores crisis humanitarias de la historia de Estados Unidos. Este opioide, que se combina habitualmente con otros fármacos, como el alcohol, la heroína o la metadona, elevando el riesgo de adicción y de sobredosis (y muerte), es ya la principal causa de muerte no natural de los estadounidenses de entre 15 y 45 años.

Por desgracia, el auge en el consumo de este peligroso opioide ha cruzado el charco para llegar a otros lugares de Occidente. En España, ya está comenzando a irrumpir silenciosamente en Barcelona. Concretamente, en algunos de los barrios más marginales, como El Raval. Esto ha provocado que el Grupo Municipal Vox, en una proposición, ha instado al Ayuntamiento de la Ciudad Condal a tomar medidas para no convertirse en una «ciudad zombie».

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«Durante los últimos tres años, los vecinos de Ciutat Vella han denunciado de manera reiterada el aumento preocupante de personas drogodependientes que consumen sustancias en plena calle, especialmente en el barrio del Raval», reza la proposición, que se justifica por «la alarma a nivel mundial provocada por las imágenes de personas consumiendo fentanilo o droga zombie en las calles de Filadelfia (EEUU) y las recientes informaciones que apunta que el consumo de este opiáceo podría empezar a tener más consumo en Europa y España».

Por lo expuesto, el grupo liderado por Gonzalo de Oro Pulido ha instado al alcalde barcelonés, Jaume Collboni, a «establecer un seguimiento y protocolo de actuación para controlar y reducir con más eficacia el consumo de drogas en aquellos barrios con mayor problemática». También a «realizar un seguimiento especial ante el posible aumento del consumo de drogas como el fentanilo en las calles de Barcelona, ofreciendo un informe semestral para conocer la evolución del consumo de drogas en los diferentes barrios de la ciudad».

«Hemos vuelto a los años 80 en cuanto a drogadicción en el barrio del Raval», denunció Oro Pulido este viernes, cuando anunció que habían presentado «un plan específico para prevenir el fentanilo»: «Se ha puesto de moda en Estados Unidos, pero ya ha llegado a Europa. Le llaman la droga zombie y todos podemos ver por internet vídeos, sobre todo en la ciudad de Filadelfia, que realmente es tremendo. Provoca adicción, es muy fácil de conseguir, muy económica y convierte a esa persona en un zombie hasta que acaba muriendo».

La droga ‘zombie’

El fentanilo fue sintetizado por primera vez en 1960, y utilizado originalmente como analgésico intravenoso. Sin embargo, en las décadas 1970 y 1980 su uso se expandió a lo recreativo. Entre sus síntomas más reconocibles se encuentra el aletargamiento, la somnolencia o la confusión. De ahí que se la denomine la droga zombie, ya que las personas que toman altas dosis de este compuesto parecen muertos vivientes. La alarma con este químico comenzó precisamente por la viralización de unas imágenes en la que se veía como se vivía en un barrio de Estados Unidos muy marcado por la convivencia con este opioide. 

El ‘youtuber’ italiano Zazza graba un reportaje sobre los efectos del fentanilo en Filadelfia (EEUU).

Las razones del pico de consumo de fentanilo en Estados Unidos son diversas, pero una de las principales, a juicio de los expertos, es el enfoque hacia el control de los mismos: el sistema de salud privado en EEUU otorga gran autonomía a los centros privados en cuanto a la prescripción de estas sustancias. Esto puede llevar a una falta de coordinación y regulación en todo el sistema, lo que a su vez puede resultar en un acceso más fácil a estas drogas y un mayor potencial de abuso y adicción.

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El fentanilo en España

Pese a que esta droga aún no causa estragos en nuestro país, sí que hay datos que animan a la prevención. Y es que España ocupa el cuarto lugar en la OCDE en cuanto a consumo de esta droga, por detrás de EEUU, Alemania y Reino Unido. Según el Informe Edades 2022, el consumo de opiáceos en España aumentó el último año un 0,6%, y el fentanilo, que antes era un opiáceo marginal, ahora es el tercer opiáceo más consumido (14%) después de la codeína y el tramadol.

El fentanilo se utiliza en España como analgésico para tratar dolores crónicos y severos, y se comercializa en forma de parches transdérmicos. Es útil para el tratamiento del dolor, pero genera una enorme dependencia y tolerancia.

Aunque el aumento en el consumo de fentanilo en España no es especialmente preocupante, su creciente prevalencia y potencial para la adicción y la tolerancia plantean preguntas sobre la necesidad de una mayor vigilancia y control. Por eso Vox ya ha pedido que se empiecen a tomar medidas en Barcelona, primer foco del consumo de la droga zombie en nuestro país.

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España

En España gobierna don Julián. Por Carlos X. Blanco

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La colonización marroquí de España.

Carlos X. Blanco

En diversas publicaciones ya he advertido del peligro que corre España (y con ella Europa entera) siguiendo con la política de sumisión y apaciguamiento ante Marruecos que hace tiempo estamos llevando a cabo. La llegada del R78 supuso, ante el sultanato magrebí, la exhibición española de numerosos signos de debilidad.

Como he mostrado, por ejemplo, en el artículo “El Gran Marruecos” https://infoposta.com.ar/notas/13875/el-gran-marruecos/], el régimen de este país norteafricano nunca ha dejado de mostrar ambiciones expansionistas. Estas ambiciones incluyen la apropiación del Sahara Occidental, antigua colonia (primero) y provincia (después, hasta la invasión marroquí, 1975) y el exterminio y asimilación del pueblo saharaui, un pueblo cuyos miembros –de facto– pasaron de ser ciudadanos españoles de pleno derecho hasta 1975 a ser súbditos forzosos del sultán marroquí, cuando no apátridas. Probablemente el caso del Sahara ex español sea único en la historia del “imperialismo”: un estado africano neofeudal conquista territorio de un estado europeo capitalista, y somete con ello a una parte de su población nativa.

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El pueblo saharaui no se rinde, como sí lo hicieron los gobernantes españoles de entonces y de ahora; aunque los más lúcidos de los polisarios deberían revisar, como tantos hispanófobos de Iberoamérica, si la lucha por su independencia y sus atentados contra el Estado Español les han traído beneficios. Dentro de España se está mal, fuera, peor. Al contrario de lo que Clío nos enseña, de nuevo la gente se empecina y así se repite la historia: los independentistas (como ahora en Cataluña) se prestan a manejos de la Anglosfera, y consiguen victorias pírricas ante una España envilecida y decadente desde hace siglos. Al pretender defender a un pueblo, lo desligan de su matriz y lo arruinan, aunque en el caso saharaui, ni siquiera han logrado una independencia formal, como la lograda por los criollos (españoles traidores aunque muchos legítimamente descontentos en su día). No obstante, no será este mi centro de atención en el presente artículo.

En estas breves líneas prefiero llamar la atención sobre la colonización del relato, que corre paralela con el hecho que Marruecos está empezando a colonizar demográficamente España. Es lógico que una potencia expansionista e imperialista, como es el país magrebí, una vez consolidada su conquista (territorial en el caso del Sahara y demográfica en el caso de Canarias, Ceuta, Melilla, gran parte de Andalucía, el Mediterráneo, etc.) emprenda una conquista “narrativa”.

Como escribe Ahmed Baba (https://rebelion.org/la-red-de-propaganda-marroqui-en-espana/):

“Hace años que el régimen marroquí comprendió que la batalla del relato en España es fundamental para normalizar en la opinión pública española la ocupación que ejerce sobre el Sáhara Occidental, además de tapar la represión interna y vender una supuesta estabilidad y apertura política y económica.”

Hoy, con el gobierno de Pedro Sánchez, la política española ha dado un giro histórica y geopolíticamente inexplicable. Históricamente, porque el Reino de España ha cambiado de la noche a la mañana su postura contraria a la anexión del Sahara Occidental por parte del sultanato marroquí. De acuerdo con sus responsabilidades como antigua potencia colonialista, y detentadora de soberanía después (la provincia del Sahara fue creada en 1958), España no podía aceptar –como ahora acepta- esta anexión.

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Dado que el ejército español salió huyendo, por orden del rey Juan Carlos, de una provincia bajo soberanía española, y sin disparar un solo tiro, lo mínimo exigible al gobierno español dada una anexión de facto sería acatar las resoluciones de la ONU y preocuparse por el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.

España ha protagonizado un caso único, repito. Creo que es el único país europeo que ha permitido que un país africano (Marruecos) invada una provincia suya (pues el Sahara Occidental, en el momento de la invasión ya no era colonia, vuelvo a repetir, sino provincia española), y además permite que el sultanato marroquí controle las políticas, afectando a sus intereses en materia de seguridad, economía y geopolítica.

Geopolíticamente, la llave de dos mares (Atlántico y Mediterráneo) y de dos continentes-mundo (África islamizada y Europa ex cristiana) está en manos de Marruecos por decisión yanqui e israelí. En esta situación, los españoles nos quedamos como reses en el matadero. Solo cabe esperar la hora del sacrificio.

Primero invadieron el Sahara Español y ahora el poderoso lobby marroquí ha convertido a toda España en una colonia suya. Ahí está el caso del trato de favor que recibe Marruecos por parte de Bruselas y de Washington, en detrimento de los intereses españoles.

En la propia España, los marroquíes están creando sus órganos de propaganda, con la colaboración de políticos y periodistas españoles. El “síndrome de don Julián” se repite. Cuenta la leyenda que el gobernador ceutí, teóricamente a las órdenes del rey godo de Hispania, don Rodrigo, pactó el muy traidor con los musulmanes en 711 a los cuales les facilitó embarcaciones para pasar a la península y así consumar la invasión, en connivencia con la facción witiziana. La progresiva sumisión de España a Marruecos no sería posible sin estos personajes de la calaña de Pedro Sánchez, sucesores de don Julián, así como sus ministros y muchos miembros de la “élite” empresarial, periodística, etc. Como sigue relatando Ahmed Baba, la potencia invasora de Marruecos tiene permiso para expandir su “narrativa”:

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“En 2013 [el régimen marroquí] abrió en España el diario Atalayar, sus fundadores y actuales subdirector y director adjunto, son Mohamed Auchan y Mostafà Amadjar, y de director pusieron a Javier Ribas, un rebotado de la COPE que utilizan como cara visible y así camuflar quienes realmente están detrás.

Antes de fundar Atalayar, Mohamed y Mustafá trabajaban como periodistas en la oficina en Madrid de la agencia MAP (agencia oficial de noticias marroquí), en 2009 fue señalada en una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid como una tapadera de la DGED (espionaje exterior marroquí) a raíz de una denuncia por un artículo en el diario El Mundo del periodista marroquí exiliado en España Alí Lmrabt, donde les señaló como “un nido de espías”, el tribunal dio la razón al periodista y dictaminó que MAP y sus supuestos periodistas, entre los cuales estaban los fundadores de Atalayar, eran «elementos del espionaje marroquí en España».

El espionaje de los marroquís en España es el pan de cada día. El régimen despótico y abominable de Mohamed VI ha modernizado sus sistemas gracias a la ayuda de los sionistas, tanto estadounidenses como israelitas. Los políticos de todas las tendencias, derecha e izquierda, están siendo rastreados de continuo. Deben recordarse escándalos como el del móvil de Pedro Sánchez (software Pegasus), así como la nunca esclarecida relación de Pablo Iglesias con una señorita vinculada a Marruecos y a un partido político (el PAM, Partido Autenticidad y Modernidad) del país norteafricano, muy vinculado al sultán Mohamed VI. Ya de por sí es preocupante que los partidos políticos españoles contraten o recluten a asesores de origen marroquí y con vínculos con esa dictadura. Si encima hay escándalos de espionaje de por medio, podemos decir que don Julián, de nuevo, hace de las suyas.

La Dirección General de Estudios y Documentación (DGED, Los espías marroquís) están bajo sospecha desde que se descubrió que al menos 200 móviles de figuras principales de nuestro gobierno han sido atacados por el software Pegasus (de origen israelí): Sánchez, Grande-Marlaska, Margarita Robles…así como activistas saharauis y periodistas españoles que investigan las extrañas relaciones con el país magrebí así como el contencioso del Sahara. De manera inaudita, España no toma medidas contra el sultanato, a quien sigue llamando “aliado y amigo”. Seguramente el gobierno español y sus fuerzas armadas no dan ni un solo paso, en caso de que trataran de defender la soberanía española (caso dudoso) sin que su “aliado y amigo” se entere. El Reino de España vive bajo una continua presión y chantaje. Una vez que invadieron la provincia (ex colonia) del Sahara, la consigna de “lo volveremos a hacer” está presente en las autoridades marroquís. El 17 y 18 de mayo de 2021 varios miles de marroquís –se habla incluso de 12.000 o más- (y algunos subsaharianos también) protagonizaron una nueva “Marcha Verde” en Ceuta. Tenga en cuenta el lector que si se fueron, o “fueron devueltos”, ha sido porque quisieron. El jefe de toda esa tropa, que no es otro que Mohamed VI y su majzén, conseguiría lo suyo por medio de un repliegue. Pero a muchos de los españoles no nos cabe ninguna duda: “lo volverán a hacer”.

Eso explica que se dé un trato de favor a gran parte del millón de marroquís que viven en España (un millón, según cifras oficiales, lo cual puede indicar que la cifra real es muy superior). Varias docenas de miles de jóvenes marroquís tienen estudios gratis desde primaria hasta universidad, a pesar de la escasa motivación y “fracaso” escolar de buena parte de ellos (cercano al 70% en muchas provincias, en la etapa de ESO). Las ayudas sociales a esta población succionan una parte importante de nuestros recursos. Los problemas de desórdenes públicos, delincuencia, gastos en manutención e internamiento en prisiones, tienen marcado sabor marroquí en buena medida.

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Los españoles no estamos comiendo este cuscús, nos guste o no. Que se dejen de tonterías sobre “islamofobia” o “xenofobia”. Un país extranjero y con afanaes expansionistas está perjudicando gravemente los intereses de España, poniéndolo en serio peligro. Este “vecino y aliado” que tan poco favorecedor nos resulta, pese a la retórica gubernamental, a la de Caritas y mil y una ONGs, y el discurso especialmente socialista y sumatorio-podemista, es un estado que ya nos ha invadido y, sin embargo, posee sus propios órganos de agitación y de narrativa imperialista magrebí, radicados en nuestra casa. Grandes caballos de Troya han penetrado nuestras murallas tiempo ha. De nuevo cito a Ahmed Baba:

“También cabe señalar la intensidad de los artículos (casi diarios) que publican entre otras El Huffpost y La Razón, por supuesto bien remunerados, son cortes y pegas de la prensa marroquí en francés que el régimen se empeña en exportar a España, en ellos los ataques al Polisario y el lavado de imagen del régimen es tan descarado como evidente.

Un ejemplo de este descaro y colaboracionismo es el diario que dirige Paco Marhuenda, conocido enemigo de la causa saharaui, y que llegó incluso a negar la existencia de este pueblo en una intervención en La Sexta Noche, un vídeo ampliamente difundido por marroquíes en redes sociales.”

No nos extrañe que nieguen la existencia misma de los saharauis como pueblo con identidad propia. Muchos maurófilos de las universidades españolas niegan la existencia de España y de los españoles. Apenas cuenta que vengamos de los celtas, iberos, romanos, godos, suevos, etc. Somos para ellos una especie de moriscos camuflados. Para combatir esto, el profesor Armando Besga ha tenido que escribir en los tiempos recientes toda una serie de volúmenes para demostrar que España existió y existe, frente a esta caterva de académicos pagados (como los imanes y las mezquitas) por Rabat, si bien hay otros pagadores de países mahometanos que compiten con Mohamed VI (Emiratos, Arabia Saudí, etc.). Dice el señor Baba:

“La Razón tiene como colaborador a Ahmed Charai, un periodista y empresario y colaborador de los servicios secretos marroquíes, en 2007 fue detenido en el aeropuerto JF Kennedy de Nuevo York por intentar sacar 50 mil dólares en una maleta, tres días después pudo salir del país tras la intervención del director de la DGED, Yassine El Mansouri.

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En el diario de Marhuenda, Charai da rienda suelta a la propaganda alauí habitual sobre el conflicto del Sáhara Occidental, también destacan sus artículos de exaltación de la figura de Mohamed VI.”

Para (re)conquistar territorios de soberanía española la “narrativa” ideada desde Rabat no elude falsear la historia de España, pues nada mejor que intoxicar a un pueblo enseñándole una historia falsa y desvirtuada. Que España es una prolongación de Marruecos, y un terreno (re)conquistable para el Islam es un objetivo manifiesto para estos lobbies y “tanques de pensamiento”. Para ello, por ejemplo, la web pro-marroquí “Atalayar” recoge los tópicos de la pseudohistoriografía maurófila: que la Batalla de Covadonga fue una “simple escaramuza”, que la convivencia de civilizaciones en Al-andalus era buena, que los musulmanes no estaban obsesionados con expandir su fe y que eran tolerantes, que los hispanos del tiempo de la conquista mora casi deseaban unos nuevos amos, a quienes acogieron con agrado. Por ejemplo, leemos:

“Los habitantes de la península se adaptaron al gobierno musulmán de manera similar a los de otras regiones antiguamente cristianas, como Siria o Egipto. Las elites musulmanas no alentaban la conversión al islam, en gran medida porque los dhimmi-s (minorías protegidas) debían pagar tributos de los que los musulmanes estaban exentos (la idea de conquista con el fin de propagar la verdadera religión es esencialmente propaganda de la historiografía musulmana adoptada por aquellos que quieren ver el islam como intrínsicamente violento).

Las comunidades mozárabes, cristiana y judía, gozaban de libertad de culto y se gobernaban por sus propias leyes, y los casos de persecución religiosa fueron relativamente raros, sobre todo en comparación con la Europa cristiana. Sin embargo, la mayoría de la población terminó convirtiéndose al islam, empezando por la nobleza, que deseaba mantener sus privilegios, y los esclavos, ansiosos de mejorar su situación. Y la lengua y cultura árabes eran comunes a todos los residentes en Al-Ándalus.

Los mitos fundadores de lo que ahora denominaríamos el “bando cristiano” son en realidad creaciones posteriores que pretenden establecer una continuidad histórica entre la Hispania visigoda y la España que surgió en el siglo XV. La Batalla de Covadonga que supuestamente inició la Reconquista fue poco más que una escaramuza tras la cual los musulmanes decidieron retirarse de una región montañosa pobre y aislada, mientras que los descendientes de Don Pelayo estaban demasiado ocupados intrigando los unos contra los otros y combatiendo contra otros caudillos locales para interesarse por lo que pasaba más al sur.” [[https://www.atalayar.com/articulo/politica/desmitificando-andalus/20190916160142142390.html]

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Falsear y reescribir la historia al gusto e interés de potencias extranjeras que nos son hostiles lo llaman “desmitificar”. Estos párrafos pseudocientíficos los escribe Ana Belén Soage en la web pro-marroquí “Atalayar”.

El pueblo español, infectado por este tipo de ideas falsas, que le desarraigan de su verdadera raíz (celtogermánica, ibérica, romana, etc.) y vendido por sus élites políticas (desde los borbones hasta Sánchez y el resto de la partitocracia) así como económicas (todos los inversionistas españoles que explotan a la gente en el Magreb y deslocalizan en España), es un pueblo tiene los días contados. Sus invasores, venidos desde África, serán recibidos como hermanos porque el terreno ya está preparado para ellos. Pero antes de consumarse la invasión, ya somos actualmente  dhimmi, y ya pagamos nuestro impuesto de “protegidos” cuando compramos productos marroquís en el súper, o cuando dejamos que nuestro agro y nuestra natalidad mueran. Los genocidios de sangre empiezan con traiciones de papel, traiciones de despacho y circulación de maletas repletas de dinero.

 

 

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