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Opinión

Petulante majadería

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Petulante majadería. Es curioso que sea un católico quien recoja, con sorpresa dice Vigón, la observación de un correligionario, Ernesto Psichari, oficial francés, acerca del parecido hallado por el autor de “Servidumbre” entre un regimiento y una comunidad religiosa.

Esto, que ya lo había señalado Calderón, es identidad en la abnegación, en la paciencia, en el desinterés y en la sobriedad. A todo aquél que esté familiarizado con estas cualidades en el ejército español no puede dejar de sorprenderle la lectura de cierta instrucción del Departamento de Guerra de los Estados Unidos en 1947, en uno de cuyos párrafos se puede leer la siguiente majadería aplicada por los progres, ahora, en España:

“Un alto estado de moral en las tropas es uno de los factores más importantes y necesarios para ganar batallas. Reviste igual importancia mantener una moral alta en el Ejército en tiempos de paz para desempeñar mejor la misión actual del Departamento de Guerra y para estar listos para cualquier emergencia imprevista que pueda surgir.

Para lograr y sostener este alto estado de moral, el alimento debe prepararse en forma apetitosa y agradable de tal manera que conserve su valor nutritivo”.

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La revista que lo transcribe añade por su cuenta:

“Para conservar al soldado americano como el soldado más eficiente del mundo, es necesario que sea el soldado mejor alimentado”.

Es compasivo atribuir a un defecto de redacción el sentido tan poco espiritualista que emana de tales consideraciones. Pero los que inequívocamente estaban inspirados en consideraciones materiales eran los reglamentos de disciplina de la URSS; atienden a asegurarla férreamente poniendo en juego todos los recursos clásicos como saludos, muestras de cortesía, obediencia ciega, castigos, tribunales de honor, pero las razones de orden moral aparecen sustituidas por consideraciones políticas, y las obligaciones de conciencia, por imposiciones de la necesidad, por razones de Estado.

Estas formas son ineficaces para formar la conciencia de un hombre, de un ciudadano mucho menos; pero no menos que la ciencia; “la ciencia, dice Marañón, es la que da la conciencia y no los reglamentos”, lo que sería cierto si se refiriese a las ciencias de humanidades y no a la ciencia exacta. A poco conocimiento que se tenga de los hombres y de la historia es bien fácil establecer una lista de sujetos eminentes en todas las disciplinas que ejemplifican la inexactitud de la afirmación.

La formación de la conciencia tiene su propia técnica de la que Balmes se ocupó prolijamente; hay una técnica psicológica acerca de la cual cualquier tratado de pedagogía puede informar, y hay, para el militar, una técnica moral que es la disciplina.

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Cuando los responsables de la Nación y los “progres” estén libres de la petulante majadería que han derramado durante los últimos decenios sobre la sociedad y los Ejércitos, como espejos de esta cuando se nutría de soldados de reemplazo, habrá quien se preocupe de cultivar el espíritu de los ciudadanos como se dicta en las leyes relativas a la Defensa Nacional.

Hay una bibliografía extensa y sumamente interesante, que lo acredita; y no somos ajenos a que los autores de semejantes obras son clérigos que por serlo no licita inferir que esta materia era exclusiva de ellos dejándola los jefes militares a su cuidado. Entre tantos ejemplos en contrario cita Vigón a don Vicente de los Ríos, coronel de Artillería y dos veces académico, por la española y por la de Historia, que en 1774 daba a la publicidad una “Instrucción militar cristiana para uso de los caballeros cadetes…”, traducida del francés de la que se hicieron al menos cinco ediciones y que sirvió de texto no sólo a los cadetes del Colegio de Artillería, sino también a los del Colegio General Militar, instalado en Segovia en 1825.

Ahí están también las consideraciones de moral cristiana que deslizan en sus trabajos los tratadistas antiguos de ciencias militares como ocurre en el primer libro de “Reflexiones”, del Marqués de Santa Cruz de Marcenado, que es un tratado de las “Virtudes morales, políticas y militares de un jefe de país y de Ejército”.

Sería poco razonable pensar que sus autores fueron unos infelices timoratos encerrados en sus devociones, ni tampoco ejemplares de vida recatada si no ascética. Se ha dicho que el moralista es el hombre que exige a los demás las virtudes que él no tiene. Pero esto, que es ingenioso, es también falso la mayor parte de las veces.

*Teniente coronel de Infantería y doctor por la Universidad de Salamanca

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España

El régimen sanchista se desmorona desde dentro. Por Jesús Salamanca Alonso

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«Cerdán ya fue testigo de cómo Sánchez preparó las urnas para cometer fraude en las primarias de su partido; es falso lo de los dos votos a los que alude Sánchez, doy fe que fueron muchos más»

El número tres del PSOE lo negó todo hace tres días. Siempre utilizan la misma estrategia hasta que sale el documento, el video o el audio que demuestra lo que adelantan algunos periodistas no vendidos al poder corrompido. Hasta la esposa de Santos Cerdán, haciendo uso de su actitud verdulera, puso de pelo conejo a la periodista de un diario digital que le soltó a la cara evidencias que ese diario tenía.

Cerdán ya fue testigo de cómo Sánchez preparó las urnas para cometer fraude en las primarias de su partido; es falso lo de los dos votos a los que alude Sánchez, doy fe que fueron muchos más, cuestión bien distinta es que sólo haya transcendido el consejo de Cerdán a Koldo y los dos famosos votos. Pedro Sánchez ha vuelto a mentir a la ciudadanía: su cara de víctima forma parte de la estrategia de falsedad que siempre le acompaña. Ya no le cree nadie.

Por cierto, el apagón de esta mañana de Chamartín forma parte de esa falsedad acostumbrada del PSOE, aunque deberíamos decir «sanchismo» porque el socialismo es otra cosa. Ya saben que si se habla del apagón de Chamartín, no se habla de la dimisión del «electricista» Cerdán. Recuerden que, siempre que el sanchismo sabe que va a salir una bomba informativa sobre su corrupción, las prostitutas que no han cobrado sus servicios o bacanales en forma de orgía brutal, se divulga otra noticia paralela de alcance para intentar mitigar el impacto.

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Los escándalos ya son innumerables. Vamos a uno o dos por semana, pero faltan al menos cuatro gordísimos, además de los que tiene en cartera un digital de investigación e información, así como otros que no conviene airear porque en la certera estrategia está la sorpresa explosiva. La dimisión de Cerdán se veía venir porque Sánchez dio orden de sacrificar a dos peones y uno es el compañero de fatigas (Cerdán) junto a Leire García y Mónica García. El informe de la UCO es contundente y le implica directamente en la manipulación de las primarias del PSOE allá por el año 2014. El informe que ha entregado la UCO al Tribunal Supremo es una prueba más de la gran cantidad de corruptelas existentes y un evidente precedente de las que están llegando.

Que nadie se sorprenda de lo que va a aparecer el domingo sobre más corrupción sanchista; eso va a ser una bofetada de grueso calibre al sanchismo corrompido; una patada en las partes bajas y un clavo más en la cruz degenerada del Ejecutivo. Cada uno que saque sus conclusiones, pero fíjense cómo es el texto con el que se cometió el fraude en las primarias, allá por el 13 de agosto de 2014: «Cuando termines, apuntas como que han votado esos dos que te faltan sin que te vea nadie y metes las dos papeletas» y Koldo respondió: «Ya está»

Ahora toca apuntar a Cerdán, pero hemos tenido días donde el protagonista era Óscar «Cabezabuque» López. Para ser realista hay que poner las cosas en su sitio y llamar a las cosas por su nombre. El régimen sanchista se desmorona desde dentro por la corrupción, las comisiones y el habitual latrocinio. Desde PRISA ha comenzado la destrucción disimulada y el desinformativo «Lo País» abandera la ruina del sanchismo. No hay más que preguntarle a Pepa Bueno por qué ha sido cesada y despedida, así como qué atrocidades ve el sanchismo en sus estrafalarias actuaciones. No dudo que ahora le toca a la sectaria activista de la SER, Ángeles Barceló.  

Para eso precisa de voceros más acentuados y del estilo de don Óscar López, a quien han soltado de toriles para insultar, ningunear, mentir y esparcir porquería del albañal sanchista, además de atacar desde todos los flancos a la ínclita Díaz Ayuso, que en cada encuesta crea más distancia con el mentiroso y bravucón, Óscar López, y el aumento de diputados conservadores en la Asamblea madrileña.

Cuando lleguen las elecciones generales –cuya empresa ya se contrató—la ciudadanía «gatita» no olvidará su ridículo mayúsculo en las Cortes de Castilla y León y tampoco las bofetadas dialécticas que Juan Vicente Herrera le propinaba en cada sesión plenaria, acabando siempre contra las tablas por querer demostrar sus dotes de indigente intelectual. Hasta el PSOE regional acabó harto del hoy Óscar «Paradores», antes Óscar «Cabezabuque».

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De igual modo le recordarán lo que oculta de su época de director general de Paradores, así como las reiteradas falsedades aventadas respecto al parador turolense y al de Sigüenza. Si piensa que el director del primero ya le ha salvado las posaderas, es que no sabe lo que queda por salir. No estaría de más que también hablara doña Pilar «Juergas», hoy desprestigiada sanchista, despreciada en Aragón y por los suyos en Ferraz. Nunca tan pocos hicieron tanto daño.

Eso de la guerra sucia contra el Gobierno, que achaca López a Núñez Feijóo, me hace pensar que no recuerda episodios del sanchismo contra Díaz Ayuso y las amenazas de muerte recibidas; las balas que ellos mismos se autoenviaron para apuntar a la inexistente extrema derecha o la insistencia en los fallecimientos de las residencias madrileñas para acusar a Ayuso, sin haberse leído las sentencias de los tribunales donde se pone como responsables, precisamente por irresponsables, al propio presidente del Gobierno y al «empotrador» de alumnas jovencitas en los baños públicos e irresponsable vicepresidente durante el ilegal encierro por la pandemia.

El sanchismo está ante una crisis de gran calado en este momento tras la dimisión de Cerdán. El arquitecto de las negociaciones con el independentismo de Puigdemont y ERC ha recibido una patada en toda regla. El sanchismo está descabezado, asustado y con orines en la entrepierna. Las reacciones ya están saliendo, incluso se ha abierto una guerra entre los magistrados del TC por la amnistía: Conde-Pumpido pretende meterse a la Comisión Europea entre la pernera y los magistrados más sensatos exigen «no pronunciarse sobre la amnistía antes que el TJUE».

La corrupción jurídica de los afines a Pumpido está servida. No aceptar o mal interpretar la prevalencia del Derecho de la UE y la clarificación por parte de la Corte de Luxemburgo es una malversación más del sector más tenebroso, sectario y patoso de dicho TC.

Un dato más: la prensa estadounidense y mundial lleva tiempo alertando a su país y a todo el mundo: «España está gobernada por un dictador de extrema izquierda, que puede llevar a España a un final sangriento».

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