En pleno debate permantente sobre la corrección del humor, el día de Reyes se llevó por delante al presentador de televisión Santiago López Castillo, de 74 años. El periodista, que trabajó durante tres décadas en TVE, donde llegó a ser jefe de información parlamentaria y presentador de telediarios, fue destituido de la cadena pública en marzo de 2002 por el entonces director general Javier González Ferrari. La causa del despido fue un artículo en el periódico «Guadalajara Dosmil» en el que el presentador ironizaba sobre los «morritos» de la ministra socialista Leyre Pajín.
López Castillo fue recuperado año y medio después por TVE, que le asignó un nuevo programa de naturaleza y medio ambiente, «En verde», que se emitió en La 2 de madrugada. En su primera etapa en el medio, la más duradera y brillante, Santiago López Castillo llegó a ser un rostro popular, vinculado sobre todo a la información parlamentaria durante la Transición.
Tras iniciar su carrera periodística en diarios como «La Verdad», «El Alcázar» y «Cambio 16», ingresó en TVE en 1974, trabajo que simultaneó con el de redactor jefe de la revista «Blanco y Negro». Tres años después, era el responsable del informativo nocturno de La 2, «Redacción noche», y desde 1978 se incorporó al programa semanal de actualidad política «Parlamento», que presentó entre 1980 y 1982, y en una segunda etapa entre 1996 y 2002. Ese año fue destituido por llamar «Morritos Jagger» a Pajín.
Columnista y novelista
En los años ochenta, López Castillo dirigió además el informativo «Últimas noticias» y algunos espacios de variedades, como «La tarde», «Estudio Estadio» y «Vía Olímpica». También trabajó en el programa deportivo «Fuera de banda» e inauguró «Telediario Internacional» como presentador. «En verde», en 2003, fue su última misión en el medio televisivo.
Desde finales de los años noventa colaboró con ABC como columnista, labor que compaginó con otra de sus facetas, la de escritor. El periodista madrileño publicó cuatro novelas: «Canela» (1992), «La Poza» (1997), «La cruz de la santera» (2001) y «Las Aliagas» (2009).
Hoy queremos presentaros el trabajo de un compañero nuestro que se va a ocupar de que vuestra imagen tenga mucho más arte y resulte más atrayente al ojo del que mira. Matalobos tiene una experiencia muy larga en prensa y también como artista freelance y nos va a contar un poco los secretos de la ilustración y el diseño y el arte y el marketing en vuestra imagen y en venderos un poco mejor.
Ilustrador para empresas, libros o proyectos
En primer lugar, voy a preguntarte por tu vocación. ¿Cómo nace un ilustrador o diseñador? ¿En qué momento se te ocurre dedicarte a esto como una profesión?
Se resume en que la cabra tira al monte, no concibo otra forma de vivir, de siempre me he sentido atraído por esta actividad y no podía ser de otra manera.
¿Qué es lo que haces exactamente? Cuéntanos un poco cuál es tu oferta de servicios.
Traduzco a imágenes ideas, conceptos, sensaciones… cualquier cosa que deba pasar de lo verbal a lo gráfico. Esto se puede desarrollar de múltiples maneras, diría que soy artista gráfico conceptual porque el concepto es lo primero y lo más importante, después la realización. Dentro de esto se incluye ilustración para editorial, prensa, pintura tradicional, dirección de arte, etc., dependerá de las necesidades.
¿Cómo definirías tu estilo?
Diría que ecléctico, y aunque creo tener un estilo gráfico reconocible tal vez lo más importante en ese estilo sea la manera de pensar, de enfocar las cosas, escudriñar, vaya. La parte mental es muy importante, el qué se hace y porqué se hace.
¿Es necesario el arte para vivir? Me refiero a la vida de las personas en general y te adelanto que yo no puedo vivir sin arte.
Para mí es absolutamente necesario, una cuestión puramente vital, el arte pertenece a esas cualidades que nos distinguen como humanos, es una actividad destinada a mejorar y embellecer las cosas. La diferencia entre hacer algo con arte o sin arte es obvia.
¿Por qué nos llama más la atención una imagen curiosa que mil palabras?
Las imágenes no requieren traducción, no hace falta saber leer para entenderlas y son eficaces propagadoras de ideas y sensaciones, aunque esto tiene un lado peligroso también. Funcionan muy bien a nivel emocional.
¿Crees que se apuesta por el arte en España, como recurso aplicado a la empresa y al marketing?
Una empresa de cierto tamaño lo tendrá más en cuenta que otra pequeña, que probablemente encuentre dudoso el gastar dinero en algo así, olvidando que la presentación importa mucho; en muchas ocasiones lo primero que conoce de una empresa o servicio es su logotipo, su imagen, antes incluso que el producto que ofrecen, y todo debería estar en consonancia, si el producto es bueno su imagen también debería serlo.
¿Podrías contarnos sobre alguna experiencia memorable que hayas tenido en tu carrera hasta ahora?
Son muchas desde luego, una de ellas fue la realización de una ilustración para una infografía a doble página sobre la captura de Sadam Hussein para La Voz de Galicia, siguiendo el proceso habitual del National Geographic que suele llevar de tres a cuatro semanas; entre el infógrafo, el redactor, el director de arte y yo realizamos todo en día y medio, fue una noche sin dormir y un montón de estrés, finalmente ese trabajo recibió una medalla en el certamen de infografía Malofiej de ese año, estuvo bien.
¿En qué te gusta trabajar más?
Cuanta más libertad de acción mejor, me importa mucho el proceso creativo, la búsqueda, y sobre todo que el resultado me emocione. En uno de los encargos que recuerdo con más satisfacción el cliente solo me dijo: Sorpréndeme.