España
La hecatombe de Pedro Sánchez

Published
5 años agoon
By
Redacción
José Luis Torró. – El sacrificio de cien reses que hacían los antiguos griegos a sus dioses ha quedado para la posteridad para referir una mortandad, desgracia o catástrofe. Cien reses sacrificadas son muchas. El gobierno de Pedro Sánchez se las da de ecologista, verde, progresista, feminista. Ya lleva cuarenta días en el cargo, si bien poco le ha cundido la faena para otra cosa que no haya sido la de colocar a íntimos y colaboradores en puestos de muy alta remuneración. Mucho más alta que la del propio presidente del Gobierno. Sueldazos que no son made in Sánchez, sino que vienen de antes. ¿Es más difícil y complicado dirigir la empresa de las Loterías del Estado que la presidencia del Gobierno? Eso parece, a tenor de lo que cobra el lotero mayor del Reino, 214.000 euros brutos al año, frente los 83.000 de Pedro Sánchez. Eso sí, Sánchez tiene todo pagado en La Moncloa, además del Falcon.
En un plis plas se pasan los cien días de cortesía y ya tendremos licencia para criticar. Hay algunas cosas la mar de criticables, que no admiten demora por lo muy incoherentes que resultan. Ahí está el nombramiento de un director general de los Derechos de los Animales, que ha recaído en la tómbola sanchista de cargos y cargas en Sergio Antonio García Torres, el mismo que en su día se manifestó en contra de que la leche de las vacas sirviese de alimento humano. ¿Tendrán derecho las vacas a partir de ahora, a oponerse al sacrificio al que son sometidas, para su que sus carnes, huesos y piel sean provechosas para comensales carnívoros o empresarios marroquineros? No parece que sea al caso como ahora se verá.
Porque cada uno de los nuevos vicepresidentes y vicepresidentas, que son cuatro y cuatra, y todas y todas ministros y ministras, que son otros dieciocho y dieciocha, reciben como prueba totémica de su confirmación en el cargo y carga una cartera fabricada en España. Artesanal elaboración que es encomendada a reconocidos profesionales de la piel como Tarín Maletas y Del Barrio Estudio. Estas empresas han sido las últimas en cumplir el encargo y hacerlo, además, con la diligencia que exige tenerlas a punto para el acto de toma de posesión ministerial, ese en el que se escenifica ante las cámaras de televisión la entrega por parte del anterior ministro al nuevo de su correspondiente cartera.
¿Ha reparado el lector en la clase de material con que están fabricadas estos portafolios de los ministros y ministras? Pues sí. Se trata de piel de vacuno. ¿Cómo es posible que este Gobierno, que tanto se las da de progresista, feminista y animalista, haya consentido la cruel masacre vacuna, toda una hecatombe, para disponer de pieles suficientes con que poder fabricar las carteras ministeriales? ¿Y cuantos cerdos y cerdas han sido igualmente sacrificados para aprovechar su piel, que será utilizada como forro de esas mismas carteras? No puede haber mayor evidencia de lo muy contradictorio que está siendo el Gobierno de Sánchez, capaz de nombrar un director general de los Derechos de los Animales y, al mismo tiempo hacer de piel las carteras ministeriales.
No se sabe de que un vicepresidente tan animalista como Pablo Iglesias, a cuyo departamento pertenece la dirección general de los Derechos de los Animales, haya dicho palabra alguna en contra de esa cruel práctica asesina. Ni tampoco por parte del enchufado en esa dirección general. Y mucho menos que algún ministro o ministra haya renunciado al cargo en solidaridad con vacas o cerdos sanguinariamente muertos para hacer una cartapacio tan peculiar. Lo de menos son las características de estos portafolios, que si pesan kilo y medio; que si miden 45x35x20; que si tienen seis compartimentos en su interior y que ya disponen de espacio para el portátil o tablet. Lo que debería ser noticia es que este gobierno progresista, feminista y animalista ha decidido no matar más animales con cuya piel hacer carteras. Eso hubiese sido lo consecuente y coherente. Pero no. Mucha palabrería y ninguna implicación animalista. Y para rematar la faena, observad y nunca veréis a un ministro o ministra hacer una visita a una población, centro oficial o empresa llevando su cartera. O que se le lleve un edecán, asesor pelota o guardaespaldas. O sea, que no había ninguna necesidad de una masacre para hacer unas carteras que no sirven para otra cosa que para el boato del momento de la toma de posesión ministerial.

por Pino Arlacchi
La Europa de hoy está afectada, como la antigua Grecia, por desigualdades y fracturas: está muriendo porque ha caído en manos de élites de bajo nivel, preocupadas sólo por su propia supervivencia.
Con su insano plan de rearme, la élite gobernante de Europa occidental está intentando construir una amenaza rusa que sólo existe en sus delirios y que sirve para ocultar su incapacidad para jugar el juego real, que es enteramente interno a la propia Europa.
El juego del empobrecimiento lento e inexorable de su población en beneficio de unos pocos privilegiados que dura ya medio siglo. El juego de la pérdida de energía vital del continente, cada vez más aislado en un planeta ya no dominado por Occidente y rebosante de deseos de emancipación y de paz.
El proyecto europeo, concebido después de 1945 como reacción a dos guerras mundiales que llevaron a Europa al borde de la autodestrucción, ha agotado su fuerza motriz.
Ya no es un gran plan de paz y prosperidad compartidas. Se ha corrompido y se ha volcado en un cupio dissolvi, en un renovado impulso suicida.
¿Qué otra cosa puede ser sino un voto de locura a muerte el ataque que la oligarquía de Europa Occidental está lanzando contra otra parte de Europa, Rusia, equipada con armas de destrucción masiva capaces de destruir toda la civilización europea?
¿Qué pasaría si Rusia decidiera tomar en serio la amenaza de agresión de Bruselas y actuara por adelantado y tomara la iniciativa en lugar de esperar veinte años como en el caso de Ucrania? Por el momento, Putin parece más inclinado a considerar las declaraciones de von der Leyen y la histeria antirrusa del Parlamento Europeo como poco más que charlatanería. Pero en el caso contrario no creo que el fin de Europa se produzca lentamente, a lo largo de siglos o generaciones, como le ocurrió a su patria, la Grecia clásica, que se extinguió por las mismas razones absurdas que hoy promueven los ineptos dirigentes de Europa.
No fueron los arcos del invasor persa ni las lanzas macedonias las que silenciaron la voz de Atenas, sino el envenenamiento gradual de sus mismas raíces. La Grecia clásica no cayó ante los golpes de un enemigo externo. Murió por un suicidio prolongado, cometido durante guerras fratricidas. El colapso de la antigua Grecia conserva una resonancia inquietante y una relevancia que no podemos permitirnos ignorar.
La narrativa tradicional que atribuye los orígenes de la decadencia helénica a la “amenaza persa” es una simplificación histórica que no resiste el análisis crítico de los acontecimientos. Como observó Arnold Toynbee, las civilizaciones no mueren al ser asesinadas, sino que se suicidan. El caso griego ayudó a inspirar esta máxima, revelando cómo el sistema de polis, las ciudades-estado, con su extraordinaria vitalidad cultural y sus profundas contradicciones políticas, ya contenía en sí mismo las semillas de su propia desintegración.
El acontecimiento catalizador de este proceso de autodestrucción fue, sin duda, la Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.), un conflicto que desgarró al mundo griego durante 27 años y que enfrentó a Atenas y su Liga de Delos contra Esparta y la Liga del Peloponeso. La guerra fue iniciada por los espartanos, pero Tucídides, el gran historiador y testigo directo de los acontecimientos, distingue entre la «causa real» y los «pretextos inmediatos».
Según él, la causa fundamental fue “el crecimiento del poder ateniense y el temor que despertó en Esparta”. Atenas había transformado la Liga de Delos (que comenzó como una alianza defensiva al estilo de la OTAN contra los persas) en un imperio marítimo de pleno derecho cuyos barcos amenazaban las costas del Peloponeso espartano. Así pues, si formalmente fue Esparta la que declaró la guerra, Tucídides sugiere que fue el expansionismo ateniense el que hizo que el conflicto fuera prácticamente inevitable. (¿Se te ocurre algo?)
Las cifras hablan por sí solas: Atenas perdió aproximadamente 30.000 ciudadanos durante la epidemia de peste de 430-429 a.C., una cuarta parte de su población.
La agresión de 415-413 a.C. contra Siracusa, espléndida polis siciliana culpable sólo de eclipsar a Atenas, terminó con la derrota y la pérdida de 40.000 hombres y 200 barcos. Cuando, en el año 404 a. C., la ciudad se rindió ante Esparta, sus murallas fueron derribadas mientras sus habitantes lamentaban el fin de la hegemonía ateniense y, con ella, de una época dorada del pensamiento humano.
Como escribe Luciano Canfora: «La Grecia clásica murió así, consumida en una interminable sucesión de guerras, donde cada victoria era efímera y cada derrota permanente. Solo el arte y el pensamiento griegos sobrevivieron, pero en formas cada vez más alejadas de la realidad política».
En el corazón de esta autodisolución había una paradoja no resuelta: el sistema de ciudad-estado que había engendrado el increíble florecimiento cultural del siglo V a. C. C., se mostró incapaz de evolucionar hacia formas de agregación política más amplias.
Cada polis defendía celosamente su propia autonomía (autonomía) y libertad (eleutheria), considerando la independencia un valor absoluto e innegociable. Ningún pensador griego fue más allá de fantasías efímeras sobre una federación de polis de habla griega.
No olvidemos, a este respecto, cómo los padres fundadores de la Unión Europea consideraron la inclusión de Rusia como el objetivo final en el camino hacia una Europa que se extendiera desde el Atlántico hasta los Urales. Un camino interrumpido y un proyecto de expansión colapsado sin remedio. Y sin alternativa.
La lección de la caída de la Grecia clásica es que ninguna excelencia artística y filosófica puede salvar a una civilización cuyo liderazgo no puede afrontar los desafíos políticos y sociales del momento. Las civilizaciones mueren cuando pierden la capacidad de renovarse desde dentro, de rejuvenecerse, como le está sucediendo ahora a China: el país más pobre del mundo se ha convertido en uno de los más ricos en apenas 40 años gracias a la calidad de su liderazgo y a su proyecto socialista.
La Europa contemporánea, como la antigua Grecia, está afectada por desigualdades y fracturas que parecen irreparables. Nuestra civilización está muriendo porque ha caído en manos de élites de bajo nivel, preocupadas sólo por su propia supervivencia, dispuestas a servir a amos externos y condenadas a convertirse en víctimas de su propia paranoia.
Si la parte rusa de Europa decide tomar realmente en cuenta la amenaza armada que la oligarquía europea occidental intenta construir contra ella, la historia se repetirá en forma de una tragedia aún más definitiva que la que destruyó la antigüedad griega. Porque ahora hay un apocalipsis nuclear en escena.
Pero la historia parece repetirse, hasta ahora, en forma de farsa. Esperemos que así sea.
*Artículo republicado con amable autorización del autor.
Pino Arlacchi: Ex Secretario General Adjunto de la ONU. Su último libro es “Contra el miedo” (Chiarelettere, 2020)
Traducción revisada por Carlos X. Blanco


El suicidio de la UE y la antigua Grecia
¡Comparte esta publicación! por Pino Arlacchi La Europa de hoy está afectada, como la antigua Grecia, por desigualdades y...


En España gobierna don Julián. Por Carlos X. Blanco
¡Comparte esta publicación! La colonización marroquí de España. Carlos X. Blanco En diversas publicaciones ya he advertido del peligro...


De cómo la UE y las ONG activistas se apropiaron de la agenda de género
¡Comparte esta publicación! Mathias Corvinus Collegium (MCC) En breve La política de género de la Unión Europea ha experimentado...


¿Quién fue Jean Thiriart (1922-1992)?
¡Comparte esta publicación! Jean THIRIART es el padre del concepto de «Europa Unida» y de la doctrina política,...


Le Pen no es elegible. Los usos políticos de la justicia
¡Comparte esta publicación! Diego Fusaro Es un verdadero terremoto el que sacude Francia estos días, ya que el tribunal ha...


Aires de Guerra. Por Carlos X. Blanco
¡Comparte esta publicación! Carlos X. Blanco Soplan aires de guerra. Azufre y hedor de cadáver es lo que trae...