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Internacional

España logra que se considere a Gibraltar «colonia» en un Brexit sin acuerdo

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Las consecuencias del Brexit son muy visibles en distintos campos. Pero este lunes Claude Moraes, eurodiputado británico y presidente de la comisión parlamentaria de Libertades Civiles (LIBE) ha sido el primer político británico que ha sido apartado de un rol en Bruselas directamente a consecuencia del Brexit.

Moraes era el negociador del Parlamento Europeo en lo que se refería a la regulación sobre visados tras una salida sin acuerdo, y debía llegar a un punto en común con el Consejo, que representa a los Estados miembros, y con la Comisión Europea.

El primer borrador de la nueva regulación, elaborado por el Ejecutivo comunitario, no presentó ningún inconveniente ni para Moraes ni para la comisión LIBE, que lo aprobó.

Pero ese mismo texto, cuando llegó a manos del Consejo de la UE, sufrió una modificación. España, con el apoyo francés y después de presiones del embajador británico, logró que se introdujera un pie de página en el que se calificaba a Gibraltar como “colonia”.

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Bloqueo indefinido

Una pequeña victoria diplomática para Madrid que rápidamente se dio de bruces con la negativa a Moraes a aceptar dicha calificación. Y para que una regulación salga adelante debe estar acordada por las tres partes. La Comisión Europea aceptaba que se introdujera el pie de página, y el resto de países habían apoyado de forma unánime la petición del representante español durante las reuniones, pero el eurodiputado británico, de repente en el centro de todo el proceso, se negaba a dar su luz verde.

Moraes sabe de la importancia del cambio, por muy cosmético que parezca. El pie de página reza que “Gibraltar es una colonia de la corona británica” y que “hay controversia entre España y el Reino Unido respecto a la soberanía sobre Gibraltar […] cuya solución debe alcanzarse a la luz de las resoluciones y decisiones de la Asamblea General” de la ONU.

Cruce de reproches

Es el terreno que siempre ha interesado a España, y el eurodiputado británico es consciente. Madrid incluye así una alusión indirecta a la resolución de la Asamblea de Naciones Unidas de 1968 que pide al Reino Unido poner fin a la situación colonial de Gibraltar.

Moraes considera que la inclusión de la referencia al Peñón es totalmente arbitrario, y como prueba señala que el primer borrador de la Comisión Europea no incluía ningún tipo de especificación sobre la situación de Gibraltar. A cambio, el británico propuso un texto alternativo. “Este reglamento [de visados] se entiende sin perjuicio de la posición legal del Reino de España respecto a la soberanía sobre el territorio de Gibraltar”, rezaba la alternativa propuesta por Moraes y que fue rechazada por las capitales.

La situación empezó a enquistarse, y se corría el riesgo de que, si el Reino Unido salía sin acuerdo, los británicos tendrían que pedir visados para visitas cortas a la Unión Europea. Pero España estaba segura de que la situación se resolvería.

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Sin embargo cinco rondas después el asunto seguía sin avanzar. Desde la oficina de Moraes explicaron a El Confidencial que los países no ponían propuestas alternativas sobre la mesa. Las dudas en algunas capitales respecto a la postura defendida por Madrid no ha restado en ningún momento el apoyo unánime a las exigencias españolas. Y ese es el resultado efectivo del Brexit: el Reino Unido pierde relevancia, en todas las capas, en todas las dimensiones.

Los eurodiputados españoles en la comisión comenzaron a presionar para que Moraes abandonara su puesto como negociador de la Eurocámara, algo a lo que el británico se negó. Parecía ser, vista su oposición a ceder, la única solución. Los dos únicos diputados son Agustín Díaz de Mera, del Partido Popular, y Juan Fernando López Aguilar, del Partido Socialista.

Moraes ya no está al mando

El asunto acabó llegando la semana pasada a la conferencia de presidentes del Parlamento Europeo, que reúne a los líderes de cada grupo político en la cámara, que encargó a Antonio Tajani, presidente de la institución, que hablara con el eurodiputado británico para tratar de disuadirle de continuar bloqueando el asunto. En caso de que Moraes se negara, como volvió a ocurrir, se pidió al italiano que entonces dejara el asunto en manos de los coordinadores de la comisión LIBE.

Estos, en una reunión extraordinaria celebrada este lunes, han decidido quitar el dossier de las manos de Moraes y entregárselo al vicepresidente de la comisión, el búlgaro socialista Sergéi Stánishev.

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España

Así nos ven desde fuera: el sucio traidor de Feijóo y sus adláteres son reconocidos por lo que son

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Escándalo en España: El PP se unió al socialismo y votó a favor de darle la ciudadanía a 500.000 inmigrantes ilegales de África

El PP, el PSOE y todos los partidos de izquierda se unieron para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes que ingresaron de manera ilegal en la última década.

El Partido Popular (PP), una suerte de Juntos por el Cambio en España, ha vuelto a traicionar a su base de votantes y decidió unirse con la extrema izquierda para regularizar y otorgarle la ciudadanía a más de 500.000 inmigrantes ilegales que arribaron al país desde África o Medio Oriente.

Si bien la ley todavía no ha sido aprobada, más bien solo se ha aprobado el tratamiento del mismo en el Parlamento, el PP sienta un peligroso precedente y ha anticipada que busca volver a votar de la misma manera en el recinto una vez que se modifiquen algunos aspectos del proyecto de ley.

De hecho, todos los partidos en el Parlamento han votado a favor del tratamiento y aprobarán pronto la ley, con la única excepción de los legisladores de VOX, que se opuso de cuajo contra la ley que le agregaría más de 500.000 votos en todo el país a la izquierda.

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Según la diputada del PP, Sofía Acedo, fue Cáritas, la organización benéfica de la Iglesia Católica, que hizo lobby para que dicha legislación sea aprobada, a pesar de que dentro de ese medio millón de personas hay prácticamente una totalidad de árabes musulmanes.

Por su parte, la socialista Elisa Garrido ha trasladado que el PSOE votará a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el “respeto” que merece darle participación directa en la política a quienes viven en España, y que creen que es necesario “seguir avanzando en mecanismos que garanticen procesos seguros de inmigración”.

Por su parte, la diputada de VOX Rocío De Meer ha indicado de nuevo que la formación liderada por Santiago Abascal rechaza la medidaQueremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común“.

En España se han llevado a cabo seis regularizaciones extraordinarias de inmigrantes en toda su historia. Entre 1991 y 1992 se puso en marcha, con el Gobierno socialista, una regularización extraordinaria que benefició a 108.321.

En 1996, con el PP mediante otro proceso de regularización extraordinaria, obtuvieron papeles 21.294 inmigrantes de los 25.128 que lo solicitaron. En el año 2000 solicitaron la regularización 244.327 extranjeros y consiguieron la documentación 163.352. En el año 2001 fue denominado “regularización por arraigo” y se otorgó papeles a 239.174 inmigrantes más.

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Como si esto no fuera poco, en el 2005, durante el gobierno del comunista José Luis Rodríguez Zapatero, hace casi 20 años, se le otorgó ciudadanía a medio millón de inmigrantes, la misma cantidad que pretende dar ahora Pedro Sánchez, peleando codo a codo por el récord histórico de pérdida de identidad.

Fuente: Derecha Diario.

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