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El odio de uno mismo

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Ultraizquierdistas en contra de la conmemoración del Día de la Toma en Granada.
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Christofer Fleming.- El odio de uno mismo es algo realmente terrible. Nuestro Señor nos mandó: “Ama al prójimo como a tí mismo”. Pues, si nos odiamos a nosotros mismos, evidentemente seremos incapaces de amar a los demás. Esta lacra, el odio de uno mismo, no solamente existe a nivel individual, sino también entre los colectivos.

Cuando un pueblo empieza a renegar de su propia identidad, despreciando lo suyo y prefiriendo todo lo ajeno, es una señal de que ese pueblo se odia; y cuando un pueblo entero se odia, tiene los días contados, porque siempre habrá otros pueblos, que no se odian a sí mismos, deseando ocupar su lugar. Hoy en día observo con tristeza que este odio de uno mismo es un fenómeno que se da con bastante frecuencia entre europeos de raza blanca. Digo que lo observo con tristeza, porque yo soy de esta raza y estoy muy orgulloso de ser lo que Dios quiso que fuera.

Los europeos autóctonos somos los herederos de la civilización que, a mi juicio, es la más gloriosa que haya existido jamás sobre la Tierra: la Cristiandad. Lo digo sin vanagloria; simplemente es así. Para que mis lectores sepan de lo que estoy hablando, la Cristiandad es una civilización que se forjó desde las cenizas del Imperio Romano a partir del siglo V de nuestra era, hasta alcanzar su cénit en el siglo XIII. Incluso desde entonces, con todo en contra, ha habido grandes hazañas de la Cristiandad, como la evangelización de América, la lucha contra el Islam, y su contribución a la ciencia, la tecnología y las artes, especialmente la música. Quizás habría que distinguir entre la Cristiandad y la civilización europea, porque no es exactamente lo mismo. Por ejemplo, el siglo XIX fue el siglo de máximo esplendor del Imperio Británico, que gobernó un territorio mayor que cualquier otro imperio en la historia. No obstante, este imperio no tenía los mismos impulsos y motivaciones que la Cristiandad. El amor a Nuestro Señor y el deseo de extender Su reino, fue sustituido por un afán de lucro y de poder. El auge de las potencias protestantes, primero los holandeses, luego los británicos, y en el siglo XX los estadounidenses, obedeció a un cambio sustancial: la globalización de las finanzas y el comercio. Hoy en día pienso que estamos gobernados por el Imperio de la Usura, que no tiene país ni religión, pero esto es un tema para otro artículo.

Volviendo a lo que estaba comentando, los que somos de raza blanca y ascendencia europea deberíamos sentirnos orgullosos de nuestro pasado y nuestra cultura. Pero precisamente por lo que ha representado la Cristiandad, hay muchos grupos que nos envidian y buscan desprestigiar nuestra raza, inventando todo tipo de leyendas negras sobre ella. Pintan al hombre blanco como lo peor que ha existido jamás, el responsable de todos los males en el mundo. Esto no tiene otro nombre que racismo. El racismo anti-blanco está muy extendido hoy en día y por desgracia es un odio socialmente aceptado. Se fomenta desde los medios de comunicación de masas (televisión, cine, prensa, etc.) y los políticos, sabiendo que da réditos electorales, también caen a menudo en él.

Un ejemplo es lo que dijo Michelle Obama durante la campaña de su marido en 2008. Comentando sobre el enorme apoyo que tenían para las elecciones presidenciales, dijo que era la primera vez en su vida que se sentía orgullosa de su país. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que ama muy poco a su país, si lo único que le hace sentirse orgullosa de él es la popularidad de su marido. Se podría entender que tras decir esto, los negros votarían en masa a Obama, como revancha por el racismo histórico contra los negros, pero es muy triste comprobar como los blancos, después de recibir semejante insulto, también votaron masivamente a favor de Obama, convertiéndole en el primer presidente negro de los EEUU. Sólo cabe una explicación: muchos blancos odian su propia raza.

Podría dar otro ejemplo más reciente de este desprecio hacía la raza blanca. El 7 de enero de este año, el gobernador del estado de Maine en EEUU, Paul LePage, se quejó de los traficantes que viajan hasta su estado desde Connecticut o Nueva York para vender heroína, y añadió que a menudo “impregnan a chicas jóvenes blancas antes de volver”. Toda la casta política ha criticado estas declaraciones por “racistas”, cuando LePage sólo comentaba sobre un realidad social: la depredación de hombres negros de zonas urbanas contra chicas blancas de pueblo. ¿Está feo decirlo? A lo mejor, pero el gobernador tiene la obligación de velar por los derechos de sus ciudadanos, que en el estado de Maine son blancos en un 96%. Mirando esta problemática a nivel nacional, según las cifras del Departamente de Justicia de EEUU, se registraron 560.600 crímenes violentos cometidos por negros contra blancos en el año 2013; mientras que en el mismo año, los blancos sólo cometieron 96,400 crímenes violentos contra negros.

Es decir, en crímenes violentos que involucran blancos y negros, en el 85% de los casos el agresor es negro. Tan sólo citar estos datos es considerado racismo, y quejarse públicamente de esta realidad, como hizo LePage, merece el oprobio de todo el sistema.

Algo similar ocurrió en mi país, el Reino Unido, con la violación y prostitución forzada de miles de chicas blancas por mafias compuestas de musulmanes asiáticos. El caso de la ciudad de Rotherham, en el norte de Inglaterra, fue especialmente sangrante, ya que se estima que unas 1.400 chicas fueron sistemáticamente violadas y explotadas sexualmente durante un periodo de 16 años, entre 1997 y 2013, sin que la policía hiciera nada para impedirlo. La investigación concluyó que los trabajadores sociales y la policía miraron hacía otro lado; no actuaron en contra de los criminales paquistaníes, porque no querían ser tachados de “racistas”. Es decir, el racismo anti-blanco políticamente correcto condenó a esas chicas a una vida de esclavitud sexual en su propio país. Es evidente que si hubieran sido de otra raza, la policía hubiera actuado enseguida, pero los racistas en el poder consideran que la vida de una niña blanca no vale lo mismo que la de una niña de cualquier otro color.

En una edición del año 2014 de Question Time, un programa de televisión de la BBC (British Brainwashing Corporation), un señor blanco del público comenta [a partir del minuto 2:30] que mientras él duerme en la calle, porque le dicen los servicios sociales que no hay donde hospedarle, los inmigrantes ilegales recién llegados viven en pisos con todos los gastos pagados. Dice además que mientras que él ha solicitado cientos de trabajos sin éxito, y ahora ni siquiera le dan una entrevista, conoce casos de inmigrantes a los que les dan trabajo nada más llegar.

Llaman la atención los abucheos del público, y la respuesta que le da uno de los “expertos”, el periodista David Aaronovitch. Con un aire de superioridad realmente insoportable le explica que “las cosas no son necesariamente como uno las percibe”. ¡Igual resulta que este pobre hombre estaba durmiendo en el hotel Hilton, y eso de dormir en la calle era producto de su imaginación! Esta respuesta refleja perfectamente el paradigma liberal y multicultural (es decir, el odio hacía la raza blanca), en el cual no es posible que la inmigración tenga efectos negativos sobre la población indígena.

Cuando ví ese vídeo sentí que se me hervía la sangre. Se me hacía muy duro ver como un inglés en paro y en la calle era insultado por un intelectual que ha hecho carrera promocionando el multiculturalismo. Él no habrá tenido que competir con los inmigrantes por puestos de trabajo mal pagados. Él no vivirá en un barrio que en pocos años se ha llenado de paquistaníes y se ha convertido en un gueto. Él no temerá por la seguridad de su mujer e hijos, porque no habrá un solo inmigrante a 10 kilómetros de su casa. Incluso le habrá venido muy bien la llegada masiva de inmigrantes, porque habrá encontrado gente dispuesta a trabajar en su casa por una miseria. En inglés decimos que la caridad empieza en casa. Es el colmo de la hipocresía fingir preocupación por la suerte de refugiados en un país lejano que nunca has pisado, y despreciar a un compatriota que está sufriendo y que tienes delante de tus narices.

Estas olas migratorias son una auténtica invasión, y sospecho que no es un fenómeno fortuito. Los políticos liberales no sólo han permitido que ocurra, sino que lo han fomentado, con las ayudas a todo el mundo que pisaba suelo europeo; esto es el efecto llamada. Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que fronteras permeables y un estado de bienestar son incompatibles a medio-largo plazo. Los políticos no pueden ser tan tontos; sabían perfectamente que si ofrecían ayudas de manera indiscriminada a todos los extranjeros que llegaban, se produciría una avalancha de gente desesperada. Por tanto, creo que la invasión de inmigrantes que estamos viviendo es parte de un plan para destruir Europa, y nace de un odio hacía la raza blanca.

No hay ningún problema con un puñado de extranjeros en cada país, y estoy a favor de dar asilo político a las personas que realmente lo necesitan. Pero eso no es lo mismo que convertir Europa en Eurabia. Si queremos ayudar a los países subdesarrollados a prosperar, ¿no es preferible trabajar allí, como lo han hecho siempre los misioneros?

Lo que de verdad les ayuda es construir escuelas y hospitales en sus países, y esto es precisamente lo que debemos apoyar los católicos, a través de obras caritativas de la Iglesia. Me imagino que nadie querría dejar su tierra y a su gente, si tuviera opción, así que lo mejor que se puede hacer para los pobres es evitar que tengan que emigrar. Además, el efecto de la inmigración daña gravemente a los países pobres, porque suelen ser los jóvenes más cualificados que emigran. África se está quedando sin médicos, por ejemplo, porque muchos miles de ellos están trabajando en Europa. La inmigración no soluciona los problemas de los países tercermundistas; sirve para que unos pocos puedan vivir mejor, pero deja sus países de origen igual o peor de lo que estaban. Si añadimos a esto las mafias que se lucran con el tráfico de personas y las muertes de los que se quedan por el camino, el balance es muy negativo. Si a los políticos de verdad les preocupara la suerte de los países pobres, no serían tan rácanos con ayudas al desarrollo. Aquí es donde se les ve el plumero; los mismos políticos liberales que están encantados de vaciar las arcas del estado con subvenciones a los inmigrantes, no levantan un dedo por ayudar a los necesitados in situ.

¿Cuántas hambrunas ha habido en países como Etiopía? No me creo su cantinela de “solidaridad”. Me suena a pura hipocresía.

Yo creo que la forma más sensata de ver el tema es pensar que un país es como una casa. Cada casa tiene un tamaño y unas características diferentes. Cada casa tiene sus normas que hay que seguir, para que la convivencia funcione. Lo que no hace nadie es dejar su casa abierta e invitar a todo quisque a entrar. Cada casa tiene que ser generosa con sus vecinos, pero no a expensas de que sus propios habitantes sean desalojados. El liberal que aboga por las fronteras abiertas es un hipócrita, porque cuando sale de su casa cierra la puerta con llave. Él no está dispuesto a compartir su casa con todo el mundo, pero quiere que otros sean generosos con los inmigrantes. Esto es precisamente lo que le echó en cara Marine Le Pen, del Front National de Francia, a la periodista izquierdista Ana Pastor, durante una entrevista en una cadena española, la Sexta. Al acusar a la política francesa de ser xenófoba, Marine Le Pen le preguntó: “¿Acoge usted a muchos inmigrantes en su casa?” Lo más hilarante es que la entrevistadora respondió que sí. ¡Pocas veces se ha visto una mentira tan descarada en directo!

¿Quién puede pensar que es beneficioso para una nación llenarla de extranjeros? ¿Históricamente se ha visto algo parecido a lo que estamos viviendo en Europa? Sí, muchas veces a lo largo de la historia y en muchos lugares se ha producido una caída espectacular de la población nativa frente a la población extranjera, pero siempre tras una conquista militar. En Europa nunca se han visto cambios demográficos similares en tiempos de paz. Nunca antes se ha visto que los europeos invitan alegremente a otras razas a apoderarse de sus recursos y de su territorio. Esto sólo es posible por el odio de uno mismo que padecen. No tengo nada en contra de otras razas, pero mi país no puede ser el hogar de todas ellas. El dilema es muy sencillo: en la mente de los multiculturalistas, África pertenece a los africanos, Asia a los asiáticos, América a los americanos, pero Europa es para todo el mundo. Algo falla. Por poner un ejemplo, ahora en Londres la población blanca es una minoría. Sin embargo, cualquiera que cuestione que esto sea una cosa positiva es inmediatamente llamado “racista”. Si el sentido de esta palabra es el que odia alguna raza, yo no soy racista. Sí son racistas los que odian la raza blanca y buscan exterminarla. Hoy parece que todas las razas tienen derecho a disfrutar de su tierra, menos la blanca.

Un ejemplo escandaloso de racismo anti-blanco en el cine es la película Django desencadenado de Tarantino. En ella el héroe, un cazarecompensas negro, interpretado por Jamie Foxx, dice la siguiente frase: “Mato a gente blanca, y me pagan… ¿cómo no me iba a encantar?” Si esto hubiera sido al revés, sustituyendo “gente blanca” por “gente negra”, en boca del héroe, la película hubiera provocado una guerra civil en EEUU. Sin embargo, el racismo anti-blanco es financiado y apoyado activamente por Hollywood, y es aceptado por la gran mayoría de los ciudadanos. En respuesta a esta película, el comentarista Jeffrey Kuhner escribió esto en The Washington Times:

“La intolerancia contra los blancos se ha enquistado en nuestra cultura. [La película] tiene un tema central: el hombre blanco es un demonio, una lacra moral del que hay que librarse, como si fuera un virus asesino… Simplemente propaganda disfrazada de historia”.

EEUU y el Reino Unido, a pesar de estar infectados por el odio de uno mismo, no son los países que peor están. Los primeros puestos en el ranking del odio de uno mismo sin duda los ocupan Alemania y Suecia. El problema de Alemania es su complejo de culpabilidad por lo que ocurrió (o no ocurrió) durante la Segunda Guerra Mundial.

Desde los juicios de Nuremberg, que en palabras del Mariscal de Campo Montgomery, hicieron que perder una guerra fuera un crímen, los niños alemanes han sido adoctrinados para creer que su país cometió las peores atrocidades en la historia de la Humanidad y que están en deuda con el mundo entero. No sólo han aprendido esto en el colegio, sino en un sinfín de películas, obras de teatro, novelas, documentales, etc. Uno de los ejemplos más ofensivos del odio hacía los alemanes en el cine es la película Malditos bastardos, también de Tarantino (se ve que el hombre es un experto en el odio y la manipulación de la historia). En esta película no sólo se pinta a los alemanes como monstruos sin corazón, sino que se justifica todo tipo de violencia y crueldad contra ellos. Es muy difícil para un alemán criado en este odio a sí mismo sentirse orgulloso de ser alemán y querer defender su patria.

Un ejemplo de racismo anti-blanco en Alemania es la reacción del régimen multiculturalista a los gravísimos incidentes ocurridos en Nochevieja 2015. En Colonia una banda de cientos de hombres (según todos los testigos tenían aspecto de ser del norte de África) atacó y acosó sexualmente a mujeres blancas en pleno centro de las ciudad. La reacción inicial del sistema fue la negación; la policía, los políticos y la prensa controlada se aliaron para censurar la noticia, pero gracias a la presión de los ciudadanos a través de las redes sociales (Facebook, Twitter, etc), después de cinco días tuvieron que reconocer lo que había pasado. Y cuando por fin los políticos reconocieron y hablaron sobre los hechos, no fue para pedir perdón a los alemanes; primero por haber permitido la entrada a su país de forma incontrolada a un millón de inmigrantes en el año 2015, incluyendo a cientos de terroristas y otros indeseables; y segundo, por la manifiesta incapacidad de la policía de garantizar el orden público. No hubo pizca de autocrítica por parte del sistema. La canciller, Ángela Merkel, condenó los ataques, pero a renglón seguido pidió “respeto por los extranjeros”. Pobrecillos, deben tener una confusión tremenda; en su país debe ser un comportamiento perfectamente lícito formar bandas y violar a mujeres por la calle. ¡Qué lástima me dan!

Henriette Reker

Henriette Reker

Fue la alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, quien se llevó la palma. Dijo a los periodistas que cualquier sugerencia de que los agresores eran refugiados era “totalmente impermisible”. Luego se dio el lujo de ofrecer algunos consejos a las mujeres alemanas, para evitar ser violadas en el futuro por bandas descontroladas de musulmanes, como por ejemplo mantenerse a una distancia prudencial de un metro de cualquier hombre. ¿Cómo no se les había ocurrido a las víctimas? La premisa de Reker era seguramente que si una mujer blanca es violada por un inmigrante debe ser culpa suya, porque todos sabemos que los inmigrantes son incapaces de cometer un delito. Le faltó aconsejarles un truco infalible: llevar burka la próxima vez que salgan a la calle. Como no cambie la cosa pronto, eso es lo que les espera. Igual estaría bien ir acostumbrándose.

Alemania da pena, pero hay un país que está aún peor: Suecia. Históricamente le ha sucedido algo similar a Alemania; durante la Segunda Guerra Mundial Suecia se mantuvo neutral, y desde entonces la mitología izquierdista se ha encargado de crear un sentimiento nacional de culpa por no haberse opuesto a Hitler. Suecia hoy en día es gobernada por un régimen que censura el patriotismo como el peor de los vicios y promueve una política multicutural que sólo se puede calificar de suicida. Cualquier crítica hacía el influjo masivo de inmigrantes, que pronto hará que los suecos sean una minoría en su propio país, es censurada en los medios de comunicación, y para evitar ser tachado de “racista” o “nazi”, los suecos indígenos tienen que aprender a odiarse a sí mismos.

Para hacerse una idea de hasta qué punto el odio de uno mismo es socialmente aceptado en Suecia, paso a citar un par de declaraciones de sus líderes políticos, que en un país con un mínimo de orgullo patrio se considerarían insultos intolerables, pero que en Suecia forman parte de la mentalidad dominante. La antigua dirigente del partido socialdemócrata, Mona Sahlin, dijo que no podía pensar en nada semejante a la cultura sueca, y es por esta razón que “los suecos envidian a los inmigrantes que sí tienen una cultura”. Raya lo cómico afirmar que una raza que ha vivido en el mismo lugar durante siglos no tiene una cultura propia, pero así de irracional es el odio de uno mismo. En 2006 el presidente del país, Fredrik Reinfeldt, del partido “conservador”, dijo: la principal característica de la cultura sueca es el barbarismo; lo demás es gracias a la inmigración. ¿Tuvo que dimitir? ¿Se exilió a una isla en el Pacífico? ¡Qué va! Tras semejante declaración de desprecio hacía su propio país, los suecos le reeligieron como su presidente.

¿Y cuáles son los frutos de este anti-patriotismo en Suecia? Primero, cada año entran unos 100.000 inmigrantes, la mayoría de religión musulmana. Muchos entran legalmente y los que entran ilegalmente suelen quedarse porque gozan de las mismas ayudas, así que la diferencia es poca. Suecia se gasta 4.000 millones de euros anuales en colocar a los recién llegados, más de la mitad de los cuales nunca encuentran trabajo y ahora y un 60% de todo su presupuesto social se destina a la población inmigrante. Luego, Suecia se ha convertido en el segundo país del mundo con más violaciones por habitante, sólo superado por Lesoto, un pequeño país en el sur de África. Tras 40 años de experimento multicultural, el índice de crímen violento ha aumentado un 300% y las violaciones un 1470%, como se aprecia en el gráfico de abajo. Pero claro, esto no tendrá nada que ver con la invasión de hombres musulmanes de países subdesarrollados. [Sarcasmo OFF]

En Suecia a estas alturas está muy claro que la fantasía multiculturalista no ha funcionado. La utopía con que soñaban los liberales se ha convertido en una pesadilla. Para defender su política suicida, el régimen tiene que usar la represión, la mentira y la censura, al estilo de la Unión Soviética de Stalin. Los pocos parlamentarios que están en contra de la inmigración masiva tienen que llevar escolta las 24 horas del día, por miedo a tanta tolerancia. Un ejemplo increíble de como esta dictadura políticamente correcta castiga a los disidentes es el caso de Michael Hess, un político del Partido Demócrata de Suecia. En 2014 las cortes le sentenciaron a pagar una multa de unos 6000 euros por establecer la conexión entre la epidemia de violaciones que sufre su país y la importación masiva de inmigrantes musulmanes. La sentencia es tan absurda que sería difícil inventar algo semejante. Dice así:

“La Corte considera que la cuestión de la veracidad de las declaraciones de Michael Hess no tiene relevancia alguna para el caso…. Las declaraciones de Michael Hess constituyen, por tanto, una expresión de desdén hacía los inmigrantes de fe musulmana”.

Sí, ha leído correctamente. Dice la sentencia que no importa si es verdad lo que dice el acusado. Lo importante es que los musulmanes se han sentido ofendidos. Es la máxima expresión de la locura liberal.

Tras ver los deprimentes resultados del multiculturalismo, que es un eufemismo para el racismo anti-blanco, podríamos preguntarnos por las causas de tanto odio de uno mismo. Creo que en el fondo todo viene de la apostasía de Europa. Los pueblos de Europa empezaron por rechazar la fe que está en las raíces de su cultura, y han acabado rechazando su cultura entera. Este proceso de apostasía lleva inexorablemente al suicidio colectivo; los pueblos que reniegan de su identidad cultural al final se convencerán de que ni siquiera tienen derecho de existir. En poco tiempo estos pueblos morirán. Si la causa de sus males es de abandonar la fe cristiana, su única esperanza ahora es volver a ella. Que Europa rece al unísono el salmo 42 que se oye al principio de la Misa: Introibo ad altare dei. Ad Deum qui laetificat juventutem meum. ¡Es hora de que los pueblos de Europa despierten!

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Javier Milei, el político de derechas que avergüenza a Argentina con financiación ilícita y vínculos con el narcotráfico (VÍDEOS ABAJO)

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El círculo más cercano a Javier Milei, demuestra con evidencia, la enorme red de corrupción que promueve, recibiendo financiación ilegal de cárteles del narcotráfico, así como otras contribuciones ilegales, a través de cuentas en el extranjero, incluyendo a compañías y cuentas bancarias de su propio padre en Estados Unidos; y recibiendo sobornos para inclusión en las listas de su partido.

Un artículo reciente de The Economist, describe a Milei como alguien que tiene “los aires de un académico excéntrico más que un aspirante a presidente”, y un artículo de Foreign Policy, lo describe como un “inadaptado social.” Además, The Guardian lo describe como alguien que quiere “eliminar los sistemas de educación y salud pública, disolver el Banco Central y, permitir a la gente vender sus órganos”.

Evidentemente, esto no son halagos, pero no están ni de cerca de lo engañoso que puede llegar a ser Javier Milei.

Diego Giacomini, coautor y coanfitrion de un programa de televisión, era aliado de Milei. Tuvo una relación de amistad y sociedad profesional con él, durante 15 años.

En los vídeos que aparecen abajo, Giacomini ha subrayado la corrupción y negociación tras bambalinas, y ha acusado a Milei, de estar apoyado por dinero que viene del narcotráfico mexicano. De hecho, la conexión con los cárteles mexicanos, es profunda, a ésto se deben las visitas de Milei a México en reiteradas ocasiones durante 2022.

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Giacomini admite que Milei es apoyado con dinero cuyo origen es el tráfico de drogas en México.

 

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Giacomini confiesa que Milei recibe fondos y apoyo de “dinero de cárteles mejicanos”, que también apoyaron a Bolsonaro en Brasil

 

La red de corrupción de Milei es extensa, y se involucra en turbios negocios para extender su influencia y solidificar su posición política.  Por ejemplo, obtuvo entre 50.000 y 70.000 dólares estadounidenses de cada candidato, que quisiese pertenecer a las listas de su partido – una clara violación de la ley argentina.

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Milei recaudó entre USD 50.000 y USD 70.000 de cada candidato que quería estar en las listas de su partido

 

 

Giacomini describe que, amén del pago a Milei del dinero en efectivo en maletas, también recibe pagos a través de las cuentas y compañías de su padre en Estados Unidos.

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Milei acepta dinero en efectivo a cambio de favores

 

 

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 Los pagos a Javier Milei pueden ser realizados a través de las cuentas en el extranjero de su padre.

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Milei dijo que el dinero recibido en las maletas lo había recibido de su padre.

Giacomini reafirma, que Milei ha aceptado y continúa aceptando, pagos en efectivo y por vía de cuentas extranjeras como medios para financiar su campaña política

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Giacomini reafirma que Milei acepta pagos en efectivo y a través de cuentas en el extranjero para financiar su campaña.

 

 

Adicionalmente a las numerosas acusaciones contra Milei, Giacomini declara que Milei tiene prejuicios profundos y no es tan liberal como puede dar a entender. “Sé que es un racista,” afirma Giacomini.

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Javier Milei es racista

De acuerdo al mismo Giacomini, apoyar a Milei conlleva el riesgo de que afloren los escándalos de sobornos, arriesgando la integridad de sus financiadores.

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El apoyo a la campaña de Milei conlleva riesgos que aparezcan escándalos de sobornos

Cuando los argentinos vayan a votar el 22 de octubre, ¿van a apoyar a un hombre, que va a cambiar el país a mejor?  ¿O – con mucha mayor certeza – sus cambios radicales en las instituciones y economía argentina, van a llevar al país a una era de corrupción enorme y falta de legalidad?

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Pinochet: El régimen militar que salvó a Chile del comunismo y del terrorismo de Salvador Allende

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LAS BASES DEL PROGRESO DE CHILE SE ASENTARON DURANTE ESE PERÍODO

La incómoda verdad sobre Pinochet y el régimen militar que salvó a Chile del comunismo

 

En la primera entrega dedicada al 11 de septiembre chileno, se abordó cómo Salvador Allende llevó a Chile a la deriva. Su Gobierno fue declarado anticonstitucional y antidemocrático por la Corte Suprema y el Congreso, mientras los chilenos vieron cómo su sueldo se depreciaba por la inflación alcanzada. Asimismo, el desabastecimiento de alimentos y el racionamiento de ellos fue parte de la cotidianeidad. Para 1973 Chile estaba extremadamente polarizado por las narrativas marxistas-leninistas, por lo que la disyuntiva para ese entonces era dar cauce a la dictadura del proletariado o, en su defecto, a un régimen militar.

Finalmente, el 11 de septiembre de 1973 los militares se pronunciaron y derrocaron a Salvador Allende, acción que permitió a Chile liberarse del comunismo. Hay que tener en cuenta que los dilemas de aquel entonces se enmarcan en la Guerra Fría, donde la lucha ideológica se diseminó por todo el mundo.

No obstante, en el presente las izquierdas chilenas han tomado una cómoda posición de víctimas sin realizar mea culpas ni tomar responsabilidades de cómo su sector llevó al país al abismo. De hecho, el Gobierno de Gabriel Boric ha hecho de esta fecha todo un hito, que se traduce en más polarización en el presente.

El mandatario chileno ha invitado a todo el espectro político a firmar el Acuerdo para el «nunca más» este día lunes, sin embargo, las derechas han rechazado firmarlo porque sostienen que es un homenaje a Salvador Allende. Y tienen motivos para sospecharlo, ya que Boric realizará una conmemoración a la que invitó políticos y artistas abiertamente de izquierdas, como la presidente de las Abuelas de Plaza de Mayo, la argentina Estela Barnes de Carlotto; la secretaria general de la Internacional Socialista, Benedicta Lasi; Tom Morello, guitarrista de Rage Against the Machine y Audioslave, quien ha apoyado abiertamente al grupo terrorista Sendero Luminoso; y Mon Laferte, feminista cercana al Frente Amplio chileno.

De hecho, Chile Vamos firmó su propio compromiso con la democracia, la Constitución y las leyes, el respeto a la dignidad humana y sus libertades, entre otros puntos, e invitó al presidente Boric a firmarlo, mientras advirtieron del peligro de instalar una sola verdad desde el Ejecutivo.

Y dado que desde el Gobierno se impulsó una «Comisión Asesora contra la Desinformación» que busca determinar qué es «verdad» y qué es «fake news», y por otro lado, que el oficialismo, en especial desde el Partido Comunista, pidieron la renuncia de Patricio Fernández —quien fue nombrado por Boric para asesorar la conmemoración de los 50 años del 11 de septiembre chileno— solo por decir en una entrevista radial que «Los historiadores y los politólogos podrán discutir por qué y cómo se llegó a eso, pero lo que podríamos intentar acordar es que sucesos posteriores a ese golpe son inaceptables en cualquier pacto civilizatorio», conviene en esta segunda entrega hablar de la incómoda verdad para las izquierdas del Régimen Militar.

El Régimen Militar

Se ha caricaturizado al Régimen Militar liderado por Augusto Pinochet como un Gobierno que propició exclusivamente la violación de los derechos humanos, luego que instaló un neoliberalismo que profundizó las desigualdades de los chilenos, y que todos los malestares actuales se deben a este periodo. De hecho, las revueltas de octubre de 2019 sostuvieron esta hipótesis y han tratado de desplazar la Constitución de 1980 con los procesos constitucionales. Sin embargo, todas las críticas de las izquierdas en el presente son tendenciosas o fungen como discursos que desinforman a las nuevas generaciones.

En primer lugar, por honestidad intelectual y por el respeto a la historia, efectivamente hubo violación a los derechos humanos. Sin embargo, se han hecho grandes esfuerzos por todos los sectores políticos del país, incluyendo a las derechas, en poder aclarar estos hechos y alcanzar la reconciliación. Sin embargo, el Gobierno Militar está lejos de lo sanguinario que fueron los regímenes totalitaristas de Mao Tse-Tung (se le atribuyen 78 millones de asesinatos); de Josef Stalin (quien es responsable de 23 millones de muertes); y de Adolf Hitler (responsable de 17 millones de muertes). Es más, Augusto Pinochet ni siquiera aparece dentro de los diez primeros regímenes del mundo con más muertes.

Por otro lado, desde el mismo año 1973, el Régimen Militar entendía que se debía reconstruir una institucionalidad colapsada, por lo que se fijó una ruta para ello. Por este motivo, se convocó a abogados constitucionalistas para que presentaran a la Junta Militar un proyecto constitucional que permitiera a Chile subirse al camino del desarrollo.

La Comisión de Estudios de la Nueva Constitución Política de la República de Chile, mejor conocida como Comisión Ortuzar, estuvo encargada de esta labor. Sesionó entre el 24 de septiembre de 1973 y el 5 de octubre de 1978, es decir, trabajó durante cinco años un texto que, efectivamente, le permitió a Chile avanzar en el desarrollo.

En su primera sesión, se fijó que «El establecimiento de un precepto constitucional, similar al contemplado en la Carta de Alemania Federal, que declare contrarios a la Constitución a los Partidos o movimientos que sustenten Ideas o doctrinas marxistas«, la importancia de la segunda vuelta presidencial, el derecho a la propiedad privada como fuente de las libertades públicas, entre otros aspectos.

Finalmente, el texto constitucional presentado y promulgado en 1980 estableció que las personas son libres e iguales en dignidad y derechos; que se defiende la vida del que está por nacer hasta la muerte natural; la familia es el núcleo fundamental de la sociedad; y es el Estado el que está al servicio de la persona humana y no al revés. Asimismo, se estableció el derecho de propiedad y el principio de libertad personal y económica. De igual forma, se estableció la importancia de la subsidiariedad —concepto que no aparece explícitamente en el texto— la que dialogó con el plan económico conocido como «El Ladrillo», un aporte de chilenos que estudiaron en la Universidad de Chicago, conocidos como «Chicago Boys», que permitieron establecer las bases del progreso económico.

En consecuencia, se impulsó una política fiscal ordenada: el gasto fiscal como porcentaje del PIB pasó de 32,7% en el año 1985 a 22,4% en 1990; tras la crisis inflacionaria de 1982, se realizó una reforma tributaria en 1984 que puso el foco en incentivar el ahorro privado y la inversión, y se abrió la economía y el comercio. La inflación en 1973 bordeaba el 1000% anual, y al momento de que Augusto Pinochet entregó el poder tras el plebiscito de 1989  que preguntó a la ciudadanía si quería continuar en un gobierno militar o quería elecciones presidenciales, la inflación en era del 27% (correspondiente al año 1990). Igualmente, se estableció la autonomía del Banco Central.

Este panorama económico se tradujo en una mejor calidad de vida de los chilenos. En la década de los setenta, la tasa de mortalidad infantil en menores de 1 año era de 63,4%, y en los noventas bajó a 12,9%. Hoy está en torno al 6,5%. Asimismo, la desnutrición infantil para los setenta era del 19% en niños menores de seis años mientras que en la actualidad es del 2,6%.

El acceso al agua potable es una realidad para los chilenos, independiente de si viven en zonas urbanas o rurales. Se superó el analfabetismo, y hoy vemos que ingresar a la universidad es posible en todos los sectores socioeconómicos. Según la encuesta Casen, corregida a la metodología actual, en 1990 el 68,5% estaba en situación de pobreza, pero para el 2017 solo el 8,6% estaba en esa situación. No obstante, hubo un retroceso ya que para el 2020 aumentó al 10,8% debido a la crisis institucional y económica que el país ha enfrentado explícitamente desde las revueltas de octubre de 2019 y las restrictivas medidas que se impusieron en la pandemia.

Boric y el 11 de septiembre

En suma, todas las bases del progreso y el desarrollo de Chile se asentaron en el Régimen Militar, y esto se ha traducido en mejor calidad de vida, acceso a bienes y servicios, y altos índices de libertad. Y esta es la incómoda verdad que a la extrema izquierda no le conviene aceptar. Sin embargo, todo lo construido desde esta época se ha visto fuertemente amenazado por políticas estatistas, como la amenaza de las reformas tributaria y previsional que ha tratado de empujar el Gobierno de Boric. Asimismo, las izquierdas no han cesado de instalar discursos que dividen a los chilenos, homenajeando a Salvador Allende en la víspera del 11 de septiembre.

De hecho, el domingo 10 de septiembre, el presidente Gabriel Boric se unió a la marcha convocada por la extrema izquierda para conmemorar los cincuenta años del 11 de septiembre, marcha capturada por la violencia y el vandalismo. Sin embargo, inmediatamente los insurrectos lograron entrar al frontis del palacio presidencial, tras enfrentarse con bombas molotov a Carabineros, quebrando seis ventanales de La Moneda. Y en el Cementerio General vandalizaron y quemaron tumbas como la de Jaime Guzmán, uno de los redactores de la Constitución de 1980 y posteriormente senador, asesinado por el grupo terrorista Frente «Patriótico» Manuel Rodríguez en 1991.

Si bien, y lamentablemente, es usual que cada víspera del 11 de septiembre los vándalos de la extrema izquierda muestren su real cara a través de la violencia, por primera vez un presidente se ha sumado a una marcha exponiendo el palacio presidencial. El mismo presidente que insistió a las derechas firmar su Acuerdo en el que sostenía «más democracia», que en clave post-marxista implica radicalizar la democracia, es decir, subvertirla desde los marcos institucionales.

No obstante, los chilenos se han pronunciado categóricamente contra las ideas divisorias de la extrema izquierda. Así lo evidenció el rechazo a la propuesta de nueva Constitución el 4 de septiembre del 2022. Incluso, no comparten el diagnóstico de La Moneda sobre el 11 de septiembre. Según la encuesta de Pulso Ciudadanose impone la percepción en la ciudadanía de que Salvador Allende tiene más responsabilidad en «el Golpe de Estado» que Augusto Pinochet.

En definitiva, el 11 de septiembre continúa siendo un clivaje irreconciliable para los chilenos. Sin embargo, desde el oficialismo se han encargado de profundizarlo al tratar de hacer de esta fecha todo un hito de lucha, e instalar una verdad oficial sesgada. Esa apuesta no contribuye a la sana convivencia democrática, que finalmente nos aleja y divide en la diferencia.

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Internacional

España, desolada. Los muertos por el terremoto de Marruecos superan los 2.000

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Al menos 2.012 personas han muerto y otras 2.059 han resultado heridas, de las cuales 1.404 se encuentran en estado crítico a causa del terremoto de magnitud 7 en la escala Richter registrado en la provincia de Al Hauz, según ha informado el Ministerio del Interior de país.

Hasta 1.220 víctimas han resultado heridas de gravedad, si bien todas ellas están siendo trasladadas a varios hospitales de la zona, tal y como han señalado las autoridades en un comunicado en el que han indicado que la mayoría de fallecidos se concentran en la provincia de Al Hauz, con 542 muertos, mientras que la segunda más afectada es Tarudant, con 321 fallecidos.

Por detrás se encuentran Chichaua, con 103 fallecidos; Uarzazate, con 38; Marrakech, con 13; Azilal, con 11; Agadir, con 5, y Casablanca, donde hay por el momento tres muertos a los que se suma un deceso registrado en Yusufiya. Los heridos han sido trasladados a los hospitales más cercanos para recibir la atención adecuada.

El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas marroquíes ha declarado la movilización total y servicios de Emergencias y Protección Civil siguen movilizando recursos para atender a los heridos y afectados y tratar de rescatar a las personas atrapadas bajo los escombros a medida que las autoridades analizan la gravedad de los daños.

El Ministerio de Infraestructuras y Agua ha comenzado a trabajar ya en la localización de las carreteras cortadas por los daños causados por el terremoto para su posterior reparación. El Ministerio ha movilizado a toda su plantilla y medios materiales para lograr reabrir al tráfico los puntos afectados.

Además, ya se ha solicitado a la población que acuda a los centros de donación de sangre para poder así atender a los heridos. El centro de transfusión del Hospital Mohamed VI de Buskura, Casablanca, ha abierto una unidad de donación de sangre que funciona desde las 10.00 horas de este sábado y que espera poder realizar la primera entrega a primera hora de la tarde.

El Centro Regional de Transfusión Sanguínea de Marrakech ha hecho un llamamiento a la donación de sangre a mujeres y hombres mayores de 18 años. Mientras, ONG y partidos políticos han lanzado campañas de fondos para ayudar a las víctimas en Rabat, Salé y Kenitra y la Asociación Nacional de Clínicas Privadas ha puesto todos sus medios a disposición de las autoridades para ayudar a las víctimas.

El Instituto Nacional de Geofísica de Marruecos (ING) ha informado de que el terremoto se detectó a las 23.11 minutos de la noche (0.11 horas en la España peninsular) con una magnitud de 7,2 en la escala de Richter. El fenómeno se registró a una profundidad de 10,7 kilómetros. El director del ING, Naser Yabur, ha descartado la posibilidad de que se produzcan seísmos secundarios durante las próximas horas.

Este terremoto es el más grave registrado en Marruecos por número de víctimas desde el que afectó a la región de Alhucemas el 24 de febrero de 2004. Entonces murieron 629 personas, 926 resultaron heridas y 12.539 quedaron sin hogar.

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Internacional

Nos mienten como a los burros analfabetos que somos. Todas las profecías climáticas fallidas: el Apocalipsis que nunca llega

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El alarmismo climático se ha intensificado en los últimos años. Pero no es un fenómeno nuevo ni exento de errores.

Catástrofes naturales hay muchas. Incluso auténticos apocalipsis en los que desaparecen tres cuartas partes de las especies sobre la faz de la Tierra. No en vano, el planeta ha sufrido, al menos, cinco grandes extinciones a lo largo de su historia, como consecuencia de diversos fenómenos, incluyendo el impacto del asteroide que acabó con los dinosaurios.

Sin embargo, predicciones climáticas incumplidas, también. Y muchas, a la vista de las profecías que tanto abundan como consecuencia del calentamiento global. La mayoría de medios y políticos no dejan de repetir, una y otra vez, que el cambio climático causará grandes desastres de todo tipo, desde la elevación del nivel del mar y la desaparición de los casquetes polares, hasta pandemias y hambrunas, con la consiguiente extinción de animales y plantas.

La última tuvo lugar ayer mismo, después de que el planeta registrara este año el verano más caluroso de la historia, según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), cuya base se remonta a 1940. A raíz de este dato, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha afirmado en un comunicado que “el colapso climático ha comenzado”.

Pero, ¿hasta qué punto aciertan dichos pronósticos? Al margen del rigor y exactitud que, finalmente, demuestren los actuales expertos del clima, lo cierto es que los fallos son algo bastante habitual en este particular campo de la ciencia. No es algo nuevo ni excepcional. A continuación, algunos ejemplos, que se suman a otros muchos

  • 1939: “Todos los glaciares del este de Groenlandia se están derritiendo rápidamente”
  • 1947: “Posibilidad de un aumento prodigioso en la superficie del océano con la consiguiente inundación generalizada”
  • 1952: “Los glaciares de Noruega y Alaska tienen sólo la mitad del tamaño que tenían hace 50 años”
  • 1967: “Ya es demasiado tarde para que el mundo evite un largo período de hambruna”
  • 1970: “Los científicos predicen una nueva edad de hielo para el siglo XXI”
  • 1971: “El mundo podría estar a tan sólo 50 ó 60 años de una nueva era de hielo desastrosa”
  • 1972: “Tenemos 10 años para detener la catástrofe”
  • 1974: “Los satélites espaciales muestran que se acerca rápidamente una nueva Edad de Hielo”
  • 1978: “Un equipo internacional de especialistas ha llegado a la conclusión, a partir de ocho índices climáticos, de que no se vislumbra un final para la tendencia al enfriamiento de los últimos 30 años, al menos en el hemisferio norte”
  • 2006: “A menos que se tomen medidas drásticas para reducir los gases de efecto invernadero en los próximos 10 años, el mundo llegará a un punto sin retorno”
  • 2007: “Si no se toman medidas antes de 2012, será demasiado tarde”
  • 2012: “Disfrute de la nieve ahora… para 2020, habrá desaparecido”
  • 2014: “¿El fin de la nieve?”
  • 2018: “La posibilidad de que quede hielo permanente en el Ártico después de 2022 es esencialmente nula”

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