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El odio de uno mismo
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5 años agoon
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RedacciónChristofer Fleming (R).- El odio de uno mismo es algo realmente terrible. Nuestro Señor nos mandó: «Ama al prójimo como a tí mismo». Pues, si nos odiamos a nosotros mismos, evidentemente seremos incapaces de amar a los demás. Esta lacra, el odio de uno mismo, no solamente existe a nivel individual, sino también entre los colectivos.
Cuando un pueblo empieza a renegar de su propia identidad, despreciando lo suyo y prefiriendo todo lo ajeno, es una señal de que ese pueblo se odia; y cuando un pueblo entero se odia, tiene los días contados, porque siempre habrá otros pueblos, que no se odian a sí mismos, deseando ocupar su lugar. Hoy en día observo con tristeza que este odio de uno mismo es un fenómeno que se da con bastante frecuencia entre europeos de raza blanca. Digo que lo observo con tristeza, porque yo soy de esta raza y estoy muy orgulloso de ser lo que Dios quiso que fuera.
Los europeos autóctonos somos los herederos de la civilización que, a mi juicio, es la más gloriosa que haya existido jamás sobre la Tierra: la Cristiandad. Lo digo sin vanagloria; simplemente es así. Para que mis lectores sepan de lo que estoy hablando, la Cristiandad es una civilización que se forjó desde las cenizas del Imperio Romano a partir del siglo V de nuestra era, hasta alcanzar su cénit en el siglo XIII. Incluso desde entonces, con todo en contra, ha habido grandes hazañas de la Cristiandad, como la evangelización de América, la lucha contra el Islam, y su contribución a la ciencia, la tecnología y las artes, especialmente la música. Quizás habría que distinguir entre la Cristiandad y la civilización europea, porque no es exactamente lo mismo. Por ejemplo, el siglo XIX fue el siglo de máximo esplendor del Imperio Británico, que gobernó un territorio mayor que cualquier otro imperio en la historia. No obstante, este imperio no tenía los mismos impulsos y motivaciones que la Cristiandad. El amor a Nuestro Señor y el deseo de extender Su reino, fue sustituido por un afán de lucro y de poder. El auge de las potencias protestantes, primero los holandeses, luego los británicos, y en el siglo XX los estadounidenses, obedeció a un cambio sustancial: la globalización de las finanzas y el comercio. Hoy en día pienso que estamos gobernados por el Imperio de la Usura, que no tiene país ni religión, pero esto es un tema para otro artículo.
Volviendo a lo que estaba comentando, los que somos de raza blanca y ascendencia europea deberíamos sentirnos orgullosos de nuestro pasado y nuestra cultura. Pero precisamente por lo que ha representado la Cristiandad, hay muchos grupos que nos envidian y buscan desprestigiar nuestra raza, inventando todo tipo de leyendas negras sobre ella. Pintan al hombre blanco como lo peor que ha existido jamás, el responsable de todos los males en el mundo. Esto no tiene otro nombre que racismo. El racismo anti-blanco está muy extendido hoy en día y por desgracia es un odio socialmente aceptado. Se fomenta desde los medios de comunicación de masas (televisión, cine, prensa, etc.) y los políticos, sabiendo que da réditos electorales, también caen a menudo en él.
Un ejemplo es lo que dijo Michelle Obama durante la campaña de su marido en 2008. Comentando sobre el enorme apoyo que tenían para las elecciones presidenciales, dijo que era la primera vez en su vida que se sentía orgullosa de su país. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que ama muy poco a su país, si lo único que le hace sentirse orgullosa de él es la popularidad de su marido. Se podría entender que tras decir esto, los negros votarían en masa a Obama, como revancha por el racismo histórico contra los negros, pero es muy triste comprobar como los blancos, después de recibir semejante insulto, también votaron masivamente a favor de Obama, convertiéndole en el primer presidente negro de los EEUU. Sólo cabe una explicación: muchos blancos odian su propia raza.
Podría dar otro ejemplo más reciente de este desprecio hacía la raza blanca. El 7 de enero de este año, el gobernador del estado de Maine en EEUU, Paul LePage, se quejó de los traficantes que viajan hasta su estado desde Connecticut o Nueva York para vender heroína, y añadió que a menudo «impregnan a chicas jóvenes blancas antes de volver». Toda la casta política ha criticado estas declaraciones por «racistas», cuando LePage sólo comentaba sobre un realidad social: la depredación de hombres negros de zonas urbanas contra chicas blancas de pueblo. ¿Está feo decirlo? A lo mejor, pero el gobernador tiene la obligación de velar por los derechos de sus ciudadanos, que en el estado de Maine son blancos en un 96%. Mirando esta problemática a nivel nacional, según las cifras del Departamente de Justicia de EEUU, se registraron 560.600 crímenes violentos cometidos por negros contra blancos en el año 2013; mientras que en el mismo año, los blancos sólo cometieron 96,400 crímenes violentos contra negros. Es decir, en crímenes violentos que involucran blancos y negros, en el 85% de los casos el agresor es negro. Tan sólo citar estos datos es considerado racismo, y quejarse públicamente de esta realidad, como hizo LePage, merece el oprobio de todo el sistema.
Algo similar ocurrió en mi país, el Reino Unido, con la violación y prostitución forzada de miles de chicas blancas por mafias compuestas de musulmanes asiáticos. El caso de la ciudad de Rotherham, en el norte de Inglaterra, fue especialmente sangrante, ya que se estima que unas 1.400 chicas fueron sistemáticamente violadas y explotadas sexualmente durante un periodo de 16 años, entre 1997 y 2013, sin que la policía hiciera nada para impedirlo. La investigación concluyó que los trabajadores sociales y la policía miraron hacía otro lado; no actuaron en contra de los criminales paquistaníes, porque no querían ser tachados de «racistas». Es decir, el racismo anti-blanco políticamente correcto condenó a esas chicas a una vida de esclavitud sexual en su propio país. Es evidente que si hubieran sido de otra raza, la policía hubiera actuado enseguida, pero los racistas en el poder consideran que la vida de una niña blanca no vale lo mismo que la de una niña de cualquier otro color.
En una edición del año 2014 de Question Time, un programa de televisión de la BBC (British Brainwashing Corporation), un señor blanco del público comenta [a partir del minuto 2:30] que mientras él duerme en la calle, porque le dicen los servicios sociales que no hay donde hospedarle, los inmigrantes ilegales recién llegados viven en pisos con todos los gastos pagados. Dice además que mientras que él ha solicitado cientos de trabajos sin éxito, y ahora ni siquiera le dan una entrevista, conoce casos de inmigrantes a los que les dan trabajo nada más llegar. Llaman la atención los abucheos del público, y la respuesta que le da uno de los «expertos», el periodista David Aaronovitch. Con un aire de superioridad realmente insoportable le explica que «las cosas no son necesariamente como uno las percibe». ¡Igual resulta que este pobre hombre estaba durmiendo en el hotel Hilton, y eso de dormir en la calle era producto de su imaginación! Esta respuesta refleja perfectamente el paradigma liberal y multicultural (es decir, el odio hacía la raza blanca), en el cual no es posible que la inmigración tenga efectos negativos sobre la población indígena.
Cuando ví ese vídeo sentí que se me hervía la sangre. Se me hacía muy duro ver como un inglés en paro y en la calle era insultado por un intelectual que ha hecho carrera promocionando el multiculturalismo. Él no habrá tenido que competir con los inmigrantes por puestos de trabajo mal pagados. Él no vivirá en un barrio que en pocos años se ha llenado de paquistaníes y se ha convertido en un gueto. Él no temerá por la seguridad de su mujer e hijos, porque no habrá un solo inmigrante a 10 kilómetros de su casa. Incluso le habrá venido muy bien la llegada masiva de inmigrantes, porque habrá encontrado gente dispuesta a trabajar en su casa por una miseria. En inglés decimos que la caridad empieza en casa. Es el colmo de la hipocresía fingir preocupación por la suerte de refugiados en un país lejano que nunca has pisado, y despreciar a un compatriota que está sufriendo y que tienes delante de tus narices.
Estas olas migratorias son una auténtica invasión, y sospecho que no es un fenómeno fortuito. Los políticos liberales no sólo han permitido que ocurra, sino que lo han fomentado, con las ayudas a todo el mundo que pisaba suelo europeo; esto es el efecto llamada. Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que fronteras permeables y un estado de bienestar son incompatibles a medio-largo plazo. Los políticos no pueden ser tan tontos; sabían perfectamente que si ofrecían ayudas de manera indiscriminada a todos los extranjeros que llegaban, se produciría una avalancha de gente desesperada. Por tanto, creo que la invasión de inmigrantes que estamos viviendo es parte de un plan para destruir Europa, y nace de un odio hacía la raza blanca.
No hay ningún problema con un puñado de extranjeros en cada país, y estoy a favor de dar asilo político a las personas que realmente lo necesitan. Pero eso no es lo mismo que convertir Europa en Eurabia. Si queremos ayudar a los países subdesarrollados a prosperar, ¿no es preferible trabajar allí, como lo han hecho siempre los misioneros? Lo que de verdad les ayuda es construir escuelas y hospitales en sus países, y esto es precisamente lo que debemos apoyar los católicos, a través de obras caritativas de la Iglesia. Me imagino que nadie querría dejar su tierra y a su gente, si tuviera opción, así que lo mejor que se puede hacer para los pobres es evitar que tengan que emigrar. Además, el efecto de la inmigración daña gravemente a los países pobres, porque suelen ser los jóvenes más cualificados que emigran. África se está quedando sin médicos, por ejemplo, porque muchos miles de ellos están trabajando en Europa. La inmigración no soluciona los problemas de los países tercermundistas; sirve para que unos pocos puedan vivir mejor, pero deja sus países de origen igual o peor de lo que estaban. Si añadimos a esto las mafias que se lucran con el tráfico de personas y las muertes de los que se quedan por el camino, el balance es muy negativo. Si a los políticos de verdad les preocupara la suerte de los países pobres, no serían tan rácanos con ayudas al desarrollo. Aquí es donde se les ve el plumero; los mismos políticos liberales que están encantados de vaciar las arcas del estado con subvenciones a los inmigrantes, no levantan un dedo por ayudar a los necesitados in situ. ¿Cuántas hambrunas ha habido en países como Etiopía? No me creo su cantinela de «solidaridad». Me suena a pura hipocresía.
Yo creo que la forma más sensata de ver el tema es pensar que un país es como una casa. Cada casa tiene un tamaño y unas características diferentes. Cada casa tiene sus normas que hay que seguir, para que la convivencia funcione. Lo que no hace nadie es dejar su casa abierta e invitar a todo quisque a entrar. Cada casa tiene que ser generosa con sus vecinos, pero no a expensas de que sus propios habitantes sean desalojados. El liberal que aboga por las fronteras abiertas es un hipócrita, porque cuando sale de su casa cierra la puerta con llave. Él no está dispuesto a compartir su casa con todo el mundo, pero quiere que otros sean generosos con los inmigrantes. Esto es precisamente lo que le echó en cara Marine Le Pen, del Front National de Francia, a la periodista izquierdista Ana Pastor, durante una entrevista en una cadena española, la Sexta. Al acusar a la política francesa de ser xenófoba, Marine Le Pen le preguntó: «¿Acoge usted a muchos inmigrantes en su casa?» Lo más hilarante es que la entrevistadora respondió que sí. ¡Pocas veces se ha visto una mentira tan descarada en directo!
¿Quién puede pensar que es beneficioso para una nación llenarla de extranjeros? ¿Históricamente se ha visto algo parecido a lo que estamos viviendo en Europa? Sí, muchas veces a lo largo de la historia y en muchos lugares se ha producido una caída espectacular de la población nativa frente a la población extranjera, pero siempre tras una conquista militar. En Europa nunca se han visto cambios demográficos similares en tiempos de paz. Nunca antes se ha visto que los europeos invitan alegremente a otras razas a apoderarse de sus recursos y de su territorio. Esto sólo es posible por el odio de uno mismo que padecen. No tengo nada en contra de otras razas, pero mi país no puede ser el hogar de todas ellas. El dilema es muy sencillo: en la mente de los multiculturalistas, África pertenece a los africanos, Asia a los asiáticos, América a los americanos, pero Europa es para todo el mundo. Algo falla. Por poner un ejemplo, ahora en Londres la población blanca es una minoría. Sin embargo, cualquiera que cuestione que esto sea una cosa positiva es inmediatamente llamado «racista». Si el sentido de esta palabra es el que odia alguna raza, yo no soy racista. Sí son racistas los que odian la raza blanca y buscan exterminarla. Hoy parece que todas las razas tienen derecho a disfrutar de su tierra, menos la blanca.
Un ejemplo escandaloso de racismo anti-blanco en el cine es la película Django desencadenado de Tarantino. En ella el héroe, un cazarecompensas negro, interpretado por Jamie Foxx, dice la siguiente frase: «Mato a gente blanca, y me pagan… ¿cómo no me iba a encantar?» Si esto hubiera sido al revés, sustituyendo «gente blanca» por «gente negra», en boca del héroe, la película hubiera provocado una guerra civil en EEUU. Sin embargo, el racismo anti-blanco es financiado y apoyado activamente por Hollywood, y es aceptado por la gran mayoría de los ciudadanos. En respuesta a esta película, el comentarista Jeffrey Kuhner escribió esto en The Washington Times:
«La intolerancia contra los blancos se ha enquistado en nuestra cultura. [La película] tiene un tema central: el hombre blanco es un demonio, una lacra moral del que hay que librarse, como si fuera un virus asesino… Simplemente propaganda disfrazada de historia».
EEUU y el Reino Unido, a pesar de estar infectados por el odio de uno mismo, no son los países que peor están. Los primeros puestos en el ranking del odio de uno mismo sin duda los ocupan Alemania y Suecia. El problema de Alemania es su complejo de culpabilidad por lo que ocurrió (o no ocurrió) durante la Segunda Guerra Mundial. Desde los juicios de Nuremberg, que en palabras del Mariscal de Campo Montgomery, hicieron que perder una guerra fuera un crímen, los niños alemanes han sido adoctrinados para creer que su país cometió las peores atrocidades en la historia de la Humanidad y que están en deuda con el mundo entero. No sólo han aprendido esto en el colegio, sino en un sinfín de películas, obras de teatro, novelas, documentales, etc. Uno de los ejemplos más ofensivos del odio hacía los alemanes en el cine es la película Malditos bastardos, también de Tarantino (se ve que el hombre es un experto en el odio y la manipulación de la historia). En esta película no sólo se pinta a los alemanes como monstruos sin corazón, sino que se justifica todo tipo de violencia y crueldad contra ellos. Es muy difícil para un alemán criado en este odio a sí mismo sentirse orgulloso de ser alemán y querer defender su patria.
Un ejemplo de racismo anti-blanco en Alemania es la reacción del régimen multiculturalista a los gravísimos incidentes ocurridos en Nochevieja 2015. En Colonia una banda de cientos de hombres (según todos los testigos tenían aspecto de ser del norte de África) atacó y acosó sexualmente a mujeres blancas en pleno centro de las ciudad. La reacción inicial del sistema fue la negación; la policía, los políticos y la prensa controlada se aliaron para censurar la noticia, pero gracias a la presión de los ciudadanos a través de las redes sociales (Facebook, Twitter, etc), después de cinco días tuvieron que reconocer lo que había pasado. Y cuando por fin los políticos reconocieron y hablaron sobre los hechos, no fue para pedir perdón a los alemanes; primero por haber permitido la entrada a su país de forma incontrolada a un millón de inmigrantes en el año 2015, incluyendo a cientos de terroristas y otros indeseables; y segundo, por la manifiesta incapacidad de la policía de garantizar el orden público. No hubo pizca de autocrítica por parte del sistema. La canciller, Ángela Merkel, condenó los ataques, pero a renglón seguido pidió «respeto por los extranjeros». Pobrecillos, deben tener una confusión tremenda; en su país debe ser un comportamiento perfectamente lícito formar bandas y violar a mujeres por la calle. ¡Qué lástima me dan!
Fue la alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, quien se llevó la palma. Dijo a los periodistas que cualquier sugerencia de que los agresores eran refugiados era «totalmente impermisible». Luego se dio el lujo de ofrecer algunos consejos a las mujeres alemanas, para evitar ser violadas en el futuro por bandas descontroladas de musulmanes, como por ejemplo mantenerse a una distancia prudencial de un metro de cualquier hombre. ¿Cómo no se les había ocurrido a las víctimas? La premisa de Reker era seguramente que si una mujer blanca es violada por un inmigrante debe ser culpa suya, porque todos sabemos que los inmigrantes son incapaces de cometer un delito. Le faltó aconsejarles un truco infalible: llevar burka la próxima vez que salgan a la calle. Como no cambie la cosa pronto, eso es lo que les espera. Igual estaría bien ir acostumbrándose.
Alemania da pena, pero hay un país que está aún peor: Suecia. Históricamente le ha sucedido algo similar a Alemania; durante la Segunda Guerra Mundial Suecia se mantuvo neutral, y desde entonces la mitología izquierdista se ha encargado de crear un sentimiento nacional de culpa por no haberse opuesto a Hitler. Suecia hoy en día es gobernada por un régimen que censura el patriotismo como el peor de los vicios y promueve una política multicutural que sólo se puede calificar de suicida. Cualquier crítica hacía el influjo masivo de inmigrantes, que pronto hará que los suecos sean una minoría en su propio país, es censurada en los medios de comunicación, y para evitar ser tachado de «racista» o «nazi», los suecos indígenos tienen que aprender a odiarse a sí mismos.
Para hacerse una idea de hasta qué punto el odio de uno mismo es socialmente aceptado en Suecia, paso a citar un par de declaraciones de sus líderes políticos, que en un país con un mínimo de orgullo patrio se considerarían insultos intolerables, pero que en Suecia forman parte de la mentalidad dominante. La antigua dirigente del partido socialdemócrata, Mona Sahlin, dijo que no podía pensar en nada semejante a la cultura sueca, y es por esta razón que «los suecos envidian a los inmigrantes que sí tienen una cultura». Raya lo cómico afirmar que una raza que ha vivido en el mismo lugar durante siglos no tiene una cultura propia, pero así de irracional es el odio de uno mismo. En 2006 el presidente del país, Fredrik Reinfeldt, del partido «conservador», dijo: la principal característica de la cultura sueca es el barbarismo; lo demás es gracias a la inmigración. ¿Tuvo que dimitir? ¿Se exilió a una isla en el Pacífico? ¡Qué va! Tras semejante declaración de desprecio hacía su propio país, los suecos le reeligieron como su presidente.
¿Y cuáles son los frutos de este anti-patriotismo en Suecia? Primero, cada año entran unos 100.000 inmigrantes, la mayoría de religión musulmana. Muchos entran legalmente y los que entran ilegalmente suelen quedarse porque gozan de las mismas ayudas, así que la diferencia es poca. Suecia se gasta 4.000 millones de euros anuales en colocar a los recién llegados, más de la mitad de los cuales nunca encuentran trabajo y ahora y un 60% de todo su presupuesto social se destina a la población inmigrante. Luego, Suecia se ha convertido en el segundo país del mundo con más violaciones por habitante, sólo superado por Lesoto, un pequeño país en el sur de África. Tras 40 años de experimento multicultural, el índice de crímen violento ha aumentado un 300% y las violaciones un 1470%, como se aprecia en el gráfico de abajo. Pero claro, esto no tendrá nada que ver con la invasión de hombres musulmanes de países subdesarrollados. [Sarcasmo OFF]
En Suecia a estas alturas está muy claro que la fantasía multiculturalista no ha funcionado. La utopía con que soñaban los liberales se ha convertido en una pesadilla. Para defender su política suicida, el régimen tiene que usar la represión, la mentira y la censura, al estilo de la Unión Soviética de Stalin. Los pocos parlamentarios que están en contra de la inmigración masiva tienen que llevar escolta las 24 horas del día, por miedo a tanta tolerancia. Un ejemplo increíble de como esta dictadura políticamente correcta castiga a los disidentes es el caso de Michael Hess, un político del Partido Demócrata de Suecia. En 2014 las cortes le sentenciaron a pagar una multa de unos 6000 euros por establecer la conexión entre la epidemia de violaciones que sufre su país y la importación masiva de inmigrantes musulmanes. La sentencia es tan absurda que sería difícil inventar algo semejante. Dice así:
«La Corte considera que la cuestión de la veracidad de las declaraciones de Michael Hess no tiene relevancia alguna para el caso…. Las declaraciones de Michael Hess constituyen, por tanto, una expresión de desdén hacía los inmigrantes de fe musulmana».
Sí, ha leído correctamente. Dice la sentencia que no importa si es verdad lo que dice el acusado. Lo importante es que los musulmanes se han sentido ofendidos. Es la máxima expresión de la locura liberal.
Tras ver los deprimentes resultados del multiculturalismo, que es un eufemismo para el racismo anti-blanco, podríamos preguntarnos por las causas de tanto odio de uno mismo. Creo que en el fondo todo viene de la apostasía de Europa. Los pueblos de Europa empezaron por rechazar la fe que está en las raíces de su cultura, y han acabado rechazando su cultura entera. Este proceso de apostasía lleva inexorablemente al suicidio colectivo; los pueblos que reniegan de su identidad cultural al final se convencerán de que ni siquiera tienen derecho de existir. En poco tiempo estos pueblos morirán. Si la causa de sus males es de abandonar la fe cristiana, su única esperanza ahora es volver a ella. Que Europa rece al unísono el salmo 42 que se oye al principio de la Misa: Introibo ad altare dei. Ad Deum qui laetificat juventutem meum. ¡Es hora de que los pueblos de Europa despierten!
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MAGA, VOX y la nueva derecha: entrevista a Hermann Tertsch, por Vanessa Vallejo
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4 años agoon
22/02/2021“Salir de Cuba, salir de Venezuela o salir de cualquiera de estos países e irte a votar por los amigos de Maduro o por los amigos de Castro, realmente a mí me parece que es un disparate”
l pasado domingo 14 de febrero VOX consiguió superar, en las elecciones en Cataluña, tanto en votos como en escaños, al histórico Partido Popular (PP). Ahora VOX liderará la oposición en Cataluña. El fenómeno de nuevos movimientos de derecha que se apartan de lo que en España se conoce como la “derechita cobarde” se repite con fuerza en diferentes lugares del mundo. Y es que la derecha popular exige a sus políticos que, una vez elegidos, no traicionen a sus votantes gobernando como la izquierda. En la entrevista de hoy hablamos con el periodista español Hermann Tertsch sobre el auge de esta nueva derecha y movimientos como VOX o MAGA que surgen en rechazo a una derecha deformada y cobarde.
VV: VOX acaba de conseguir en las elecciones realizadas en Cataluña el pasado domingo 14 de febrero superar por primera vez en votos y en escaños al Partido Popular (PP), por lo tanto va a liderar la oposición en Cataluña. ¿Cuál es su análisis de lo que ocurrió en Cataluña?
Hermann Tertsch: Es muy importante lo que ha sucedido en Cataluña, es histórico, tiene un inmenso mérito para VOX porque se ha producido un éxito rotundo en unas condiciones absolutamente tremendas, de acoso y de violencia contra este partido, y en esas circunstancias el conseguir once escaños en el Parlamento catalán, donde los medios y todo el entorno es absolutamente agobiante, en el sentido de: sin fisuras militantes en favor de los separatistas y de la izquierda, esa heroicidad de VOX de haber estado en todos los rincones de Cataluña, siendo agredido, siendo apedreado, siendo amenazado en todas partes con todo tipo de vilipendios y de difamaciones, pues tiene un mérito enorme.
Tiene el valor político de que ha demostrado un mensaje de defensa de la nación española sin fisuras, sin apaciguamiento a los separatistas ni a sus cómplices de la izquierda española, es una política que tiene un proyecto y un futuro en en el Parlamento regional y, desde luego, que ha superado con creces tanto al Partido Popular como a Ciudadanos, que han hecho una política digamos, entreguista, siguiendo la tradición de la derecha española, buscando votos en la derecha para después aplicar políticas y soluciones que solo favorecen a la izquierda o que son realmente proyectos propios ideológicos de la izquierda.
En ese sentido, dentro del drama total que es la política catalana —porque llevamos casi medio siglo— llevamos cuarenta años permitiendo que un proyecto totalitario y antiespañol como es el separatismo, y el separatismo de izquierdas que es el que prevalece en Cataluña, utilice el dinero del Estado para generar división, para educar y adoctrinar en el odio a la juventud, a los niños en Cataluña, y que el resultado de tantos años de permitir, de tolerar lo intolerable, nos han traído hasta aquí, dentro de esa tragedia general que explica que los tres principales partidos sean el partido de Sánchez, el partido del golpista Junqueras y el partido del prófugo y no menos golpista y delincuente Puigdemont; pues que dentro de ese drama que es la política catalana en este momento hay por fin un rayo de luz y que ese rayo de luz es un proyecto democrático nacional español que devuelve las libertades.
Hablamos de un régimen que prohíbe a los a los ciudadanos ser educados en su propia lengua, se persigue el español en la educación, se maltrata a quienes rotulan sus negocios en español, cada día hay menos libertades y cada día es más agobiante y estrangulador, hablamos de supremacismo nacionalista anti-español izquierdista.
VV: Lo que mencionabas de esos partidos que captan los votos de la derecha pero que en realidad cuando van a gobernar lo que hacen es aplicar muchas cosas de la izquierda, esa derecha popular decepcionada es algo que, creo, no solamente está pasando en España, sino en muchas partes del mundo, es por ejemplo lo que está pasando también acá en Estados Unidos con el Partido Republicano y ese voto de Trump tan fuerte. Y es que a pesar de que Trump perdió las elecciones, hay que decir que aumentó en votos y que ahora se ha creado todo un movimiento alrededor de él, MAGA, un movimiento que está muy fuerte y que se aleja en muchos aspectos del Partido Republicano. ¿Cómo ve ese fenómeno mundial de una derecha popular que exige eso a sus políticos y de políticos que se van haciendo a un lado de esos partidos históricamente de derecha?
Hermann Tertsch: Es que ya está bien, es una reacción popular lógica, la nación exige su espacio y a la nación la están intentando liquidar. De lo que se trata es de un proyecto global de liquidación de las naciones, de hacer desaparecer las naciones que son el continente de la democracia, no existe otro continente para la democracia que la nación y sin embargo ellos están intentando destruir las naciones, precisamente para convertirnos a todos en unos súbditos de unas supraestructuras dirigidas por grandes intereses de grandes corporaciones. Es lo que estamos viendo en este momento en Estados Unidos, esa alianza siniestra entre la extrema izquierda y las grandes corporaciones y las Big tech, y de los lobbys que perdieron y se sintieron perdedores con Trump y que vuelven en este momento al poder.
En España hablamos de que cada vez son más exvotantes de la izquierda y que son cada vez más personas que no vienen del Partido Popular sino que vienen de la Reacción Nacional, pero que se une a VOX porque piensan que son realmente los únicos representantes genuinos de la nación española en este momento.
Ese es su gran éxito, tratar de acabar con este fenómeno perverso de que se votaba por unos partidos que pedían el voto para la derecha y después unidos dentro del consenso, dentro del sistema, realmente lo que hacían era repartirse el poder con una izquierda que siempre tenía la supremacía ideológica y que siempre imponía su agenda. Nosotros hemos tenido al Partido Popular con una mayoría absoluta con Rajoy en España y no ha movido ni una coma de las leyes ideológicas perversas que puso Zapatero de memoria histórica, de género, etc, todas las las leyes ideológicas de la izquierda permanecieron intactas bajo esos gobiernos de supuesta derecha pero esa supuesta derecha ya se ha agotado y desde luego en Cataluña lo han demostrado en este momento están en una profunda crisis.
Lo que parece ya perfilarse con claridad y cristalizar es que VOX es la única alternativa nacional que existe en España hoy en día a ese frente popular de socialistas separatistas, que son un proyecto totalitario antiespañol para romper la continuidad histórica de España, destruir la nación, derribar la monarquía, hacer pequeñas repúblicas que sean fácilmente manejables y controlables y que no haya una nación que se pueda defender.
En ese sentido VOX es el fenómeno nuevo que da esperanza frente a esa agotamiento como digo del consenso, en este sentido sí somos el equivalente al MAGA en Estados Unidos donde gran parte del Partido Republicano se ha vuelto al sistema y ha ido pidiendo más o menos de rodillas a la izquierda y al Partido Demócrata que lo acoja en su en su seno anti-Trump, por decirlo de alguna forma, es un poco lo que ha pasado aquí con Casado, quien quiso destruir a Abascal y terminó dándose un tiro no en el pie sino quizá en la cadera, sino es que en la cabeza.
VV: En este despertar de la gente que está cansada de esos partidos que dicen ser de derecha pero luego gobiernan como si fueran de izquierda, cuando se empiezan a tomar fuerza y cuando empiezan a surgir movimientos como MAGA o partidos políticos como VOX en España, esta gente que los apoya empieza a ser víctima de una violencia que no es una violencia simbólica, como le llama la izquierda, sino violencia de verdad, entonces así como en España uno ve que a los políticos de VOX les toca salir con policías y los agreden de verdad y les sale sangre de verdad por las agresiones físicas de la izquierda, acá en Estados Unidos, por ejemplo en Washington, salir con algo de MAGA es peligroso, hace poco en una MAGA march apuñalaron a uno de los líderes de los Proud Boys —un grupo dentro de MAGA—, ¿Cómo analizas tú esa violencia hacia las personas que apoyan estos movimientos de verdad derecha y eso a qué puede llevar en una sociedad?
Hermann Tertsch: Hemos visto que la izquierda tienen carta blanca para la violencia, para recurrir a cualquier tipo de métodos, aquí se disculpa al terrorismo de ETA por parte de aliados del gobierno y del gobierno mismo, porque estamos viendo que en el gobierno tenemos grandes justificadores del terrorismo y grandes aliados de las FARC, tenemos el representante de las FARC, a Henrique Santiago, que dirigió las negociaciones en La Habana, ahora es un diputado español. El representante de la mayor banda narcoterrorista del mundo, aliada con el Cártel de Los Soles y con el régimen de Maduro, estamos hablando de una gente muy peligrosa que no tiene el más mínimo escrúpulo, creo que han logrado normalizar esa violencia por parte de la izquierda contra todo el que discrepe de de ellos, independientemente de cómo se perfile, recurren a las acusaciones. Primero hay unas grandes campañas de llamarte nazi y/o fascista y si eres nazi o fascista se justifica ya cualquier cosa contra ti. Si no estas de acuerdo ya eres nazi o fascista y si es así pues hay que combatirte con todos los medios posibles.
La violencia que despliegan es cada vez más masiva y más brutal. Vamos a ver cómo sigue esto, pero nosotros lo que hemos visto es que en Cataluña ha habido una una gran respuesta por parte de mucha gente que en condiciones muy malas, por la pandemia, por las amenazas, porque mucha gente tiene miedo realmente de votar VOX porque se pueden enterar, por lo que sea, y pese a ello hemos tenido un inmenso éxito después de una campaña electoral absolutamente épica como ha sido, eso demuestra que hay gente con con coraje y que la gente con coraje también contagia en el mejor sentido y va extendiéndose ese valor de hacer frente al rodillo totalitario de la izquierda de siempre, que son lo que son, que son Venezuela, que son Cuba, que no hace falta dar muchas lecciones a la gente, no debiera ser necesario explicare de qué son capaces quienes asesinan y torturan y llevan teniendo 62 años en una cárcel toda la población cubana, ¡por Dios! y lo que están haciendo y lo que han hecho con el país más rico de América, con Venezuela, que tiene siete millones de venezolanos ahora desperdigados por todo el continente y por otros continentes también, en unas condiciones calamitosas, terroríficas, pero huyendo del hambre, de la tortura, de la arbitrariedad monstruosa y criminal de un régimen como el de Maduro.
Y ese régimen de Maduro y el cubano, gracias a ayudas y complicidades, muchas también de democracias, está logrando expandirse más, y con el dinero de la cocaína están logrando recuperar gran parte del continente y quedarse con el continente, están desestabilizando a las democracias que quedan y están fortaleciendo a las tiranías que hay y ese es el camino que estamos viendo en este momento y que es terrorífico. Por eso nosotros hemos presentado en Madrid la carta VOX, y el líder de VOX, Santiago Abascal, ha presentado el Foro de Madrid como una gran reacción frente al Foro de Sao Paulo, frente al Grupo de Puebla, frente al narco-terrorismo y al narco-socialismo. Queremos nosotros articular las sinergias dentro de América y en Europa nosotros somos los primeros amenazados porque ya no es una cosa de América, de que la guerrilla en Colombia o los terroristas desde Colombia pasándose a Ecuador, no, es que nosotros tenemos a esos a esos mismos en el Gobierno de España, en el Parlamento de España tenemos a gente que son los aliados y los cómplices de Maduro y de todos los asesinos que andan sueltos por allí dedicados al narcotráfico y al asesinato y al secuestro y a crear esa maquinaria de la intimidación totalitaria con la cual van a avanzando en Colombia como en todos los demás países.
Es terrorífico lo que hay y frente a eso, tenemos que ser lúcidos y valientes para defender la libertad, la nación que es la base para todas democracias y la verdad, la verdad frente a todas esas oleadas de mentiras y de manipulaciones que recibimos diariamente por los medios, con los medios son un capítulo aparte, los medios están en gran parte comprados pero en gran parte adoctrinados, ya las élites universitarias en Estados Unidos se ha visto lo que son realmente; lo que produce ese tipo de militantes que no son periodistas y son solo militantes y nuevos clérigos, no son intelectuales, son clérigos de la nueva religión que es la misma religión totalitaria que lleva cien millones de muertos en un siglo y seguimos sin escarmentar, y siguen volviendo a intentarlo, solo producen hambre miseria, dolor, horror, terror y fracasan, y vuelven a empezar, vuelven a matar, vuelven a torturar y vuelven sojuzgar y a esclavizar a los pueblos, y vuelven a fracasar porque no les puedes dar más que hambre, miseria y fracaso y eso es en lo que tenemos que demostrarle a las sociedades. Demostrarles con la verdad que esas vías del socialismo por muy narco que sea, por mucho dinero que tenga para campañas electorales como ahora en Ecuador y como antes en Bolivia, que son una vía solo a la miseria y al desastre, que no va a haber igualdad, que ellos van a ser los más desiguales.
VV: Hermann yo quiero pedirte un análisis y tu mensaje para los latinos en Estados Unidos que están viviendo un poco ese encantamiento de la izquierda, de los demócratas diciendo que es su partido el que ayuda a los latinos, que les van a dar permisos para quedarse y ese tipo de cosas, y entonces aunque el voto republicano ha ido creciendo, los demócratas tiene todavía muchos latinos encantados con este tipo de cosas y votando a su partido, creyendo que el Partido Demócrata es el partido de los inmigrantes.
Hermann Tertsch: Es un disparate, y yo creo que salir de Cuba, salir de Venezuela o salir de cualquiera de estos países e irte a votar por los amigos de Maduro o por los amigos de Castro, realmente a mí me parece que hay que tener mucho estómago o estar muy muy equivocado, haber recibido mucha información muy muy muy torcida y muy perversa para llegar a esas conclusiones. Lo único que va a hacer Kamala Harris va ser fortalecer las dictaduras y ayudar a que esas dictaduras se vayan expandiendo y que gran parte de los mecanismos de esas dictaduras se vayan también metiendo, como se está metiendo el discurso en todo lo que es el tejido americano, en Norteamérica, por Dios, en Estados Unidos de América lo que está pasando dentro de los colegios, en las universidades, es terrorífico. Es terrorífico y forma parte de toda esta apuesta global de acabar con nuestras libertades. En ese sentido creo que nuestro proyecto, el proyecto de futuro en prosperidad sólo puede ser en libertad, no hay ningún proyecto totalitario que vaya a llevar a mejorías sociales aunque le regalen bolsas de comida durante la campaña o se las prometan para después y les prometan lo que sea, vean cómo está Cuba vean cómo está Venezuela, no hay opción por ahí y desde luego USA va a sufrir también ahora con un gobierno que solo sabe regular, que solo sabe de la injerencia, que no cree en la libertad, sino que cree en órdenes ejecutivas y que sobre todo va a empezar a saquear al país como nos están saqueando a los españoles.
Lo que ha hecho este Gobierno de Sánchez desde que ha llegado ha sido buscar fórmulas de quitarle el dinero a los ciudadanos de todas las las formas posibles, no hay impuesto que no se inventen, no hay impuesto que no suban, no hay excusas que no tengan para grabar cosas, todo ello para unos gastos que son gastos de clientelares, que son gastos para comprar voluntades, que son gastos para mejorar sus vidas, las vidas que han ido cambiando de una forma espectacular en dos años. Es que es una obscenidad lo que está pasando, aquellos que prometían que iban a tener máximo dos salarios o tres salarios mínimos están recibiendo fortunas, están contratando a todos sus primos, sus tíos, sus familias, la ministra de Igualdad, que es la mujer del vicepresidente Pablo Iglesias, eso es una cosa inaudita que eso solo pasa en Nicaragua con Murillo y con Ortega, son cosas que jamás en Europa tolerarían pero han pasado en España, porque nos han traído los códigos de Ortega, de Murillo, de Maduro y de su mujer, y de las “guapitas” de Chávez, de las novias de Chávez, que después hacía millonarias, ese estilo que aquí es absolutamente inaudito, lo han traído al Gobierno de España, y resulta que la ministra de Igualdad, Irene Montero, la señora ahora de Pablo Iglesias, ha llegado a ministra cuando ningún mérito tiene y sin embargo está de ministra siendo semi analfabeta, como la Murillo, se han roto todos los códigos de dignidad, de decencia, los códigos estéticos. Ahora se ha sabido que ha contratado a una señora con el máximo nivel de la administración, nivel treinta, que es de director general y es para cuidar a sus niños, ¡cuidando a sus niños! En fin, estamos hablando de cosas inauditas, que es eso: es la tiranía, el despotismo y la arbitrariedad de la gente que no se atiene a las leyes, que no cree en las leyes, cree en la fuerza.
La izquierda nos desmantela las democracias, pero es que ya no es que las democracias más frágiles de América se vean en peligro y las desestabilicen y creen una una dictadura, estamos hablando de las democracias dentro de la Unión Europea, donde se están comprando voluntades, donde el señor Monedero recibe dinero y sale y entra con dinero de Chávez, y hablamos de los cuatrocientos y pico mil en dólares supuestamente por un proyecto de este señor Monedero que no sabe nada, no tiene idea, de lo que se trata el supuesto estudio por el que le pagaron.
Estamos metidos en una vorágine que es la vorágine de unas cúpulas criminales que no son políticos, que son criminales, que son mafias ideologizadas que se nutren del narcotráfico y que tienen un proyecto totalitario para toda América y en Europa necesitaban una cabeza de puente para entrar en la Unión Europea y empezara a pervertir el sistema en Europa también y ya han dado el saldo, ya están en España, están en el gobierno, es un desarrollo muy peligroso pero todos nuestros hermanos iberoamericanos tienen que saber que nuestro futuro no está en que todos se vayan a Miami, o que todos le pidan al señor Biden que les deje entrar para que tengan una mano de obra barata los amigos del señor Biden, de lo que se trata es de que creemos las condiciones para que tengamos unas vidas libres y dignas en nuestros países, con seguridad, y eso es lo qué tenemos que reclamar, y para tener eso era mucho más lógico creer en unos Estados Unidos firme frente al mal que es el narco socialismo, que tener en Washington y en la Casa Blanca a unos cómplices corruptos de todas estas aventuras supuestamente progresistas, que no traen progreso para nada sino que traen miseria para todos.
El American.
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