El agujero en el techo tenía el tamaño de una pelota de baloncesto, así que llamaron al teléfono de emergencias. Cuando los bomberos acudieron al lugar, vieron que la estructura del Triangle Motor Inn, un motel de la ciudad de Jacksonville, en Carolina del Norte, se podía venir abajo. El techo se había hundido en varios tramos y algunas de las habitaciones estaban iuundadas. La estructura del edificio amenazaba con colapsar cuando evacuaron a 63 personas, incluidos bebés y menores, también animales de compañía. Sin haber tocado tierra todavía, el huracán Florence provocó ya los primeros daños estructurales, inundaciones, caídas de árboles y cortes de luz en las dos Carolinas. Su llegada a suelo estadounidense se produjo este viernes a las 7.15 de la mañana (13.15 en España) y, aunque antes de llegar ya había perdido fuerza y se consideraba de categoría 1, las ráfagas de viento superaban los 125 kilómetros por hora.
Los destrozos se cuantificarán cuando remita la tormenta, pero los primeros embates de Florence se han cobrado al menos cuatro vidas –entre ellas una madre y su hijo a los que les ha caído un árbol encima– y han dejado sin luz a más de medio millón de abonados en Carolina del Norte. Funcionarios del condado de Onslow, en ese estado, han informado, además, de importantes daños estructurales en casas, negocios e instituciones, incluidos algunos de los refugios que habían sido habilitados para los ciudadanos. A media tarde se adecuaron otros nuevos en sustitución de los que no habían resistido la fuerza del huracán.
La virulencia de la tempestad ha provocado olas de más de dos metros en Emerald Isle, una población vacacional de la costa, aunque probablemente sea un registro superado con el transcurso de las horas en una zona donde el agua acumulada podía alcanzar rápidamente un metro de altura. Desde el Servicio Océanico Nacional han aportado un dato histórico: la altura de la marea ha superado un récord al elevarse casi un metro sobre la altura de la marea alta. El anterior registro lo estableció el huracán Ione en el año 1955.
El de Jacksonville no ha sido el único de los rescates que han efectuado las autoridades. Durante la mañana de este viernes, alrededor de 200 personas han sido rescatadas en la pequeña localidad de New Bern (Carolina del Norte), donde se produce la confluencia de dos ríos, que han anegado la villa. Sus casas han quedado inundadas y han tenido que refugiarse en la segunda planta o en los áticos de sus viviendas, desde donde han llamado alarmadas a los equipos de emergencia. Más de 150 personas siguen pidiendo ayuda.
Se quedaron muchos vecinos
En palabras del alcalde Dana Outlaw, «New Bern no ha visto una tormenta así desde los años 50». A pesar de las advertencias de evacuación de los días previos, según Outlaw, un 30% de los vecinos no siguieron las indicaciones. «La gente simplemente dio por sentado que cosas así no pasarían».
Essence Keys, de 25 años, ha apurado, pero ha logrado salir a tiempo de su casa y llevar a sus dos hijos a casa de la abuela. Tal y como recoge el periódico «The New York Times», al ver que el agua iba subiendo, decidió abandonar su casa. «Cuando estaba saliendo por la puerta de atrás, el agua ya entraba por la puerta principal». El ojo de la tormenta hizo su entrada por Wrightsville Beach, al este de la población de Wilmington. Y ocurrió lo advertido por las autoridades y expertos, que Florence se ha ido desplazando muy lentamente, a menos de 5 km/h, mientras descargaba a su paso enormes cantidades de agua. La predicción es que la dirección del huracán virará ligeramente hacia el sudoeste, hacia Carolina del Sur. En este estado, las autoridades ya han preparado 64 refugios con capacidad para 34.000 personas.