Connect with us

Economía

El analista que predijo la crisis financiera de 2008 advierte que otro colapso está en camino (y no solo por el coronavirus)

Redacción

Published

on

¡Comparte esta publicación!

RT.- El analista económico Jesse Colombo, que predijo la crisis financiera de 2008, advirtió este miércoles en una entrevista con el periódico The Independent que se acerca un nuevo colapso, y que esta vez será mucho peor.

«El ciclo ya está muy avanzado, y el coronavirus es básicamente un golpe doble. Pero ya estábamos avanzando hacia la recesión antes de que alguien hubiera oído hablar del coronavirus», señaló Colombo, quien opina que una serie de nuevas burbujas estallarán en los mercados de todo el mundo.

«Por muy malo que fuera el 2008, lo que vendrá será peor, porque ahora hay mucha más deuda: casi 100 billones de dólares en deuda nueva», advirtió el experto.

Los principales mercados financieros del mundo se desplomaron este lunes tras la caída de hasta un 30 % de los precios del petróleo, causada por la respuesta de Arabia Saudita al fracaso del pacto de los países OPEP+, así como por las preocupaciones que suscita la propagación del brote del coronavirus.

Advertisement

No obstante, según Colombo, no solo estos dos factores serán culpables de una nueva crisis, ya que el problema subyacente es mucho más profundo. Ya en junio del año pasado el pronosticador económico identificó burbujas en más de 20 mercados, incluidos el mercado inmobiliario europeo o el mercado de valores estadounidense.

El experto argumentó que estas burbujas han impulsado gran parte de la recuperación global en los últimos 12 años. Una de las más grandes es una burbuja de crédito china impulsada en gran medida por el gasto en infraestructura.

«Es una ilusión de una recuperación económica impulsada por la inflación de las burbujas económicas. Ahora creo que está empezando a estallar», subrayó Colombo, quien también identificó una burbuja inmobiliaria y crediticia en EE.UU. antes de la crisis de 2008.

«La burbuja inmobiliaria de EE.UU. se formó en cinco años. Hemos tenido 11 años de tasas de interés y estímulos bajos récord. Hemos tenido mucho más tiempo para que se formen esas burbujas, y hay muchas más», indicó el analista.

Advertisement
Advertisement
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Economía

Deberes amargos

Avatar

Published

on

¡Comparte esta publicación!

 

Conflitti&Strategie

Europa se queja de los aranceles que Trump está imponiendo progresivamente a productos procedentes de otros países, incluida la Unión Europea. Son lágrimas de cocodrilo derramadas por políticos incompetentes, que al menos deberían tener la cortesía de permanecer en silencio, dada su conducta caracterizada por la duplicidad y la superficialidad. Apelan a un principio abstracto, pero olvidan que el libre comercio siempre ha sido la voz de los más fuertes: de aquellos que, ya por delante en los mercados internacionales, quieren evitar la competencia de aquellos países que amenazan su primacía.
No nos gustaría vernos obligados a desempolvar a Ricardo para recordar cómo funcionan realmente ciertas dinámicas, invariablemente acompañadas de las quejas de los patrones. Cuando la Unión Europea impone aranceles a los productos chinos (pensemos en los coches eléctricos, mejores, más eficientes y menos caros que los nuestros), nadie en Bruselas parece tener ningún remordimiento de conciencia. Pero cuando Estados Unidos hace lo mismo, empiezan las quejas.
En resumen: haz lo que digo, no lo que hago. Cuando Europa no puede justificar su propio comportamiento, acusa a otros de prácticas comerciales desleales e impone impuestos para impedir la invasión de productos extranjeros. Éstas son las excusas habituales, útiles para hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros.
Así, todos esos principios liberales, de libre mercado y orientados al mercado de los que nos encanta hablar desaparecen. Se dice: “Por donde pasan mercancías no pasan ejércitos” (Bastiat). Sí, pero sólo si esos bienes son nuestros. Está bien si se trata de dejar a otros atrás, pero si son ellos los que nos superan, entonces hay reprimendas y represalias.
Cada nación tiene derecho a proteger su propia industria, especialmente en sectores avanzados que requieren desarrollo autónomo. Por supuesto, no damos crédito a ciertas campañas de propaganda ridículas, como la de Salvini, que quería gravar el arroz camboyano para “defender” la producción nacional. Pero no hay nada malo en querer proteger sectores estratégicos, capaces de fortalecerse primero en los mercados internos y luego competir en los mercados internacionales con mayor valor agregado. Sin protecciones gubernamentales, terminaríamos sucumbiendo a la competencia global. Esto es exactamente lo que le ha sucedido a Italia desde los años 90, víctima de un servilismo insensato hacia una UE y una potencia estadounidense que tienen todo el interés en relegarnos a sectores en los que no podemos competir con ellos. Los Hermanos de Italia probablemente ni siquiera saben de qué estamos hablando, ya que para ellos la patria es una consigna que satisface un postfascismo que incluso han negado.
La lección sigue siendo la de mediados del siglo XIX, contenida en la obra Das nationale System der politischen Ökonomie. Y List no era ciertamente un protofascista, ni un autarquista ni un corporativista, sino un exponente de la escuela liberal, dotado no obstante de una inteligencia nacional concreta.
Es hora de entender que no existen principios económicos que sean válidos para siempre: cada época impone la prevalencia de los suyos propios, en un contexto histórico y político también propio. La actitud hipócrita de Europa es un espejo de la inutilidad política de su actual clase dirigente.
La triste ciencia, cada vez, quiere hacer creer a sus prosélitos que ha llegado a su fase final, aquella en la que existen reglas generales y universales válidas para la eternidad. Puntualmente, sin embargo, la alternancia de dogmas y preceptos cambia las creencias, hasta tal punto que es posible imaginar que en un futuro próximo volverán a prevalecer las nacionalizaciones, el intervencionismo público en la economía y las políticas monetarias gestionadas por los centros de decisión política. La economía es un péndulo oscilante, no una flecha que siempre apunta hacia adelante. Pronto, incluso cavar agujeros con el único objetivo de rellenarlos ya no será sinónimo de desperdicio e interferencia.
Todos los mantras anteriores se desvanecerán y los equilibrios financieros, tanto públicos como privados, serán olvidados. Esto se debe a que la gente no quiere comprender, o prefiere ocultar, un concepto que a la larga es mucho más resistente: es la política, y en particular la política del poder y de los poderes, la que establece lo que hay que hacer para sobresalir.
Preparémonos para los próximos giros académicos y ministeriales.

http://www.conflittiestrategie.it/dazi-amari

Advertisement

Traducción: Carlos X. Blanco

Continue Reading