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Demócratas y activistas histéricos: Jueza católica y madre de 7 hijos podría ser nominada para la Corte Suprema de EE. UU.

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que podría nominar pronto a un reemplazo en la Corte Suprema para la fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg, quien murió el viernes por la noche a los 87 años. La nominada para el puesto podría ser Amy Coney Barrett, una jueza católica y madre de siete hijos.

En su cuenta de Twitter, el mandatario escribió este sábado que “hemos sido puestos en esta posición de poder e importancia para tomar decisiones para la gente que tan orgullosamente nos eligió, la más importante de las cuales ha sido la elección de jueces para la Corte Suprema de Estados Unidos. ¡Tenemos esta obligación, sin demora!”

Barrett, jueza federal del Séptimo Circuito de Apelaciones, sería la nominada entre los nombres de la lista del presidente. Esta magistrada también estuvo en el grupo de posibles nominados en 2018, antes de que Trump nominara al juez Brett Kavanaugh.

Según Axios, Trump dijo en 2018 sobre Barrett que la estaba “guardando para Ginsburg”, al explicar su decisión de no nombrarla para la Corte Suprema en reemplazo del juez Anthony Kennedy.

Barrett ha sido profesora de Derecho de la Universidad de Notre Dame y ha sido reconocida dos veces como “Profesora Distinguida del Año” en la institución. A finales de la década de 1990 fue asistente legal del fallecido juez de la Corte Suprema, Antonin Scalia. Está casada y tiene siete hijos.

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Cuando fue nominada para ser jueza federal, Barrett fue duramente cuestionada por senadores demócratas en 2017, especialmente por la influencia que podría tener su fe católica en sus decisiones respecto a casos sobre aborto o matrimonio de personas del mismo sexo.

En las audiencias en el Senado, la senadora de California y miembro del Partido Demócrata, Dianne Feinstein, calificó a Barrett como “controvertida” porque al analizar su carrera le dijo “tienes una larga historia de pensar que las creencias religiosas deben prevalecer” sobre la ley.

“Eres controvertida porque muchas de nosotras hemos vivido nuestras vidas como mujeres que realmente reconocen el valor de poder tener control sobre nuestro sistema reproductivo”, expresó Feinstein y aludió al caso Roe vs Wade que permitió la legalización del aborto en 1973.

“Pienso que en su caso, profesora, cuando se leen sus discursos la conclusión que uno saca es que el dogma vive fuertemente en usted. Y esto es algo preocupante”, agregó Feinstein.

Grupos provida elogiaron la designación de Barrett en 2017.

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De los siete hijos de Barrett, dos son adoptados y son originarios de Haití. Uno de sus hijos tiene necesidades especiales. Ella es además miembro de la comunidad carismática People of Praise (Pueblo de alabanza), grupo que fue criticado como un “culto” durante las audiencias de su confirmación en 2017.

El obispo Peter Smith, miembro de una asociación relacionada de sacerdotes, dijo a CNA en 2018 que no hay nada inusual o fuera de lo ordinario respecto al grupo, que es una “comunidad carismática cristiana”, formada mayoritariamente por laicos.

“Somos un movimiento laico de la Iglesia. Hay muchos así. Tratamos de vivir nuestra vida y nuestro llamado como católicos, como cristianos bautizados, de este modo particular, así como otros hacen con otros llamados o formas en las que Dios los guía en la Iglesia”, indicó.

Ya sea que Barrett sea nominada o no, el tema de una nueva nominación para la Corte Suprema ya ha generado polémica en Estados Unidos.

El líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell dijo el viernes que un nominado de Trump para la Corte Suprema sería votado en el Senado de Estados Unidos, incluso ahora cuando quedan menos de siete semanas para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

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Los líderes demócratas han opinado en contra y recordaron que en 2016 la nominación de Merrick Garland, por parte de Barack Obama, fue rechazada cuando faltaban siete meses para las elecciones. Los republicanos han dicho que sería más apropiado esperar a las elecciones de noviembre para reemplazar a Ginsburg en la Corte Suprema.

McConnell defendió su posición recordando que “en las últimas elecciones de medio término antes de la muerte del juez Scalia en 2016, los estadounidenses eligieron a una mayoría republicana en el Senado porque buscamos verificar y balancear los últimos días del segundo periodo de un presidente cojo. Mantuvimos nuestra promesa. Desde 1880, ningún Senado ha confirmado a un presidente del partido opuesto como candidato a la Corte Suprema en un año de elecciones presidenciales».

“Por el contrario, los estadounidenses eligieron a nuestra mayoría en 2016 y la ampliaron en 2018 porque dijimos que trabajaríamos con el presidente Trump y apoyaron su agenda, particularmente con destacados nombramientos para la justicia federal. Mantendremos nuestra promesa”, agregó.

Otros de los posibles candidatos de Trump serían el juez Britt Grant de la Undécima Corte del Circuito, los jueces Amul Thapar y Joan Larsen del Sexto Circuito; y la jueza Allison Eid del Décimo Circuito.

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España

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Escándalo en España: El PP se unió al socialismo y votó a favor de darle la ciudadanía a 500.000 inmigrantes ilegales de África

El PP, el PSOE y todos los partidos de izquierda se unieron para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes que ingresaron de manera ilegal en la última década.

El Partido Popular (PP), una suerte de Juntos por el Cambio en España, ha vuelto a traicionar a su base de votantes y decidió unirse con la extrema izquierda para regularizar y otorgarle la ciudadanía a más de 500.000 inmigrantes ilegales que arribaron al país desde África o Medio Oriente.

Si bien la ley todavía no ha sido aprobada, más bien solo se ha aprobado el tratamiento del mismo en el Parlamento, el PP sienta un peligroso precedente y ha anticipada que busca volver a votar de la misma manera en el recinto una vez que se modifiquen algunos aspectos del proyecto de ley.

De hecho, todos los partidos en el Parlamento han votado a favor del tratamiento y aprobarán pronto la ley, con la única excepción de los legisladores de VOX, que se opuso de cuajo contra la ley que le agregaría más de 500.000 votos en todo el país a la izquierda.

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Según la diputada del PP, Sofía Acedo, fue Cáritas, la organización benéfica de la Iglesia Católica, que hizo lobby para que dicha legislación sea aprobada, a pesar de que dentro de ese medio millón de personas hay prácticamente una totalidad de árabes musulmanes.

Por su parte, la socialista Elisa Garrido ha trasladado que el PSOE votará a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el “respeto” que merece darle participación directa en la política a quienes viven en España, y que creen que es necesario “seguir avanzando en mecanismos que garanticen procesos seguros de inmigración”.

Por su parte, la diputada de VOX Rocío De Meer ha indicado de nuevo que la formación liderada por Santiago Abascal rechaza la medidaQueremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común“.

En España se han llevado a cabo seis regularizaciones extraordinarias de inmigrantes en toda su historia. Entre 1991 y 1992 se puso en marcha, con el Gobierno socialista, una regularización extraordinaria que benefició a 108.321.

En 1996, con el PP mediante otro proceso de regularización extraordinaria, obtuvieron papeles 21.294 inmigrantes de los 25.128 que lo solicitaron. En el año 2000 solicitaron la regularización 244.327 extranjeros y consiguieron la documentación 163.352. En el año 2001 fue denominado “regularización por arraigo” y se otorgó papeles a 239.174 inmigrantes más.

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Como si esto no fuera poco, en el 2005, durante el gobierno del comunista José Luis Rodríguez Zapatero, hace casi 20 años, se le otorgó ciudadanía a medio millón de inmigrantes, la misma cantidad que pretende dar ahora Pedro Sánchez, peleando codo a codo por el récord histórico de pérdida de identidad.

Fuente: Derecha Diario.

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