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España

¿Cuándo dejará la derecha española de ponerle la otra mejilla a la izquierda que promueve y practica la violencia?

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Ultraizquierdistas se manifiestan ante el Parlamento andaluz amparados por Podemos.
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AD.- La cobardía de la derecha social española comienza a ser legendaria. Acosada, agredida, zaherida, humillada, vejada, escracheada… no hay un solo día que la crónica deje de ofrecernos algún caso que tenga como víctimas a ciudadanos considerados oficialmente derechistas, y por consiguiente, merecedores de ser aniquilados. Cuando no es el cerco al Parlamento andaluz, son las concentraciones intimidatorias contra asistentes a mitines de partidos de la derecha; cuando no son los escraches a Cayetana Álvarez de Toledo, o más recientemente a Begoña Villacís, a punto de dar a luz, son los huevazos a la cantante Marta Sánchez en pleno concierto en Badalona. Estos actos violentos son promovidos deliberadamente por políticos y periodistas. Las “alertas antifascistas” de Pablo Iglesias exacerbaron las protestas violentas en las calles de Sevilla contra la presencia de Vox en el Parlamento regional. De ahí que nos haya sorprendido tanto el “buenrrolismo” de Santiago Abascal con Pablo Iglesias al coincidir ambos en un ascensor.

Escrache frente a la casa de Soraya Sáenz de Santamaría

Escrache frente a la casa de Soraya Sáenz de Santamaría

Cierta prensa progresista es tan culpable como los propios agresores. Hay programas de LaSexta y de Cuatro donde los “esbirrilos” y “esbirrillas” que prostituyen su alma por cuatro euros, se dedican a a acosar y provocar en plena calle a representantes de la derecha caracterizados por sus denuncias contra la dictadura del pensamiento único y la corrección política. Si la ley no protege a ciudadanos honrados de la mafia mediática, ¿acaso se está empujando a los damnificados a que apelen a métodos tan disuasorios como los que se aplicaban en Colombia en los años 80? La impunidad de un sector de la prensa española para asesinar civilmente a quien no piense como ella empieza a ser una rémora para la convivencia en España? También el sectarismo. ¿Alguien imagina lo que esa misma canalla mediática habría dicho en el caso de un escrache a Manuela Carmena perpetrado por derechistas?

Escrache a Villacís dos días antes de dar a luz

Difícil sin embargo poner freno a estas agresiones cuando vemos a la derecha cainita cada vez más jibarizada y dividida. El domingo 26, la dispersión del voto de la derecha pondrá en manos de la izquierda decenas de ayuntamientos en toda España.

Cómo pretender que nos respeten si entre nosotros no existe ningún respeto. ¿Alguien se imagina a Pablo Iglesias llamando al PSOE “izquierdita cobarde” en sus mítines? ¿Alguien se imagina a Podemos expulsando a un candidato por escribir a favor de Stalin o por negar el genocidio de los armenios? Hubo un brote de insurrección contra la prensa progresista que apenas duró semanas. Hoy, los que defendían el cierre de LaSexta han vuelto al redil de Ferreras y le hacen el juego a Mejide.

En cualquier caso, lo acontecido en España en las últimas semanas debería invitar a realizar una reflexión seria sobre algo que todos prefieren ocultar: la justificación que, en muchos ambientes de los denominados progresistas, tiene la violencia practicada por la izquierda.

Escrache a Villacís dos días antes de dar a luz

Existe una izquierda violenta que no sólo se reduce a los grupos de izquierda radical. Violencia ésta que se trata de enmascarar utilizando el calificativo de “ultra”, término que en el consensuado discurso político-mediático está vinculado a la denominada “extrema derecha”. Manifestaciones de esa izquierda violenta son los denominados activistas “antifascistas” cuya actividad, y tenemos ejemplos recientes de ello, es amedrentar y recortar la libertad de las personas, destrozar alguna que otra luna, romper algún que otro vehículo, poner silicona… o que, simplemente, lanza huevos y pintura. Violencia que es vista con simpatía, aplaudida y exculpada. Violencia que nunca tiene un coste penal y económico.

Existe, vinculada al discurso de la izquierda, alentada por el discurso radical y guerracivilista de algunos dirigentes, pero también de toda la izquierda, que tiene como objetivo demonizar al contrario. Unos practican el discurso y otros se convierten en la expresión violenta del mismo.

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Cayetana Álvarez de Toledo, cercada por radicales en la Autónoma de Barcelona

Cayetana Álvarez de Toledo, cercada por radicales en la Autónoma de Barcelona

Existe una violencia genérica, practicada de forma continuada por la izquierda, aplaudida o vista de forma simpática por los partidos y los medios de comunicación de izquierda, aplaudida por la mentalidad progresista, que está vinculada al separatismo, el feminismo, el antirracismo, el ecologismo… Es de libro ver cómo se le cae la baba a cualquier progresista cuando las mesnadas antisistema campan por sus respetos. Nunca existe condena y sí justificación por las maldades del capitalismo. En el fondo es lo que a ellos les gustaría hacer. Son los nuevos revolucionarios. Y existen amplias capas de propagandistas de esa forma proceder entre los jóvenes. Ni una sola condena se produce por parte de la progresía cuando las mesnadas antisistema se lanzan a la calle.

Esta prédica de la violencia, que nadie denuncia y que muchos practican, es el hálito que impulsa a estos nuevos radicales de izquierda a cometer sus tropelías. Algunos esperan ser sus usufructuarios políticos. Sin embargo, es preciso recordar que esto no es nada nuevo. Históricamente, para la izquierda, su violencia siempre está justificada y los violentos acaban siendo siempre exaltados como héroes revolucionarios.

Escrache a Vox en Barcelona

En España, la racha comenzó con las matanzas de frailes, luego vinieron las bombas y agresiones contra las procesiones religiosas, el terrorismo anarquista -arropado por el resto de la izquierda-, las violencias separatistas, la huelga revolucionaria del 17 -fundamentalmente socialista-, las huelgas salvajes, los incendios de templos, bibliotecas y escuelas, las insurrecciones ácratas, la revolución guerracivilista del 34, la oleada de crímenes del Frente Popular… Después de la guerra civil, que las izquierdas quisieron y organizaron, vinieron el maquis, el terrorismo -en especial de la ETA, tan apoyado por el antifranquismo moderado-, el terrorismo gubernamental socialista y la colaboración abierta con los asesinos.

Hemos padecido y padecemos la izquierda más violenta, antiliberal, anticristiana y antipatriótica de Europa, al menos de la occidental. ¿Cuándo dejará la derecha de ponerle a los violentos la otra mejilla?

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España

Así nos ven desde fuera: el sucio traidor de Feijóo y sus adláteres son reconocidos por lo que son

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Escándalo en España: El PP se unió al socialismo y votó a favor de darle la ciudadanía a 500.000 inmigrantes ilegales de África

El PP, el PSOE y todos los partidos de izquierda se unieron para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes que ingresaron de manera ilegal en la última década.

El Partido Popular (PP), una suerte de Juntos por el Cambio en España, ha vuelto a traicionar a su base de votantes y decidió unirse con la extrema izquierda para regularizar y otorgarle la ciudadanía a más de 500.000 inmigrantes ilegales que arribaron al país desde África o Medio Oriente.

Si bien la ley todavía no ha sido aprobada, más bien solo se ha aprobado el tratamiento del mismo en el Parlamento, el PP sienta un peligroso precedente y ha anticipada que busca volver a votar de la misma manera en el recinto una vez que se modifiquen algunos aspectos del proyecto de ley.

De hecho, todos los partidos en el Parlamento han votado a favor del tratamiento y aprobarán pronto la ley, con la única excepción de los legisladores de VOX, que se opuso de cuajo contra la ley que le agregaría más de 500.000 votos en todo el país a la izquierda.

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Según la diputada del PP, Sofía Acedo, fue Cáritas, la organización benéfica de la Iglesia Católica, que hizo lobby para que dicha legislación sea aprobada, a pesar de que dentro de ese medio millón de personas hay prácticamente una totalidad de árabes musulmanes.

Por su parte, la socialista Elisa Garrido ha trasladado que el PSOE votará a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el “respeto” que merece darle participación directa en la política a quienes viven en España, y que creen que es necesario “seguir avanzando en mecanismos que garanticen procesos seguros de inmigración”.

Por su parte, la diputada de VOX Rocío De Meer ha indicado de nuevo que la formación liderada por Santiago Abascal rechaza la medidaQueremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común“.

En España se han llevado a cabo seis regularizaciones extraordinarias de inmigrantes en toda su historia. Entre 1991 y 1992 se puso en marcha, con el Gobierno socialista, una regularización extraordinaria que benefició a 108.321.

En 1996, con el PP mediante otro proceso de regularización extraordinaria, obtuvieron papeles 21.294 inmigrantes de los 25.128 que lo solicitaron. En el año 2000 solicitaron la regularización 244.327 extranjeros y consiguieron la documentación 163.352. En el año 2001 fue denominado “regularización por arraigo” y se otorgó papeles a 239.174 inmigrantes más.

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Como si esto no fuera poco, en el 2005, durante el gobierno del comunista José Luis Rodríguez Zapatero, hace casi 20 años, se le otorgó ciudadanía a medio millón de inmigrantes, la misma cantidad que pretende dar ahora Pedro Sánchez, peleando codo a codo por el récord histórico de pérdida de identidad.

Fuente: Derecha Diario.

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