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¡Hasta los árabes nos lo dicen a la cara! Analistas árabes advierten a Europa de que deje de apoyar a los islamistas

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‘Los europeos están pagando el precio de su transigencia y su falta de control’

Ni siquiera los atentados de Niza y Viena han espabilado a los principales líderes europeos sobre la amenaza yihadista, facilitada por sus políticas. Analistas de Arabia Saudita, Bahrein, Palestina y Túnez ponen sobre aviso a Europa: tanto la financiación de las organizaciones islamistas, como una actitud transigente con las mismas, alimenta el terrorismo.

“Francia está pagando el precio de la transigencia y la falta de control de las docenas de organizaciones terroristas que actúan encubiertas por las sociedades caritativas islámicas, las mezquitas y la enseñanza del árabe, así como de las decenas de imanes que, en la mezquitas francesas, incitan a la violencia, al odio y a simpatizar con grupos terroristas yihadistas”, afirma Abdel Moneim Ibrahim, eminente analista político de Bahrein.

Los atentados terroristas islamistas de Niza y Viena deberían haber sido la última advertencia para una Europa martirizada y mortificada. Sin embargo, ni siquiera estas dos últimas masacres han servido para replantear las estrategias intergubernamentales occidentales, sometidas aún a las organizaciones y los políticos islamistas. Es lo que sostienen muchos analistas de Arabia Saudita, Palestina y Túnez, que en estos días han examinado la delicada situación en la que se encuentra Europa. En los últimos años, el terrorismo de matriz islámica se ha nutrido, no solo de su dimensión propia que es la de castigar al infiel de turno, sino también de convertir a los atentados en un espectáculo utilizado como instrumento para obtener un gran eco mediático. Dejar que los medios de comunicación insistan y discutan, sin problema ninguno, de islamismo, califato, sharia, es dar publicidad a la pretensión de que existe un problema de islamofobia. Y esto a pesar de que los medios de comunicación tiendan siempre a justificarlos [los atentados]. Así se alimenta el sueño del islamismo: es un marketing que hace avanzar el proyecto islámico, un patrocinio a bajo coste y de gran éxito.

No es casualidad que el velo y la observancia de la sharia aumenten desmedidamente en las capitales de Europa, y que la guerra a los infieles nazca desde abajo, demostrando su ajenidad a cualquier proceso de integración. El trabajo de penetración de las distintas organizaciones terroristas, con la complicidad más o menos consciente de los jefes de Estado occidentales, ha llevado a un proceso de paranoia que ha convencido a los musulmanes que viven en Europa de que están siendo perseguidos por el hecho de no tener piscinas y gimnasios separados, no poder llevar el velo desde la escuela primaria y no ser eximidos de muchas normas a fin de hacer prevalecer la sharia. Con la lógica del antirracismo, el islam ha penetrado en cada institución pública, ha difundido mezquitas y ONG peligrosas y ha alimentado el separatismo, que se autojustifica.

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Para Abdel Moneim Ibrahim, el gobierno francés tiene parte de responsabilidad porque, con el pretexto de la libertad de expresión y la libertad religiosa, no ha prohibido gran cantidad de asociaciones sospechosas. El ejecutivo francés sabe muy bien que hay gobiernos y organizaciones islámicas que apoyan los atentados terroristas en Francia. Sabe muy bien que la Turquía de Erdogan y Qatar alimentan el terrorismo, que lo mantienen también con el dinero de Francia y del resto de países europeos debido a los distintos acuerdos establecidos con la Unión Europea sobre la cuestión migratoria.

No se trata de consideraciones que vienen solo del Golfo Pérsico; es una advertencia que  han lanzado, en las últimas semanas, un número cada vez mayor de escritores, analistas políticos y políticos de los países árabes. El mensaje principal, enviado a los europeos por parte de quienes tienen el islam en su casa, es este: el islam político es una amenaza, no solo para los musulmanes, sino también para los árabes. Los europeos debe espabilar e iniciar a enfrentarse al terrorismo islámico. “Las organizaciones del islam político son la razón para difundir el odio y el terrorismo en el mundo”, ha comentado el escritor saudí Mohammed al-Sheikh. El punto de vista, unánime, atañe al concepto mismo de terrorismo, mistificado en Europa y que hace surgir la pregunta: ¿cómo es posible que haya tantas organizaciones políticas islámicas que estén prohibidas en los países árabes e islámicos y que en Europa, sobre todo en Francia y Gran Bretaña, no lo estén?

Adli Sadeq, analista político palestino, ha subrayado, por ejemplo, el caso de la organización de los Hermanos Musulmanes -la pesadilla de Argelia, Jordania, Libia, Marruecos, Palestina, Sudán, Túnez (todos países donde el largo brazo de la Hermandad se ha infiltrado en muchos partidos políticos)-, financiada por Qatar y Turquía y que ha sido tratada por Estados Unidos -bajo la administración Obama- y muchos otros países occidentales como un “movimiento político moderado”. La realidad es que se trata de un movimiento ilegal desde 1948, y que en Egipto fue declarado ilegal en 2014. Basta pensar que el apoyo de Doha a la Hermandad es una de las causas del embargo impuesto por los saudíes a Qatar en 2017. Según Sadeq, es un escándalo considerar a los Hermanos Musulmanes como “centristas y moderados; no hay ninguna diferencia entre ellos y los grupos yihadistas”.

Alhashimi Nawiri, director del periódico tunecino 24 y analista político, ha invitado en un editorial a los países occidentales a replantear sus relaciones con las organizaciones islámicas: “Está claro que estas organizaciones, en su profundidad ideológica, son grupos que no tienen nada que ver con los valores democráticos”. “Los problemas que Occidente ha iniciado a percibir están teniendo un gran impacto en la cohesión de la sociedad misma y sus Estados. Es el resultado de abrazar y fomentar los movimientos políticos [islamistas]. La presencia de estos grupos en los países occidentales ha proyectado una sombra sobre los millones de musulmanes que viven allí, y que (después de cada ataque terrorista) tienen que demostrar su inocencia”.

Hailah al-Mashouh, editorialista y analista político saudí, sostiene sin ambages que Francia tiene una responsabilidad enorme: “No hay duda de que las políticas anteriores de Francia, indulgentes con el islamismo, han contribuido, junto a todas las leyes para garantizar el derecho de asilo e inmigración a cualquier expatriado, a la actual oleada de terrorismo”. Y aconseja a la Unión Europea que ilegalice y criminalice todos los grupos islamistas, especialmente los que están afiliados a los Hermanos Musulmanes; podría ser una acción eficaz para combatir el terrorismo. “No existe una solución definitiva a los atentados terroristas, salvo criminalizar y expulsar a los grupos extremistas”, subraya al-Mashouh. Los países occidentales, añade, deberían aprender de la represión llevada a cabo por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos contra las distintas organizaciones islamistas. La violencia y el colapso del sistema dependen de si Francia y otros países occidentales son capaces o no de expulsar a estos grupos.

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Faisal Abbas, redactor jefe deArab News, es de la misma opinión:las “manos malvadas” de Turquía están ayudando a los terroristas musulmanes en los países occidentales. El escritor tunecino Al-Habib Al-Aswad ha escrito que “el terrorismo se ha transformado en una industria gestionada por los islamistas, que aspiran a gobernar el mundo”. Para Al-Aswad, la actuación descontrolada de las distintas ramas terroristas, apoyadas por las ONG, que son intocables, “nos acerca a una nueva oleada de terrorismo, que podría ser más violenta que las anteriores”.

Las ulteriores negociaciones de pacificación con los terroristas han tenido un único resultado directo: más decapitaciones y homicidios por las calles de las capitales y ciudades europeas. Nos lo están diciendo los árabes. (Lorenzo Formicola)

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España

Así nos ven desde fuera: el sucio traidor de Feijóo y sus adláteres son reconocidos por lo que son

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Escándalo en España: El PP se unió al socialismo y votó a favor de darle la ciudadanía a 500.000 inmigrantes ilegales de África

El PP, el PSOE y todos los partidos de izquierda se unieron para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes que ingresaron de manera ilegal en la última década.

El Partido Popular (PP), una suerte de Juntos por el Cambio en España, ha vuelto a traicionar a su base de votantes y decidió unirse con la extrema izquierda para regularizar y otorgarle la ciudadanía a más de 500.000 inmigrantes ilegales que arribaron al país desde África o Medio Oriente.

Si bien la ley todavía no ha sido aprobada, más bien solo se ha aprobado el tratamiento del mismo en el Parlamento, el PP sienta un peligroso precedente y ha anticipada que busca volver a votar de la misma manera en el recinto una vez que se modifiquen algunos aspectos del proyecto de ley.

De hecho, todos los partidos en el Parlamento han votado a favor del tratamiento y aprobarán pronto la ley, con la única excepción de los legisladores de VOX, que se opuso de cuajo contra la ley que le agregaría más de 500.000 votos en todo el país a la izquierda.

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Según la diputada del PP, Sofía Acedo, fue Cáritas, la organización benéfica de la Iglesia Católica, que hizo lobby para que dicha legislación sea aprobada, a pesar de que dentro de ese medio millón de personas hay prácticamente una totalidad de árabes musulmanes.

Por su parte, la socialista Elisa Garrido ha trasladado que el PSOE votará a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el “respeto” que merece darle participación directa en la política a quienes viven en España, y que creen que es necesario “seguir avanzando en mecanismos que garanticen procesos seguros de inmigración”.

Por su parte, la diputada de VOX Rocío De Meer ha indicado de nuevo que la formación liderada por Santiago Abascal rechaza la medidaQueremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común“.

En España se han llevado a cabo seis regularizaciones extraordinarias de inmigrantes en toda su historia. Entre 1991 y 1992 se puso en marcha, con el Gobierno socialista, una regularización extraordinaria que benefició a 108.321.

En 1996, con el PP mediante otro proceso de regularización extraordinaria, obtuvieron papeles 21.294 inmigrantes de los 25.128 que lo solicitaron. En el año 2000 solicitaron la regularización 244.327 extranjeros y consiguieron la documentación 163.352. En el año 2001 fue denominado “regularización por arraigo” y se otorgó papeles a 239.174 inmigrantes más.

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Como si esto no fuera poco, en el 2005, durante el gobierno del comunista José Luis Rodríguez Zapatero, hace casi 20 años, se le otorgó ciudadanía a medio millón de inmigrantes, la misma cantidad que pretende dar ahora Pedro Sánchez, peleando codo a codo por el récord histórico de pérdida de identidad.

Fuente: Derecha Diario.

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