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Cuarenta años de cine y televisión (memoria de la historia, que a veces tiene que llorar)

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Cuarenta años de cine y televisión, subvencionando la parcialidad a sensu contrario en forma de papilla espesa y confusa ¿para compensar? cuando no había nada qué compensar, han dado el resultado apetecido por los perdedores: Las nuevas generaciones –buena parte al menos- que se han criado desde entonces, con 40 años máximo de edad actual, se creen cómodamente la historia tal como se les cuenta en el cine y en la televisión subvencionados o en manos indebidas para la verdad. Todo un arte.

¿Se preguntan -deberían hacerlo- cómo es posible que venciesen los malos siendo menos (40%) y con menos reemplazos (15), sin el oro –una de las mayores reservas del planeta- ni industria, ni territorio, ni nada, que hasta ni la iglesia –cobarde o abducida por cierta teología que hace una cruz con la hoz y el martillo- los quiere, pese a que los benefactores de la República –venida en el 31 de un golpe de Estado y sin el apoyo del pueblo que no la votó nunca- la martirizaron y asesinaron con crueldad curas, monjas y religiosos por miles hasta 8.000 y le quemaron y profanaron hasta 20.000 iglesias, conventos, ermitas y monasterios?

Como los libros no son de su gusto, que hay que esforzarse, leerlos y contrastarlos, son carne de imagen distorsionada y de cómic, y en los guiones se han desfigurado las realidades -hasta quedar irreconocibles- por quienes con la peor baba y odio medular han aprovechado lo que se les entregaba por unos cretinos vividores vestidos de vencedores, de gala.

Barra libre de subvenciones para cine y televisión, y cadenas regaladas para tergiversar a su antojo. Nada menos. ¿Libertad de culto y de expresión? He oído de esos educandos que las armas de Franco eran mejores porque eran alemanas o que el ejército había luchado contra –asesinando- el pueblo, el pobre pueblo español que vivía en Guernica, pero no en Cabra, claro, que se obvia, y así lo que quieras. Vamos, que los señoritos latifundistas de las brigadas navarras que caminaban con la cruz alzada, de las banderas del tercio, de las mehalas de regulares, de las falanges, de los quince reemplazos, vamos, que les masacraban ayudados por los italianos y los alemanes, mientras a ellos no les ayudaban más que unos filantrópicos comunistas de la caridad del cobre en brigadas, con un total de 65.000 combatientes adoctrinados, que sabían de chekas y de pogromos y que estaban al quite y en posición en las primeras fechas y con el oro del banco de España remitido a Moscú a cobro revertido. Un horror.

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Es terrible que ignoren que el ejército, que no era español ni siquiera republicano en aquellos tiempos, sino autotitulado rojo, así de claro, con la bandera de la URRSS al frente en cada trinchera –no la tricolor de la república burguesa que tanto execraba Largo Caballero, el escayolista que tiene un escarnecedor monumento en la Castellana- y que llamó a 27 reemplazos (un 80% más), sumaban el 60% de los combatientes. Ah, y he oído de estas gentecillas con tragaderas de pavo, que todos los generales estaban con los nacionales, cuando tan solo se sublevaron 4 de los 18 altos generales de división y tenientes generales y 18 de los 32 de brigada.

Esto es así de torticero y todo un peligro, que de la inopia sólo sale ineptitud. Ignoran que las grandes batallas –Jarama, Brunete, Belchite, Teruel, Alfambra, Ebro- en el bando republicano, en el ejército rojo, los que dirigían eran comunistas adoctrinados en la academia Frunze de Moscú -cuerpos de ejército, brigadas y divisiones-: Estrategas como Lister (cantero), Modesto (aserrador) el Campesino (bandolero), Etelvino Vega (chapista), Durruti (ferroviario) que siempre las perdieron y pagaban su ineptitud estratégica y táctica –muchos no sabían leer un mapa- con las vidas de sus soldados que convertían en carne de cañón. Los generales de división y de brigada que se habían quedado en el bando republicano –la gran mayoría- eran auténticos monigotes de estos comunistas subidos al machito que se hacían temer por ellos y disponían de las vidas y haciendas de quienes no pensaban a su manera, de ellos (their way), la marxista-leninista.

Gracias a Dios y a un enorme sacrificio, la victoria se decantó por el bando nacional porque había un estratega que ahora hay que desenterrar y arrastrar a lo Chapalangarra para satisfacer el revanchismo de unos bolcheviques, masones y desastrosos perdedores por goleada. Este bando evitó la caída de España en manos de Stalin, de la internacional comunista y de la II GM y luego más de diez años de maquis comunistas, a los que vino a relevar ETA –marxista leninista- hasta ayer mismo, que los hemos sentado –bueno la masonería, el PP y el PSOE, mayormente, que yo no y una enorme mayoría tampoco- entre la gente de orden, y un deseo de olvido porque los que habían quedado, o estaban cansados o tenían prisa en vivir a la grand du monde y había que parar ya, pagando lo que fuese hasta hipotecarse; sentándolos en los escaños a opinar como descabalar a España y a su historia –gran mérito el de Suarez absolviendo al genocida de Paracuellos- y abriendo los micrófonos y cediéndoles la enseñanza, la justicia y lo que hubiesen exigido, pero no más muertos, que no sean de hambre a lo bolivariano, que son los aceptables hoy día.

La campana de Gauss de la población española indica que el 37,6 de la población que está entre los 18 y los 40 años, en buena parte se ha criado con esa papilla tóxica, de la ciencia elástica, que no es la matemática ni la química, porque con eso no se iba a ninguna parte, que si no lo hubieran hecho, pero sí en la técnica comunista-separatista y de la manipulación histórica –contando cuentos chinos a los jóvenes que han convertido, en buena parte, digo, en zombis adoctrinados y votantes- cuya competencia en educación durante generaciones -nada menos- se les ha ido cediendo estúpidamente por quienes no debieron hacerlo. La fiera no se acalla con la gasolina.

Razas superiores personificadas en Ibarreche y Pujol (el “Boquica” redivivo) –como sacados de la guardarropía cornejera de la guerra de las Galaxias-, han hecho lo que les ha apetecido con la historia de España, mientras en pago les construían un complejo en su subconsciente de que los perdedores por goleada habían sido poco menos que abusados por sublevados pederastas. La Academia de la Historia en silencio, claro. No tiene nada que decir al respective. ¿Porque les pueden desacademizar y hace frío? Que emitan un dictamen definitivo si están de acuerdo en eso y nos lo aclaren a todos de una vez ¿No son tan sabios? Que no lo dejen a merced de Bono. ¿Les resulta incómodo? ¿Mejor hablar de Bermudo el Gotoso, de Recesvinto, o de Alfonso II el Casto, que son menos polémicos para los comunistas?

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Hasta la Iglesia española lo acepta y calla putamente. ¿No tiene nada qué decir? ¿Va a apoyarse en el socialismo materialista? ¿Qué puede esperar? ¿No les hace libre la verdad, acaso? Que lo vaya pensando porque se queda sin parroquianos, sin libertad y sin caridad, y la solidaridad no da para eso, para limpiar el desprecio y el bochorno. Después les caerá el martirio ineludible a lo Diocleciano, o a lo Carrillo.

¿Tenían complejo de algo quienes se bajaban los pantalones hasta los tobillos en la abdicación transacional de la santa transición? Sí. Tenían el complejo de que les había tocado la lotería cuando recibían los réditos año tras año de una paz carísima en vidas de españoles de ambos bandos tras 986 días de guerra civil y que había que repartir premios entre los ¿Abusados?

¿Fueron abusados los comunistas en las Casas de Campo, o en las checas, o en Paracuellos, o en la España profunda de Andalucía, Cataluña o Extremadura? ¿En Barbastro, en Solsona, en Castro Urdiales, en Santander? Seamos serios en la memoria de la historia. Les narcotizaron, muerto Franco, y se dejaron abducir tendidos en el diván de los expertos y abandonados a su criterio. Olvida… olvida… olvida, majo, que ya te diré yo lo que debes entender donde dice Diego.

Ahora se puede comprobar el resultado de esos burdos errores de bulto de la transición, que no son transitorios, sino que los tenemos recrecidos por el paso del tiempo, y se nos vienen encima como un armario ropero y hay que poner orden seriamente, hay que cerrar el grifo de la manipulación, recoger velas y recuperar para el gobierno de la nación lo que democráticamente corresponde al buen juicio y verdad, educación, sanidad y justicia, si no queremos su fin, el de nuestros niños y de nuestras costumbres, que son poco discutibles zapaterilmente –nada- si no lo es en el campo del honor. Díganlo el señor Aznar, el señor González, el señor Rajoy y otros generosos personajes de las dádivas gratuitas que son los responsables, con mayorías absolutas del pueblo soberano, suficientes para corregir los rumbos y errores, que esas mayorías no eran para otra cosa.

Se requiere un discurso tan efectivo como lo fueron los catorce de Fichte a la nación alemana en el invierno de 1808, cuando estaba ocupada por las fuerzas napoleónicas, para despertar el sentimiento nacional de resistencia y combate y la posterior creación de Alemania como nación, y que el mismo Fichte dedica a los españoles que habían dado un ejemplo universal por su resistencia a Napoleón y la defensa de su tierra a navajazos y pedradas contra el invasor. El ejército español, entérense, estaba en aquel entonces en Dinamarca, debidamente desconectado de su verdadero objetivo, la defensa de España. Eran las misiones en el exterior que se llevaban entonces para poder manipular las legitimidades. ¿Les suena? El cuestionado ahora es Colón y la España imperial al gusto marxista. De Lenin o Stalin, de la URRSS, nada de nada. No se habla. Una manta de silencio. Bono no opina, ni la iglesia, ni la Academia. Unos santos barones. El asesino, hete aquí, es Franco. ¡Voilà!

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¿Es España un caso patológico? Sí. En España fueron derrotados y combatidos hasta la saciedad los comunistas estalinistas-leninistas y esos nunca perdonan. Saben de subversión, de técnicas manipulatorias y de crear coreas, vietnams, venezuelas y cubas donde no las había y se alimentan de un odio incombustible en formato demagogia-mentira tres veces al día o las que hagan falta. ¿Alguien se lo cree?

Si cae la memoria de Franco, sin distingos ni matices y lo que hizo, si se la cargan del todo como pretenden, a ciencia y conciencia de la Academia de la Historia antigua, siguiendo el panfleto de la izquierda contra toda verdad, caerá su obra instauratória de la monarquía constitucional apoyada y aceptada mayoritariamente por el pueblo soberano –del que emanan la soberanía y los cuartos, no lo olvidemos- en la Constitución del 78, lo que nunca pasó con la II República y su golpe de Estado, que careció siempre de plebiscito y de legitimidad. No les quepa duda. Van a por eso. Nadie cree en una legitimidad del ABC, ni de la señorita Pepis. Si se horada la peana, caerá el santo de bruces, por más que se agarre a las paredes o al gotelé. Lo saben quienes lo fomentan y conocen los “derechos sucesorios” de don Mendo.

La Historia suele venir en un paquete, no cabe el esto sí, me gusta, esto no, porque no me agrada. Esas cosas pasan en los cuentos de Calleja y los de hadas, muy concretamente.

¡Aprendamos del pasado, coño!

 

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Opinión

La última bala de Sánchez: “Currarse la página de la pena”. Por Ernesto Milá

Ernesto Milá

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Así se llama en términos carcelarios, así se llama el último intento de mejorar la situación durante una condena: “currarse la página de la pena”. Es lo que está haciendo Pedro Sánchez con su carta en la que “estudia dimitir por amor a Begoña”. En realidad, si se lee la carta, se percibe con mucha más claridad que intenta polarizar aún más al país. De hecho, desde la presentación (“Carta a la ciudadanía”) se percibe que esta carta no es más que la apertura de la campaña electoral en Cataluña y en las europeas. Podemos estar, claro, equivocados y, a fin de cuentas, lo que pretenda Sánchez es “librarse de tanto sufrimiento” por los ataques que se vienen repitiendo contra él y su mujer -justificados, por otra parte- en los dos últimos meses. Veamos las distintas alternativas.

¿SÁNCHEZ VA DIMITIR?

TODO LO QUE AVALA UNA RESPUESTA AFIRMATIVA

No puede olvidarse el contexto en el que ha aparecido esta carta, caracterizado por:

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A.- La reapertura en Francia de la investigación sobre las filtraciones del programa Pegasus: si bien en España, Sánchez controla a la fiscalía, no puede hacer nada contra una investigación iniciada en Francia. En España, la filtración de Pegasus se llevó por delante a la directora del CNI. Poco más. Y la cuestión es muy grave, de hecho, es gravísima: un país, inicialmente “amigo” -Marruecos- utiliza un programa para espiar las conversaciones telefónicas del gobierno español. Desde que se supo, el problema no es el hecho en sí, sino lo que “sabe” la inteligencia marroquí sobre Pedro Sánchez.

Pegasus es importante y significativo por dos elementos:

1) Fue a partir de entonces cuando cambió significativamente la política del gobierno en relación al Sahara, mostrándose favorable a Marruecos y rompiendo con Argelia. La política de apoyo a la resolución de la ONU que proponía un referendo para la población saharaui, había sido constante y tradicional en todos los gobiernos de España desde la transición. Romperla, implicaba también, ofender a Argelia, primer exportador de gas natural a España, en el peor momento: cuando había estallado el conflicto ucraniano. El cambio de política sobre la cuestión del Sáhara era, por tanto, injustificable, contrario a los hábitos diplomáticos y opuesto en sus consecuencias a los intereses de España.

2) Pegasus es un programa espía de patente israelí, aupado por el Mosad. Este elemento es importante: la crisis actual coincide con un momento en el que Sánchez -huyendo de su creciente impopularidad en España- ha asumido el rol de “misionero internacional para el reconocimiento del “estado palestino”. Esto le ha supuesto un aumento de su prestigio en la escena internacional, pero también el odio eterno de Israel. En realidad, el Mosad, lo que ha hecho con Pegasus no ha sido otra cosa que extender su influencia en dirección a otros servicios de inteligencia internacionales. El de Marruecos, por ejemplo. Es posible, incluso, que el propio programa, en su concepción, permita a Israel acceder a los mismos conocimientos que obtiene quien lo ha comprado. Si esto es así -y es muy posible que lo sea- lo que “sabe” Rabat de Sánchez, lo sabría también el Estado de Israel.

B.- La comisión de investigación sobre el “Caso Koldo” en el Senado. La endiablada situación política española después de que el PP se impusiera en votos y escaños en las pasadas elecciones, pero Sánchez consiguiera el apoyo de los partidos de izquierda, nacionalistas e independentistas para ser elegido presidente, a cambio de realizar concesiones ilimitadas, ha precipitado el que, tras conocerse el “Caso Koldo” se creara una “comisión de investigación” en el Senado, controlado por el PP. A pesar de las limitaciones de estas comisiones (y de que, hasta ahora, nunca han aclarado nada) , lo cierto es que la comparecencia de Salvador Illa hizo que aumentaran las sospechas de complicidad de la presidencia en la “trama Koldo”. Este hecho no se escapó a los periodistas que constataron la inseguridad con la que Illa contestó algunas preguntas y no estuvo en condiciones de responder satisfactoriamente al hecho de que recibiera en su despacho ministerial a alguien como ”Koldo”, que no era oficialmente, más que un chófer-guardaespaldas de otro ministro.

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Y esto es importante por dos factores:

1) Por que Illa es el candidato que encabeza la lista en las próximas elecciones autonómicas a Cataluña a celebrar en el mes de mayo. La declaración ante el senado y las reacciones de la prensa, inevitablemente suscitarán una caída en sus expectativas de voto. Sánchez, con su amenaza de dimisión, habría querido recuperar el terreno perdido, especialmente con sus socios parlamentarios (ERC se mostró muy hostil a Illa en la comisión).

2) La amenaza de dimisión, también era una forma de decirles: “Si me voy yo, os quedáis sin amnistía y el que venga detrás, seguro que no es da tantas facilidades como os doy yo”. Así trataría de evitar, de una vez por todas, nuevos chantajes parlamentarios por sus socios en cada votación. Y si los socios valoran la situación verán que, con un PP en la Moncloa, condicionado por los votos de Vox (aunque no formara parte del gobierno), la situación de privilegio de la que gozan nacionalistas e independentistas, concluiría abruptamente.

C.- Ni el “Caso Begoña”, ni el “Caso Mascarillas” han concluido. En ambos casos, la prensa está en estos momentos trabajando en distintas líneas. Estas investigaciones llevan su tiempo. Ningún medio está dispuesto a jugarse una querella multimillonaria por difamación, ni del presidente, ni de Begoña, ni de los ministerios afectados por estos casos. En otras palabras: de la misma forma que, judicialmente, estos casos están solamente en sus primeras fases de investigación, en lo que se refiere a los medios de comunicación, hay mucho más material todavía no publicado (y que, sin duda, irá deslizándose por goteo en las próximas semanas y meses) que comprometería gravemente la posición y las afirmaciones del gobierno.

Todo esto es importante por dos factores:

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1) En el “Caso Koldo” están implicados altas autoridades del Estado (la número tres del Estado, la presidenta del Congreso, Francina Armengol que durante la pandemia era presidenta de la Comunidad Autónoma Balear), varios ministerios y varios presidentes de comunidades autónomas entonces gobernadas por el PSOE. Pero todavía es más grave el contexto en el que se produjo el “caso”: una pandemia que el propio gobierno, tras la manifestación feminista del 8 de marzo, declaró el “confinamiento”, generó una campaña de terror primero en torno a la peligrosidad del virus, aplicó los protocolos de la OMS para tratar la enfermedad (que hoy se tiene la convicción de que contribuyeron a aumentar la víctimas) y, para colmo, recomendó una vacuna (no obligatoria pero sí en la práctica para aquellos que querían viajar al extranjero y para los trabajadores de empresas importantes) cuyas secuelas explican la inflación de muertes que se ha producido con posterioridad y, que el propio ministro Illa promocionó mostrando una fotografía de “cómo se vacunaba”… a pesar de que declaró en la comisión de investigación del senado que él “no se había vacunado”.

2) El “Caso Begoña”, abierto por un juzgado madrileño después de una denuncia de “Manos Limpias”, es inédito en la historia política del mundo civilizado. Todas las mujeres de presidentes, simplemente, o no habían actuado en política o si habían actuado era presentándose como candidatas en una lista electoral (casos de la esposa de Felipe y de la esposa de Aznar). Pero el hecho de que Begoña correteara en once ministerios del gobierno de su marido y obtuviera buenos contratos, subvenciones y beneficios para empresas que “asesoraba” resulta inédito en cualquier concepto democrático. A eso se le llama sospecha de “tráfico de influencias”. Sospecha, por otra parte, fundada. Siendo todavía más grave porque en algunos de los casos investigados las subvenciones eran con fondos europeos. Y, el problema para Sánchez es que las gestiones de su esposa fueron realizadas con una sensación total de impunidad y dejaron rastros suficientes (de momento, dos cartas firmadas por ella, de “recomendación”) que permiten seguir la pista con facilidad.

D.- El fracaso del contraataque socialista ante la corrupción. A partir de conocerse el “Caso Koldo” y sus ramificaciones y despuntar las primeras informaciones del “Caso Begoña”, los socialistas cometieron un error doble de comunicación: en primer lugar, desempolvaron casos ya vistos y juzgados de corrupción que afectaban al PP. Era una forma de decir “y tú más” y creer que así se desactivaba la información. En segundo lugar, trataron de crear un caso que afectara al PP allí en donde más le duele a Sánchez: en Madrid. Aprovechando que Isabel Díaz Ayuso era uno de esos empresarios oportunistas a la caza de buenos negocios a la sombra de la administración, el PSOE creó el “Caso Ayuso-Mascarillas”, pensando que contrapesaría al “Caso Koldo”. Sin embargo, la desproporción entre los dos casos pronto fue evidente: las acusaciones contra González Amador, tenían que ver con impagos a hacienda por ventas de mascarillas, antes de que fuera pareja de Díaz Ayuso. Y, además, ya se había pactado con Hacienda la resolución del caso para evitar el juicio. Aquí, fue donde se comprobó también la colaboración del Fiscal General en la ofensiva del PSOE, filtrando fría, deliberadamente, datos sobre un ciudadano privado que había reglado su situación con Haciendo. No había más vuelo para el “Caso Ayuso-Mascarillas”. De hecho, jamás existió. Mientras, se seguían filtrando más y más datos sobre los casos “Begoña” y “Koldo”.

Y esto es importante por dos elementos:

1) El fracaso del “y tú más” y el poco recorrido de los ataques contra Díaz Ayuso, evidenciaban la necesidad para el PSOE de cambiar de estrategia, pero también el reconocimiento de que, a medida que avancen los trámites judiciales, la situación empeoraría para los procesados. Y el resultado final sería una agonía mediática que implicaría el agotamiento electoral del PSOE, imposible de compensar -a la vista del aumento desmesurado de la deuda pública española en los tres últimos años y de la negativa de la UE a crear “bonos de deuda europeos”- con la “naturalización” de unas cuantas decenas de miles de inmigrantes. El problema es que, a la vista de lo que se ha publicado sobre estos casos de corrupción, de lo que los medios están investigando en este momento y de lo que el propio Sánchez conoce y que aun no ha salido a la superficie, era imposible afrontar un contrataque eficiente.

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2) El último error de Sánchez ha sido precisamente su “carta” en el que amenaza con su dimisión. La carta es hoy primera plana en todos los medios de comunicación europeos que, gracias a ella, además de referenciarla se han visto obligados a explicar lo que está siendo el “Caso Koldo”, el “Caso Begoña”, los avances mediáticos y judiciales, la comisión de investigación del Senado, etc, elementos todos ellos que habrían pasado desapercibidos para la opinión pública europea, de no ser por la dichosa “carta”. Esto hace que, cada vez más, las puertas de la UE se le vayan cerrando al pedrosanchismo. El electorado alemán y, mucho más especialmente, los gobiernos europeos de derecha, empezando por el italiano, van a permitir que llegue a España un solo euro comunitario que tiene muchas posibilidades de ser empleado en no llegar a los destinos para los que ha sido enviado, y perderse en los bolsillos próximos al gobierno español.

  1. La mala situación general económico-social de España. Mientras la UE había habilitado planes de “reactivación” económica posteriores a la pandemia, mientras se podían enmascarar las cifras y alardean de que la economía española “iba como una moto”, trucando incluso las cifras del pero, acallando el descontento social con promesas electorales y la demencial política de inmigración insuflando más y más fondos para la “integración” de los inmigrantes, regando a ONGs mafiosas con más y más millones para que ejecutaran su tarea de “taxis” para aumentar el número de inmigrantes, y mientras una parte de los medios recibía jugosas subvenciones a condición de difundir “beneficios” de las políticas gubernamentales y ocultar las cifras problemáticas (el déficit que ha llegado en marzo de 2024 a 1,6 billón de euros), Sánchez podía mantenerse en la Moncloa. Pero, en los últimos meses, el aumento de la criminalidad -especialmente de los delitos más graves: violaciones, asesinatos y robos con violencia-, la constatación de que zonas del país, en el sur, ya están en manos de las mafias de la droga y de que estas actúan impunemente, ante la mirada indiferente de Marlaska, y por ahí pasa, no solo hachís e inmigración, sino también toneladas de cocaína llegada a Marruecos, el cambio de actitud alemana hacia la entrega de fondos al gobierno español, el malestar por el aumento de una inmigración innecesaria, incontrolada y peligrosa, las molestias insólitas que esto crea en el día a día de la sociedad a causa de sus costumbres culturales y antropológicas que no están dispuestos a renunciar, la demostración de que la cifra de parados está un millón por encima de las cifras oficiales, el hundimiento en la venta de pisos, de coches eléctricos, los intentos del gobierno de controlar más y más empresas del Ibex, etc, etc, etc. Todo ello pinta un cuadro catastrófico del país.

Esto es importante por dos factores:

1) Todo esto, quizás, por separado, pudiera tener alguna solución (ser enérgico en la lucha contra la delincuencia, repatriaciones masivas empezando por inmigrantes que hayan cometido delitos, austeridad en el gasto público, reducción de las dimensiones de la administración, etc), pero juntos son de imposible solución especialmente para un gobierno en minoría y con problemas de autoridad, corrupción, dependencia de socios parlamentarios verdaderos chantajistas. Y, el gran problema es que, antes o después, está situación se evidenciará en toda su crudeza (como ha ocurrido en Argentina: “no hay plata”). El cambio de actitud de la UE en relación a España y el cierre del grifo han marcado ese momento en el que el realismo tenderá a imponerse y los “hombres de negro” exigirán medidas drásticas que afectarán, especialmente, a las pensiones, generando un vuelco en las intenciones de voto.

2) El nivel de la deuda española es tal que no solamente compromete el desarrollo y las inversiones en los próximos años, sino que supone una losa para las futuras generaciones y esto en un país multiétnico en el que los nacidos fuera de España y sus hijos, son ya la cuarta parte del total de la población. Ni en las elecciones generales de 2023, ni en las autonómicas que se están celebrando desde enero, ningún partido -salvo Vox- han hablado de lo que debería ser el primer punto de un programa de gobierno responsable: “reducción del gasto público”. De entre todos los rubros, la estructura autonómica del Estado y el gasto global generado por la inmigración (incluidos los gastos judiciales, policiales, los subsidios, el coste de los MENAS y de su mantenimiento, etc), junto con el dinero que se filtra en las redes de corrupción y la financiación de chiringuitos en forma de ONGs, constituyen las partidas mayores de las que podía prescindirse… si el gobierno tuviera autoridad y voluntad. Pero carece de ambas cosas.

Pues bien, el reconocimiento de todos estos elementos, son los factores que avalan una respuesta afirmativa a la pregunta de si la carta de Sánchez amenazando con dimitir evidencia una voluntad auténtica. Todo lo dicho anteriormente son factores problemáticos y de casi imposible solución y, por tanto, avocan al pedrosanchismo a una larga agonía. El presidente con su carta anunciando que “medita su dimisión hasta el lunes”, no habría hecho otra cosa que reconocer la triste realidad de un gobierno -su gobierno- que ha fracasado estrepitosamente y que deja al país en una situación caótica y polarizada. Ahora bien…

¿SÁNCHEZ VA DIMITIR?

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TODO LO QUE AVALA UNA RESPUESTA NEGATIVA

… Dejar las cosas así es no reconocer ni lo que es el pedrosanchismo, ni los rasgos de su dolencia psicológica: un psicópata nunca reconoce sus errores, son los otros los que cometen errores, son los otros los que no le dejan hacer lo que él quiere, son otros los que le impiden realizar su ego. Y, allí donde una persona normal dimitiría, Pedro Sánchez, arrastrado por su conformación mental, tenderá a llegar hasta el final. No es que prefiera “morir matando”, es que prefiere que “muera todo un país, a dimitir”. Desgraciadamente, la democracia electoralista es, más que cualquier otro régimen, aquel que presta más facilidades para que un psicópata llegue al poder. Le permite utilizar su altísima capacidad para la mentira, para encandilar momentáneamente al electorado; apoyado por los medios, transmite un look de sí mismo que es, como el look de todos los psicópatas, artificial y que tarda poco en diluirse. Sitúa su ego por encima de todos los demás, no siente -no puede sentir- ningún tipo de empatía con nadie: ni con su esposa, ni con su partido, ni con su país, ni con sus partidarios. Y si hay rastros empáticos se trata solamente de simulación. Estas pulsiones negativas aumentan desde el momento en que se ve atacado, ridiculizado, insultado, silbado en sus apariciones públicas. Su bilis se multiplica y su odio aumenta. Piensa estrategias para combatir a sus adversarios, pero el psicópata no suele ser muy inteligente: su Ego le impide ver la realidad y actuar razonablemente ante ella.

No creemos, por tanto, que Sánchez vaya a dimitirTodo lo dicho en el parágrafo anterior, valdría para que una persona normal, simplemente, se suicidara (el presidente de Brasil, Getulio Vargas, lo hizo cuando estalló un ínfimo caso de corrupción que aquí no pasaría de un juicio de faltas; el presidente boliviano Germán Bush, así mismo, se suicidó al ver que encontraba dificultades creciente para imponer su proyecto político; incluso en 1993, un correligionario de Sánchez, Pierre Bérégovoy, primer ministro del gobierno del presidente Mitterand, se suicidó al saberse que había recibido un préstamo de un millón de francos para comprarse un apartamento…). Pero estos precedentes no valen para Sánchez. Está hecho de otra pasta.

Así pues, la carta de Sánchez amenazando con dimitir puede estar motivada por cinco intenciones que, en el fondo, son una: la decidida voluntad de aferrarse, con uñas y dientes, al cargo, de situar su ego por encima de los intereses de su partido, de su país y de las generaciones futuras. Estas intenciones son:

1) “Currarse la página de la víctima”.- Se trata de un cambio de estrategia: dado que la campaña del “y tú más”, ha mostrado una eficacia muy limitada; dado el fracaso de su ofensiva contra la presidenta de la Comunidad de Madrid; dada la certidumbre de lo que puede ir apareciendo, Sánchez ha optado por presentarse como víctima: él y Begoña. Sería como uno de esos personajes del cine negro, el “falso culpable” que es perseguido, amenazado, encarcelado, pero que, al final logra demostrar su inocencia. En sus contactos con el independentismo, ha comprobado que el victimismo tiene su público y que, por el simple hecho de presentarse como víctima, él y su pareja se hacen acreedores de apoyo, cariño y ternura.

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2) Movilizar voluntades.- La oposición, desde el inicio de la legislatura, aprovechando el asunto de la amnistía a Puigdemont y a los indepes catalanes, ha realizado varias movilizaciones masivas. Sánchez, en todo este tiempo, cada vez que Sánchez ha asistido a algún acto público se ha visto abucheado e insultado: “Por siete votos tienes el culo roto”, no ha sido una excepción, sino la postrera muestra del “fervor popular” que le rodea cada vez que sale de la Moncloa. No hay más abucheos porque la guardia de corps de Marlaska sitúa las barreras para el público a 200 y 300 metros de donde se encuentra el presidente. Era necesario que sus partidarios tuvieran una ocasión de mostrar su apoyo al presidente. Y esa es otra de las cosas que busca: una riada de “adhesiones inquebrantables”.

3) Poner a sus socios ante el abismo.- Con un Puigdemont que repite que tiene “cogido por los huevos” a Sánchez, con una ERC que repite que “el gobierno hace lo que nosotros queremos”, con un Bildu que se jacta del reconocimiento público y el blanqueo que le depara Sánchez, todos los cuales están dispuestos a apoyarle en cada votación siempre y cuando reciban algo a cambio, es evidente que no puede cerrarse, ni los presupuesto de 2024, ni siquiera la legislatura. Por tanto, Sánchez habría decidido plantear un órdago a sus socios: “Si me voy, vosotros caéis también”, “Si me voy, no habrá amnistía”, “Si me voy, la posibilidad del federalismo se aleja para siempre”.

4) Polarizar a la sociedad española.- Este elemento siempre ha estado presente desde el inicio de esta legislatura, pero en su carta, Sánchez lo convierte en uno de los elementos centrales: él es el que cierra el paso a la derecha (“No pasarán”), él es el que defiende el progreso frente a los “extremistas de derecha”, olvidando que, las revelaciones en su contra, una vez más, no han sido difundidas ni por la “derecha”, ni por la “extrema-derecha”, ni por el “fascismo”, sino por medios de prensa independientes y no sometidos a su férula. Sabe que si convence a la sociedad española de que existe una “galaxia fascista” que conspira contra él, es susceptible de obtener el apoyo de la otra parte de la sociedad en forma de izquierdas, nacionalistas e indepes. Una vía peligrosa que conduce directamente a la guerra civil.

5) Impedir un descalabro de la izquierda en las elecciones europeas.- Sánchez piensa en el futuro. Es consciente de que la izquierda europea va a sufrir un revés importante en las próximas elecciones europeas de junio. Si logra que la candidatura socialista mantenga sus posiciones en España, piensa que, así podrá dar el salto a Europa y convertirse en líder de la izquierda europea. Tenía esa ambición en Iberoamérica a través del Grupo de Puebla, pero las constantes derrotas en los dos últimos años de esta opción (que ha perdido el poder en unos países -Argentina, Portugal, Ecuador, Perú, Salvador- y se muestra completamente deteriorada en otros -Chile, Colombia, Brasil-), le inducen a mirar de nuevo en Europa. Y lo está intentando a través de esa “misión” diplomática que se autoarrogado para el reconocimiento del “estado palestino”.

¿SÁNCHEZ VA DIMITIR?

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TODO ES POSIBLE EN EL PEDROSANCHISMO

Hace poco decíamos que Sánchez gobierna porque 7.821.000 españoles, de mayores, les gustaría ser como él. Mentiroso, desplazándose en Falcon a comprar tabaco, entre lujos orientales, acumulando patrimonio, sin escrúpulos de ningún tipo, habiendo logrado su proyecto personal por encima de cualquier cosa… Por eso le votan. Sánchez no es un accidente en la historia de España, es el resultado de la entronización de un modelo humano promovido desde los años 80No debe extrañarnos nada de lo que haga o decida. De hecho, no decide él, sino sus vísceras.

Pero la cuestión es si la carta refleja una actitud real o bien es mera simulación.

Tendemos a creer que es ambas cosas a la vez: incluso los psicópatas de manual experimentan momentos de flaqueza, se sienten vacíos, perciben el odio que generan y la situación que les lleva a un callejón sin salida. Algo de todo esto se refleja en la propia carta. Pero, junto a esto, las vísceras de Sánchez reaccionan y aspiran a la “solución final”: o él o el caos. Para seguir debe suscitar entusiasmos en sus partidarios, miedo en sus aliados y salidas de tono en la oposición. Debe conseguir hacer creíble su mensaje, desplazarlo del agujero de corrupción en el que se encuentra su partido y su núcleo familiar, “currándose la página de la pena”.

Se ha dado un tiempo para pensar. En el curso de estos cuatro días, del 25 al 29, veremos las reacciones de los medios y de la sociedad, de sus partidarios y de sus detractores. Pero todo esto servirá de poco: actuará según sus vísceras. Incluso aunque amagara con dimitir, unas horas después podría cambiar de opinión.

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Sánchez no necesita asesores, precisa psiquiatras. Y este país también.

 

Ernesto Milá. 

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