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España

Dolores Delgado llamó “maricón” a Marlaska y ahora se hace la víctima porque un diputado de Vox le llamó “tiparraca”

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Lo mínimo que se le debería exigir a un político es coherencia y respeto hacia los principios y valores que propugna. Pero esta regla, siendo bastante endeble en la clase política española, resulta inexistente entre los grandes adalides de la izquierda nacional. De hecho, lo que abunda en las filas del neomarxismo y socialismo patrios es justo lo contrario, es decir, una profunda hipocresía y una deleznable doble moral, que, entre otras muchas cosas, demuestra la falsedad de su argumentos y la mezquindad de sus propósitos. El último ejemplo de dicha hipocresía es Dolores Delgado, ministra socialista de Justicia y ex fiscal pretendidamente experta en terrorismo yihadista.

Conforme al victimismo propio de las feministas, la ministra ha respondido con una llamada a la reflexión a la publicación de los comentarios que este domingo recibió del abogado y portavoz de Vox en la Asamblea de Murcia, Juan José Liarte. Liarte la llamó “tiparraca” y “embustera” en su cuenta de Facebook, a lo que añadió: “De una p*** [puta] solo se pueden esperar putadas”. En una entrevista telefónica en la cadena SER, Delgado ha afirmado que ni el Partido Popular ni Ciudadanos se han puesto en contacto con ella.

“No [me han llamado] y es el momento de posicionarse. Esto está por encima de ideologías”, afirmó compungida.

Lo que no nos cuenta la farsante es qué diferencia existe entre la ofensa recibida por parte del diputado Murcia no de Vox y la que ella misma lanzó al referirse al exjuez y actual ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska como “maricón” y “nenaza” en una comida junto al también magistrado Baltasar Garzón, el excomisario José Manuel Villarejo y otros miembros de la cúpula policial.

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Delgado, entonces fiscal en la Audiencia Nacional, también aseguró en un tono distendido que prefiere “un tribunal de hombres”. “A mí que me den un tribunal de hombres, de tías no quiero. Y no me llevo mal con las tías, pero de tíos, sé perfectamente por dónde van”, aseguró la ministra. ¿Qué diferencias sustanciales existen entre llamarla a ella tiparraca y llamar maricón al Marlaska? Como en el verso de Campoamor, todo depende del color ideológico con que se mire.

No es el único ejemplo y, por desgracia, tampoco será el último. La lista de desvergüenzas abunda entre las filas de la izquierda política. Como cuando la “agraviada” Dolores Delgado reveló en la misma comida que en un viaje de trabajo de varios días a Cartagena de Indias (Colombia) vio como “una serie de jueces y fiscales españoles terminaron con menores de edad”. ¿Y por qué no denunció un hecho tan extremadamente grave en clave judicial, como estaba obligada por la dignidad de su cargo?

Ejemplos de hipocresía y doble moral en la izquierda hay muchos, sin duda, pero vergüenza, lo que se dice vergüenza, es evidente que no tienen ninguna.

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España

Así nos ven desde fuera: el sucio traidor de Feijóo y sus adláteres son reconocidos por lo que son

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Escándalo en España: El PP se unió al socialismo y votó a favor de darle la ciudadanía a 500.000 inmigrantes ilegales de África

El PP, el PSOE y todos los partidos de izquierda se unieron para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes que ingresaron de manera ilegal en la última década.

El Partido Popular (PP), una suerte de Juntos por el Cambio en España, ha vuelto a traicionar a su base de votantes y decidió unirse con la extrema izquierda para regularizar y otorgarle la ciudadanía a más de 500.000 inmigrantes ilegales que arribaron al país desde África o Medio Oriente.

Si bien la ley todavía no ha sido aprobada, más bien solo se ha aprobado el tratamiento del mismo en el Parlamento, el PP sienta un peligroso precedente y ha anticipada que busca volver a votar de la misma manera en el recinto una vez que se modifiquen algunos aspectos del proyecto de ley.

De hecho, todos los partidos en el Parlamento han votado a favor del tratamiento y aprobarán pronto la ley, con la única excepción de los legisladores de VOX, que se opuso de cuajo contra la ley que le agregaría más de 500.000 votos en todo el país a la izquierda.

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Según la diputada del PP, Sofía Acedo, fue Cáritas, la organización benéfica de la Iglesia Católica, que hizo lobby para que dicha legislación sea aprobada, a pesar de que dentro de ese medio millón de personas hay prácticamente una totalidad de árabes musulmanes.

Por su parte, la socialista Elisa Garrido ha trasladado que el PSOE votará a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el “respeto” que merece darle participación directa en la política a quienes viven en España, y que creen que es necesario “seguir avanzando en mecanismos que garanticen procesos seguros de inmigración”.

Por su parte, la diputada de VOX Rocío De Meer ha indicado de nuevo que la formación liderada por Santiago Abascal rechaza la medidaQueremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común“.

En España se han llevado a cabo seis regularizaciones extraordinarias de inmigrantes en toda su historia. Entre 1991 y 1992 se puso en marcha, con el Gobierno socialista, una regularización extraordinaria que benefició a 108.321.

En 1996, con el PP mediante otro proceso de regularización extraordinaria, obtuvieron papeles 21.294 inmigrantes de los 25.128 que lo solicitaron. En el año 2000 solicitaron la regularización 244.327 extranjeros y consiguieron la documentación 163.352. En el año 2001 fue denominado “regularización por arraigo” y se otorgó papeles a 239.174 inmigrantes más.

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Como si esto no fuera poco, en el 2005, durante el gobierno del comunista José Luis Rodríguez Zapatero, hace casi 20 años, se le otorgó ciudadanía a medio millón de inmigrantes, la misma cantidad que pretende dar ahora Pedro Sánchez, peleando codo a codo por el récord histórico de pérdida de identidad.

Fuente: Derecha Diario.

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