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La legalización de la eutanasia en Holanda está causando una estampida de enfermos y ancianos hacia otros países de la UE

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La legalización de la eutanasia en Holanda está causando una estampida de enfermos y ancianos hacia otros países de la Unión Europea.

E l gobierno de Amsterdam ha desestimado las quejas de los grupos que han denunciado el éxodo de ancianos que huyen de los servicios de salud holandeses.

Holanda ha sido pionera en la legalización del aborto, las drogas y la prostitución, y ahora muchos ancianos temen que los “maten” en los hospitales donde se aplica abiertamente la ley de ‘terminación de la vida a petición propia y ayuda al suicidio’. El éxodo de ancianos y enfermos comenzó en el segundo semestre de 2002, pero se ha intensificado en los últimos meses. Los viejos desconfían profundamente de sus médicos, del servicio de salud holandés e incluso de sus familiares, y cruzan la frontera solos o en grupos, especialmente hacia Alemania, para ponerse a salvo de la eutanasia. Sin preguntas La cifra es espeluznante.

En Holanda fallecen 4.000 personas al año por ‘muerte legalmente provocada’. La ley que lo permite entró en vigor en abril de 2002 para despenalizar la eutanasia, una práctica que de todas formas venía cumpliéndose, sin persecución judicial, en los servicios de salud holandeses desde principios de los 90. La ley en cuestión lo único que hizo fue reglamentar una práctica que, vista desde la óptica de los enfermos, puede ser la materialización de la peor pesadilla. La alarma se disparó con un reciente estudio de la Universidad de Göttingen (Alemania), que analizó 7.000 casos de eutanasia en Holanda y encontró que los médicos y familiares parecen disponer de la vida de sus ancianos y de sus enfermos.

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Según los investigadores, 41 por ciento de estas muertes por eutanasia fueron ‘legitimadas’ por el deseo de los familiares de acabar con el sufrimiento del paciente. Lo que es peor, en 11 por ciento de estos casos el enfermo se hallaba consciente y estaba en situación de tomar decisiones, pero nunca se le preguntó si quería morir o no. “Con estos antecedentes es apenas natural que el miedo se haya apoderado de los ancianos, que escapan de una muerte ‘anticipada’ y buscan ahora refugio en los asilos de Bocholt y de otras poblaciones alemanas cercanas a la frontera con Holanda”, dijo a SEMANA Reiner Mansch, profesor de medicina de la Universidad de Göttingen y asesor del estudio sobre la eutanasia. El estudio concluyó que 60 por ciento de las muertes por ese procedimiento en Holanda tuvieron como razón fundamental la falta de expectativas para la recuperación del enfermo, pero para Mansch el dato más preocupante que arroja la investigación es que uno de cada tres casos de ‘muerte asistida’ obedeció a “la incapacidad de los familiares para continuar con la situación del enfermo hasta el final”.

Los que deciden La ley holandesa, llamada “Verificación de la terminación de la vida a petición propia y ayuda al suicidio”, exige como requisitos para que se pueda aplicar la eutanasia a un enfermo que su sufrimiento sea ‘insoportable’ y la ausencia de un tratamiento que alivie sus padecimientos. El médico está obligado a pedir una segunda opinión a un colega, y sobre todo debe informar a una comisión regional de control -integrada por un jurista, un médico y un experto en ética-, que dictamina si el facultativo que practicó la eutanasia cumplió las disposiciones de la ley.

En teoría, la eutanasia sigue figurando como delito en el Código Penal y el médico podría ser condenado hasta a 12 años de cárcel, si no la practica de acuerdo con los requisitos legales. La norma vigente fue más lejos de lo que muchos preveían al permitir a los menores optar por la eutanasia a partir de los 16 años sin el consentimiento de sus padres.

En el caso de los niños de 12 a 16 años, es preciso el acuerdo del menor y de por lo menos uno de sus progenitores. Hasta abril de 2002, fecha en que entró en vigor la ley, la eutanasia en Holanda no era legal pero tampoco era perseguida. Rara vez se acusaba a algún médico de practicarla y sus reglas evolucionaron durante 25 años de debates, con precedentes que sentaron la jurisprudencia que dio sustento a la ley. Antes, los médicos estaban obligados a registrar los casos ante el Fiscal General del país, y ahora sólo deben acudir ante la comisión regional, que los exonera de toda persecución judicial. Pero Ilse Keuenhof, del Movimiento Católico Holandés, uno de los grupos que más se han opuesto a la eutanasia en su país, aseguró que, tras tantos años de práctica habitual de la eutanasia y con la presión de los familiares del enfermo, “la interpretación de la ley ha cambiado al punto de que basta con que el paciente, en medio del dolor de sus quebrantos, haya manifestado en repetidas ocasiones su deseo de morir para establecer una base legal y ser conducido a la muerte”.

Los partidos y grupos católicos han denunciado el éxodo de ancianos y enfermos rumbo a Alemania, pero el gobierno de Amsterdam y el ministro de Justicia holandés, Piet Hein Donner, han desestimado sus quejas y recuerdan las encuestas donde casi 90 por ciento de los 15 millones de holandeses, “entre ellos la mayoría de los católicos”, se han mostrado a favor de la eutanasia.

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El caso Brongersma

Para el gobierno, todas las posibles dudas sobre la aplicación de la ley quedaron resueltas con el caso del ex senador laborista Edward Brongersma, de 86 años, que no estaba enfermo ni sufría dolores, pero sí se hallaba envuelto en un escándalo de pedofilia y solicitó en 1998 a su médico la eutanasia alegando únicamente “no tener ganas de vivir”.

Philips Sutorius, su médico de cabecera, cumplió con su tarea y fue inicialmente exonerado de cargos. Pero ante el peligro que entrañaba este tipo de episodios, la ministra de Salud, Els Borst, demandó la reapertura del caso. En diciembre de 2001 el Tribunal de Amsterdam declaró culpable a Sutorius por no cumplir las dos exigencias básicas para la eutanasia: que el enfermo esté en fase terminal y que su sufrimiento sea insoportable y sin posibilidad de mejora.

Los jueces admitieron, sin embargo, que al médico lo movió la “compasión” y por ello no fue sometido a cumplir la condena de prisión, pero el fallo impide que se abra esta vía de absolución para nuevos casos. Keuenhof y Mansch dijeron que el problema radica en que todos los casos se quedan en las comisiones regionales y “nunca llegan a los tribunales”, y cifraron en más de 30.000 los enfermos y ancianos que han cruzado la frontera rumbo a Alemania en los últimos cuatro meses. Ambos esperan que en Bélgica, segundo país europeo en legalizar esta práctica en 2002, y en Francia y Gran Bretaña, que marchan en esa dirección, no ocurran desbandadas de este tipo.

Los holandeses están muy orgullosos de su libertad personal y de ser pioneros en leyes como el aborto, el consumo de drogas, la prostitución y la eutanasia, lo que queda ratificado en los estudios periódicos de la Universidad Erasmo de Rotterdam, y según Keuenhof y Mansch, “este inmenso amor propio les impide ver con objetividad los abusos que los médicos y los familiares están cometiendo contra los ancianos y los enfermos amparados por la ley de la eutanasia”. Entre tanto, el doloroso fenómeno de los ancianos que huyen para no quedar a merced de médicos y parientes sigue presentándose a plena luz del día.

(Semana)

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España

Así nos ven desde fuera: el sucio traidor de Feijóo y sus adláteres son reconocidos por lo que son

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Escándalo en España: El PP se unió al socialismo y votó a favor de darle la ciudadanía a 500.000 inmigrantes ilegales de África

El PP, el PSOE y todos los partidos de izquierda se unieron para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes que ingresaron de manera ilegal en la última década.

El Partido Popular (PP), una suerte de Juntos por el Cambio en España, ha vuelto a traicionar a su base de votantes y decidió unirse con la extrema izquierda para regularizar y otorgarle la ciudadanía a más de 500.000 inmigrantes ilegales que arribaron al país desde África o Medio Oriente.

Si bien la ley todavía no ha sido aprobada, más bien solo se ha aprobado el tratamiento del mismo en el Parlamento, el PP sienta un peligroso precedente y ha anticipada que busca volver a votar de la misma manera en el recinto una vez que se modifiquen algunos aspectos del proyecto de ley.

De hecho, todos los partidos en el Parlamento han votado a favor del tratamiento y aprobarán pronto la ley, con la única excepción de los legisladores de VOX, que se opuso de cuajo contra la ley que le agregaría más de 500.000 votos en todo el país a la izquierda.

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Según la diputada del PP, Sofía Acedo, fue Cáritas, la organización benéfica de la Iglesia Católica, que hizo lobby para que dicha legislación sea aprobada, a pesar de que dentro de ese medio millón de personas hay prácticamente una totalidad de árabes musulmanes.

Por su parte, la socialista Elisa Garrido ha trasladado que el PSOE votará a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el “respeto” que merece darle participación directa en la política a quienes viven en España, y que creen que es necesario “seguir avanzando en mecanismos que garanticen procesos seguros de inmigración”.

Por su parte, la diputada de VOX Rocío De Meer ha indicado de nuevo que la formación liderada por Santiago Abascal rechaza la medidaQueremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común“.

En España se han llevado a cabo seis regularizaciones extraordinarias de inmigrantes en toda su historia. Entre 1991 y 1992 se puso en marcha, con el Gobierno socialista, una regularización extraordinaria que benefició a 108.321.

En 1996, con el PP mediante otro proceso de regularización extraordinaria, obtuvieron papeles 21.294 inmigrantes de los 25.128 que lo solicitaron. En el año 2000 solicitaron la regularización 244.327 extranjeros y consiguieron la documentación 163.352. En el año 2001 fue denominado “regularización por arraigo” y se otorgó papeles a 239.174 inmigrantes más.

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Como si esto no fuera poco, en el 2005, durante el gobierno del comunista José Luis Rodríguez Zapatero, hace casi 20 años, se le otorgó ciudadanía a medio millón de inmigrantes, la misma cantidad que pretende dar ahora Pedro Sánchez, peleando codo a codo por el récord histórico de pérdida de identidad.

Fuente: Derecha Diario.

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