José María Marco es el más destacado representante del lobby gay en la derecha liberal española, y lo es desde mucho antes del reconocimiento del matrimonio homosexual y la imposición de la ideología de género en nuestras leyes. Marco lleva mas de 20 años defendiendo las reivindicaciones de este colectivo. Ahora ha pasado a Vox, cada día más en la línea de la derecha globalista, sin embargo algunos matices identitarios.

Escritor, colaborador de Libertad Digital y miembro del Consejo de Redacción de La Ilustración Liberal, José María Marco da el salto a la política de la mano del partido de Santiago Abascal. Según confirman fuentes de Vox, será candidato por Madrid al Senado.

Desde su perfil de Twitter ha agradecido al partido de Santiago Abascal la confianza puesta en él. “Es un honor inmenso tener la oportunidad de servir a mi país”, dice Marco.

Socio fundador de Libertad Digital, miembro del Consejo de Redacción de La Ilustración Liberal, en la actualidad es colaborador de este periódico y tertuliano del programa Es la Tarde de Dieter en esRadio. Además, es columnista en La Razón y colabora en otros medios y publicaciones. Ha escrito una decena de libros entre los que destaca Antonio Maura, la política pura o Una historia patriótica de España. Por el momento se desconoce la opinión de Ignacio Arsuaga sobre la designación de Marco como candidato al Senado.

Vox se estrenó en el Senado recientemente con Francisco José Alcaraz, elegido senador por designación autonómica en Andalucía y que tan sólo pudo asistir al último pleno celebrado en la Cámara antes de la disolución de las Cortes.

Enfrentamiento con Pío Moa

Marco mantuvo un sonoro enfrentamiento dialéctico con Pío Moa en 2010. Los hechos ocurrieron cuando Moa afirmó en un artículo que la homosexualidad es una “desgracia”.

Marco replicó duramente a Moa acusándole de defender posiciones “homófobas” y reprochándole al mismo tiempo que negase la existencia del machismo. Jiménez Losantos se posicionó en favor de Marco, lo que provocó la salida del grupo del historiador de origen gallego.

“A lo que me opongo, lo que detesto, es a que las mafias rosas traten de conseguir puestos de poder para modelar la sociedad según sus torcidos enredos teóricos y prácticos, empezando por la pretensión totalitaria de que ellas representan a los homosexuales. Los representan tanto como los comunistas a los obreros o los feministas a las mujeres, es decir, nada. Y tratan de imponer sus fraudes anulando la libertad de expresión propia de las democracias, demostrando así hasta qué punto son un peligro para ellas. El término homofobia, torpe desde su propia construcción etimológica, no designa, pues, a quienes odian a los homosexuales, sino a quienes odian las maquinaciones de esas mafias”, escribió Moa para aclarar su posición.