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Opinión

(2) Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo — Introducción (SEGUNDA ENTREGA)

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Tabla de contenidos:

      1. Comunismo: un demonio decidido a destruir a la humanidad
      2. Los métodos y medios del demonio
      3. Comunismo: la ideología del demonio
      4. Un entendimiento metafísico del demonio
      5. Las muchas caras del demonio
      6. Socialismo: la etapa preliminar del comunismo
      7. Nociones románticas sobre el comunismo
      8. La destrucción de la cultura y la moral
      9. Retornar a lo divino y a la tradición

Introducción

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El colapso de los regímenes comunistas de la Unión Soviética y Europa del Este marcó el fin de medio siglo de Guerra Fría entre el ala capitalista y la comunista en Oriente y Occidente. En ese momento, muchos fueron optimistas, creyendo que el comunismo se había convertido en una reliquia del pasado.

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No obstante, la triste verdad es que una ideología comunista metamorfoseada se arraigó y atrincheró por todo el mundo. Están los regímenes abiertamente comunistas como China, Corea del Norte, Cuba y Vietnam; está Europa del Este, donde la ideología y las costumbres comunistas aún ejercen una influencia significativa; están los países africanos y sudamericanos, que intentan el socialismo bajo la bandera de la democracia y el republicanismo. Luego están las naciones de Europa y Norteamérica, que se han convertido en anfitriones de influencias comunistas sin que la gente sea consciente de ello.

El comunismo engendra guerra, hambruna, matanza y tiranía. Estos en sí mismos son lo suficientemente aterradores, pero el daño infligido por el comunismo va mucho más allá. Es cada vez más claro para muchos que, a diferencia de cualquier otro sistema en la historia, el comunismo declara la guerra a la humanidad misma, incluidos los valores humanos y la dignidad humana.

Después de establecer enormes dictaduras en la Unión Soviética y China, en poco menos de un siglo el comunismo causó más de cien millones de muertes no naturales, esclavizó a miles de millones de personas y llevó al mundo al borde de la guerra nuclear y la destrucción. Lo que es peor, su deliberada y generalizada destrucción de la familia, su promoción del desorden social y su ataque a la moral son desastrosos para los cimientos de la civilización.

¿Cuál es la naturaleza del comunismo? ¿Cuál es su objetivo? ¿Por qué toma a la humanidad como su enemigo? ¿Cómo podemos escapar de él?

 

1. Comunismo: un demonio decidido a destruir a la humanidad

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“El Manifiesto Comunista” comienza con la frase “Un espectro está acechando Europa –el espectro del comunismo”. La utilización del término “espectro” no fue un capricho de Karl Marx. Como exponemos en este libro, el comunismo no debe ser entendido como un movimiento ideológico, una doctrina política o un intento fracasado para una nueva forma de ordenar los asuntos humanos. En cambio, debería ser entendido como un demonio –un espectro perverso forjado por el odio, la degeneración y otras fuerzas elementales del universo.

Luego de la Guerra Fría, el veneno del comunismo no solo continuó dañando a los países excomunistas, sino que también se propagó por todo el mundo. Desde entonces, la infiltración ideológica del comunismo permitió que el espectro influenciara a la sociedad humana a una escala global, y ahora muchas personas incluso piensan que los oscuros deseos del comunismo son propios de ellas. Con esto, estas personas pierden su capacidad para distinguir el bien del mal, y diferenciar lo correcto de lo incorrecto. La conspiración del demonio casi tuvo éxito.

Así, incluso mientras el espectro se felicitaba a sí mismo, deleitado con su siniestra victoria, la mayoría de las personas pensaban que había sido destruido. No hay nada más peligroso para la humanidad que estar al borde de la destrucción y al mismo tiempo celebrando sin saber el triunfo de la maldad.

 

2. Los métodos y medios del demonio

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El hombre fue creado por la divinidad, y la compasión divina ha protegido al hombre por largo tiempo. El demonio sabía esto, así que se empeñó en cortar esta conexión, con el fin de corromper al hombre y asegurarse de que lo divino ya no cuide a la humanidad. El método del diablo ha sido el de subvertir la cultura otorgada al hombre por lo divino, a fin de corromper la moral humana y así trastocar al hombre y hacerlo indigno de la salvación.

Tanto el bien como el mal, lo divino como lo demoniaco, residen en el corazón de cada persona; una vida puede hundirse en la decadencia moral o puede elevarse a través de la cultivación moral. Aquellos que creen en lo divino saben que, al esforzarse por tener una conducta y pensamiento moral, los pensamientos rectos propios pueden ser fortalecidos por lo divino y así lo divino permitirá que sucedan milagros. Lo divino también ayudará a que la moral de uno se eleve, y así ayudar a que uno sea una persona más noble, lo que al final permitiría que uno regrese al Cielo.

No obstante, una persona de baja moral está llena de egoísmo: deseo, codicia, ignorancia, arrogancia. Mientras que lo divino nunca reconocerá tales pensamientos y acciones, el demonio los magnificará, intensificando el egoísmo y la maldad, y manipulando a las personas para que hagan maldades, creando así karma y causando más decadencia moral, hasta que, al final, solo el infierno aguarda.

Si los estándares morales de la sociedad humana en general descienden, el demonio apresurará estas tendencias con el objetivo de causar más actos malos, más karma y, finalmente, la destrucción de la humanidad.

La turbulencia de Europa a principios del siglo XVIII y el resultante descenso de la moralidad dio al diablo una oportunidad. Se empeñó en subvertir, paso a paso, el criterio para discernir el bien del mal. Promovió el ateísmo, el materialismo, el darwinismo y la filosofía de lucha.

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El diablo eligió a Marx como su enviado entre los hombres. En “El Manifiesto Comunista”, publicado en 1848, Marx abogó por la destrucción violenta de las empresas privadas, las clases sociales, las naciones, las religiones y la familia. La Comuna de París de 1871, que fue extremadamente violenta y destructiva, fue su primer intento de tomar el poder.

Los seguidores de Marx argumentan que el poder político es la cuestión central de la ciencia política marxista. Esto es tanto verdadero como falso. Cuando se pueden ver claramente los objetivos ulteriores del comunismo, se puede reconocer que, para el proyecto comunista, el poder político tiene importancia, y al mismo tiempo no la tiene. Es importante porque el acceso al poder político permite tener medios rápidos de corromper a la humanidad. Con el control de las palancas del poder, los comunistas pueden promover su ideología con violencia y erradicar la cultura tradicional en pocas décadas o años. Sin embargo, al mismo tiempo no tiene importancia porque incluso sin el aparato estatal, el demonio tiene otros medios para aprovecharse de las debilidades y deficiencias del hombre: puede engañar, cooptar, coaccionar, confundir y así revertir el pensamiento tradicional, subvertir el orden y crear agitación; puede dividir y conquistar, con el objetivo de ganar el control mundial.

 

3. Comunismo: la ideología del demonio

Lo divino estableció una cultura rica para la sociedad humana basada en valores universales, pavimentando así el camino para que los humanos regresen al Cielo. El comunismo y la cultura tradicional de lo divino son irreconciliables.

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En el núcleo del espectro perverso está el ateísmo y el materialismo: una confluencia de elementos de la filosofía alemana, de la revolución social francesa y de la política económica británica, ensamblados como una religión secular que tiene el fin de reemplazar la posición que previamente ocupaba lo divino y las creencias ortodoxas.

El comunismo convierte al mundo en su iglesia, trayendo a todos los aspectos de la vida social bajo su ámbito. El demonio ocupa los pensamientos de la gente, causa que se rebelen contra lo divino y descarten la tradición. Así es cómo el demonio lleva al hombre a su propia destrucción.

El demonio eligió a Marx y a otros como sus agentes para oponerse y destruir los principios dejados por lo divino a la sociedad humana. El demonio promueve la lucha de clases y la abolición de las estructuras sociales establecidas. En Oriente lanzó una violenta revolución y estableció un Estado totalitario que unió a la política con la religión secular. En Occidente estableció el comunismo progresivo, no violento, a través de altos niveles de impuestos y la redistribución de la riqueza. A escala mundial, busca propagar la ideología comunista a sistemas políticos en todas partes, con el objetivo de socavar los Estados-naciones y establecer un organismo gobernante global. Este es el “paraíso en la Tierra” prometido en el comunismo, una supuesta sociedad colectiva sin clases, naciones ni gobierno, basada en el principio “de cada uno según su capacidad y para cada uno según su necesidad”.

El comunismo utiliza su plan de crear un “paraíso” en la Tierra para promover una concepción ateísta de “progreso social”. Utiliza el materialismo para socavar las búsquedas espirituales de la humanidad, incluida la creencia en lo divino y la religión, de manera de permitir que la ideología comunista se propague a todas las esferas, entre ellas la política, la economía, la educación, la filosofía, la historia, la literatura, el arte, las ciencias sociales, las ciencias naturales e incluso la religión. Como un cáncer, el comunismo hace metástasis, y así elimina otras creencias, incluso la creencia en lo divino, a medida que se propaga. A su tiempo, destruye la soberanía y la identidad nacional, así como las tradiciones morales y culturales de la humanidad, y de esta forma conduce al hombre hacia su destrucción.

En “El Manifiesto Comunista”, Marx proclamó: “La revolución comunista es la ruptura más radical con las relaciones de propiedad tradicionales; nada es de extrañar que su desarrollo involucre la ruptura más radical con las ideas tradicionales”. Por consiguiente, Marx mismo resumió con precisión la práctica del comunismo de los últimos casi dos siglos.

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Lo divino es la fuente del orden moral, y la moralidad de lo divino es eterna e inmutable. No es el hombre quien debe determinar los estándares morales, ni tampoco debería cambiarlos. El comunismo intenta condenar la moral a la muerte y hacer que el Nuevo Hombre comunista establezca una nueva moral. Mientras niega la moral real, el comunismo utiliza métodos negativos para expulsar todos los factores positivos de las tradiciones humanas, con el objetivo de hacer que los factores negativos invadan el mundo.

Las leyes tradicionales provienen de la moral y tienen el propósito de mantenerla. El comunismo intenta separar la moral de la ley, y luego destruye la moral elaborando leyes malas e interpretando maliciosamente las tradicionales.

Lo divino insta a la humanidad a ser bondadosa; el comunismo incita la lucha de clases y aboga por la violencia y la matanza.

Lo divino estableció la familia como la unidad social básica; el comunismo cree que la familia es una manifestación del sistema capitalista privado y amenaza con eliminarla.

Lo divino da al hombre la libertad de obtener riqueza y el derecho a mejorar su vida; el comunismo busca controlar todos los aspectos de la vida económica al eliminar la propiedad privada, expropiar bienes, aumentar impuestos y monopolizar el crédito y el capital.

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Lo divino estableció la forma que deberían tomar la moral, el gobierno, las leyes, la sociedad y la cultura; el comunismo busca derrocar violentamente toda estructura social existente.

Lo divino transmitió al hombre la forma única de arte tradicional como un medio para transmitir la imagen divina. El arte tradicional recuerda a la humanidad la belleza del Cielo, refuerza la fe, eleva la moral y nutre la virtud. Por otro lado, el comunismo hace que el hombre venere creaciones modernas retorcidas –producciones artísticas que reprimen nuestra naturaleza divina, dan rienda suelta al impulso demoníaco hacia el caos y el desorden, y manipulan el mundo artístico difundiendo ideas bajas, feas, malformadas, perversas y decadentes.

Lo divino quiere que el hombre sea humilde y esté lleno de reverencia y asombro hacia la creación celestial. El comunismo confabula con lo demoníaco y la arrogancia en el hombre, alentándolo a rebelarse contra lo divino. Al amplificar el mal inherente e ineludible de la naturaleza humana, se aprovecha de la idea de “libertad” para alentar una conducta libre de las ataduras de la moral y sin la restricción de un sentido del deber o responsabilidad. El lema de “igualdad” es utilizado para suscitar la envidia y la vanidad, mientras tienta al hombre con fama e intereses materiales.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los comunistas expandieron su imperio militar y económico, y el bloque comunista y el mundo libre se enfrentaron durante décadas. En los países abiertamente controlados por el comunismo, su doctrina se convirtió en una religión secular –un dogma inalterable escrito en los libros de texto. Pero en otros lugares, el comunismo echó raíces con otros disfraces y ha tenido una gran influencia.

 

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4. Un entendimiento metafísico del demonio

La idea del demonio a la que se refiere este texto es la de un poder sobrenatural. Para poder entender el caos que el demonio ha sembrado en este mundo, hay que primero entender por completo la verdadera naturaleza del comunismo.

En términos simples, el espectro del comunismo está compuesto de odio; extrae energía del odio que brota del corazón humano.

El espectro comunista está ligado a Satanás. A veces son indistinguibles, de manera que no los consideraremos por separado.

Los planes del diablo están presentes tanto en Oriente como en Occidente, en cada profesión y clase social. A veces su poder está dividido, a veces integrado; a veces utiliza esta táctica, a veces esta otra. No sigue ningún patrón simple.

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El diablo es el iniciador de una guerra sin restricciones contra la humanidad, y convirtió a la religión, la familia, la política, la economía, las finanzas, los asuntos militares, la educación, el ámbito académico, las artes, los medios de comunicación, el entretenimiento, la cultura popular, los asuntos sociales y las relaciones internacionales en campos de batalla.

La energía oscura del demonio puede propagarse de una esfera, grupo o movimiento a otro. Por ejemplo, luego de que el movimiento antiguerra se disipara en Occidente en los años 1970, el diablo manipuló a adolescentes rebeldes para que canalizaran sus energías en hacer campaña por el feminismo, el ambientalismo y la legalización de la homosexualidad. El demonio luego usó estos esfuerzos para subvertir la civilización occidental desde adentro.

El demonio puede transformar a la gente que tiene malas intenciones en sus agentes en el mundo humano. Puede usar la hipocresía para engañar a gente compasiva e inocente, quienes luego se convierten en sus defensores.

Los agentes del diablo –la mayoría de los cuales ni siquiera son conscientes de su rol– están en todas partes de la sociedad, desde la élite a la clase media y las clases más bajas. De este modo, sus actividades a veces se manifiestan en revoluciones de abajo hacia arriba, en ocasiones como conspiraciones de arriba hacia abajo y a veces como reformas desde el centro.

El diablo puede cambiar sus formas y existir en múltiples lugares al mismo tiempo. Utiliza seres y espectros de bajo nivel en otras dimensiones para hacer su trabajo. Estos seres se alimentan de las energías negativas del hombre, entre ellas el odio, el miedo, la desesperación, la arrogancia, la rebeldía, la envidia, la lujuria, la ira, el frenesí, la pereza y más. La pornografía y la drogadicción son herramientas utilizadas por el diablo.

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El demonio es sigiloso y está lleno de astucia. Utiliza la avaricia, la maldad y la oscuridad del hombre para lograr sus fines, y siempre que el pensamiento de una persona se alinee con estas cualidades, el demonio puede controlar a esa persona. Muchas veces, la gente cree que está actuando según sus propios pensamientos, pero no se dan cuenta de que están siendo manipulados.

 

5. Las muchas caras del demonio

Así como el demonio tiene muchos nombres, el comunismo se manifiesta en muchas formas. El demonio utiliza posturas contradictorias para engañar: un régimen totalitario o una democracia; una economía planificada o una economía de mercado; control de la prensa o ninguna restricción a la libertad de expresión; oposición a la homosexualidad en algunos países o legalización de la homosexualidad en otros; deliberada destrucción ambiental o clamor por la protección del medio ambiente, y la lista sigue.

Puede abogar por la revolución violenta o acoger la transición pacífica. Puede manifestarse como sistema político y económico, o como una tendencia ideológica en el arte y la cultura. Puede tomar la forma de idealismo puro o de confabulaciones a sangre fría. Los regímenes comunistas totalitarios son solo una de las manifestaciones del demonio. El marxismo-leninismo y el maoísmo son solo un aspecto de las perniciosas falacias del demonio.

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Desde el socialismo utópico desarrollado en el siglo XVIII, el mundo ha visto el surgimiento de numerosas corrientes ideológicas: socialismo científico, socialismo fabiano, sindicalismo, socialismo cristiano, socialismo democrático, humanitarismo, ecosocialismo, capitalismo de bienestar, marxismo-leninismo y maoísmo. Estas ideologías son de dos tipos: comunismo violento o comunismo no violento. La infiltración y la erosión gradual del statu quo son las tácticas principales adoptadas por las cepas no violentas del comunismo.

Una de los muchas formas en que el demonio engaña es haciendo planes en los dos campos opuestos de Oriente y Occidente. Así como llevó a cabo una vasta invasión de Oriente, también asumió un nuevo disfraz y se infiltró en Occidente. La Sociedad Fabiana de Gran Bretaña, el Partido Socialdemócrata de Alemania, la Segunda Internacional de Francia, el Partido Socialista de Estados Unidos y muchos otros partidos y organizaciones socialistas propagaron las semillas de la destrucción a Europa Occidental y Norteamérica.

Durante la Guerra Fría, la matanza, los campos de concentración, las hambrunas y las purgas en la Unión Soviética y China hicieron que algunos occidentales se consideraran afortunados por vivir aún en el lujo y la libertad. Algunos socialistas condenaron públicamente la violencia de la Unión Soviética bajo fundamentos humanitarios, llevando a que muchos bajaran la guardia en torno a ellos.

El demonio del comunismo habita una variedad de complejos disfraces en Occidente y opera bajo muchas banderas, haciendo que sea casi imposible protegerse de él. Las siguientes escuelas o movimientos derivaron del comunismo o bien fueron utilizados por el comunismo para alcanzar sus fines: liberalismo, progresismo, la Escuela de Frankfurt, el neomarxismo, la teoría crítica, la contracultura de los años 1960, el movimiento antiguerra, la liberación sexual, la legalización de la homosexualidad, el feminismo, el ambientalismo, la justicia social, la corrección política, la teoría económica keynesiana, las escuelas de arte de vanguardia y el multiculturalismo.

 

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6. Socialismo: La etapa preliminar del comunismo

En Occidente, muchos ven al socialismo y al comunismo como algo separado, lo que provee un campo fértil para que el socialismo florezca. De hecho, según la teoría marxista-leninista, el socialismo es simplemente la etapa preliminar del comunismo.

En 1875, en “Crítica del Programa de Gotha”, Marx postuló la idea de que hay una fase inicial del comunismo, seguida de una fase “superior”. Friedrich Engels, forzado por los cambios en la situación internacional en sus últimos años, también propuso el “socialismo democrático”, en el que se usan votos para obtener el poder político. El socialismo democrático fue adoptado por los líderes del partido socialdemócrata y teóricos de la Segunda Internacional y produjeron los partidos de izquierda de muchos países capitalistas alrededor del mundo en la actualidad. Luego, Lenin estableció claras definiciones del socialismo y del comunismo: él consideraba que el socialismo era la fase preliminar del comunismo, y que el comunismo se desarrollaba sobre la base del socialismo. La propiedad estatal y la economía planificada del socialismo son parte de la preparación inicial para el comunismo.

El socialismo siempre ha sido parte del marxismo y del movimiento comunista internacional. Aunque las ramas del socialismo o de doctrinas de izquierda populares en Occidente parecen no tener parentesco con el comunismo en la superficie, son en realidad formas no violentas de la misma ideología de raíz. Los partidos de izquierda en países occidentales llegan al poder mediante elecciones, en vez de una revolución violenta. Los elevados impuestos juegan el mismo rol que las propiedades abiertamente estatales de los regímenes comunistas, y la excesiva ayuda social se usa como una economía planificada. Crear un Estado de ayuda social es un aspecto importante para implementar el socialismo en países occidentales.

Entonces, es imposible llegar a entender los peligros del comunismo o del socialismo si uno solo se enfoca en la violencia y las matanzas cometidas por los regímenes que adoptan dichas ideologías. El comunismo totalitario y las formas aparentemente no violentas de socialismo van de la mano, ya que el comunismo requiere esta fase preliminar de desarrollo, tal como un organismo biológico necesita un periodo de maduración gradual. Si un país libre se convirtiera en un régimen totalitario de la noche a la mañana, el drástico contraste entre la propaganda y la realidad haría reaccionar a la mayoría de la gente. Muchos se rebelarían, o al menos resistirían pasivamente. Esto causaría grandes inconvenientes para el régimen totalitario, que probablemente tendría que cometer una matanza masiva para eliminar a la resistencia. Esta es una de las razones principales por las que tanto la Unión Soviética como la República Popular China han cometido enormes matanzas de sus propios ciudadanos en tiempos de paz.

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A diferencia de los regímenes totalitarios, el socialismo en Estados democráticos lentamente carcome las libertades de las personas mediante las leyes sin que estas se den cuenta, como la metáfora de la rana en el agua caliente. El proceso de establecer un sistema socialista toma décadas o generaciones, para que las personas gradualmente se vuelvan anestesiadas, distraídas y acostumbradas al socialismo, todo lo cual acentúa el engaño. La esencia y el objetivo final de este tipo de socialismo gradual no es diferente en esencia a la forma violenta.

Algunos Estados socialistas o de ayuda social en Occidente utilizan la idea del “bien común” para convencer a la población de sacrificar sus libertades individuales. Los ciudadanos de estos países conservan ciertas libertades políticas, solo porque el socialismo aún no se ha convertido en un sistema político fuerte. No obstante, el socialismo no es un concepto estático. Los países socialistas ponen a la igualdad de resultado como el objetivo principal, y así, están destinados a privar a las personas de su libertad en nombre del progreso. El socialismo experimenta una inevitable transición al comunismo, a medida que la gente es continuamente privada de sus libertades individuales.

El socialismo utiliza la idea de garantizar la igualdad de resultados mediante leyes, pero en realidad arrastra hacia abajo los valores morales y priva a las personas de la libertad de inclinarse hacia la bondad. En circunstancias normales, las personas naturalmente difieren en sus creencias religiosas, estándares morales, formación cultural, trasfondo educativo, inteligencia, fortaleza, diligencia, sentido de la responsabilidad, agresividad, innovación, espíritu emprendedor, y más. Por supuesto, es imposible imponer la igualdad elevando repentinamente a aquellos en niveles más bajos, así que, en lugar de eso, el socialismo restringe artificialmente a aquellos en niveles más altos.

Especialmente en términos de valores morales, el socialismo de Occidente utiliza pretextos como “antidiscriminación”, “neutralidad valorativa” o “corrección política” para atacar el discernimiento moral básico. Esto equivale a un intento de eliminar la moral como tal. Esto apareció con la legalización y normalización de todas las formas de discursos antiteístas y profanos, perversiones sexuales, arte demoníaco, pornografía, apuestas y uso de drogas. El resultado es una forma de discriminación inversa contra aquellos que creen en Dios y que aspiran a la elevación moral, con el objetivo de marginar y eventualmente deshacerse de ellos.

 

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7. Nociones románticas sobre el comunismo

Hasta el día de hoy, hay numerosos occidentales que albergan fantasías románticas sobre el comunismo, aunque nunca vivieron en un país comunista ni cargaron el sufrimiento que eso implica, por lo que no entienden realmente lo que significa el comunismo en la práctica.

Durante la Guerra Fría, muchos intelectuales, artistas, periodistas, políticos y jóvenes estudiantes del mundo libre fueron a Rusia, China o Cuba como turistas y viajeros. Lo que vieron –o más bien, lo que les permitieron ver– fue completamente diferente de la realidad que viven las personas de esos países.

Los países comunistas perfeccionaron su capacidad de engañar a los extranjeros: todo lo que los visitantes extranjeros vieron fue cuidadosamente preparado para sus gustos, entre ellos pueblos, fábricas, escuelas, hospitales, guarderías y prisiones. Los recepcionistas y guías que encontraron eran miembros del Partido Comunista u otros considerados políticamente confiables. Las visitas eran ensayadas. Los visitantes eran recibidos con flores, vino, baile, canto, banquetes, niños sonrientes y funcionarios. Luego eran llevados a ver personas que parecían trabajar duro, capaces de hablar libremente como iguales, estudiantes estudiando duro y encantadoras bodas.

Lo que no llegaban a ver eran los juicios falsos, las condenas masivas, los linchamientos, las sesiones de lucha, los secuestros, los lavados de cerebro, el confinamiento solitario, los campos de trabajo forzado, las masacres, el robo de tierra y propiedades, las hambrunas, los recortes de servicios públicos, la falta de privacidad, las escuchas, la vigilancia, el monitoreo por vecinos e informantes por todos lados, las brutales luchas políticas en la cúpula y los lujos extravagantes de la élite. En especial, no se les permitía ver el sufrimiento del ciudadano común.

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Los visitantes confundieron lo que había sido montado para ellos con lo normal en un país comunista. Entonces promovieron el comunismo en Occidente a través de libros, artículos y discursos, y muchos de ellos no sabían que habían sido engañados. Un pequeño número sí vio las grietas en el edificio, pero muchos de ellos luego cayeron en otra trampa: se vieron a sí mismos como “compañeros de viaje” y adoptaron la actitud china de “no ventilar los trapos sucios frente a los de afuera”. Razonaron que la matanza, la hambruna y la represión de los países comunistas eran simplemente parte del costo de la transición hacia el comunismo. Estaban seguros de que, si bien el camino hacia el comunismo era tortuoso, el futuro era brillante. Se rehusaron a contar la verdad, porque eso sería mancillar el nombre del “proyecto socialista”. Al carecer del valor para contar la verdad, eligieron el vergonzoso silencio.

En la fantasía comunista, todos son libres e iguales, no hay represión ni expropiación, hay gran abundancia material, y todos dan según su capacidad y reciben según su necesidad –un Cielo en la Tierra, donde cada individuo puede desarrollarse libremente. Una sociedad humana de este tipo es solo una fantasía, una fantasía que el demonio ha utilizado como carnada para engañar al hombre.

En realidad, el poder cae en manos de una pequeña élite. El comunismo real es un aparato totalitario controlado por un pequeño grupo de gobernantes, que utilizan su monopolio del poder para reprimir, esclavizar y privar a la mayoría. Ese tiempo aún no ha llegado en algunos países socialistas, así que parecen ser moderados. Cuando las condiciones estén maduras, todo eso cambiará, y los ingenuos partidarios de la utopía socialista descubrirán que es demasiado tarde para lamentarse.

 

8. La destrucción de la cultura y la moral

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El diablo coloca a sus agentes en cada ámbito y nación, lo que lleva a que los ignorantes y crédulos aceleren su viaje hacia la destrucción.

El comunismo enseña a las personas a oponerse a la creencia en Dios y a alejarse de lo divino. Simultáneamente lanza ataques hacia las religiones desde afuera, mientras también manipula a la gente para que corrompa a la religión desde adentro. Las religiones han sido politizadas, comercializadas y convertidas en entretenimiento. Muchos clérigos moralmente corruptos presentan interpretaciones falaces de textos religiosos, engañando a sus seguidores y yendo tan lejos como cometer adulterio con sus miembros laicos, o incluso pedofilia.

Este caos ha dejado a creyentes religiosos sinceros desconcertados y despojados de esperanza. Tan solo un siglo atrás, una inquebrantable creencia en lo divino era señal de decencia moral. Ahora los creyentes religiosos son considerados tontos y supersticiosos. Mantienen sus creencias para sí mismos, sin siquiera hablar sobre su fe entre amigos, por miedo a que se burlen de ellos.

Otro objetivo importante del comunismo es la destrucción de la familia mediante ideas como la igualdad de género y “compartir riqueza y esposa”. El siglo XX, en particular, fue anfitrión de movimientos feministas modernos que promovieron la liberación sexual, la confusión de las diferencias entre géneros, los ataques contra el “patriarcado” y el debilitamiento del rol del padre en la familia.

Estos movimientos cambiaron la definición del matrimonio, promovieron la legalización y legitimación de la homosexualidad, promovieron los “derechos” a divorciarse y al aborto, y utilizaron las políticas de asistencia social para alentar y subsidiar efectivamente la monoparentalidad. Todo esto resultó en el colapso de las familias y llevó al crecimiento de la pobreza y del crimen. Esta ha sido una de las transformaciones más alarmantes de la sociedad en las últimas décadas.

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En la esfera política, mientras los regímenes comunistas han continuado con sus rígidas dictaduras, las políticas partidistas en las sociedades libres han llegado a un punto de crisis. El comunismo aprovechó las brechas en los sistemas legales y políticos de las naciones democráticas con el propósito de manipular los partidos políticos más importantes. Para asegurarse la victoria electoral, los políticos recurrieron a trucos sucios e hicieron promesas que jamás podrían cumplir.

El resultado de la influencia del comunismo es que los partidos políticos de todo el mundo suelen estar a la izquierda del espectro político, y abogan por impuestos más altos, mayores gastos en asistencia social, gobiernos grandes e intervencionismo –todo lo cual buscan consolidar mediante leyes. El comportamiento del gobierno juega un enorme rol en moldear la sociedad, y con un gobierno de izquierda, la ideología de izquierda se infiltra en toda la sociedad, y pronto se extiende al adoctrinamiento de la juventud, que a su vez votará por candidatos más inclinados hacia la izquierda.

La educación superior, que supuestamente debería jugar el rol de transmitir la esencia de la sabiduría y la cultura de todas las épocas, también ha sido subvertida. En la primera mitad del siglo XX, el espectro comunista planeó la destrucción sistemática del sistema educativo. China, famosa por su profunda y antigua cultura, fue objeto del Movimiento de la Nueva Cultura incluso antes del establecimiento del Partido Comunista. Esto fue parte del esfuerzo por desconectar al pueblo chino de sus tradiciones. Luego que los comunistas tomaran el poder, nacionalizaron el sistema educativo y llenaron los libros de texto con la ideología del Partido, transformando generaciones de jóvenes chinos en feroces “lobeznos”, un término chino para quienes crecieron bajo el sistema comunista y están adoctrinados para odiar y matar a los enemigos de clase.

En Occidente, el espectro lanzó el movimiento de educación progresista, utilizando la bandera de la de “la ciencia y el progreso” para ganar el control de la filosofía, la psicología, la pedagogía y eventualmente del campo académico entero, adoctrinando así a maestros y administradores de escuelas. La educación de secundaria comenzó a excluir la ideas ortodoxas y la moral tradicional. Se rebajaron los estándares académicos para hacer a los estudiantes menos alfabetizados y menos hábiles para la matemática, y menos capaces de formar sus propios juicios o utilizar el sentido común. Se inoculó en los estudiantes el ateísmo, la teoría de la evolución, el materialismo y la filosofía de lucha.

Luego de la contracultura de los años 1960, los defensores de la corrección política se convirtieron en la policía del pensamiento, obligando a los maestros a adoctrinar a sus estudiantes con todo tipo de ideas retorcidas. Los estudiantes ahora se gradúan de la escuela sin una fuerte orientación moral, sin cimientos en su propia cultura, con poco sentido común o sentido de la responsabilidad. Se los hace seguir ciegamente a la multitud, uniéndose así a la tendencia decadente de la sociedad.

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En la sociedad hay drogadicción, altos índices de crimen, una esfera mediática llena de sexo y violencia, un mundo artístico que trata lo grotesco como bello y todo tipo de sectas perversas y grupos de ocultismo. Los jóvenes adoran ciegamente a las estrellas de cine y televisión, pierden su tiempo en juegos online y en las redes sociales y terminan desanimados y desmoralizados. La gente se preocupa desesperadamente por la seguridad del mundo y lo que depara el futuro, ante la violencia sin sentido y el terrorismo contra inocentes, que viola todos los parámetros establecidos por la tradición.

 

9. Retornar a lo divino y a la tradición

La civilización humana fue transmitida al hombre por lo divino. La civilización china ha visto la prosperidad de las dinastías Han y Tang, y la civilización occidental llegó a su cima durante el Renacimiento. Si los seres humanos pueden resguardar la civilización otorgada por lo divino, entonces el hombre será capaz de mantener su conexión divina y de entender la Ley impartida cuando lo divino regrese al reino humano. Si los humanos destruyen su cultura y tradición, y si la moral de la sociedad colapsa, entonces no podrán comprender las enseñanzas divinas debido a que su karma y sus pecados serán demasiado grandes y su pensamiento se habrá desviado mucho de las instrucciones divinas. Esto es peligroso para la humanidad.

Esta es una época tanto de desolación como de esperanza. Quienes no creen en lo divino llevan vidas de placer sensual. Quienes creen esperan el regreso de lo divino en medio de la confusión y el desasosiego.

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El comunismo es el flagelo para la humanidad. Su objetivo es la destrucción de la humanidad y sus planes son meticulosos y específicos. La conspiración ha sido tan exitosa que casi llegó a completarse, ahora el demonio rige nuestro mundo.

La antigua sabiduría de la humanidad nos dice esto: un pensamiento recto reprime cien perversidades, y cuando emerge la naturaleza Buda de una persona, esta sacude al mundo en diez direcciones. El demonio parece poderoso, pero no es nada frente a lo divino. Si los humanos pueden mantener su sinceridad, bondad, compasión, tolerancia y paciencia, serán protegidos por lo divino y el demonio no tendrá dominio por sobre ellos.

La misericordia del Creador es ilimitada y cada vida tiene la oportunidad de escapar de la catástrofe. Si la humanidad puede restaurar la tradición, elevar la moral y escuchar el llamado compasivo del Creador y la Ley Celestial que provee de salvación, el hombre será capaz de romper con el intento de destrucción del demonio, embarcarse en el camino a la salvación y acercarse al futuro.

 

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Así se llama en términos carcelarios, así se llama el último intento de mejorar la situación durante una condena: “currarse la página de la pena”. Es lo que está haciendo Pedro Sánchez con su carta en la que “estudia dimitir por amor a Begoña”. En realidad, si se lee la carta, se percibe con mucha más claridad que intenta polarizar aún más al país. De hecho, desde la presentación (“Carta a la ciudadanía”) se percibe que esta carta no es más que la apertura de la campaña electoral en Cataluña y en las europeas. Podemos estar, claro, equivocados y, a fin de cuentas, lo que pretenda Sánchez es “librarse de tanto sufrimiento” por los ataques que se vienen repitiendo contra él y su mujer -justificados, por otra parte- en los dos últimos meses. Veamos las distintas alternativas.

¿SÁNCHEZ VA DIMITIR?

TODO LO QUE AVALA UNA RESPUESTA AFIRMATIVA

No puede olvidarse el contexto en el que ha aparecido esta carta, caracterizado por:

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A.- La reapertura en Francia de la investigación sobre las filtraciones del programa Pegasus: si bien en España, Sánchez controla a la fiscalía, no puede hacer nada contra una investigación iniciada en Francia. En España, la filtración de Pegasus se llevó por delante a la directora del CNI. Poco más. Y la cuestión es muy grave, de hecho, es gravísima: un país, inicialmente “amigo” -Marruecos- utiliza un programa para espiar las conversaciones telefónicas del gobierno español. Desde que se supo, el problema no es el hecho en sí, sino lo que “sabe” la inteligencia marroquí sobre Pedro Sánchez.

Pegasus es importante y significativo por dos elementos:

1) Fue a partir de entonces cuando cambió significativamente la política del gobierno en relación al Sahara, mostrándose favorable a Marruecos y rompiendo con Argelia. La política de apoyo a la resolución de la ONU que proponía un referendo para la población saharaui, había sido constante y tradicional en todos los gobiernos de España desde la transición. Romperla, implicaba también, ofender a Argelia, primer exportador de gas natural a España, en el peor momento: cuando había estallado el conflicto ucraniano. El cambio de política sobre la cuestión del Sáhara era, por tanto, injustificable, contrario a los hábitos diplomáticos y opuesto en sus consecuencias a los intereses de España.

2) Pegasus es un programa espía de patente israelí, aupado por el Mosad. Este elemento es importante: la crisis actual coincide con un momento en el que Sánchez -huyendo de su creciente impopularidad en España- ha asumido el rol de “misionero internacional para el reconocimiento del “estado palestino”. Esto le ha supuesto un aumento de su prestigio en la escena internacional, pero también el odio eterno de Israel. En realidad, el Mosad, lo que ha hecho con Pegasus no ha sido otra cosa que extender su influencia en dirección a otros servicios de inteligencia internacionales. El de Marruecos, por ejemplo. Es posible, incluso, que el propio programa, en su concepción, permita a Israel acceder a los mismos conocimientos que obtiene quien lo ha comprado. Si esto es así -y es muy posible que lo sea- lo que “sabe” Rabat de Sánchez, lo sabría también el Estado de Israel.

B.- La comisión de investigación sobre el “Caso Koldo” en el Senado. La endiablada situación política española después de que el PP se impusiera en votos y escaños en las pasadas elecciones, pero Sánchez consiguiera el apoyo de los partidos de izquierda, nacionalistas e independentistas para ser elegido presidente, a cambio de realizar concesiones ilimitadas, ha precipitado el que, tras conocerse el “Caso Koldo” se creara una “comisión de investigación” en el Senado, controlado por el PP. A pesar de las limitaciones de estas comisiones (y de que, hasta ahora, nunca han aclarado nada) , lo cierto es que la comparecencia de Salvador Illa hizo que aumentaran las sospechas de complicidad de la presidencia en la “trama Koldo”. Este hecho no se escapó a los periodistas que constataron la inseguridad con la que Illa contestó algunas preguntas y no estuvo en condiciones de responder satisfactoriamente al hecho de que recibiera en su despacho ministerial a alguien como ”Koldo”, que no era oficialmente, más que un chófer-guardaespaldas de otro ministro.

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Y esto es importante por dos factores:

1) Por que Illa es el candidato que encabeza la lista en las próximas elecciones autonómicas a Cataluña a celebrar en el mes de mayo. La declaración ante el senado y las reacciones de la prensa, inevitablemente suscitarán una caída en sus expectativas de voto. Sánchez, con su amenaza de dimisión, habría querido recuperar el terreno perdido, especialmente con sus socios parlamentarios (ERC se mostró muy hostil a Illa en la comisión).

2) La amenaza de dimisión, también era una forma de decirles: “Si me voy yo, os quedáis sin amnistía y el que venga detrás, seguro que no es da tantas facilidades como os doy yo”. Así trataría de evitar, de una vez por todas, nuevos chantajes parlamentarios por sus socios en cada votación. Y si los socios valoran la situación verán que, con un PP en la Moncloa, condicionado por los votos de Vox (aunque no formara parte del gobierno), la situación de privilegio de la que gozan nacionalistas e independentistas, concluiría abruptamente.

C.- Ni el “Caso Begoña”, ni el “Caso Mascarillas” han concluido. En ambos casos, la prensa está en estos momentos trabajando en distintas líneas. Estas investigaciones llevan su tiempo. Ningún medio está dispuesto a jugarse una querella multimillonaria por difamación, ni del presidente, ni de Begoña, ni de los ministerios afectados por estos casos. En otras palabras: de la misma forma que, judicialmente, estos casos están solamente en sus primeras fases de investigación, en lo que se refiere a los medios de comunicación, hay mucho más material todavía no publicado (y que, sin duda, irá deslizándose por goteo en las próximas semanas y meses) que comprometería gravemente la posición y las afirmaciones del gobierno.

Todo esto es importante por dos factores:

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1) En el “Caso Koldo” están implicados altas autoridades del Estado (la número tres del Estado, la presidenta del Congreso, Francina Armengol que durante la pandemia era presidenta de la Comunidad Autónoma Balear), varios ministerios y varios presidentes de comunidades autónomas entonces gobernadas por el PSOE. Pero todavía es más grave el contexto en el que se produjo el “caso”: una pandemia que el propio gobierno, tras la manifestación feminista del 8 de marzo, declaró el “confinamiento”, generó una campaña de terror primero en torno a la peligrosidad del virus, aplicó los protocolos de la OMS para tratar la enfermedad (que hoy se tiene la convicción de que contribuyeron a aumentar la víctimas) y, para colmo, recomendó una vacuna (no obligatoria pero sí en la práctica para aquellos que querían viajar al extranjero y para los trabajadores de empresas importantes) cuyas secuelas explican la inflación de muertes que se ha producido con posterioridad y, que el propio ministro Illa promocionó mostrando una fotografía de “cómo se vacunaba”… a pesar de que declaró en la comisión de investigación del senado que él “no se había vacunado”.

2) El “Caso Begoña”, abierto por un juzgado madrileño después de una denuncia de “Manos Limpias”, es inédito en la historia política del mundo civilizado. Todas las mujeres de presidentes, simplemente, o no habían actuado en política o si habían actuado era presentándose como candidatas en una lista electoral (casos de la esposa de Felipe y de la esposa de Aznar). Pero el hecho de que Begoña correteara en once ministerios del gobierno de su marido y obtuviera buenos contratos, subvenciones y beneficios para empresas que “asesoraba” resulta inédito en cualquier concepto democrático. A eso se le llama sospecha de “tráfico de influencias”. Sospecha, por otra parte, fundada. Siendo todavía más grave porque en algunos de los casos investigados las subvenciones eran con fondos europeos. Y, el problema para Sánchez es que las gestiones de su esposa fueron realizadas con una sensación total de impunidad y dejaron rastros suficientes (de momento, dos cartas firmadas por ella, de “recomendación”) que permiten seguir la pista con facilidad.

D.- El fracaso del contraataque socialista ante la corrupción. A partir de conocerse el “Caso Koldo” y sus ramificaciones y despuntar las primeras informaciones del “Caso Begoña”, los socialistas cometieron un error doble de comunicación: en primer lugar, desempolvaron casos ya vistos y juzgados de corrupción que afectaban al PP. Era una forma de decir “y tú más” y creer que así se desactivaba la información. En segundo lugar, trataron de crear un caso que afectara al PP allí en donde más le duele a Sánchez: en Madrid. Aprovechando que Isabel Díaz Ayuso era uno de esos empresarios oportunistas a la caza de buenos negocios a la sombra de la administración, el PSOE creó el “Caso Ayuso-Mascarillas”, pensando que contrapesaría al “Caso Koldo”. Sin embargo, la desproporción entre los dos casos pronto fue evidente: las acusaciones contra González Amador, tenían que ver con impagos a hacienda por ventas de mascarillas, antes de que fuera pareja de Díaz Ayuso. Y, además, ya se había pactado con Hacienda la resolución del caso para evitar el juicio. Aquí, fue donde se comprobó también la colaboración del Fiscal General en la ofensiva del PSOE, filtrando fría, deliberadamente, datos sobre un ciudadano privado que había reglado su situación con Haciendo. No había más vuelo para el “Caso Ayuso-Mascarillas”. De hecho, jamás existió. Mientras, se seguían filtrando más y más datos sobre los casos “Begoña” y “Koldo”.

Y esto es importante por dos elementos:

1) El fracaso del “y tú más” y el poco recorrido de los ataques contra Díaz Ayuso, evidenciaban la necesidad para el PSOE de cambiar de estrategia, pero también el reconocimiento de que, a medida que avancen los trámites judiciales, la situación empeoraría para los procesados. Y el resultado final sería una agonía mediática que implicaría el agotamiento electoral del PSOE, imposible de compensar -a la vista del aumento desmesurado de la deuda pública española en los tres últimos años y de la negativa de la UE a crear “bonos de deuda europeos”- con la “naturalización” de unas cuantas decenas de miles de inmigrantes. El problema es que, a la vista de lo que se ha publicado sobre estos casos de corrupción, de lo que los medios están investigando en este momento y de lo que el propio Sánchez conoce y que aun no ha salido a la superficie, era imposible afrontar un contrataque eficiente.

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2) El último error de Sánchez ha sido precisamente su “carta” en el que amenaza con su dimisión. La carta es hoy primera plana en todos los medios de comunicación europeos que, gracias a ella, además de referenciarla se han visto obligados a explicar lo que está siendo el “Caso Koldo”, el “Caso Begoña”, los avances mediáticos y judiciales, la comisión de investigación del Senado, etc, elementos todos ellos que habrían pasado desapercibidos para la opinión pública europea, de no ser por la dichosa “carta”. Esto hace que, cada vez más, las puertas de la UE se le vayan cerrando al pedrosanchismo. El electorado alemán y, mucho más especialmente, los gobiernos europeos de derecha, empezando por el italiano, van a permitir que llegue a España un solo euro comunitario que tiene muchas posibilidades de ser empleado en no llegar a los destinos para los que ha sido enviado, y perderse en los bolsillos próximos al gobierno español.

  1. La mala situación general económico-social de España. Mientras la UE había habilitado planes de “reactivación” económica posteriores a la pandemia, mientras se podían enmascarar las cifras y alardean de que la economía española “iba como una moto”, trucando incluso las cifras del pero, acallando el descontento social con promesas electorales y la demencial política de inmigración insuflando más y más fondos para la “integración” de los inmigrantes, regando a ONGs mafiosas con más y más millones para que ejecutaran su tarea de “taxis” para aumentar el número de inmigrantes, y mientras una parte de los medios recibía jugosas subvenciones a condición de difundir “beneficios” de las políticas gubernamentales y ocultar las cifras problemáticas (el déficit que ha llegado en marzo de 2024 a 1,6 billón de euros), Sánchez podía mantenerse en la Moncloa. Pero, en los últimos meses, el aumento de la criminalidad -especialmente de los delitos más graves: violaciones, asesinatos y robos con violencia-, la constatación de que zonas del país, en el sur, ya están en manos de las mafias de la droga y de que estas actúan impunemente, ante la mirada indiferente de Marlaska, y por ahí pasa, no solo hachís e inmigración, sino también toneladas de cocaína llegada a Marruecos, el cambio de actitud alemana hacia la entrega de fondos al gobierno español, el malestar por el aumento de una inmigración innecesaria, incontrolada y peligrosa, las molestias insólitas que esto crea en el día a día de la sociedad a causa de sus costumbres culturales y antropológicas que no están dispuestos a renunciar, la demostración de que la cifra de parados está un millón por encima de las cifras oficiales, el hundimiento en la venta de pisos, de coches eléctricos, los intentos del gobierno de controlar más y más empresas del Ibex, etc, etc, etc. Todo ello pinta un cuadro catastrófico del país.

Esto es importante por dos factores:

1) Todo esto, quizás, por separado, pudiera tener alguna solución (ser enérgico en la lucha contra la delincuencia, repatriaciones masivas empezando por inmigrantes que hayan cometido delitos, austeridad en el gasto público, reducción de las dimensiones de la administración, etc), pero juntos son de imposible solución especialmente para un gobierno en minoría y con problemas de autoridad, corrupción, dependencia de socios parlamentarios verdaderos chantajistas. Y, el gran problema es que, antes o después, está situación se evidenciará en toda su crudeza (como ha ocurrido en Argentina: “no hay plata”). El cambio de actitud de la UE en relación a España y el cierre del grifo han marcado ese momento en el que el realismo tenderá a imponerse y los “hombres de negro” exigirán medidas drásticas que afectarán, especialmente, a las pensiones, generando un vuelco en las intenciones de voto.

2) El nivel de la deuda española es tal que no solamente compromete el desarrollo y las inversiones en los próximos años, sino que supone una losa para las futuras generaciones y esto en un país multiétnico en el que los nacidos fuera de España y sus hijos, son ya la cuarta parte del total de la población. Ni en las elecciones generales de 2023, ni en las autonómicas que se están celebrando desde enero, ningún partido -salvo Vox- han hablado de lo que debería ser el primer punto de un programa de gobierno responsable: “reducción del gasto público”. De entre todos los rubros, la estructura autonómica del Estado y el gasto global generado por la inmigración (incluidos los gastos judiciales, policiales, los subsidios, el coste de los MENAS y de su mantenimiento, etc), junto con el dinero que se filtra en las redes de corrupción y la financiación de chiringuitos en forma de ONGs, constituyen las partidas mayores de las que podía prescindirse… si el gobierno tuviera autoridad y voluntad. Pero carece de ambas cosas.

Pues bien, el reconocimiento de todos estos elementos, son los factores que avalan una respuesta afirmativa a la pregunta de si la carta de Sánchez amenazando con dimitir evidencia una voluntad auténtica. Todo lo dicho anteriormente son factores problemáticos y de casi imposible solución y, por tanto, avocan al pedrosanchismo a una larga agonía. El presidente con su carta anunciando que “medita su dimisión hasta el lunes”, no habría hecho otra cosa que reconocer la triste realidad de un gobierno -su gobierno- que ha fracasado estrepitosamente y que deja al país en una situación caótica y polarizada. Ahora bien…

¿SÁNCHEZ VA DIMITIR?

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TODO LO QUE AVALA UNA RESPUESTA NEGATIVA

… Dejar las cosas así es no reconocer ni lo que es el pedrosanchismo, ni los rasgos de su dolencia psicológica: un psicópata nunca reconoce sus errores, son los otros los que cometen errores, son los otros los que no le dejan hacer lo que él quiere, son otros los que le impiden realizar su ego. Y, allí donde una persona normal dimitiría, Pedro Sánchez, arrastrado por su conformación mental, tenderá a llegar hasta el final. No es que prefiera “morir matando”, es que prefiere que “muera todo un país, a dimitir”. Desgraciadamente, la democracia electoralista es, más que cualquier otro régimen, aquel que presta más facilidades para que un psicópata llegue al poder. Le permite utilizar su altísima capacidad para la mentira, para encandilar momentáneamente al electorado; apoyado por los medios, transmite un look de sí mismo que es, como el look de todos los psicópatas, artificial y que tarda poco en diluirse. Sitúa su ego por encima de todos los demás, no siente -no puede sentir- ningún tipo de empatía con nadie: ni con su esposa, ni con su partido, ni con su país, ni con sus partidarios. Y si hay rastros empáticos se trata solamente de simulación. Estas pulsiones negativas aumentan desde el momento en que se ve atacado, ridiculizado, insultado, silbado en sus apariciones públicas. Su bilis se multiplica y su odio aumenta. Piensa estrategias para combatir a sus adversarios, pero el psicópata no suele ser muy inteligente: su Ego le impide ver la realidad y actuar razonablemente ante ella.

No creemos, por tanto, que Sánchez vaya a dimitirTodo lo dicho en el parágrafo anterior, valdría para que una persona normal, simplemente, se suicidara (el presidente de Brasil, Getulio Vargas, lo hizo cuando estalló un ínfimo caso de corrupción que aquí no pasaría de un juicio de faltas; el presidente boliviano Germán Bush, así mismo, se suicidó al ver que encontraba dificultades creciente para imponer su proyecto político; incluso en 1993, un correligionario de Sánchez, Pierre Bérégovoy, primer ministro del gobierno del presidente Mitterand, se suicidó al saberse que había recibido un préstamo de un millón de francos para comprarse un apartamento…). Pero estos precedentes no valen para Sánchez. Está hecho de otra pasta.

Así pues, la carta de Sánchez amenazando con dimitir puede estar motivada por cinco intenciones que, en el fondo, son una: la decidida voluntad de aferrarse, con uñas y dientes, al cargo, de situar su ego por encima de los intereses de su partido, de su país y de las generaciones futuras. Estas intenciones son:

1) “Currarse la página de la víctima”.- Se trata de un cambio de estrategia: dado que la campaña del “y tú más”, ha mostrado una eficacia muy limitada; dado el fracaso de su ofensiva contra la presidenta de la Comunidad de Madrid; dada la certidumbre de lo que puede ir apareciendo, Sánchez ha optado por presentarse como víctima: él y Begoña. Sería como uno de esos personajes del cine negro, el “falso culpable” que es perseguido, amenazado, encarcelado, pero que, al final logra demostrar su inocencia. En sus contactos con el independentismo, ha comprobado que el victimismo tiene su público y que, por el simple hecho de presentarse como víctima, él y su pareja se hacen acreedores de apoyo, cariño y ternura.

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2) Movilizar voluntades.- La oposición, desde el inicio de la legislatura, aprovechando el asunto de la amnistía a Puigdemont y a los indepes catalanes, ha realizado varias movilizaciones masivas. Sánchez, en todo este tiempo, cada vez que Sánchez ha asistido a algún acto público se ha visto abucheado e insultado: “Por siete votos tienes el culo roto”, no ha sido una excepción, sino la postrera muestra del “fervor popular” que le rodea cada vez que sale de la Moncloa. No hay más abucheos porque la guardia de corps de Marlaska sitúa las barreras para el público a 200 y 300 metros de donde se encuentra el presidente. Era necesario que sus partidarios tuvieran una ocasión de mostrar su apoyo al presidente. Y esa es otra de las cosas que busca: una riada de “adhesiones inquebrantables”.

3) Poner a sus socios ante el abismo.- Con un Puigdemont que repite que tiene “cogido por los huevos” a Sánchez, con una ERC que repite que “el gobierno hace lo que nosotros queremos”, con un Bildu que se jacta del reconocimiento público y el blanqueo que le depara Sánchez, todos los cuales están dispuestos a apoyarle en cada votación siempre y cuando reciban algo a cambio, es evidente que no puede cerrarse, ni los presupuesto de 2024, ni siquiera la legislatura. Por tanto, Sánchez habría decidido plantear un órdago a sus socios: “Si me voy, vosotros caéis también”, “Si me voy, no habrá amnistía”, “Si me voy, la posibilidad del federalismo se aleja para siempre”.

4) Polarizar a la sociedad española.- Este elemento siempre ha estado presente desde el inicio de esta legislatura, pero en su carta, Sánchez lo convierte en uno de los elementos centrales: él es el que cierra el paso a la derecha (“No pasarán”), él es el que defiende el progreso frente a los “extremistas de derecha”, olvidando que, las revelaciones en su contra, una vez más, no han sido difundidas ni por la “derecha”, ni por la “extrema-derecha”, ni por el “fascismo”, sino por medios de prensa independientes y no sometidos a su férula. Sabe que si convence a la sociedad española de que existe una “galaxia fascista” que conspira contra él, es susceptible de obtener el apoyo de la otra parte de la sociedad en forma de izquierdas, nacionalistas e indepes. Una vía peligrosa que conduce directamente a la guerra civil.

5) Impedir un descalabro de la izquierda en las elecciones europeas.- Sánchez piensa en el futuro. Es consciente de que la izquierda europea va a sufrir un revés importante en las próximas elecciones europeas de junio. Si logra que la candidatura socialista mantenga sus posiciones en España, piensa que, así podrá dar el salto a Europa y convertirse en líder de la izquierda europea. Tenía esa ambición en Iberoamérica a través del Grupo de Puebla, pero las constantes derrotas en los dos últimos años de esta opción (que ha perdido el poder en unos países -Argentina, Portugal, Ecuador, Perú, Salvador- y se muestra completamente deteriorada en otros -Chile, Colombia, Brasil-), le inducen a mirar de nuevo en Europa. Y lo está intentando a través de esa “misión” diplomática que se autoarrogado para el reconocimiento del “estado palestino”.

¿SÁNCHEZ VA DIMITIR?

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TODO ES POSIBLE EN EL PEDROSANCHISMO

Hace poco decíamos que Sánchez gobierna porque 7.821.000 españoles, de mayores, les gustaría ser como él. Mentiroso, desplazándose en Falcon a comprar tabaco, entre lujos orientales, acumulando patrimonio, sin escrúpulos de ningún tipo, habiendo logrado su proyecto personal por encima de cualquier cosa… Por eso le votan. Sánchez no es un accidente en la historia de España, es el resultado de la entronización de un modelo humano promovido desde los años 80No debe extrañarnos nada de lo que haga o decida. De hecho, no decide él, sino sus vísceras.

Pero la cuestión es si la carta refleja una actitud real o bien es mera simulación.

Tendemos a creer que es ambas cosas a la vez: incluso los psicópatas de manual experimentan momentos de flaqueza, se sienten vacíos, perciben el odio que generan y la situación que les lleva a un callejón sin salida. Algo de todo esto se refleja en la propia carta. Pero, junto a esto, las vísceras de Sánchez reaccionan y aspiran a la “solución final”: o él o el caos. Para seguir debe suscitar entusiasmos en sus partidarios, miedo en sus aliados y salidas de tono en la oposición. Debe conseguir hacer creíble su mensaje, desplazarlo del agujero de corrupción en el que se encuentra su partido y su núcleo familiar, “currándose la página de la pena”.

Se ha dado un tiempo para pensar. En el curso de estos cuatro días, del 25 al 29, veremos las reacciones de los medios y de la sociedad, de sus partidarios y de sus detractores. Pero todo esto servirá de poco: actuará según sus vísceras. Incluso aunque amagara con dimitir, unas horas después podría cambiar de opinión.

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Sánchez no necesita asesores, precisa psiquiatras. Y este país también.

 

Ernesto Milá. 

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