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Sociedad

VOX se queda con la Plaza de Colón en propiedad: EL PARTIDO DE ABASCAL SE REIVINDICA SIN EL PP NI CIUDADANOS

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Esta vez, a VOX no le ha hecho falta el Partido Popular y lo que queda de los restos cadavéricos de Ciudadanos para reventar la Plaza de Colón en el acto de cierre de la campaña electoral más tensa y difícil que se recuerda en Madrid, llena de encerronas, censura, violencia y cordones sanitarios que hubieran hecho enorgullecer al beato Gabilondo (Iñaki). La Plaza de Colón es, desde hoy, un símbolo exclusivo de los de Abascal, pero no es el único.

Bajo la mirada del almirante vasco Blas de Lezo, junto a las piedras con los nombres de los marineros del descubridor (sí, uno de ellos se apellidaba Arana), bajo la bandera más grande que ondea en Madrid después de la del Atleti en el Metropolitano, VOX también ha reclamado como suyas las cruces de Borgoña, símbolo esencial de la Hispanidad y exclusivas de su militancia, los vivas a España, a la Guardia Civil y a la Policía Nacional y, sobre todo, ha reclamado como suyo el desprecio a Pablo Iglesias, líder en fuga de lo que queda de Podemos, ese «machito alfa llorón», como lo llama Abascal y cuya sola mención enciende la Plaza como sólo lo consigue un Vivaspaña.

Las pulseras con los colores nacionales también se los queda VOX, y el verde que antes era exclusivo de Gretas y demás parientes, y la lucha sindical de Solidaridad (si es un sueño, no me despertéis) y la canción El Imperio Contraataca de Los Nikis que atruena por megafonía. VOX reclama como propio y exclusivo, así lo grita Abascal, la claridad en las ideas de VOX «que son las mismas en Parla, en Boadilla, en Sestao y en Cataluña».

VOX también se ha quedado para sí y para todos los suyos el participio activo y a Rocío Monasterio le grita «¡presidente!» igual que a Abascal le gritan vivas a la madre que lo parió mientras cuenta la historia de José, un hombre que ayer colocó un cartel de VOX en su casa y que hoy amaneció con la casa llena de pintadas y el coche destrozado. Se hace un silencio en la Plaza, ese silencio incómodo, y Abascal cuenta el final de la historia: «y José ha tapado las pintadas con más carteles de VOX… ¡así somos los de VOX!». La Plaza se viene abajo cuando Abascal reivindica el coraje, las bajadas masivas de impuestos mientras otros toquetean el IRPF y la acogida «a los compatriotas americanos que huyen del comunismo».

Y Abascal, junto a Ignacio Garriga, Monasterio y la inmensa mayoría de los diputados y senadores de VOX, termina con la reivindicación del himno nacional. No por ningún derecho adquirido, sino por desinterés de los demás.

Acaba el acto y mientras resuena un castillo de fuegos artificiales, Aurora, se acerca y dice que «ay, ojalá saquemos veinte diputados». Y a mi encogimiento de hombros, un hombre joven a su lado reivindica lo único que le quedaba a VOX por reivindicar: el futuro. «¿Y qué más da, señora? Esto es imparable».

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José Antonio Fúster

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España

Así nos ven desde fuera: el sucio traidor de Feijóo y sus adláteres son reconocidos por lo que son

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Escándalo en España: El PP se unió al socialismo y votó a favor de darle la ciudadanía a 500.000 inmigrantes ilegales de África

El PP, el PSOE y todos los partidos de izquierda se unieron para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes que ingresaron de manera ilegal en la última década.

El Partido Popular (PP), una suerte de Juntos por el Cambio en España, ha vuelto a traicionar a su base de votantes y decidió unirse con la extrema izquierda para regularizar y otorgarle la ciudadanía a más de 500.000 inmigrantes ilegales que arribaron al país desde África o Medio Oriente.

Si bien la ley todavía no ha sido aprobada, más bien solo se ha aprobado el tratamiento del mismo en el Parlamento, el PP sienta un peligroso precedente y ha anticipada que busca volver a votar de la misma manera en el recinto una vez que se modifiquen algunos aspectos del proyecto de ley.

De hecho, todos los partidos en el Parlamento han votado a favor del tratamiento y aprobarán pronto la ley, con la única excepción de los legisladores de VOX, que se opuso de cuajo contra la ley que le agregaría más de 500.000 votos en todo el país a la izquierda.

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Según la diputada del PP, Sofía Acedo, fue Cáritas, la organización benéfica de la Iglesia Católica, que hizo lobby para que dicha legislación sea aprobada, a pesar de que dentro de ese medio millón de personas hay prácticamente una totalidad de árabes musulmanes.

Por su parte, la socialista Elisa Garrido ha trasladado que el PSOE votará a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el “respeto” que merece darle participación directa en la política a quienes viven en España, y que creen que es necesario “seguir avanzando en mecanismos que garanticen procesos seguros de inmigración”.

Por su parte, la diputada de VOX Rocío De Meer ha indicado de nuevo que la formación liderada por Santiago Abascal rechaza la medidaQueremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común“.

En España se han llevado a cabo seis regularizaciones extraordinarias de inmigrantes en toda su historia. Entre 1991 y 1992 se puso en marcha, con el Gobierno socialista, una regularización extraordinaria que benefició a 108.321.

En 1996, con el PP mediante otro proceso de regularización extraordinaria, obtuvieron papeles 21.294 inmigrantes de los 25.128 que lo solicitaron. En el año 2000 solicitaron la regularización 244.327 extranjeros y consiguieron la documentación 163.352. En el año 2001 fue denominado “regularización por arraigo” y se otorgó papeles a 239.174 inmigrantes más.

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Como si esto no fuera poco, en el 2005, durante el gobierno del comunista José Luis Rodríguez Zapatero, hace casi 20 años, se le otorgó ciudadanía a medio millón de inmigrantes, la misma cantidad que pretende dar ahora Pedro Sánchez, peleando codo a codo por el récord histórico de pérdida de identidad.

Fuente: Derecha Diario.

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