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Internacional

Gracias a Trump, los mulás se están arruinando

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El presidente iraní, Hasán Ruhaní
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Por Majid Rafizadeh.- El 12 de noviembre, el presidente iraní, Hasán Ruhaní, reconoció por primera vez que “Irán está experimentando uno de sus años más difíciles desde la Revolución islámica de 1979” y que “el país vive una situación anómala” (Imagen: Tasnim News/CC 4.0).

Queda demostrado que los críticos de la política del presidente Trump hacia Irán se equivocaban: las sanciones estadounidenses están ejerciendo una considerable presión sobre los mulás y su capacidad para la financiación del terrorismo.

Antes de que el Departamento del Tesoro de EEUU estableciera sanciones secundarias contra el petróleo y el gas iraníes, Teherán exportaba más de dos millones de barriles diario de crudo. Ahora exporta menos de 200.000, lo que representa un descenso de aproximadamente el 90%.

Irán tiene las segundas mayores reservas mundiales de gas natural y las cuartas mayores confirmadas de crudo, y la venta de estos recursos representan más del 80% de sus ingresos por exportaciones. Así pues, la República Islámica tiene una gran dependencia de los ingresos petroleros para financiar su aventurismo militar en la región y a su plétora de milicias y organizaciones terroristas. Los Presupuestos de Irán para 2019 ascendían a casi 41.000 millones de dólares, y el régimen esperaba obtener unos 21.000 millones del petróleo. Esto significa que alrededor de la mitad de los ingresos estatales provienen de la exportación de petróleo.

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A pesar de que el Líder Supremo iraní, ayatolá Alí Jamenei, presuma de que su país es autosuficiente, varios altos cargos han admitido recientemente que la situación económica es muy grave. Desde la ciudad de Kermán, el presidente Ruhaní reconoció por primera vez el 12 de noviembre que Irán está viviendo “uno de sus años más difíciles desde la Revolución islámica de 1979”, y que se encuentra en “una situación anómala”.

Dijo más Ruhaní: “Aunque tengamos otros ingresos, lo único que puede mantener el país en marcha es el dinero del petróleo. Nunca hemos tenido tantos problemas con la venta del petróleo. Nunca hemos tenido tantos problemas para que siga navegando nuestra flota petrolera. ¿Cómo podemos gestionar los asuntos del país cuando tenemos problemas para vender nuestro petróleo?”

Gracias a la política estadounidense de máxima presión, la economía de la República Islámica ha quedado bastante maltrecha. Recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a ajustar sus previsiones para Irán y apuntó que se espera que en 2019 la economía iraní se contraiga un 9,5%, en vez de un 6%.

Una de las razones del sombrío panorama que presenta el FMI es la decisión de la Administración Trump de no ampliar su exención de sanciones a los ocho mayores compradores de petróleo de Irán: China, la India, Grecia, Italia, Taiwán, Japón, Turquía y Corea del Sur. En lugar de presentar crecer, en 2019 la economía iraní se verá reducida al 90% de su volumen de hace dos años, según un informe reciente del Banco Mundial.

La moneda nacional de Irán, el rial, también sigue perdiendo valor: ha caído a mínimos históricos. Un dólar estadounidense, que equivalía a unos 35.000 riales en noviembre de 2017, se cotiza ahora a casi 110.000.

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La República Islámica se afana por compensar la tremenda pérdida de ingresos. Así, hace unos días las autoridades triplicaron el precio de la gasolina. Parece una señal de desesperación para generar ingresos a fin de financiar su aventurismo militar en la región y apoyar a las organizaciones terroristas de su órbita.

La subida llevó inmediatamente a la gente a protestar contra el Gobierno. En los últimos días, varias ciudades se han convertido en escenario de protestas y manifestaciones generalizadas. Las protestas estallaron primero en Ahvaz y después se extendieron a muchas otras localidades del Juzestán, así como a la capital, Teherán, y a Kermanshah, Isfahán, Tabriz, Karaj, Shiraz, Yazd, Bushehr, Sarí, Jorramchar, Andimeshk, Dezful, Behbahan y Mahshahr.

La mengua de recursos también ha llevado al recorte de los fondos destinados a la organización terrorista palestina Hamás y a la milicia libanesa Hezbolá. Hamás se vio obligada a imponer “planes de austeridad”, mientras que Hasán Nasrala, líder de Hezbolá, ha llamado al brazo recaudador de su organización a “posibilitar la yihad con dinero y a contribuir a esta batalla en curso”.

Para probable consternación de los críticos de Washington, la política iraní del presidente Trump ha ido en la dirección correcta. Al intensificar las sanciones económicas, los mulás y sus satélites se están arruinando. Otros países deben unirse ahora a EEUU y adoptar una política de máxima presión, por mucho que prefirieran seguir haciendo negocios con Irán y debilitar a la Administración Trump: si Teherán logra desarrollar con éxito su capacidad para fabricar armas nucleares, acabará utilizándola para chantajearles con ellas.

(Gatestone Institute)

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España

Así nos ven desde fuera: el sucio traidor de Feijóo y sus adláteres son reconocidos por lo que son

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Escándalo en España: El PP se unió al socialismo y votó a favor de darle la ciudadanía a 500.000 inmigrantes ilegales de África

El PP, el PSOE y todos los partidos de izquierda se unieron para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes que ingresaron de manera ilegal en la última década.

El Partido Popular (PP), una suerte de Juntos por el Cambio en España, ha vuelto a traicionar a su base de votantes y decidió unirse con la extrema izquierda para regularizar y otorgarle la ciudadanía a más de 500.000 inmigrantes ilegales que arribaron al país desde África o Medio Oriente.

Si bien la ley todavía no ha sido aprobada, más bien solo se ha aprobado el tratamiento del mismo en el Parlamento, el PP sienta un peligroso precedente y ha anticipada que busca volver a votar de la misma manera en el recinto una vez que se modifiquen algunos aspectos del proyecto de ley.

De hecho, todos los partidos en el Parlamento han votado a favor del tratamiento y aprobarán pronto la ley, con la única excepción de los legisladores de VOX, que se opuso de cuajo contra la ley que le agregaría más de 500.000 votos en todo el país a la izquierda.

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Según la diputada del PP, Sofía Acedo, fue Cáritas, la organización benéfica de la Iglesia Católica, que hizo lobby para que dicha legislación sea aprobada, a pesar de que dentro de ese medio millón de personas hay prácticamente una totalidad de árabes musulmanes.

Por su parte, la socialista Elisa Garrido ha trasladado que el PSOE votará a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el “respeto” que merece darle participación directa en la política a quienes viven en España, y que creen que es necesario “seguir avanzando en mecanismos que garanticen procesos seguros de inmigración”.

Por su parte, la diputada de VOX Rocío De Meer ha indicado de nuevo que la formación liderada por Santiago Abascal rechaza la medidaQueremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común“.

En España se han llevado a cabo seis regularizaciones extraordinarias de inmigrantes en toda su historia. Entre 1991 y 1992 se puso en marcha, con el Gobierno socialista, una regularización extraordinaria que benefició a 108.321.

En 1996, con el PP mediante otro proceso de regularización extraordinaria, obtuvieron papeles 21.294 inmigrantes de los 25.128 que lo solicitaron. En el año 2000 solicitaron la regularización 244.327 extranjeros y consiguieron la documentación 163.352. En el año 2001 fue denominado “regularización por arraigo” y se otorgó papeles a 239.174 inmigrantes más.

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Como si esto no fuera poco, en el 2005, durante el gobierno del comunista José Luis Rodríguez Zapatero, hace casi 20 años, se le otorgó ciudadanía a medio millón de inmigrantes, la misma cantidad que pretende dar ahora Pedro Sánchez, peleando codo a codo por el récord histórico de pérdida de identidad.

Fuente: Derecha Diario.

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