Internacional
La conspiración de los “cornutos” (1): SuperBafomet a la española
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5 años agoon
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Redacción
Por Laureano Benítez Grande-Caballero.- Mark Twain decía que “es más fácil engañar a la gente, que convencerles de que han sido engañados”. Si esta frase era cierta en su época, mucho más en la actualidad, donde las élites globalistas propietarias de los medios de comunicación nos están sometiendo al mayor lavado de cerebro de la Historia «vendiéndonos» su Nuevo Orden Mundial sin que nos enteremos.
¿Cómo se engaña a la gente? Aparte de con mensajes populistas fraudulentos, la principal herramienta son los símbolos. Un símbolo es un campo de información, que se transmite a nuestras percepciones a través de mensajes codificados con una determinada frecuencia vibratoria, capaz de influir en nuestra conciencia y de manipular nuestro pensamiento, aunque lo percibamos de manera inconsciente.
Y no somos capaces de interpretar los símbolos a través de los cuales se nos transmite la luciferina ideología del globalismo porque, aparte de nuestra ignorancia, hemos llegado a un punto de lobotomización tan pavorosa, que ni siquiera somos capaces de percibir las maquiavélicas operaciones que la partitocracia entregada a Soros ejecuta a plena luz pública, con total descaro y alevosía, con taquígrafos y bajo los focos mediáticos. Y así es como el atroz robo de las autonomías, el golpe de Estado de Sánchez, la connivencia de Falconetti con la secesión catalana, la corrupción moral de las leyes de género o la totalitaria Ley de Memoria Histórica son plenas realidades que se desarrollan ante una sociedad pasmada, indolente, que no quiere ver el apocalipsis que tiene lugar ante sus ojos.
Pero la señal de “Il cornuto” va más allá de un simple insulto, porque tradicionalmente se ha considerado un símbolo satánico de tomo y lomo, equivalente en maldad diabólica a la cabeza del Bafomet, usado por muchas personalidades de todos los ámbitos de la sociedad, la inmensa mayoría de las cuales han conseguido fama, poder y dinero. Esta coincidencia me hace sospechar que un número no desdeñable de ellos han conseguido estos oropeles mundanos justamente por haber hechos pactos fáusticos con Mefistófeles y compañía.
Su difusión masiva tuvo lugar a través del “heavy metal” –música claramente satánica, como puso de relieve el mismo Joseph Ratzinger–, hasta el punto de que se constituyó en su logotipo más distintivo. Grupos como KISS –Kids In Satan Service–, Black Sabbath, e incluso The Beatles utilizaron “Il cornuto”, cuyo primer uso en el rock metal se debe a Ronnie James Dio, quien lo puso de moda en 1979, cuando sustituyó a Ozzy Ousborn como vocalista de “Black Sabbath”. Dio solía decir que el símbolo lo cogió de su abuela, de origen italiano, que lo usaba para combatir el “mal de ojo” –“maloccio”–, aunque cabe preguntarse qué espíritus maléficos quería alejar un simpatizante del satanismo como él.
Por supuesto, Hillary de Vil también lo utiliza a go-go, y no digamos Obama. Sin embargo, lo más epatante es ver a la familia Bush en pleno saludándonos cornudamente, desde la abuela hasta la nieta, pasando por George y Laura Bush. Im-presionante.
Cantantes, actores, deportistas, políticos… Ahí los tenemos, enarbolando el “Diabolicus”, sin que nadie se llame a escándalo, sin que nadie sospeche la pavorosa maldad de quienes a través de los medios sirven a la Sinagoga de Satanás.
Volviendo a SuperLópez, qué malignidad se esconde tras la utilización de un héroe infantil y juvenil del comic para emponzoñar nuestras mentes con lobotomías satánicas. Confieso que a mí me tocó la época del Capitán Trueno, pero SuperLópez fue el héroe de mi hijo, por lo cual, cuando vi tamaño ultraje y mancillamiento del personaje me dieron ganas de cruzar algún Estrecho. Espero que no se les ocurra satanizar a mi Capitán…
Bueno, y otra pregunta: ¿Nos salvará SuperLópez de toda esta inmundicia satánica que anega el mundo –y España en particular—como un maloliente chapapote rojo?
PD: Y la pregunta final: ¿Por qué ningún comentarista habla de estos temas? ¿es que no saben o sospechan acaso quién se esconde tras la conspiración plutocrática por el NOM?