Opinión

VOX y Franco

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La ley de memoria histórica, tanto la existente como su empeoramiento previsto, tienen relación inevitable y directa con Franco y su régimen, pues giran en torno a él y por tanto en torno a la democracia. Políticamente es preciso evitar la dialéctica de pro o contra Franco, adonde quieren llevar la cuestión el frente popular y el PP, y dirigirla a la cuestión de la democracia. La contraofensiva, que no debe ser solo defensa, frente a esa ley, puede y debe basarse en dos puntos: “En democracia, todo el mundo puede pensar y argumentar como quiera sobre Franco y el pasado en general, pero nadie puede imponer a los demás sus opiniones desde el poder. Y ni los separatistas ni el PSOE, con su historia criminal, tienen autoridad moral para imponer su opinión a los españoles y perseguir las contrarias”. Es decir: lo que está en cuestión no es un régimen que ya no existe, sino la democracia que se está destruyendo con leyes totalitarias.

Con esto y una enérgica campaña explicativa al respecto queda zanjada políticamente la cuestión. Otra cosa es la lucha intelectual, la investigación, debate y defensa en la libertad –que intenta proscribirse–, de la verdad histórica sobre el franquismo. De eso no tiene por qué encargarse un partido, ya lo hacemos algunos historiadores y asociaciones ad hoc, que pueden y deben desarrollarse.

Para VOX este asunto tiene máxima relevancia, porque le permite alzarse como alternativa poniendo en evidencia el carácter corrupto y totalitario de los demás partidos; y le permite también diferenciarse netamente del PP, convertido en miembro vergonzante del nuevo frente popular, pues la maniobra de ese partico consiste en fagocitar a VOX pretendiendo que las diferencias son menores, lo que haría innecesario el partido de Abascal. Si se olvida esto, es posible caer en cualquier trampa.

En este asunto, VOX debería actuar con máxima energía y sin complejos. Leo que algunos de sus dirigentes creen que debe darse poca o ninguna importancia al asunto porque les identificaría con “la extrema derecha”, etiqueta que les ha perjudicado mucho. Nada más lejos de la realidad. Esa etiqueta la han usado y seguirán usando al máximo, pero cada vez con menor efecto. Lo que ha perjudicado a VOX durante años ha sido el muro de silencio en que han tratado de encerrarlo los demás partidos. Pero ese muro se ha roto a pesar de todos los cuentos de “extrema derecha”, y por tanto da ahora a VOX la oportunidad de hacerse oír de los españoles, contraatacar y demostrar el carácter antidemocrático y antiespañol de los partidos de la memoria histórica. Nada podría ser más peligroso que dar explicaciones y justificarse ante las argucias del frente popular. Hay que poner a este en situación de intentar justificarse, y eso es hoy perfectamente posible.

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Vacilar hoy o perderse en cuestiones menores podría ser nefasto.

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