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La escenificación teatral de ayer en el Ayuntamiento de Madrid lleva camio de convertirse en farsa. Nadia Otmani, elevada a los altares del feminismo militante por la prensa izquierdista y que ayer increpó al portavoz municipal de Vox, Ortega Smith, al parecer contaría con algunas sombras en su biografía. Como es natural, ningún medio ha querido reparar en un detalle biográfico de la feminista marroquí que miembros de Vox han hecho público a través de las redes sociales.
‘El País’ publicaba el 24 de septiembre de 1998 la siguiente noticia: “La policía ‘revienta’ en San Blas un laboratorio clandestino de heroína y decomisa tres kilos de droga”. El nombre de Nadia Otmani aparece en la información: “La policía detuvo el pasado fin de semana en Madrid a Alí Ihsan Korkmaz y a su compañera, Nadia Otmani, en una operación en la que descubrió un laboratorio clandestino de heroína, ubicado en el barrio de San Blas, y requisó más de tres kilos de la citada droga”.
Si se trata o no de la misma persona que ha sido encumbrada como heroina por la mafia progresista debería aclararse de forma urgente.
Hay un principio de la prensa sensacionalista que dice: “No dejes que la realidad te estropee un buen titular”. Según este principio, lo importante no es la realidad sino el relato que interpreta esa realidad. Traducido al caso que nos ocupa, que la proclamada ejemplaridad de Nadia Otmani no quede devirtuada por su historia real.