Opinión

Votaciones: sionismo disolvente

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Decía Santo Tomás Moro, que “ni el hombre puede apartarse de Dios, ni la política de la moral”. De ahí que cuando el humano pretende traer la justicia y la paz según el plan divino (la Paz de Cristo) por sus propios medios, se encuentra con las contradicciones, protagonismos egoístas y parcialidades que no encajan con esa ley natural del plan divino y por eso, como dijo José Antonio, “los partidos políticos nacen cuando el hombre ha olvidado que existe una Verdad por encima de todos”.

La proliferación de partidos no confesionales y constituciones ateas es la señal de la utopía de fondo en que se basan estos sistemas tan comunistas como liberales. No se niega incluso la sincera voluntad de fundadores políticos de contribuir al sano estado social justo y humano. Pero al faltarle el elemento divino y trascendente, le falta la tercera pata de la banqueta y ésta es metafísicamente incapaz de tenerse en pie.

El engaño diabólico y encarnado en el peor de los racismos, como es el sionista judaico, intenta la utopía demoniaca de la igualdad, como caballo de Troya para infiltrarse en todas las instituciones a través de sus logias y de tantos tontos útiles e ignorantes del plan secreto de dominio mundial, con un rey judío (un anticristo), mientras trama la división interna de los Estados para su debilitamiento ideológico y moral.

Ni la Iglesia ni los Estados se toman en serio el plan secreto de los “Protocolos de los sabios de Sión” tan bien resumidos en el libro del gran filósofo Gil de la Pisa en su “La piedra roseta de la ciencia política”, que tan bien conecta con mi libro “Mentiras democráticas y cartas oficiales sin respuestas”.

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¿Nuevos partidos políticos como fórmulas mágicas de un paraíso terrenal? Y como falla el Sistema, que pone coto a tales iniciativas, de qué sirven los nuevos adalides.

La lucha por el poder no es más que el negocio de la política de quienes, porque no aman a Dios, tampoco pueden amar ni a la Patria ni a la Justicia.

Todo lo resume el genial proverbio africano: “Cuando los elefantes se pelean, la hierba es la que sufre”. O el amor a Dios o la ruina.

*Párroco de Villamuñio, León.

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