Opinión

“Una panorámica, desde Cataluña” por José Luis Rodríguez

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Secesionistas.

Por un lado tenemos a los secesionistas catalanes, y sus incontables fechorías, abusos y atropellos. La última, acosar a un niño que demanda su derecho a estudiar algunas clases en Español, incluyendo incitar a apedrear su casa y a su familia, desde cargos públicos. Al abrigo de un Gobierno débil y dispuesto a conseguir votos a cualquier precio, el aquelarre independentista ha construido una tierra sin ley, ni más objeto de oración que la estelada, utilizando la lengua como excusa polivalente. Ya no importa cumplir con la voluntad de un pueblo, porque ese pueblo os está dando la espalda exponencialmente ante vuestras humillantes maniobras. Si hay algo que un catalán no te perdone en la vida, es que le pongas en evidencia y le hagas sentir vergüenza por ser catalán. Y eso es lo que vosotros habéis hecho con lo que queda de Cataluña, ponerla en vergüenza y en evidencia, no sólo en España, ni en Europa, sino alrededor del mundo. Aparte del desastre financiero, de la destrucción de empleo y turismo, de la convivencia, y del seny en el que directamente os habéis orinado. Yo como charnego, no pienso perdonaros por ello, pero pienso en aquellos en cuyo nombre actuáis, y los motivos que puedan darle a su conciencia para seguir manteniendo con dignidad la condición de catalanes.

No vol tornar a fer el préssec. (No quiero volver a hacer el primo). 

Gobierno.

La pornocracia no es nada nuevo, el poder de influir en las decisiones de estado de las cortesanas ya era evidente para los romanos. Así, podemos explicarnos lo que tenemos que aguantar a día de hoy en el Congreso, pues cuanto más obsceno, depravado, lascivo o codicioso sea el asunto, menos oposición encuentra, mayor silencio mediático y más celeridad en su ejecución. Si la propuesta no se tiene en pie por si misma, la creación de una distópica alianza de traidores que la soporten se fraguará con inaudita rapidez. Hay que reconocer que son absolutamente profesionales en ésto, y tiene su mérito, ya que no hay másters que capaciten por medio del esfuerzo tales aptitudes; Es un talento natural, y tenemos más de trescientos selectos nacidos en noble cuna, cargando a lomos de los españoles las facturas resultantes. El sabio refranero español afirma que el buen pastor esquila la oveja, pero no la despelleja. Sin máster alguno, con un simple título de primaria, la claridad del refranero es deslumbrante.

Patriotas.

Dudo que hay un sector más fragmentado, acomplejado y envidioso que el frente patriota. Cualquiera que pretenda dar un paso al frente sufre sin remedio la crítica, el boicot y el descrédito de aquellos que en apariencia son aliados. Somos así, ponemos la zancadilla, nos reímos, y luego preguntamos si alguien lo ha grabado. Nadie se salva de ésto, ni grande, ni pequeño, y así no hay modo de avanzar, en un reto que deberíamos haber volatilizado hace tiempo con nuestra sola presencia. Acomplejados de nuestra historia, de nuestra bandera, y de nuestro himno. Decepcionados por militares y gobernantes, con independencia del rango, o de las competencias. Cegados por el nuevo Mesías, incluso increpan en grupos privados de whatsap a quien tiene la osadía de comentar algo que pertenezca a otra secta. Sectarios, también, también… Ni rastro de empatía, ni de unión por un bien común, salvo honrosas excepciones. Como en el fútbol, lo que más satisfacción nos da de que gane nuestro equipo es poder restregárselo al del otro, sin considerar el esfuerzo, las condiciones, o las consecuencias. Ningún pastor y un sólo rebaño.

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Paren, que yo me bajo.

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