Opinión

Todos los pobrecillos Toni Soler. Por Fátima Pellico

Published

on

¡Comparte esta publicación!

Hay una cierta costumbre entre la gente llamada grandilocuentemente “humoristas” de intentar, en algún momento de su carrera, echar mano de la Virgen o Jesucristo o algún Santo para intentar hacer una gracieta más propia de una cogorza etílica camino del coma que de un auténtico sentido del humor. 
A nadie con un mínimo de inteligencia se le escapa que los derechos propios empiezan donde acaban los tuyos, y nadie tiene derecho a ofender el sentimiento religioso de nadie.

En España los católicos sufren de una manera más o menos continua las excrecencias intestinales de determinados genios en el uso de las rodillas a pelo que se ganan con el raspado de éstas su derecho a hacer chistes en la tele o en un medio escrito.

En mi opinión la Virgen María está muy por encima de cualquier intento de hacer chistes a su costa, más que nada porque Ella es la Reina Universal de todo lo creado y los alguienes que la intentan ofender son sólo pobres gentecillas que no valen para nada más que para hacer chistecillos, y que no se atreven a tocar al Islam porque saben que pondrían precio a su cabeza y, claro, eso ya no es gracioso. 

Es gracioso meterse con quien no te va a devolver el golpe, salvo en los tribunales para defender el derecho a que a los creyentes se nos respete.  De alguna manera hay que ganarse el garbanzo…sea cual sea ¿verdad?

Advertisement

Pero yo, pecadora, no paso por alto estas gracietas de borrachín moral y cuando veo gente como Toni Soler, que encima tiene el cuajo de hablar de la pedofilia de determinados miembros de la Iglesia católica veo que estoy ante un autentico huérfano de los valores más elementales de la vida, que todos sabemos cuáles son.

Toni Soler, que seguro que no vas a leer esto porque ya sabemos qué te la pone dura… de rodillas… Mira, los programas donde participas no valen ni para emisora de pueblo; tu humor es más un trastorno de personalidad severo que otra cosa; tú como gente no mereces el menor respeto y te reto, como te retaría cualquier persona de bien, a hacer una parodia de cualquier aspecto de la religión musulmana.

No hace falta que respondas que no tienes testículos para hacerlo porque ya has demostrado sobradamente que los únicos testículos que conoces de primera mano son los ajenos, seguramente los que te dan de comer porque si es por méritos propios ocuparías la puerta de alguna iglesia.

¿Cuáles? No lo sé. Pero seguro que tú sí. Y espérate bien sentado a que me disculpe ni desde esta tribuna ni desde ninguna otra.

Advertisement

Escriba una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil