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… O, al menos, es poco probable. Y no porque vayan a violarte sino porque estando borracha no controlas.
La pretensión feminista de pasar una noche de juerga etílica y pretender llegar sana y salva a tu casa es una trola. Porque aprovecharse de un débil es cuestión de superioridad pero en este caso lo es por oportunismo y, como dice el refrán, la ocasión hace al ladrón. En plena inconsciencia y al borde del coma etílico, algún amigo de lo ajeno se quedará con tu dinero, tu móvil y tu cartera. Y, si se tercia, alguien abusará sexualmente de ti y le será fácil porque, en estado de embriaguez, no opondrás ninguna resistencia.
Se fomenta, así, el alcoholismo femenino en lugar de educar hacia una actitud responsable frente a la bebida lo cual desvirtúa toda la campaña de protección a la mujer y, de paso, contra la adicción al alcohol. Para sentirte segura lo primero es no ir borracha y luego estar acompañada. Es de sentido común, y si no puedes garantizar mínimamente tu seguridad, no salgas. Yo mismo, siendo hombre, tomo precauciones similares.
No hay una cultura de la violación, al menos no en nuestro entorno, pero el feminismo está siendo imprudente al aplaudir actitudes de riesgo y adicción entre las mujeres quienes, se supone, son el motivo de sus desvelos.
* Presidente de la Asociación de Padres de Familia Separados de Las Islas Baleares (APFSIB)
