¡Comparte esta publicación!
Sergio Valdés.- En diciembre me inscribí en VOX al día siguiente de solicitar mi jubilación anticipada del ejército. Acababa de recuperar mis derechos de ciudadano libre y quería ejercerlos practicando mis derechos políticos.
Poco duró la alegría en casa del pobre… Formo parte del 6% de afiliados que votaron en contra de suprimir las listas abiertas y me dolieron las críticas de Abascal a quienes no votamos como él quería.
Ví con incredulidad cómo VOX está poniendo en lugares preferentes de sus listas de candidatos a viejos políticos, auténticos dinosaurios, procedentes del Partido Patético que tanto dicen denostar, pero lo más indignante de esto es que alegan como excusa para ello que son gentes con experiencia, cuando la profesión de político es la única en la que no necesitas estudios ni experiencia porque ya te pagan los ciudadanos todos los asesores que quieras para que te digan lo que tienes que hacer. ¡Me sentí insultado en mi inteligencia ante semejantes y peregrinas razones!
Y las gotas que colmaron mi vaso son el constatar que han tenido la desfachatez incluso de poner de nº1 por Orense a una tía de Abascal y aquí en Asturias, de nº1 al Congreso y al Senado a dos niñatos madrileños de “muy buenas” familias porque son amiguetes y colegas de Abascal.
Yo para eso no me afilié a VOX y hoy mismo acudiré a su sede a darme de baja.
¡Menuda pérdida de la virginidad política que he tenido!
