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Se inicia la caza del periodismo patriota

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Josele Sánchez
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Josele Sánchez*.- Si ayer era Yolanda Couceiro Morín, periodista y colaboradora de La Tribuna de España quien era situada en la diana de los yihadistas por un bastardo rapero marroquí, esta tarde (madrugada ya en España) he tenido conocimiento de la detención ¡durante más de seis horas! (y, felizmente, de su posterior puesta en libertad) padecida por el periodista malagueño Armando Robles, director del periódico Alerta Digital y del programa de televisión La Ratonera, medios -ambos.-para los que colaboré hace casi un lustro. Si no actuamos rápidamente y de manera coordinada, el sistema nos va a pasar por encima como una apisonadora. Yo no puedo hacer más gestos, más guiños, ni mayores esfuerzos para conseguirlo. La decisión y el futuro (el nuestro personal y el de nuestros medios, y una buena parte del futuro de España) está en nosotros.

Obviamente mis primeras palabras no pueden ser más que de condena ante este nuevo atentado contra el derecho a la libertad de información, contra la libertad de prensa y contra la libertad de expresión, ejercido por este putrefacto Régimen del 78 -y el gobierno guerracivilista que en estos momentos lo gestiona- por los esbirros del actual sistema político, financiero y mediático que, tras condenar al ostracismo económico a los escasísimos medios disidentes y alternativos ¡éramos pocos y la mayoría de los que quedaban se han vendido a VOX por un plato de lentejas ¿verdad El Correo de Madrid?!, marginándonos en todo reparto caprichoso de la publicidad institucinal (desde la de los ministerios y empresas estatales hasta la última concejalía de pueblo), de una publicidad institucional que está salvando de la quiebra a muchos de los medios de “la prensa del sistema”, tras someterlo a la presión sobre la judeodictadura de facebook, twitter y resto de redes sociales para que bloqueen continuamente nuestras cuentas y con no pocas peticiones judiciales directamente a Google para cerrar nuestros alojamientos webs, ahora le da por detener a quien se sale del “discurso políticamente correcto” de decir que la inmigración es cojonuda, que “los moros” no sólo son buenos vecinos sino ejemplares ciudadanos y de aplaudir la progresiva islamización de España.

¿Pues no le pregunta la malagueña y prevaricadora Fiscal para Delitos de Odio -a Armando Robles- qué piensa de Adolfo Hitler? Desconozco por completo la contestación del compañero Armando Robles Merecía pero esa pregunta merecía o un ¡y a usted qué cojones le importa lo que piense yo o deje de pensar sobre Hitler, Musolini, Sttalin, Isaac Peral, Juan de la Cierva, El Fary, Terulu Campos y la madre que le parió a usted! , o que directamente le hubiera respondido (no porque lo piense, por pura provocación) “me parecía un tío de puta madre que ojalá se hubiera cargado de verdad a los seis millones de judíos que inventan y ahora no tendríamos a un sionista Estado de Israel detrás de todos y cada uno de los problemas internacionales”-

O ¿es que ya en España pueden detener a alguien -ni por lo que dice, ni por lo que escribe, como de manera consciente y asumiendo los riesgos que de ello se derivan estoy haciendo ahora escribiendo este artículo-, en lo que queda de España, en “estepaís” o “el Estado Español” puede presentarse en un domicilio particular, una “policía del pensamiento” y conducirte detenido ante una Fiscal para que le digas qué carajo piensas tú sobre esto o aquello?

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De todas forma aún nos pasa poco por ser tan pocos los periodistas patriotas y disidentes en España y tan mal avenidos, por llevarnos a cara de perro entre la mayoría de nosotros. Yo mismo debo reconocer que, “por un quítame allá esas pajas”, llevo años sin mantener la menor comunicación con Armando Robles con el que otrora trabajé, poco pero intenso tiempo. Una incomunicación que ahora estoy rompiendo, creo que por primera vez en mi vida pues -acertada o equivocadamente- soy de los que cuando ha dejado de hablarse con un amigo, con un compañero, cuando he roto con una mujer, nadie me habrá escuchado decir una sola crítica de esa persona con la que compartí un espacio y un tiempo; nadie, jamás. Lo que pienso lo guardo para mí y además por poco tiempo, porque siempre he tenido la capacidad de sobreponerme rápido a rupturas y otras decepciones. Y es el caso de Armando Robles, una relación que hoy rememoro en defensa -como no puede ser de otra manera- del compañero detenido por su disidencia contra del sistema, del periodista (comparta más o menos sus planteamientos) perseguido -como yo lo estoy- por su lealtad a valores como el servicio a la verdad y a la justicia como categorías permanentes de razón, por su creencia en Dios y por su defensa de una España unida donde antes que las de ningún foráneo se atiendan las necesidades de los compatriotas necesitados, de una España que vuelva a las raices del humanismo cristiano que nos permitieron llegar a ser lo que somos como civilización Occidental frente a la subcivilización que se extiende más allá de los puestos fronterizos de Melilla y Ceuta, una subcivilización que se nos está imponiendo con la islamización progresiva, constante y en todos los ámbitos de nuestra sociedad hasta el punto de que un periodista sea detenido, en su propio domicilio, porque lo han denunciado unas asociaciones de moros de Cataluña y Vascongadas, financiadas con dinero de George Soros y con el vocero de SOS Racismo, otro lacayo del judío húngaro, el payaso Esteban Ibarra.

La Tribuna de España y también La Tribuna de Cartagena (ambos periódicos digitales del Grupo Tribuna de España) oficilizaban ayer su adhesión al denominado “Manifiesto de Cartagena” por haberse celebrado en esta ciudad del Sueste de España las Terceras Jornadas de Contrainformación, el pasado mes, que dieron lugar a la elaboración de un documento de mínimos para integrar a los pocos y mal avenidos profesionales de la comunicación que compartimos la creencia en unos valores de defensa de la unidad de la patria, de lucha contra la ideología de género, de defensa de nuestro medio natural, de la madre naturaleza, la condena de la islamización progresiva de la sociedad, de lucha contra la actual política migratoria y de reivindicación de nuestra soberanía -no sólo política- también la económica.

Por cierto, (para los mal pensado, que haberlos siempre haylos y muchas veces más que los que piensan bien) ni tuvimos La Tribuna nada que ver en que se celebraran en Cartagena (ya ven, yo desde el Tercer Mundo donde sobrevivo como puedo, estoy como para organizar ningunas jornadas), ni participamos en la redacción de ese Manifiesto. Nos hemos limitado a lo que hemos entendido como nuestro deber: compartimos su breve argumento ergo, lo firmamos. Y ahora vamos a intentar que otros medios y otros periodistas y articulistas de opinión -a título personal- también lo firmen, porque resulta imprescindible hacer un frente común. Yo hace meses que estoy en el exilio, a Yolanda Couceiro le ha dedicado un insultante rap un marroquí con mucha influencia sobre gente que está “muy pirada”, detienen a Armando Robles ¿qué medio disidente y qué periodista patriota será el próximo de los 3 ó 4 que quedan?

Si no actuamos rápidamente y de manera coordinada, el sistema nos va a pasar por encima como una apisonadora. Yo no puedo hacer más gestos, más guiños, ni mayores esfuerzos para conseguirlo. La decisión y el futuro (el nuestro personal y el de nuestros medios, y una buena parte del futuro de España) está en nosotros.

Paso palabra…

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*Director de La Tribuna de España

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