Opinión

¡Qué atrevida es la ignorancia, Abascal!

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Empiezo por dejar constancia de que mis conocimientos jurídicos tienden a cero, fuera del pequeño barniz que a lo largo de mi dilatada vida personal y profesional se haya podido ir quedando por mor de la propia actividad y los avatares que se fueron presentando pero, en todo caso, mis escasos conocimientos en el campo del Derecho se ciñen a poco en materia civil, laboral, fiscal o mercantil y, afortunadamente, nada en lo penal, que es lo que se juzgaba en el Tribunal Supremo respecto a la posible rebelión o sedición por parte de los políticos catalanes, ya condenados, por ese intento de golpe de Estado para instaurar la República catalana, como pretendieron en aquella breve declaración de finales de Octubre de 2017, que acabó con la fuga del principal culpable y algunos de sus colaboradores y el procesamiento, con prisión preventiva incondicional durante casi los dos últimos años, de su número dos y otros ocho altos cargos de la Generalidad o líderes del movimiento separatista social.

Puntualizo también que, pese a ese reconocido desconocimiento jurídico, yo esperaba o, mejor dicho, quería, una sentencia por rebelión y unas condenas mayores que, en el caso de haber sido así, podrían haber llegado a 25 años, aunque después de escuchar por la noche a un jurista reconocido y nada sospechoso en mi opinión, me hizo reflexionar y me dejó la duda entre esa interpretación que justificaba la rebelión y la exacerbada crítica de buena parte de esa prensa demagógica y algunos políticos radicales que, entre otras cosas, sólo demuestran su ignorancia, si se analiza mínimamente lo que dicen.

Así, por ejemplo, vimos la bravuconada de Santiago Abascal en la mañana del lunes a las puertas del Tribunal Supremo y acompañado por su secretario General y jurista, Javier Ortega, que “incomprensiblemente” lo dejó desbarrar cuando, nada más conocerse oficialmente la sentencia filtrada en su resumen final el viernes anterior, con esa pose de “héroe” que tanto le gusta, se despachó diciendo: “Después de estudiar detalladamente la sentencia, que es algo que haremos en las próximas horas, recurriremos la misma”, algo que en primer lugar es arriesgado decir sin haberla leído siquiera pero, mucho más grave y demostrativo de una ignorancia preocupante, es decir que la “recurriremos” pues, hasta dónde yo sé, que como he dicho no es mucho, pero me he informado con letrados que sí saben, esta sentencia parece que “no admite recurso, salvo el de amparo“ por los propios condenados -es decir, los golpistas- si consideran que se han visto dañados algunos de sus derechos y no creo que VOX recurra al Tribunal Constitucional o al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para reclamar posibles derechos conculcados a los ya condenados. Y en esa línea, este miércoles, en la tertulia amiga de esRadio entre “astados” despuntados, el propio Ortega “matizaba” a su jefe de filas y reconocía que “es muy difícil el recurso, puesto que solo se admite “el de amparo” por esa falta de garantía de sus derechos que puedan esgrimir los condenados pero, para seguir con el brindis del líder y no dejarlo del todo mal, añadió “estudiaremos todas las alternativas que nos deje el trámite procesal -o algo así- aunque no tengo mucha esperanza”.

Lo malo de estas afirmaciones irresponsables es que los fanatizados votantes de VOX, que se dejan llevar por las soflamas patrioteras del mocetón de Amurrio, le compran hasta una moto sin ruedas, si viene de su “héroe” que, cada vez que puede, demuestra su ignorancia, de la que fuimos testigos muchos de los que en distintas etapas -yo desde antes de la fundación del partido y hasta que se consumó el “asalto al poder” del “carismático” líder en septiembre de 2014- hemos creído que VOX llegó para arreglar el descontento que nos había dejado Mariano Rajoy y parte de su equipo, la vicepresidente Soraya Sáenz de Santamaría principalmente, en lugar de para situarse en el Sistema y vivir de él, como llevaba haciendo Santiago Abascal casi desde que le “salieron los dientes políticos con la mayoría de edad” -es un decir-, en las filas del PP para más señas, hasta que se vio descolocado y recurrió a VOX, vendiendo lo que no era ni tenía de verdad, pero que le valió para quedarse con el partido ante la inesperada reacción de uno de sus fundadores reales y la imposibilidad de recuperar un acuerdo de mínimos de otro, que no pudo contra la pareja de artistas y fue el primero en abandonar el partido. Pero ese es otro tema del que ya he escrito antes y creo que mucha gente conoce, aunque a juzgar por los “llenos” en las comparecencias de “los mosqueteros verdes”, no la suficiente, pero seguiremos insistiendo.

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