¿Por qué ocultas tu homosexualidad, presidente?

Para los que llevamos años denunciando una gran mentira, como es el sexo de Michael (Michelle) Obama, no hay ninguna sorpresa: llueve sobre mojado en cuanto a las mentiras del Sistema, ésas que siempre se tragan los antisistema. Y es que de todas las tesis conspiranoicas que manejo, una de las que más me cuesta defender es para mí la más obvia de todas: la ex primera dama yanqui, ese gran referente femenino, es en realidad un hombre. Vamos, lo que viene siendo un transgénero. ¡La verdad es que uno se medio pierde con estas cosas tan modernas!

¡Válgame! Cuan sospechosa es la imagen…

No se impaciente el lector: llegaremos a lo nuestro, los Obama ibéricos, que son por supuesto esta pareja peculiar de La Moncloa. Este par de chulescos okupas, sí, que se conoce que tenían que llegar ahí como fuera, sin importar que unas elecciones puedan afectar a esta democracia. ¡Faltaría más! Y por esa regla de tres, en una dictadura tan efectiva, no es necesario ser mujer para pasar por auténtica dama. La primera del país. Aun con esas facciones duras, tal vez demasiado para colar como presidenta. De caraduras y mentiras va la cosa.

Por lo que a mí respecta, en el más que demostrado caso de los Obama, la posibilidad de que Michelle fuera Michael nunca me sorprendió. No sólo porque me espero cualquier cosa de los pervertidos que dirigen de verdad este circo, siempre en la sombra, sino porque había algo inexplicable en la fealdad de esta primera dama. Un asunto que tiene su explicación en algo tan obvio como que no es una mujer, realmente, sino un hombre y de tallas superlativas. En todo. También en ese badajo que no puede esconder, y que nada tiene que envidiar al de una campana catedralicia. Porque tengamos en cuenta una cosa (y no sé si es xenófobo esto que voy a decir, pero es bueno): creo que el tamaño es algo que va con la genética ancestral de Michelle. Miguelón para los amigos.

Como es lógico, si no es una mujer, nuestro sonriente Obama tampoco es estereosexual. Y las hijas no son suyas, claro, pero tampoco adoptadas de manera legal, cuando se ha pretendido desde el mismo Estado que son sus hijas naturales. Pues bien: lo mismo podemos decir de su homólogo hispano Sánchez, un homosexual casado con otro señor. Parece un poco maquiavélico todo esto, ¿no es cierto? Pero yo no tengo la culpa de los experimentos que la CIA, la masonada o quien quiera que sea el guionista de esta trama. Una película que por supuesto, como todo en el Poder, no es porque sí. Hay un importante trasfondo sectario y político en toda esta historia.

Los “okupas”

¿Por qué ocultas tu homosexualidad, presidente? ¿Acaso eres homófobo? ¿Te da miedo el fantasma de tu abuelo materno, General de Franco en la Guerra? Con este artículo intento ayudarte, como ves, a dar el paso y salir del armario con tu femenina esposa.

Nadie os lo impide, luego, ¿a qué viene esta mentira?

Y es que los Obama españoles han llegado a la Presidencia, sí, los dos. Porque sí. Porque si no es preciso ganar ninguna erecc… Perdón… Elección… Tampoco vamos a restringir ese escaso Poder de Sánchez, marioneta al cabo para otros, a una figura tan patriarcal como es la de presidente. ¡Por favor! Iguales como son en legitimidad, el damo y su dama,

no dejan de serlo en casi todo lo demás. Para empezar, en que ambos son damos… Perdón, damas… ¿O serán dames? ¡Ay, no sé cómo decirlo para no incurrir en pecado, de cara a la Inquisición del Sistema, y ser quemado en la hoguera por homofóbo! O transófobo. Acusaciones tan subjetivas como los antiguos hereje, o nigromante, que tanto juego dieron en la Inquisición. Pero nada quita el hecho cierto de que si estos dos nacieron machos, como creo, esto explicaría misterios como esa cara tan angulosa de ella… O esas formas corporales suyas, tan poco femeninas… También se entendería mejor el honrado trabajo de su papá, suegro del presidente por accidente, como propietario de saunas de ambiente.

¿Qué será esa sombra sospechosa que adorna el labio superior?

Por cierto, estimado chuloputas (también conocido como presidente): pase quien pase por esa pocilga monclovita, es curioso, las armas no dejan de llegar a regímenes genocidas como el saudí. Esto te lo recordó Greenpeace hace poco, pero tú ni caso: ¡seguro que son fascistas! ¡Explicaciones a ti, por Dios, que ganas elecciones como un campeón! Lo mismo que condenas y apoyas guerras, al tiempo, ésas que NUNCA cesan… ¿No será que da igual quién llegue al Poder, en verdad, y entonces son otros los que toman las decisiones? Por ejemplo una tan evidente como implantarnos, ya sin elecciones ni 11Ms, a una primera dama tan peculiar. Y por cierto: convoca Erecciones ya, no seas fascista…  ¿O es que intuyes otra paliza aún mayor?