Opinión

Pablo Casado es un dictador y desprecia a los malagueños

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Que Pedro Sánchez es un aspirante a dictador, creo es algo que los españoles cada día tenemos más claro.

Pero que Pablo Casado vaya por el mismo camino, no, por lo menos hasta ahora.

La designación a dedo, y como número uno de la lista, nada menos, de un periodista de cámara, felador, don Pablo Montesinos, nos confirma en los peores augurios: Casado no es mejor que Sánchez.

Es verdad que la figura del diputado “cunero”, es decir designado a dedo, normalmente de entre la cúpula del partido, aspirantes a los que no se podía colocar en las listas de Madrid, pues sobraban candidatos, y faltaban escaños, es tradicional en la historia del siglo XIX, e incluso del XX.

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Podía justificarse diciendo que en determinadas provincias de la España interior no había personas lo suficientemente preparadas o brillantes como para ser diputados, pero eso, aparte de que es una mentira como un templo, no tiene justificación alguna, pues si por algo se significan nuestros diputados y senadores es por su general mediocridad, salvo alguna –rara- excepción.

Esta actuación, repito, dictatorial, supone además una bofetada en pleno rostro de todos y cada uno de los dirigentes provinciales correspondientes, que son los que se están batiendo el cobre un día sí y otro también, manteniendo a la afiliación, cada vez más desilusionada, pagando religiosamente sus cuotas, organizando actos, haciendo propaganda, etc.

Pero que esto suceda en una provincia como Málaga, donde el PP conserva la Alcaldía de la capital de la provincia, creo que la única de toda Andalucía, y las ciudades más importantes, es todavía un mayor desprecio, si cabe, a todos los dirigentes provinciales y locales.

Soy consciente de que los partidos son máquinas de ganar –o perder- elecciones, y de que el que se mueve no sale en la foto, pero desde luego si yo fuera del PP malagueño, presentaría mi dimisión, y les mandaría a hacer puñetas.

O, en el mejor de los casos, me callaría como una puta, reduciría al máximo mi apoyo, participación en actos, etc., y votaría a otro partido. ¡Al fin y al cabo, el voto es secreto!

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Que estoy seguro es lo que acabarán haciendo muchos directivos, miembros y simpatizantes del PP, totalmente desencantados con el dictador, “Maduro Casado”.

Abogado y escritor.

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