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Novak Djokovic gana su quinto Wimbledon tras superar a Federer en una épica final

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Novak Djokovic
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Un partido para la historia, de las mejores finales que se recuerdan entre dos tenistas veteranos que demostraron que quien quiera quitarlos de ahí (a ellos y a Nadal), tendrá que jugar muy bien al tenis.
Dos leyendas: la de Federer, que buscaba su noveno título en Wimbledon, y la de Djokovic, que persiguió y ganó el quinto con su gran tenis, su capacidad de jugar bien los momentos importantes y sus mil vidas.

Venció por 7-6 (7/5), 1-6, 7-6 (7/4), 4-6 y 13-12 (7/3), estrenando por todo lo alto el novedoso formado del torneo londinense: con tie break en el quinto set cuando se llegue al 12-12. Justo en los desempates es cuando el serbio sacó su carácter y su capacidad de sufrimiento. Su solidez. Qué roca Nole. Hasta el cuarto set, y dos y 47 minutos de batalla, no tuvo su primera pelota de break el serbio. Eso no le impidió ir mandando en el partido por dos sets a uno. Pero tampoco Federer se rindió ahí. Al perder el segundo tie break parecía que se podía dejar ir, que la cabeza diría que es suficiente, pero volvió al encuentro.

Aunque para capacidad de resistencia la de Djokovic: 8-7 para el suizo y 40-15 en el parcial definitivo. Y con su saque. Lo tenía. Pero entonces se creció el serbio y se arrugó un poco Federer. Resucitó el número uno del mundo con el break y el partido siguió, eterno, inolvidable. Tampoco encajó mal el golpe el suizo. No se hundió. Siguió entero y se llegó al tie break decisivo, en el que Djokovic, otra vez fue mejor.

La solidez y el temple del número uno pudieron más que el juego preciosista y ofensivo de Federer, que dominaba con el saque, que tenía más oportunidades que su rival en el desarrollo de los sets, pero que al final cedía en los desempates. Así sucedió en el primer y el tercer parcial. Y en el quinto. En el segundo Djokovic se dejó ir cuando lo vio todo en contra, y en el cuarto, más disputado, también impuso su juego Federer. De ahí se pasó al set de infarto y a las nuevas oportunidades para el suizo, que le costará olvidar: mandó fuera un tiro y subió a la red a lo loco, a asustar, después. Y del 40-15 se pasó al 40-40, después a la ruptura y a seguir jugando cuando todo podía haber acabado. Y durante toda la tarde, puntazos, voleas de Federer, reveses increíbles de Djokovic, defensas del serbio, que también ganó en la red puntos a lo Becker, lanzándose estilo Superman… Fueron 4 horas y 57 minutos. Más largo que la histórica final de 2008 entre Federer y Nadal.

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La pelea por ser el tenista con más Grand Slams de la historia está ahora liderada por Federer, con 20 y a sus casi 38 años; seguido de Nadal con 18 y de Djokovic con 16. El serbio, desde que hace un año se recuperara justo en Wimbledon de su bajón anímico, ha ganado cuatro “grandes”. Todos menos Roland Garros, donde Thiem le apartó en semifinales.

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