Deportes

No dejan jugar a un niño de un equipo infantil de fútbol por ser autista.

Published

on

¡Comparte esta publicación!

La madre de un niño con autismo se hace eco recientemente en las redes sociales de lo que le está ocurriendo a su hijo, en el club de fútbol en el que juega, el CD Betoño. (Twitter: @CDBETONO)

El niño no ha faltado a ningún entrenamiento, su mayor ilusión es jugar al fútbol razón por la cual está en ese club. Se le dijo que podría jugar en un partido, para luego sin previo aviso desdecirse. El motivo simplemente que es autista. Algo absolutamente ilógico e inexplicable, más aún al propio niño que no entiende que ha hecho tan mal para no poder jugar. El autismo no impide a un niño poder jugar al futbol, los prejuicios por lo visto sí. 

Reproducimos a continuación las palabras de la madre, con las que expresó su malestar y frustración ante esta injusticia y que compartió públicamente en su perfil de Facebook. 

“Un niño de 9 años con autismo, mi hijo Mikel.

Advertisement

Su mayor ilusión: jugar al fútbol. 

Su objetivo: poder jugar un partido (como los demás), no habiendo faltado a un solo entrenamiento durante 1 año en un Club, sin jugar los sábados y sin perder su sonrisa.

Se decide este año “darle la oportunidad” de jugarlo.
No lo hace peor que los demás….soy testigo directo, no me lo han contado.

Resultado: WhatsApp del coordinador a día de ayer diciendo que se ha decidido que siga entrenando pero que no puede jugar partidos. 

Reunión por la tarde con su madre, el directivo, el coordinador y el entrenador. Alegan causas objetivas. Nadie las vemos hasta el punto de apartarle de los partidos y no hacerle ficha.

Advertisement

En primer lugar porque se supone que con esta edad no van a jugar para ganar exclusivamente. En segundo, porque aunque así fuera, y por muy malo que fuera, no perderían por su culpa.

¿Estos son los valores que enseñan a los niños en este lugar? 

Mikel ayer noche al recibir la noticia, lloró de una manera que nadie mínimamente humano puede soportar. Preguntándonos qué ha hecho tan mal (¡nada!), asegurando que se ha esforzado al máximo (¡como el que más!), si ha faltado al respeto a alguien, o si es un maníaco y por eso no le quieren…

Hay que estar en la carcasa de unos padres que han luchado y sufrido toda la vida del niño porque esta selva social le dañara lo mínimo posible, para empatizar con lo que podemos sentir al verle así. Y más, cuando no hay razón objetiva. La única razón que no se reconoce, es su etiqueta, que no se entiende, sigue sin querer entenderse, y continúa tristemente dando miedo.


Intentaron hacernos desistir de seguir de la manera más rastrera. Y sin ir de frente. Haciendo creer al niño que ese partido significaba el principio de su sueño. Resulta que fue su final pero nunca se le dijo a qué iba, ni a su familia tampoco.

Advertisement

Ha acabado así esta historia, un niño que quiere encajar y no se lo permiten, destrozado, con la autoestima por los suelos, buscando una culpa que no tiene, y expresando que “me han robado mi sueño“.

¿Será posible que permitamos esto? ¿Hasta cuándo gente de esta pasta puede estar donde está, trabajando con niños?

No, no es una pataleta del crío. Él ha demostrado contar con unos valores de los que ellos deberían tomar nota. 

Espero que duerman bien por las noches y no se despierten llorando, como él….

Advertisement

Escriba una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil