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[L]a Agencia del Medicamento de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés, Food and Drugs Administration), gastó decenas de miles de dólares en la compra de tejido fetal humano a una empresa que ya fue investigada por su relación con la industria del aborto en la compraventa ilegal de este tipo de material.
La compra de tejido fetal estaba destinada a la creación de «ratones humanizados» y la experimentación con productos farmacéuticos, según la denuncia realizada por Judicial Watch, una fundación educativa conservadora y no partidista que promueve la transparencia, la responsabilidad y la integridad en el gobierno, la política y la ley en los Estados Unidos.
La empresa en cuestión con la que la agencia del Medicamento mantuvo relación comercial es Advanced Bioscience Resources (ABR), con sede en California, que fue una de las empresas sobre las que la cámara de Representantes y el Senado instaron una investigación a cargo del FBI por el escándalo de la compraventa ilegal de tejido humano proveniente de fetos humanos abortados por Planned Parenthood.
Aunque la ley federal de los Estados Unidos regula la compra y aceptación de tejido fetal humano con fines de investigación. Es ilegal «adquirir, recibir o transferir cualquier tejido fetal humano por una consideración valiosa si la transferencia afecta el comercio interestatal».
La documentación aportada por Judicial Watch consiste en intercambio de correos electrónicos producidos entre 2011 y 2018 entre la gerente de adquisiciones de ABR, Perrin Larton y la doctora Kristina Howard, del equipo de investigaciones veterinarias de la FDA.
En estas comunicaciones se comprometen pagos por adelantado de miles de euros por tejidos fetales humanos correspondientes a seres humanos procedentes de abortos de entre 16 a 24 semanas (de cuatro a seis meses) de vida prenatal.
En algunos de estos pedidos se especificaba que el órgano en cuestión debería ser entregado «fresco; enviado en hielo húmedo».
En las conversaciones mantenidas entre ambas mujeres, se cursan peticiones aclaratorias para conocer el sexo del bebé al que corresponde un determinado órgano recibido con anterioridad: «Quería verificar con sus registros el sexo del tejido que recibimos hoy. Era el hígado #4505».
La respuesta es autodescriptiva sobre el procedimiento de aborto: “Los técnicos no pudieron identificar el sexo. Solo revisamos los genitales externos y si no está allí… debido a la naturaleza del procedimiento de terminación… no tenemos forma de saberlo».
El «procedimiento de terminación» es, en realidad, el procedimiento de aborto por el que se acaba con la vida de ese bebé.
Algunas de las descripciones que da Perrin Larton sobre la capacidad de suministrar órganos y tejidos provenientes de la industria del aborto son impactantes: «Esta semana estoy trabajando con un médico que induce la muerte fetal a las 20 semanas. Los otros médicos que trabajan en esta clínica no inducirán la muerte fetal hasta las 22 semanas … y por supuesto … esta semana tuvimos 4 casos de 21 semanas [sic] en los que todos habían sido inyectados con digoxina el miércoles, por lo que el tejido no se podía usar. Te invitaré la semana que viene y daré prioridad a tu solicitud».
Durante las comunicaciones, la doctora Howard expresa cómo de acuciante es su necesidad de uso de tejidos fetales humanos para avanzar en sus investigaciones con ratones: «Estamos desesperados por obtener tejidos cada semana, esta semana y especialmente la próxima semana es importante que obtengamos tejidos. Estamos tratando de que varios miembros del personal nuevo califiquen para nuestra cirugía (para que puedan participar en las otras cirugías programadas) y debemos tener tejido fresco para hacer eso. Me doy cuenta de que el tejido siempre es impredecible, pero si es posible priorizarnos estas dos semanas, sería muy apreciado».