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Modric gana el premio The Best con el plante de Cristiano y Messi

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Tomás González-Martín (R).- Con la edad de Cristo, en el otoño de su carrera, le llegan los reconocimientos mundiales. Es como los vinos gran reserva, que mejoran a medida que suman poso. Cuando los serbios ejecutaron a su abuelo y quemaron sus cuatro paredes de una pobre casa en el asentamiento de Jesenice, en diciembre de 1991, nunca pudo pensar que un día sería elegido el mejor futbolista del mundo. Era un niño de seis años que huía despavorido de la guerra junto a sus padres. Vivía en hoteles, de sitio en sitio, para regatear las balas, para eludir las duras patadas que daban los obuses.

Años después, Luka Modric, nacido en Zadar, en la vieja Dalmacia, croata de corazón y entonces yugoslavo de pasaporte, regateaba a todos los juveniles que osaban quitarle el balón en las categorías inferiores del dinamo de Zagreb. Tenía 16 años y era una figura en ciernes. Sus orejas destacaban por encima de su rubio pelo corto. Media vida más tarde, el fútbol le corona como el Mejor Jugador del planeta. Los profesionales del fútbol le eligieron como el número uno. Le concedieron el premio The Best, en el Royal Festival Hall de Londres, sede de muchos de los mejores eventos producidos en Inglaterra, en un día que fue soleado y que acabó en una gran noche.

«Nunca pude pensar que sería elegido el mejor jugador del mundo», señala el centrocampista del Real Madrid en estas horas en las que los recuerdos pueblan su cabeza. No le gusta hablar de los sufrimientos del pasado, no le gusta hablar como «niño de la guerra» porque le hace pensar en muchas personas y cosas vividas y que muchos no soportarían escuchar. Este galardón, a sus 33 años, se suma al premio de Mejor Jugador de la UEFA, obtenido hace un mes.

Modric acudió siempre

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Lo único feo de una gala inolvidable para Modric y para el Real Madrid, que acumula todos los entorchados The Best para sus futbolistas, fue la ausencia de los dos reyes del fútbol de la última década. Cristiano y Messi se han repartido, en una competencia vital, los galardones de toda una era. Por eso, anoche mostraron una falta de respeto imperdonable a Modric, que siempre acudió a las galas cuando ellos triunfaron, y al fútbol mundial. Quedaron muy mal ante la FIFA, ante Infantino, presidente del máximo organismo del balompié, y ante todos los dirigentes y compañeros presentes, que acudieron desde noventa países del mundo. «Son unos niños mimados, mal criados, que solo acuden a las galas cuando les otorgan el premio», atacó un directivo de la UEFA, en presencia de Capello.

Algunos profesionales del balón, todos los aficionados y la totalidad de los compañeros de la prensa británica con quienes hablamos en el Royal Festival expresaron su crítica más dura por la espantada de Ronaldo y Messi. La silla de Cristiasno, que debería sentarse al lado del ganador de la noche, quedó vacía, como una foto para la vergüenza.

Las justificaciones que dieron a la FIFA fueron peregrinas, de malos pagadores. Cristiano argumentó que tiene partido intercalado esta semana. Los tienen todos los jugadores de nuestra Liga. «Si le dieran el tercer The Best venía andando desde Turín», comentó con gracia un profesional de la Bundesliga ante Van der Sar. Messi argumentó un problema familiar. «Si fuera grave estaría en un hospital con su familia», soltó un directivo de la Federación Inglesa, con Vitor Baia a su lado.

Infantino, molesto

«Así le pagan a la FIFA y a Infantino todos los premios que les han dado durante tanto tiempo», subrayaba un manager de la Premier. Recordaba que «Infantino fue presidente de la UEFA y les concedió en mano la mayoría de sus Balones de Oro». Para el orbe británico es «un nefasto comportamiento no venir cuando no recibes el gran premio». Es una demostración de falta de «Fair Play» no precisamente financiero. Es una «falta de educación, de dignidad deportiva y de altura de miras», dijo un seleccionador europeo. «Hay que venir cuando se gana y también cuando no se gana», señaló Paolo Maldini, representante del Milán, al cuestionarle por ambas ausencias.

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«No merece más hablar más de ello», subrayó un profesional del Real Madrid, con Baptista al lado. «Hablemos de los grandes méritos de Modric y de los premiados presentes». El croata ha sido elegido el Mejor Jugador del mundo con toda justicia. Ser votado como el mejor futbolista del Mundial de Rusia , sin ganarlo, es un dato revelador. Su nivel estuvo por encima del oropel del vencedor. Los seleccionadores y capitanes que han votado por «Luka» han destacado su rendimiento en la Champions y en el mando periódico del fútbol del Real Madrid. La UEFA confirmó ese liderazgo del centrocampista. Y la FIFA ha puesto el broche de oro a un cetro que enmarca en realidad una carrera.

En Barcelona se rieron de él

«Es muy difícil ganar estos premios si no eres un goleador, que es lo que todo el mundo ve fácilmente», destacaba su compatriota Boban. «Luka es un creador de fútbol inigualable, con un regate, una visión de juego y unos recursos técnicos que pocos tienen».

Florentino Pérez ensalzó las virtudes de su futbolista, a las que añadió su personalidad y su compañerismo dentro de la plantilla. Los aficionados madridistas presentes en la entrada al Royal Festival mostraban en sus móviles aquella portada publicada en Barcelona en 2012, cuando Modric era fichado por el Real Madrid, con este título: «42 millones para tapar vergüenzas». El barcelonismo ha reconocido después que el croata «era un jugador para el Barcelona». Cruyff subrayó aquel error. Anoche, Modric festejó uno de los días más felices de su vida: «Nunca pensé que ganaría cuatro Champions, eso es lo más grande y solo es posible conseguirlo en el Real Madrid».

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