Opinión

“Marlascada”: un neologismo muy extendido. Por Jesús Salamanca Alonso

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Vemos a Fernando Grande Marlasca como el ariete de Pedro Sánchez para socavar la democracia y debilitarla por la torpeza de gestión del Ejecutivo.

Grande Marlasca (así, con “C”) ya ha cometido varias “MARLASCADAS” desde que es ministro. En los últimos tiempos nos han invadido con neologismos y expresiones absurdas, al decir de la RAE y que no podemos encontrar en el DRAE; pero no nos han dado explicaciones sobre innumerables temas o nos los han tergiversado. No ha hablado el Ejecutivo sobre la persecución y represión a los disidentes; ni sobre las órdenes represivas a la Policía; ni respecto a las amenazas a la Guardia Civil si no comían de su mano; ni… ni… Y así hasta enumerar toda la obra del Ejecutivo; es decir, mentiras, represalias, amenazas, desprestigio, traición, bloqueo, manipulación, desinformación, sectarismo, indignidad, represión…

Todos esos vocablos se compendian en uno solo. Ya aparecieron otros como “miembras”, “postavozas”, “jóvenas”, “Fuerzos y Cuerpas”, “machirulo y machirula”… Ese vocablo al que me refería no es otro que “MARLASCADA”. Soy consciente de la lluvia de críticas que pueden llegar y lo asumo, como asumo que donde las dan, las toman. En otra ocasión hablaremos de lo que caracteriza al presidente: la mentira, la maldad y la falsedad. Lo mismo que trataremos lo más destacable del exlíder de la ultraizquierda comunista y proterrorista, Pablo Iglesias: falsedad, corrupción, amenaza y siniestralidad. Pero hoy le toca al ministro de Interior, Fernando Grande Marlasca, ariete “sanchista” para socavar la democracia y debilitarla con su torpeza. Ya vemos que, su reiterada falta de argumentos y su actitud represora, le llevan a ser el onomatopéyico “pim pam pum, catapum” de la oposición.

Pocos tenemos dudas de que el ministro de Justicia ha sido uno de los artífices de que la legislatura esté crispada y agotada, en tanto que el Ejecutivo esté abrasado. Comprobamos estos días que el presidente se ha convertido en un tenderete de mercadillo o tómbolo graciable y ofrece de todo, pero de todo lo que no es de él y sí del Estado, algo que pagará sin dudarlo en cuento los tribunales vuelvan a estar operativos y sean fiables: a Bildu y al nacionalismo vasco el acercamiento de los presos etarras y las competencias en instituciones penitenciarias; al golpismo y separatismo catalán les ofreció el deshonroso cese de Pérez de los Cobos; a ERC le dio largas equilibradas y a la extrema izquierda le garantizó la anulación “íntegra” de la Reforma Laboral (la montaña parió un ratoncillo) y el conocimiento de los presuntos secretos del CNI sobre Venezuela, entre otros, sin olvidarse del caso del «Pollo» Carvajal.

Cada vez somos más los que nos hemos sentido defraudados con este personaje. Aún recuerdo el día que lanzó el bulo del asesinato de una mujer a manos de su marido, en Valladolid, y lo definió como violencia machista; tanto los médicos que la trataron como la autopsia demostraron que había sido un suicidio, sin más. A partir de ahí ha multiplicado los bulos y ha esputado en la cara de medio mundo. Y como “el que a hierro mata, a hierro muere”, ahora le toca a él y le está cayendo la del pulpo. No sólo no mejora su gestión, sino que va de “marlascada en marlascada”. Por cierto, Marlasca, ¿dónde están las decenas de muertos que hubo en el salto de la valla de Melilla, lado español? ¿Qué hiciste u ordenaste hacer con esos muertos? ¿A cuenta de quien hay que contabilizarlos y cargárselos?

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Sus compañeros de profesión no le van a perdonar la traición y el desprecio a la democracia o el intento de asesinato de Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu, al igual que miembros del ya desaparecido comando Vizcaya no han olvidado sus peripecias; al menos la sección más radical que quiso asesinarlo siendo titular del Juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional. Pero los “recuerdos” que dejó en Ezcaray los dejamos para otro momento. ¡Cuánto se arrepienten decenas de periodistas y analistas de haber sacado la cara por él en los años duros de plomo! Marlasca tiene una deuda muy grande con varios periodistas y con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que se jugaron la vida por él. Hoy, a esos mismos valientes, los ha dejado tirados, traicionados, menospreciados y humillados; es decir, no se cansa de cometer “marlascadas”; es decir, falsedades, tropelías, argucias traiciones… ¿Entienden ya lo que es una marlascada?

Mantuvo un equilibrio de reconocimiento tanto en la diestra como en la siniestra. De poco le van a servir sus servicios a la perforada ultraizquierda. Por mucho que persiga y dañe a la libertad de expresión nunca ganará la batalla. Lo mismo que no conseguirá matar a Montesquieu por mucho que traicione a sus compañeros de profesión o se baje los calzones ante el Ejecutivo de Sánchez, como así ha hecho en reiteradas ocasiones. Con tantos muertos en paradero desaparecido, dudo que el ministro pueda dormir a pierna suelta o «bragueta cambiada», como dicen en mi Portillo natal. Claro que, bien pensado, Sánchez tampoco iba a dormir con Pablo Iglesias y, al final, no solo lo han hecho, sino que lo han disfrutado. Y sigue el contubernio socialcomunista del «desGobierno» sanchista.

Su gran error ha sido intentar “abofetear” a los jueces y mirarlos por encima del hombro porque ni siquiera con esa actitud conseguirá borrar las barbaridades cometidas en la gestión del COVID19. Sin duda, su indignidad hará que siga en el Ejecutivo de Pedro I “El Enterrador” aunque ya solo cabe su dimisión tras arrastrar la toga por el lodazal del totalitarismo. Si hubiera aprendido un mínimo de dignidad, o la que creíamos que tenía durante los “años de plomo”, ya hubiera dimitido. Si sigue, será el ministro de los chistes, memes y chascarrillos como ahora lo es la “marquesa” consorte y ministra de Igual-Da: la misma que puede seguir volviendo a casa  «sola y borracha, que no mamada».

Yo me pregunto, respecto a la obediencia de De los Cobos a la investigación judicial, ¿Qué hubiera pensado Grande Marlasca si sus policías judiciales –en vez de aportarle pruebas sobre una investigación concreta y encargada por él– hubieran aportado pruebas a ETA de la vivienda de verano que su familia tenía en ‘El Cardizal’ y en el mismo bloque que uno de los pisos alquilados por ETA en Ezcaray?

A ves, algún «rabanillo», como el desprestigiado ministro, Marlasca, intenta enfangar la Justicia y convertirla en un lodazal, aunque siempre hay jueces preparados para poner a cada uno en su sitio, aunque sea con la mano izquierda del jefe del Estado. Y no tienen por qué enterarse «cabestros» como el actual presidente de la degenerada coalición socialcomunista.

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Sabido es que el rey, reina, no gobierna, pero su interpuesta mano izquierda siempre llega hasta donde hay que parar a los catetos, «cabestros» y miserables.

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