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Los representantes de la Consejería de Interior catalana y de los Mossos d’Esquadra, encabezados por el director, Pere Ferrer, y el comisario jefe Eduard Sallent, que asistieron ayer a un acto por la patrona de la Guardia Civil en Sant Andreu de la Barca (Barcelona) abandonaron la comandancia tras los discursos y antes del aperitivo. Al parecer, se sintieron «ofendidos» por el discurso del jefe de la Guardia Civil en Cataluña, Pedro Garrido, al interpretar que se estaba «faltando al respeto de la institución policial que representan». Y en especial por las referencias al mayor Trapero y la intendenta Teresa Laplana.
«Sin tregua ni pena»
En su alocución, Garrido aseguró que aunque «terrorismo e independentismo no es lo mismo», el cuerpo «combatirá sin tregua ni pena» y pondrá «a disposición de la Justicia» a quienes opten por el «terror». «Esta brillante actuación nos enfrenta a todos a la verdad de que las pretendidas premisas revolucionarias se convierten con más facilidad de lo que cabe pensar o desear […] en un rictus capaz de generar destrucción, dolor y sufrimiento», afirmó sobre la operación Judas, por la que se detuvieron a varios CDR.
Por otra parte, y como es habitual, los presidentes Torra y Urkullu no acudirán el sábado a la celebración del Día de la Fiesta Nacional en Madrid.
