Economía

Los fabricantes de automóviles alertan del impacto de prohibir la venta de coches de combustión desde 2040

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La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) ha rechazado “de plano” y ha calificado de “excesiva” la intención del Gobierno de prohibir la venta de vehículos de combustión (diésel, de gasolina, de gas e híbridos) desde el año 2040, como parte del proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética.

La organización señaló que esta medida es excesiva en sus objetivos y acelerada en sus plazos y aseguró que supone, en la práctica, ir en contra del principio de neutralidad tecnológica defendido al máximo por la Unión Europea.

Igualmente, Anfac alertó de que desde el momento de aprobación de dicha ley, esta prohíbe cualquier subvención que favorezca el consumo de combustibles fósiles, lo que supone que solo se podrían incentivar los modelos eléctricos puros, por lo que se desactivan los actuales planes de apoyo al vehículo alternativo, al tiempo que se discrimina una tecnología y eficiente frente a otras.

“La industria está totalmente comprometida con la descarbonización del parque automovilístico”, subrayó el vicepresidente ejecutivo de la asociación, Mario Armero, al tiempo que indicó que la transición hacia una movilidad de cero y bajas emisiones tiene que ser “ordenada, justa y rentable, desde el punto de vista social y económico”.

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Sin contar con su opinión

Por otro lado, desde la organización criticaron que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no ha contado con la opinión de las asociaciones del sector ni de los sindicatos para elaborar este proyecto de ley, a pesar de que la relación entre asociaciones y ministerios era de interlocución y colaboración.

Por ello, Anfac indicó que en los próximos días convocará a su Comisión de Estrategia, con el fin de revisar el posible impacto que este marco legislativo puede tener sobre la industria española de la automoción.

Así, destacó que el proyecto de Ley tiene implicaciones económicas, laborales y sociales, “con severos impactos en el tejido industrial español”, puesto que supone encarar una reconversión industrial completa y acelerada de las fábricas nacionales en su conjunto, lo que requiere de medidas de acompañamiento, con inversiones que eviten que las fábricas pierdan competitividad y empleo.

En esta línea, Armero aseguró que no es viable el cumplimiento de los objetivos del Gobierno sin un plan de medidas de acompañamiento, que realmente apueste por una transición industrial en las fábricas españolas y que impulse la venta de estos vehículos de forma masiva.

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Por otro lado, Anfac recordó que recientes estudios apuntan que lograr un 25% del mercado del automóvil de vehículos eléctricos podría motivar una reducción del 11% del empleo, una cifra que se elevaría hasta el 18% en caso de que estos modelos coparan el 40% de las ventas.

Según la asociación, el objetivo de descarbonización del Gobierno está “muy por encima” de las exigencias medioambientales de la UE, que negocian una reducción de entre el 30% y el 40% de las emisiones de CO2 para el horizonte 2030.

“Estos anuncios retraen de manera sustancial la compra de automóviles, como ya está pasando en el caso de los motores diésel”, añadió Armero, que alertó de que este efecto puede contagiarse sobre el conjunto de los vehículos de combustión, “paralizando el mercado”.

“Jarro de agua fría”

Por su parte, el presidente de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto), Gerardo Pérez, ha calificado de “jarro de agua fría” para el sector la prohibición que planea el Gobierno.

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En su intervención durante la primera jornada del XXXIII Encuentro del Sector de Automoción organizado por Iese, celebrada este martes, Pérez criticado las medidas contra el diésel emprendidas desde la administración desde el ‘diéselgate’: “El principal perjudicado es el ciudadano”.

Pérez ha asegurado que el cliente está indignado y desconcertado, y que el ‘diéselgate’ en vez de atacar el problema lo ha extendido en todo el mercado diésel: “Que esto sirva como coartada para una subida impositiva pone en compromiso el sector”.

“No hemos sido capaces de trasladar la indignación absoluta que tiene el cliente que eligió una tecnología primada por los Gobiernos”, ha explicado, en referencia a los clientes que compraron recientemente un coche diésel y los que ahora no saben qué comprar, y que explica el freno de las ventas, en sus palabras.

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