Opinión

Leyes intimidatorias absurdas

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La ley 5011 del Código Penal castiga con penas de prisión y multa “a quienes públicamente promuevan o inciten odio, hostilidad o violencia contra un grupo o etnia, raza o nación…”

Esta ley, se basa en el sofisma ético que identifica la protesta justa y obligada contra la evidente invasión territorial, pero paulatina y constante, con una supuesta declaración de odio hacia una etnia o raza. Otra falacia, es identificar la información documentada y aviso a las autoridades competentes de los peligros que ese fluido de extranjeros representa a nivel público para la economía nacional, competencias desleales y peligros para la seguridad ciudadana, con el odio. Informar con razón y argumentos documentados pertenece al derecho democrático de la libre expresión en función del bien común. El secreto y diabólico plan Kalergi, usa de este truco intimidatorio de la Ley del “Odio”, como si informar fuese delito.

Otra falacia anti-ética es manejar el concepto de odio en sentido estricto, cuando tal término, tiene otros dos: el vulgar (p.e. trabajo o actividad penosa, áspera…. Calificada de odiosa, pero… imprescindible), sentido amplio (persona o cosa pelma que tachamos de odiosa, pero no enemiga). En sentido estricto, significa intento de aniquilación, destrucción de lo que decimos odiar. Jesucristo prohibió este ultimo sentido, no la indiferencia o el distanciamiento. Nada tienen que ver las protestas o la indignación, cada más generalizada, ante la serie de actos delictivos probados de ese colectivo ilegal e indocumentado, que nada tiene que perder y abusa de esta libertad democrática carente, en general, de contundente justicia incluso ante tanta reincidencia.

Evitar ese peligro no es odiar una etnia, sino exigir notoriedad y prudencia en defensa de los intereses del bien común de un Estado, fronteras definidas con identidades nacionales, religiosas e histórico-raciales.

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La alarma social, no la hacemos los que levantamos la voz documentada y objetiva, sino los mismos hechos delictivos contra Occidente de esos foráneos tapados en emigrantes y refugiados para acabar en invasión programada por el sionismo masónico para acabar con la raza blanca europea, con la familia cristiana, la pureza religiosa y hasta con las fronteras. Quien usa de la legítima defensa no ataca a nadie: contraataca al injusto agresor al cual, no odia personalmente porque es imposible amar u odiar lo que no se conoce. Identificar autodefensa nacional con odio al agresor o invasor anónimo (consciente o inconsciente) es caer en el absurdo de ponerse la venda quitándosela al herido. ¿Quién odia a Quién? ¿Quién invade a quién? Cuando en sus propios países persiguen y martirizan a nuestros cristianos y nos destruyen los templos, mientras nos invaden Europa con mezquitas. Condenamos las causas de las mafias que engañan y esquilman los ahorrillos de los ingenuos ciudadanos, víctimas inocentes, y los abandonan en el mar. ¿Quién ha convertido el Mediterráneo en un cementerio?

Pues estamos denunciados por una asociación musulmana el director de Alerta Digital, el P. Custodio Ballester y un servidor con serias sanciones. En esta anarquía práctica estamos abocados al hundimiento como nación secularmente inconfundible. Siguen las sombras de los enemigos de Dios y de las Patrias. ¡Dios no lo quiera!

*Sacerdote

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