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Todos somos conscientes de que la navegación por Internet depende de muchos factores: el lugar desde el que lo hagamos, si estamos usando un móvil con WIFI o nuestra conexión de datos, o bien si estamos en casa con un ordenador conectado por cable a un router.
En cada caso, obtendremos diferentes velocidades y podremos acceder a diferentes contenidos dependiendo de las mismas. No es muy recomendable visionar una película de alguna plataforma de vídeo por streaming si estamos conectando con nuestro teléfono mediante la tarifa de datos que nos ofrece (y nos cobra) nuestra compañía.
Ahora bien, si hemos conseguido acceder a una red WIFI, y esta tiene la suficiente velocidad y latencia, claramente podremos ver nuestra serie favorita o una película de estreno.
Lo importante, en cada caso, es que sepamos a qué velocidad podemos usar Internet y si podemos hacer algo para mejorarla en caso de que sea insuficiente.
Lo más sencillo e inteligente es acceder a una web o aplicación para la comprobación de velocidad de internet que nos diga de una forma fiable el flujo de datos de entrada -o de bajada como también se denomina- del que disponemos. Para ello debemos chequear la velocidad de la conexión y comparando la misma con la que, o bien tenemos contratada con nuestro operador, o bien con la que nos ofrece, o debería ofrecer, la red WiFi pública a la que nos hayamos conectado en ese momento.
Acceder a artículos técnicos para informarnos de lo que se entiende por “velocidades reales” es, siempre, una buena idea antes y después de contratar cualquier paquete de Internet o combinado de telecomunicaciones a la compañía de nuestra elección, así como leer la letra pequeña de cada contrato. Tenemos que asegurarnos de que disfrutamos de un ancho de banda garantizado, de que se trata de un operador fiable y de que su servicio técnico atiende con eficacia y esmerado servicio a los clientes, sobre todo cuando por norma general este suele ser el gran “tendón de Aquiles” de las empresas distribuidoras de Internet.
También debemos contemplar si queremos un acceso de ADSL simple o acceder a la máxima velocidad a través de fibra óptica, que nos permitirá de las mayores velocidades posibles –en estos momentos rondan entre los 200 y los 500 megas por segundo- lo que nos permitirá acceder a NETFLIX o HBO a la vez que usamos otros dispositivos que accedan a internet al mismo tiempo.
Por lo tanto, pensar en el uso que vamos a dar a nuestra conexión, las personas que van a hacer uso de ella y si necesitamos incluir líneas de teléfono móvil con acceso a datos es primordial para calcular qué tipo de conexión necesitamos, qué velocidad nos hace falta y hasta dónde debemos gastar.
Una vez contratado nuestro acceso a Internet, no olvidemos comprobar con frecuencia la velocidad de descarga y no dudar en reclamar si esta se ve disminuida de forma continuada. Algunos operadores tienden a sobrecargar sus nodos de acceso lo que acaba degradando la conexión a todos los clientes que hacen uso de la misma. Sepamos como controlar lo que pagamos.
